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༊ Díez ༊


NamJoon no dijo absolutamente una sola palabra cuando me vio, se quedó callado tranquilamente como si no hubiese hecho nada realmente malo y no existía nada que pudiera irritarme más que eso, así que perdí los estribos caminando directo a él, listo para cualquier cosa.

—Eres un imbécil. —escupí cuando ya estaba por romperle la cara.

—Seok Jin —JiMin se acercó a mí y se interpuso entre nosotros dos, tirando fuertemente para impedir que me acercara—. Tranquilo.

NamJoon sonrió aún más, que maldito imbécil.

-—¿Por qué tan molesto? -—NamJoon se acercó burlonamente hacia nosotros—-. Luces particularmente cabreado.

JiMin suspiro preocupado, sujetándome con más fuerza.

-—¿Te crees gracioso, idiota? —le dije tirando de los brazos de JiMin.

—-Sinceramente sí, bastante de hecho.

NamJoon era un tipo de no creer, seguía preguntándome cómo había podido estar con una persona así. Cierto, yo también era alguien estúpido.

-—No tenías por qué hablarle así a YoonGi.

—-Oh vaya, el ciego ese tiene nombre, interesante.

-—Deja de llamarlo así, no hay razones para que lo hayas tratado de esa manera si ni siquiera lo conoces.

-—No necesito conocerlo para saber que no me agrada.

-—No te ha hecho nada.

-—Él te gusta, con eso me basta y sobra. —-gruño molesto y fastidiado.

JiMin me miró preocupado y yo bufé exasperado. Lidiar con él era un verdadero fastidio y mi paciencia iba en picada hacia el suelo, y sinceramente no estaba, ni remotamente, preparado para lo siguiente que su boca soltó.

-—¿Acaso es un nuevo fetiche? ¿Cogerte a inútiles inservibles como él? —siseo venenosamente alzando una ceja, jodiendome—- ¿Es una clase de filia que involucra seducir a los discapacitados?

Y entonces pasó, ni siquiera JiMin pudo controlarme llegado aquel momento. Me libre en un solo movimiento y me abalancé sobre NamJoon. Lo empujé con todas mis fuerzas y no me detuve hasta que logré tirarlo sobre el capó de mi auto. Tire un puño sobre su rostro pero en cuanto éste hizo contacto el desgraciado me alejó de una patada, trastabillando y yéndome de culo al pequeño jardín de los Park.

NamJoon tenía claras intenciones de lanzarse sobre mi pero JiMin una vez más se interpuso, su determinación freno por completo el peso de su estúpido amigo.

—-¡Basta! —-grito meciendo su rubia melena hacia ambos—-. Mis padres están adentro, no saben los problemas que voy a pasar si no dejan esta estupidez ahora mismo.

La advertencia de JiMin era cierta, no podíamos pelearnos, no justo allí. Escupí la saliva espesa de mi boca hacia el pasto y señalé a NamJoon.

-—Quiero que te disculpes con él -—me levanté recobrando la compostura lo más que pude-—. No puedes tratar así a una persona como YoonGi.

Una sonrisa más.

-—¿Dices que le debo respeto por el mero hecho de ser un estúpido ciego?

Jale aire intentando no volver a enloquecer.

-—NamJoon... —-JiMin susurro en tono suplicante, derrotado.

NamJoon lo miró un momento y después a mi. Empujó con cuidado a JiMin mientras se mordía el labio y frotaba su mejilla que empezaba a tornarse violeta. Se acomodó las ropas y se enderezó. Su mirada seguía sobre mi.

-—No tengo nada por qué disculparme. -—dijo y se dio la vuelta, dejándonos a ambos sorprendidos.

Sin duda NamJoon no era una persona con la que se pudiera razonar, un completo animal.


Pasó más de una semana después de aquel incidente en el centro comercial. No volví a toparme con NamJoon y JiMin no dejaba de sentirse avergonzado, al grado que a veces evitaba acercarse a YoonGi durante las clases del taller o ir con nosotros en el auto. Claro que la pena se le iba cuando llegaba TaeHyung y nos saludaba.

Pronto me di cuenta que el interés por JungKook había mermado y en su lugar se había inclinado por el castaño hermano de HoSeok. Supuse que el encanto de TaeHyung era mayor que el del pelinegro. Sinceramente ambos me parecían no tan atractivos, aunque muy seguramente era porque mis ojos ya estaban apartados para alguien más.

El taller organizó una salida al campo para un fin de semana a mediados de noviembre, un evento especial donde también los familiares y amistades de los alumnos nos acompañaban, participando en actividades grupales como un picnic y juegos. Así pues, aquella mañana de sábado no estábamos en el usual espacio del estudio sino en un parque nacional a las afueras de Seúl, donde muchas personas hacían actividades recreativas, desde camping y parrilladas hasta pesca deportiva y senderismo.

La mayoría de los asistentes llegaron en un autobús alquilado especialmente para la ocasión y otros pocos en auto. Yo llevé conmigo a JiMin y JungKook en mi coche mientras que YoonGi y su madre llegaron en la Van de la familia Kim.

Me di cuenta que HoSeok en realidad era más parecido a su padre, altura y estructura facial, en contraste a TaeHyung que tenía los atractivos rasgos de su madre. Y observándolos me di cuenta que YoonGi era bastante parecido a su madre, por tanto tenía poco de su padre, entonces fue inevitable preguntarme dónde es que estaría aquel hombre que aún no tenía el placer de conocer. Guarde esa cuestión temporalmente y me centré en mi labor de voluntario.

La mayoría de los adultos colocaron pequeñas casas de acampar y sillas, así como algunos calefactores portátiles para resguardarse cuando fuese necesario del frío aire que corría aquella mañana. La casa de los Kim era amplia, para cuatro personas pero más que suficiente como para también incluir a YoonGi y su madre en ella, que de igual modo solo pusieron sus cosas dentro pues en general había mucho por hacer y recorrer.

Con JiMin y los demás familiares echando una mano extra me pude concentrar en YoonGi. Su madre nos acompañaba casi siempre pero hubo un momento en que se separó de nosotros para estar en compañía de la madre de HoSeok. Habíamos formado diferentes grupos, la mayoría divididos entre fotografía y pintura. YoonGi y yo estábamos en este último y dado el espacio del que disponíamos no fue problema separarnos un poco más allá, justo en una planicie entre los árboles.

YoonGi me pidió ayuda con las cosas y yo coloque todo con gusto, el caballete, el lienzo y las pinturas. Aunque el clima de noviembre era bastante frío eso no quitaba los intensos rayos de sol, por lo que YoonGi llevaba una gorra de campo, sugerencia de su madre para evitar que se irritara su blanca piel. La imagen resultaba algo curiosa si se le sumaba la chamarra que también llevaba puesta.

La suave brisa mecía las hojas, murmurando una melodía de otoño, un sonido relajante que claramente YoonGi disfrutaba. Lo observé un buen rato y me detuve de nuevo en su rostro, haciéndome esas preguntas una vez más. La curiosidad como siempre me superó con facilidad.

-—Te pareces mucho a tu mamá -—empecé a decir mientras deslizaba el pincel sobre la superficie blanca—-. ¿Te lo han dicho antes?

YoonGi sonrió, ruborizándose tal vez un poco.

-—Casi siempre, sí.

-—Pero tus cejas son más rectas que las de ella -—señale, pensando que de verdad me gustaban las cejas de YoonGi-—. ¿Eso es de parte de tu padre?

Apenas dije eso, entendí, muy tarde, que la había cagado, como ya era costumbre mía al estar con YoonGi. Él se detuvo un segundo en la pintura y sus hombros se tensaron como cada vez que decía algo que le incomodaba.

—-Supongo que es herencia suya —-se alzó de hombros y torció sus labios—-. La verdad es que no lo conozco, se fue poco tiempo después de que nací.

Ya no podían quedar dudas de que yo era un talento en potencia para joder las cosas.

-—Lamento eso. —-fue lo único que atiné a decir.

-—Sí, yo también, por mi madre, ella de verdad lo pasó muy mal por eso —-YoonGi siguió haciendo delgados trazos en el papel-—. Tuvo que hacer un montón de demandas al gobierno para poder registrarme como madre soltera, no obtuvo mi seguridad social** hasta recién cumplidos mis tres años, lo cual fue bastante pesado tomando en cuenta que fue el periodo en que mi mamá notó que algo andaba mal conmigo.

-—¿Puedo preguntarte qué es lo que tienes? —-dije cuando noté que YoonGi estaba siendo más abierto conmigo—-. Me refiero a tus ojos.

Él sonrió suavemente y asintió, dándome un poco de tranquilidad.

-—Se llama Amaurosis congénita de Leber*, es una enfermedad de carácter genético.

YoonGi empezó a explicarme más al respecto, una retinopatía o enfermedad de la retina, donde las células receptoras de luz disminuyen desde los primeros meses de vida, terminando en la pérdida casi total de la visión. Me contó que había muchos subtipos conocidos de esa enfermedad, dieciocho para ser exactos, todos ligados a la mutación de un gen o grupo de genes específicos y que había tratamientos disponibles para esos casos aunque un porcentaje de las personas con Amaurosis era por causa de un gen desconocido, porcentaje al cual YoonGi pertenecía.

-—De igual forma no es que los tratamientos para los subtipos conocidos sean totalmente efectivos, apenas y mejora un poco su percepción de la luz y las formas —-dijo él mientras buscaba otro frasco de pintura-—. Así que no me molesta demasiado.

Entonces estaba por responderle cuando una fuerte ventisca arrastró el caballete y la pintura de YoonGi. Me apresure a levantar las cosas pero cuando YoonGi intentó sostener las cosas su gorra salió volando. Deje a YoonGi junto a un árbol y fui corriendo tras esa cosa. Fue difícil, casi ruedo al llegar a una colina, atorandome con la raíz de un árbol pero al final conseguí hacerme de la gorra de YoonGi. Celebre el éxito en un grito.

—-¡La tengo! —-le dije a YoonGi corriendo de nuevo hacia él.

YoonGi elevo sus labios en una sonrisa para mi. Ambos reímos un rato.

Para lo hora del almuerzo volvimos con todos. Los padres de TaeHyung y HoSeok me invitaron a comer con todos ellos, por educación no me negué y acepté, quedándome siempre al lado de YoonGi. Hubo algunos juegos después de eso y JiMin se veía muy entusiasmado mientras se divertía con los niños, pues no dejaba de reír y gritar con ellos.

—-Creo que JiMin es bueno para manejar a los más jóvenes —-me dijo YoonGi al tiempo que bebíamos una lata de café caliente, sentados en un gran tronco caído—-. Nunca creí que se uniría al taller como voluntario.

-—Sinceramente yo tampoco -—le contesté riendo-—. Pero me alegra que lo haya hecho.

Una pausa y un sorbo a mi café antes de que continuara nuestra conversación.

-—Por cierto YoonGi, como pintor tengo curiosidad. ¿Cómo es que empezaste con las clases de pintura?

-—Ah, bueno, eso fue por HoSeok en realidad -—YoonGi se giró un poco en mi dirección para hablarme de frente—-. Por su autismo HoSeok siempre ha sido retraído con las personas, un comportamiento normal en su caso aunque no tan severo como otros autistas, el punto es que su madre quería que se abriera un poco más, nada que no fuera capaz de hacer, solo conocer otras personas, ya sabes, enfrentarse a nuevos entornos.

-—Entiendo.

-—Ella creyó que sería más fácil convencerlo de asistir si yo también me inscribía, somos amigos desde muy niños y soy el con el que más ha convivido después de su familia -—sus ojos alegres volvieron a temblar por una fracción de segundo otra vez-—. Fue así que me uní al taller, no estaba muy seguro al principio para ser sincero pero la verdad es que quería probar algo nuevo así que me animé y resultó bien.

-—Qué bueno que fue así —-dije muy sonriente—-. Seguro no te habría conocido de otra manera.

-—Quien sabe, tal vez nos hubiésemos topado en la universidad.

-—Tal vez.

Al repetir la palabra Universidad no pude evitar que una imagen específica se repitiera en mi cabeza, quise ignorarla pero no pude cuándo pasó algo inesperado. Un niño pasó corriendo con las manos extendidas muy cerca de nosotros, casi rozando el rostro de YoonGi pero este último se había echado hacia atrás lo suficiente como para evitarse un golpe. Entonces mi imprudencia volvió a actuar en nombre mío.

YoonGi se reacomodo en su lugar y siguió bebiendo el café enlatado mientras tanto observaba cuidadosamente a mi alrededor, esperando que nadie notara lo que estaba por hacer y me animé a estirar la mano. Agite la palma extendida frente al rostro de YoonGi. El parpadeo un par de veces y dejó de beber, estático y tenso. Me apresuré a bajar la mano.

-—¿Por qué hiciste eso? -—dijo en un claro tono de reclamo y yo sentí vergüenza.

-—Yo, quería saber si...

—-Si Seok Jin puedo distinguir perfectamente el movimiento. —-su rostro rígido y claramente molesto, mi hipótesis resultó ser cierta.

Y al darme cuenta de eso recordé la conversación que había tenido con YoonGi semanas atrás, cuando le mencioné que NamJoon estaba siendo una molestia.

Te entiendo, ignorarlo es lo mejor. Eso hago yo.

Tenía cierto sentido esa frase.

-—YoonGi, tu notaste lo que hicieron esos chicos el otro día -—solté de una buena vez, sin rodeos-—. ¿No es así?

Lo había tomado por sorpresa, pues su expresión cambió rápidamente, dudoso y con su semblante nervioso. Remojo sus labios y jugó sus dedos alrededor de la bebida. Aspiró profundamente y exhaló tendido antes de hablar.

-—¿Cuando los viste? -—dijo haciendo una mueca y rascándose la sien.

-—Yo... estaba buscándote esa vez, cuando empezamos a ir juntos a la universidad -—me sentía mal al hablar, como si fuese algo que yo no tenía derecho a expresar ni mucho menos conocer, un espía—-. No fue mi intención.

-—Está bien, no te preocupes -—Él sonrió y negó suavemente—-. Sí, me doy cuenta pero los ignoro, es más fácil si lo hago así.

-—¿Por qué? Ellos no pueden hacer eso, no está bien que te calles. -—dije sin ocultar mi molestia.

-—No quiero que ella lo sepa -—dijo, refiriéndose claramente a su madre-—. Es muy sobreprotectora, como ya habrás podido darte cuenta, limitadamente me deja hacer cosas por mi cuenta si ella estuviera enterada de eso seguro me saca otra vez de la escuela.

-—¿Otra vez?

YoonGi suspiro.

-—Fui educado en casa.

Una noticia que no me tomó demasiado por sorpresa, rápidamente comprendí porque YoonGi prefería no decir nada.


*Amaurosis congénita de Leber. Afección de carácter genético desde el nacimiento con pérdida visual casi total desde los primeros años de vida cuyos síntomas incluyen:

-Cristalino opaco/cataratas.

-Alteraciones en el pigmento de la retina (los ojos grises sin color de YoonGi se deben a esto).

-Nistagmos que son temblores involuntarios del ojo (YoonGi también tiene esto).

-Estrabismo.

-Fotofobia.

-Curvatura anormal de la córnea.

-Frotarse constantemente los ojos.

**En corea los niños deben ser registrados desde su nacimiento para tener derecho al servicio médico social, para el registro ambos padres deben comparecer de lo contrario el niño no obtiene su registro y por tanto es como si no existiera. En casos donde sólo se presenta uno de los padres ellos deben presentar una demanda al gobierno para reclamar el registro de su hijo. Para las madres es más fácil que los padres, quienes pueden pasar hasta diez años para que el gobierno reconozca el nacimiento de su niño. Durante este período de inexistencia del infante todos los gastos médicos deben ser cubiertos por el padre y Corea del Sur tiene un servicio médico demasiado caro cuando es particular.

Link de la obra original:
https://www.wattpad.com/story/199887251
Cr. a MinMin YoonJi.

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