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༊ Dieciséis ༊

Estaba callado, parado frente a mí en una sola pieza. Lo había arruinado, una vez más me había apresurado como un tonto. Aclare mi voz, sumamente nervioso. 

—Yo… me gustas YoonGi, necesitaba decírtelo —agache el rostro tan apenado, retrocediendo unos pasos—. Sé que soy un chico… 

YoonGi tiró con urgencia de mi ropa. Su mano libre afianzada a mi nuca y luego su boca suave abriéndose paso contra la mía. Su saliva y la mía siendo una, chasqueando lentamente en un cálido par de besos. 

—No importa... —susurro— Sí me gustas no importa, eso dijiste —sonrió contra mi boca besándome de nuevo—. Y me gustas, SeokJin, me gustas mucho. 

No hubo ni hay adjetivos que pudiesen describir con precisión la inmensa alegría que me llenó el cuerpo después de escuchar esas palabras. Gustar de alguien es maravilloso pero lo es más cuando uno se sabe correspondido. 

No pude detener mi emoción, tomé a YoonGi de los hombros y lo besé otra vez. Su boca encajaba perfecto con la mía y su aliento suave, con el aroma del café y el chocolate mezclados me avivo. Quería besarlo mucho, más cuando note su bonita sonrisa entre cada par de besos. Sonreí con él. Sus manos acariciando mi cabello y cuello. Fue el momento más increíble de todos, tanto que olvidamos el lugar donde estábamos. 

Un espacio público llamado parque, donde inevitablemente se tiene la atención de las personas a tu alrededor. 

—Se están besando. —La exclamación de alguna niña. 

Me separé inmediatamente de YoonGi, advirtiendo no muy lejos una pareja de esposos con su niña agarrada a ellos de ambas manos. Escandalizados mientras nos miraban con repudio. Tome a YoonGi de la mano y lo lleve conmigo hasta el auto. Odiaba que me miraran así pero odiaba aún más que lo miraran así a él. 

—Creo que no fue una buena idea besarnos en público. —murmuró YoonGi pero claramente divertido. 

—Sí —dije poniendo la calefacción del auto—. Creo que los incomodamos. 

—¿Alguien nos ve ahora? —preguntó con un suave sonrojo. 

Miré a todas partes y negué. Sonreí y él se mordió los labios. YoonGi era encantador. Me acerqué a él y de nuevo estábamos besándonos. De verdad estaba feliz. 

Después de eso invité a YoonGi a cualquier parte a la que él quisiera ir. Así que él solo me pidió ir a algún lugar por comida callejera, yo sabía bastante de eso. Comimos y paseamos un poco, YoonGi muy cerca mío, tomándome del codo. 

—¿Estamos saliendo? —le pregunté en cierto punto de nuestro recorrido. 

—Sí. —Había respondido muy contento. 

Nos quedamos un rato en silencio hasta que tome de nuevo la palabra. 

—Supongo que tu madre no estará de acuerdo. 

Su sonrisa desdibujándose suavemente. 

—No, no lo estará. 

—Bien, entonces mantengámoslo en secreto —deje un rápido beso en su mejilla—. Que ella no se entere. 

Fue ese el mutuo acuerdo al que llegamos, ser discretos al respecto aunque decidimos que nuestros amigos podían estar al tanto. Menos HoSeok, porque a veces, aunque él se esforzará en guardar un secreto, la verdad era que podía ser demasiado indiscreto en algunas ocasiones que estaban fuera de su control o comprensión. 

Cuando la tarde cayó con su baja temperatura decidí que era el momento de volver. Su madre ya estaba esperándonos en casa, algo lamentable pues no pude darle un último beso. Sin embargo, había sido una grandiosa tarde a su lado como para sentirme mal. 

Mi último momento con él fue cuando lo despedí en la puerta de su casa. Él pronunciando mi nombre al sacudir su mano hacia mi. Se que no podía verme pero yo me sentía cálido como si de verdad lo hiciera. 


Con el final del semestre empezaron las vacaciones. Tres semanas sin clases en las que no tenía nada que hacer más que ir al taller, y por supuesto pasar tiempo de calidad con YoonGi. En todo lo que iba de febrero habíamos tenido varias salidas, la mayoría en compañía de nuestros amigos, quienes seguían sorprendidos de vernos juntos. JungKook fue el único que no se mostró asombrado. 

—Ya sabía que se gustaban. —Fue lo que me dijo apenas contarle. —Era cuestión de tiempo. 

Sonreí mucho después de eso. De igual forma resultó que no fuimos los únicos en relacionarse pues JiMin y TaeHyung cada vez pasaban más tiempo juntos, coqueteandose abiertamente y sin disimulo alguno. También me enteré que NamJoon estaba saliendo en serio con alguien, una compañera suya. Me alegré por él, todo estaba bien con tal que me dejara en paz. 

Entonces finalmente llegó mi cumpleaños. Lo primero que pasó ese día fue una felicitación en casa, junto un desayuno especial y una generosa mesada para gastar. Después JiMin dijo que me llevaría un pastel a casa así que espere en mi sala hasta que el timbre sonó y recibí una enorme sorpresa, pues mi amigo no estaba solo. Detrás suyo TaeHyung y JungKook, y más atrás YoonGi esperando por mi, con su cabello menta recién retocado. 

Mamá preparó bocadillos y bebida. Mi hermana y ella se unieron por un rato para platicar con mis amigos luego de un rato se fueron para dejarnos convivir con mayor comodidad. Entonces me hicieron notar los presentes. Los dos más jóvenes me dieron pequeños regalos, un arreglo de flores y también una tarjeta. 

—Y HoSeok no vino porque no le gustan este tipo de reuniones —dijo TaeHyung—. Pero me pidió que comprara un regalo especial. 

Y de una bolsa plástica saco un tinte de cabello negro. Debí suponerlo. Un bromista. Los demás se rieron conmigo. 

Les agradecí debidamente. Con el rato JungKook tuvo que irse pues debía reunirse con sus padres y siguiéndolo a él fueron TaeHyung con JiMin, quienes iban a algún lugar que no mencionaron. Me preguntaron si estaba bien que yo pasara a dejar a YoonGi, obviamente no me iba a negar y dije que sí. Los dos nos quedamos felices. 

Lleve a YoonGi a conocer mi cuarto. Lo inmediato que él me hizo notar fue que había muchas cosas. 

—Sí, es un poco desordenado. —reí apenado. 

—No dije eso —murmuró—. La realidad es que me gusta, se siente como un cuarto de alguien normal. 

—Tu cuarto también es de alguien normal. 

—Sabes que no es así. 

Aquello no era cierto pero no había manera de argumentar decentemente contra eso así que estúpidamente me quedé callado. Mi mejor solución fue darle un beso a YoonGi. 

—Como tú digas. —susurre y el río, devolviéndome un beso pequeño. 

YoonGi exploró un rato mi cuarto, tocando con mucho cuidado las cosas que había sobre mi escritorio, se detuvo al encontrar a mi vieja amiga. 

—¿Es una cámara? —Él la levantó hacia mí. 

—Lo es —contesté—. Justamente un regalo de cumpleaños, en primer año de secundaria*. 

—¿Tomas muchas fotos? 

—A veces, cuando estoy de ánimo, pero últimamente me he enfocado mucho en la pintura —la tomé de sus manos—. Ahora es mi hermana quien la usa más. 

—¿Y cuándo estás de ánimo para tomar fotos? 

—Cuando estoy muy contento —me incline y deje un beso en su mejilla—. Como ahora. 

Él sonrió de lado, un gesto que hacía mucho cuando dejaba besos en su rostro. 

—¿Eso quiere decir que saldrás a tomar fotos? 

—Corrección —dije mientras revisaba la batería—. Saldremos a tomar fotos. 

YoonGi no me dijo que no, al contrario su entusiasmo fue notable. 

Como la batería iba a la mitad fui y tomé una batería cargada del cuarto de mi hermana. Empaqué las lentillas en mi mochila junto una manta por si era necesaria y también me hice de algunos refrigerios. Me despedí de mi madre y hermana que estaban en alguna charla animada en la habitación de la primera. 

Ambos subimos al auto y fuimos a cualquier parte. En el trayecto no pude evitar bromear respecto al ingenioso regalo de HoSeok. 

—¿Tal vez si debería pintarlo de nuevo? —pregunté jugando con las puntas de mi cabello. 

—No tienes que hacerlo —YoonGi estaba atento a mi—. Se acostumbrara al final, bueno… supongo que lo hará. 

—¿Supones? 

—TaeHyung antes del castaño también usó tinte rojo. 

—¿Y cuánto duró eso?

—Creo que dos días. 

Eso me sonó muy cierto, muy a HoSeok. Ambos nos reímos. 

—Bueno, al menos me envió un regalo —repuse—. Si piensa en mí. 

La expresión de YoonGi se inclinó un poco al frente. 

—Lamento no haber podido comprarte algo —murmuró con un poco de pena—. TaeHyung me dejó sin ahorros después de la apuesta. 

Increíble. 

—¿Apostaste todo lo que tenías? —pregunté asombrado— Eso nunca se hace. 

YoonGi se rió de sí mismo. 

—Te lo dije, yo soy alguien de "todo o nada" igual no pensé que iba a lograrlo, mi madre es impredecible. 

—Vaya que lo es —asentí—. Como sea, no necesito regalos, obviamente los agradezco pero no pasa nada si no los recibo. Me importa más estar con la gente que quiero así que el que estés aquí conmigo pasando mi cumpleaños me vale muchísimo. 

Apretó sus labios un poco. 

—¿Quieres a JiMin, Kook y Tae? 

—Claro que los quiero, todos son mis amigos, y son unas personas muy graciosas —dije—. JiMin es todo un personaje. 

—¿También quieres a Hobi? 

—Si, aunque diga que mi cabello es ridículo. 

Los dos riendo. 

—¿Y a mi? 

—A ti mucho más. —sonreí—¿Y tú? 

—Sí, yo también me quiero mucho. 

Mi corazón no podía con tanto, es que simplemente era magnífico. Decidí que podía seguirle el juego. 

—Iba a dejar pasar lo del regalo pero ahora quiero uno. 

YoonGi abrió mucho los ojos, no se lo esperaba. 

—Pero no tengo dinero. 

—Pues tienes que darme uno. 

—No me gusta como suena eso —declaró con un tono obvio de preocupación—. ¿Qué quieres? 

Tenía algo en mente pero podía dejarlo sufrir un poco, que YoonGi se marinara en su propia incertidumbre, eso estaría bien para empezar. 

Tras un camino corto estacione el auto a unas calles de mi antigua escuela, la secundaria*. Muy cerca había un campo enorme donde solía jugar con mis amigos y que era excelente para tomar fotos amateur del paisaje. Un lugar que a mi consideración combinaba perfectamente con el aura de YoonGi y que me daría lo que estaba buscando obtener. Una foto de YoonGi. 

Tome mis cosas del auto y ayude a que YoonGi bajara de él. Entonces él extendió su brazo hacia mí pero no lo tomé. Solo me apresure a darle un pico en la boca y caminar rápidamente. 

—Puedes seguirme —le grité a sabiendas que llevaba el bastón en su bolsillo—. No olvides cerrar la puerta. 

Su expresión sorprendida y sacada de lugar me valió una vida entera. No dude en sacar la cámara y hacer el primer disparo. YoonGi enfurruñado, directo para un poster. 

Vigile a YoonGi muy poco en su camino pues la verdad era una planicie con nada más que pasto amarillo y algunos arbustos, ningún obstáculo que puediera causarle daño. Mientras él se tomaba su tiempo para llegar a mi, yo coloqué la mochila y la manta. Lo último que preparé fue el trípode para la cámara. 

Yo ya estaba sacando unas latas de jugo cuando al fin YoonGi me alcanzó. 

—Tardaste mil años. —le bromeé mientras se sentaba frente a mi. 

—No puedo caminar tan rápido si no conozco el camino. 

—Pero tienes el bastón. 

—Sí, es un bastón —declaró recibiendo de mi la lata que le extendí—. No un perro guía. 

—Cierto —exclamé al darme cuenta que esa era otra de las cosas que me causaban interés—. ¿Por qué no tienes uno? ¿No te sería más fácil salir a pasear? 

—No tenemos tanto dinero para pagar uno y ellos requieren de muchos cuidados —bebió del jugo. —. Igual mamá piensa que no necesito uno. 

—¿Y tú piensas lo mismo? 

Únicamente se encogió de hombros y eso me dijo que no, él no estaba de acuerdo. Pero qué podía yo hacer al respecto. Los ánimos decayeron un poco pero yo no iba a permitir que YoonGi se pusiera triste, claro que no, así que me levanté y tomé a YoonGi de la mano. 

—Quita esa cara —deje un beso en su mejilla, dios, como amaba llenarlo de besos—. Ahora te voy a enseñar a tomar fotos. 

—Pero no estoy en el grupo de fotografía. 

—Esto es fuera del taller, igual no entiendo porque no lo has intentado. 

—¿Por qué no veo? —dijo como si fuera lo más obvio y tonto que yo hubiera podido preguntar, que ofensa la suya. 

—Pero pintas —dije acomodando la cámara—. Es lo mismo. 

—Claro que no, uso mis manos y el tacto para hacer los trazos. 

—Con la cámara también, solo enfocas y disparas, es muy fácil. 

Él se rió de mí pero aun así me dejó enseñarle. Le expliqué lo más básico, la funciones de cada botón y cómo girar cuidadosamente los anillos para hacer zoom. Mi cámara no era tan sofisticada por lo que manejarla no resultaba tan problemático. Pasamos por varios intentos hasta que finalmente salió una imagen nítida y bien enfocada en la pantalla. 

—Esta es genial. 

—¿De verdad? —no podía ocultar su alegría cuando escuchó eso. 

—Dije que nunca te mentiría al respecto. 

YoonGi me dio la razón, claro que se lo había prometido y yo me mantenía apegado a eso. Era una buena foto, lo suficiente para gustarme. Me gustaba tanto como YoonGi, bueno un poquito menos porque nada podía gustarme más que él. Lo abracé y lo besé, él me devolvió cada beso con sus ojos grises brillando. Era un cumpleaños perfecto pero aún faltaba una cosa. 

—Bien —me separé lentamente de su boca—.  Ahora mi regalo. 

—Dije que n… 

—No tienes que comprarme nada —respondí apresurado mientras le acomodaba su cabello—. Quiero una foto donde posés para mi. 

Nunca entendí el estereotipo de la piel blanca pero con YoonGi sonrojado no podía dejar de pensar que era un color hermoso, que dejaba ver cada poro lleno de sangre. Precioso. 

YoonGi no accedió a la primera por lo que suciamente me vi forzado a recurrir al chantaje, no me sentía orgulloso pero sí muy satisfecho cuando me dio luz verde. 

Con emoción coloque la manta en medio del campo y establecí el mejor ángulo de luz para la toma, luego lleve a YoonGi y lo senté justo en ese punto. Lo hice recargarse suavemente sobre sus brazos, echando apenas un poco su cabeza hacía atrás. 

—¿Y ahora qué hago? —preguntó cuando iba por la cámara y volvía hacía él— ¿Sonrió o algo así? Espero que no, porque soy malo para sonreír. 

—¿Qué dices? Tu sonrisa es muy hermosa —le dije al ponerme en cuclillas, a casi dos metros de él—. Pero no tienes que hacer nada, solo mira a la cámara. 

Su rostro perdiendo brillo. 

—Ahora si empiezas a molestarme. —Su voz sonando más gruesa y amenazante. 

Me reí. 

—Solo sigue mi voz e imagina que voy a besarte —rojo otra vez—. A besarte en serio. 

La nuez de su garganta subió y bajó en un acto reflejo, sumamente nervioso. 

—¿Cómo es un beso en serio? 

—Imaginatelo. 

Me preparé para el disparo. 

—Bien, aquí estoy YoonGi —ambos dando un respiro profundo—. Relaja tu boca, entreabre un poco, tal como un beso. 

Él obedeció con su rostro hacia la cámara. Un par de disparos, mi respiración ausente y un segundo después… estaba hecha. La imagen más increíble de todas. El rostro de YoonGi atrapada en el tiempo, mirándome. Tan bello como nada en el mundo. 



*Nota aclaratoria. Cuando digo secundaria en el sistema coreano es referencia a la preparatoria o bachillerato en el sistema latinoamericano. 

Secundaria=preparatoria/bachillerato. (3 años)

Primaria=secundaria. (3 años)

Escuela elemental=primaria. (6 años)

Kinder garden/guardería=jardín de niños. (2-3 años)

Link de la obra original:
https://www.wattpad.com/story/199887251
Cr. a MinMin YoonJi.

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