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Capítulo 8.

ㅡAprendemos hechizos en la escuela secundaria ㅡle explicóㅡ, muchas de las personas que los aprenden en los primeros años de escuela, la abandonan después de un tiempo. Por eso, el Alcalde Estudiantíl ha hecho una ley en la que se les enseña a los niños sólo en la secundaria ㅡconcluyó, mirando el camino.

Mientras iban de camino a casa, Eddward empezó a hacer preguntas sobre el hechizo. Cuando Kevin se vió repleto de preguntas que no podía responder (porque Edd seguía preguntando cosas), ofreció poder hacer una pregunta cada uno, y al final, mantener una buena conversación.

ㅡAh, ya entiendo ㅡdijo, asintiendo.

Respiró aliviado cuando Eddward le dijo que sí a su ofrenda.

ㅡMi turno... ¿quién era la mujer que viste?

Ahí está. La pregunta que Eddward estaba esperando, y la misma que Kevin temía hacer por miedo a que el humano encubierto se enojase con él.

ㅡMi mamá ㅡle dijo, después de un suspiroㅡ. Ella... falleció cuando yo era pequeño.

ㅡOh ㅡmurmuróㅡ, por eso no nos hablabas mucho sobre tus padres ㅡdijo, pensativo.

ㅡSí, era eso ㅡse racó la nuca, después de un tiempo, murmuróㅡ. Mira, Kev... lamento haberte mentido...

ㅡOh no, está bien ㅡdetuvo su paso cuando Eddward lo hizoㅡ, no tienes que explicármelo.

ㅡQuiero hacerlo ㅡaceptó, tirando de sus cabellos hacia atrásㅡ. La relación con mi padre ha cambiado bastante cuando mi madre falleció... no es mentira que me he escapado de mi casa, pero no por las razones que dije ㅡsonrió levemente, mirándoleㅡ. En resúmen... mi padre quiere que yo me convierta en alguien cómo él, pero yo quiero ser libre... cómo mi madre.

ㅡOh, entiendo ㅡasintió, sonriéndoleㅡ. Gracias por hablar conmigo sobre eso, en agradecimiento; yo te contaré de mis padres.

Pero, antes de que Eddward pudiese decir o hacer algo, Kevin se dió media vuelta y empezó a caminar. Mientras seguía el paso algo rápido de su acompañante, pensaba en qué tan parecidas serían sus historias.

Cuando llegaron a la casa, Kevin le dió la opción a Eddward de tomar un baño primero. Antes de que ingresara, el pelirrojo entró y dejó unas pequeñas ramas de eucalipto colgadas de la regadera.

"Para el dolor muscular y de cabeza", le había dicho, mientras salía del baño. Cuando Eddward salió de bañarse, Kevin estaba cortando unos vegetales. El humano tomó su lugar, mientras el pelirrojo tomaba un baño rápido.

El platillo de hoy era una sopa de vegetales picante con carne.

Cuando Kevin salió del baño, los ingredientes ya estaban calentándose en la olla. Siguieron hablando de la sopa, olvidándose por un momento de lo que Kevin había dicho en el camino de vuelta a la casa.

Eddward estaba preparado para poner los platos sobre la mesa, cuando Kevin le señaló que sería una mejor idea comer en el sofá, así que llevó los platos y vasos a la mesa de madera pequeña.

Cuando la sopa estuvo lista, los platos puestos, y los dos muchachos en sus lugares; el amneano aclaró su garganta.

ㅡMis padres ㅡempezó, con suavidad, revolviendo su sopaㅡ, se conocieron en la escuela y siguieron juntos a pesar del trabajo de ambos...

El padre de Kevin era Consejero Real, y su madre, una empleada en una Lavandería. Al principio, su amor estaba escondido, pero luego lo hicieron oficial frente a todos. Se casaron en nombre del Príncipe anterior, y tuvieron a Kevin casi tres años después.

Cuando su pequeño tenía sólo dos años, los padres se vieron involucrados en la guerra. Al principio, ninguno de ellos iba a asistir, pero fueron llamados a primera línea por el Príncipe.

ㅡLa guerra no les correspondía, no nos correspondía a los amneanos tampoco ㅡle explicóㅡ. La guerra de Adira no nos correpondía a ninguno de nosotros ㅡfinalizó.

ㅡ¿Adira? ㅡpreguntó, levantando la vista ráopidamenteㅡ, ¿el lugar del que Eddy y su familia escaparon?

ㅡLo sé ㅡrascó su narizㅡ, sé que lo que dije puede sonar muy cruel ahora que tú lo sabes... pero, espero que me entiendas, he perdido a mis dos padres. Te... te lo explicaré más tarde.

Eddward simplemente asintió, el nudo que tenía en la garganta no lo dejaba hablar. Kevin dijo que Eddy no lo sabía, y le pidió guardar el secreto. Luego siguió contando su historia.

ㅡMe quedé con mis tíos hasta los veinte años, en los cuáles me mudé aquí por mi cuenta ㅡasintió a sus propias palabrasㅡ. Mientras crecía, siempre pensé que mi destino era convertirme en Consejero Real, para lograr lo que mi padre no pudo. Desde que he empezado a estudiar los libros, hasta el primer día que entré en Palacio; han habido cinco hombres antes que yo.

ㅡ¿Todos cometieron suicidio?

ㅡSí ㅡasintió, bebiendo un poco de su jugo de manzanaㅡ, todos ellos. Cuando llegaron a los libros y grimorios en los que se relataba la guerra de Adira, en la que Amnis estuvo envuelta también, deciden morir.

ㅡ¿Crees que todo esté maldito? ㅡpreguntó, con los ojos muy abiertos.

ㅡNo, creo que es porque la guerra ha sido demasiado dolorosa para muchos. Las personas que la presenciaron, o que vivieron la guerra muy de cerca, ya han fallecido.

Eddward apretó sus manos en puños. Es probable que, si lo que Kevin dice es real, sus abuelos estén muertos. Se relamió los labios y miró todo lo que había sobre la mesa, mientras pensaba en qué hacer a continuación.

ㅡQuisiera... conocer la historia de Amnis ㅡcomentó, en voz baja.

Si Kevin no podía ayudarle... los libros de la Biblioteca Real podrían hacerlo.

Cuando volvió a levantar la vista, el pelirrojo tenía los ojos sobre él. Formuló una palabra en su cabeza, Eddward cree que murmuró "yo puedo", pero el resto de la oración quedó en la nada cuando la puerta principal fue golpeada repentinamente.

Ambos se levantaron de golpe.

ㅡ¿Buenas? ㅡgritó Kevin, aún con la vista en Eddward.

ㅡ¡Soy yo, Vek! ¡Eddy!

ㅡSube ㅡdijo el pelirrojoㅡ. Sube y escóndete.

ㅡ¿Por qué? Dijo que era Eddy.

ㅡNo lo creo ㅡmurmuró, negandoㅡ. Escóndete, Eddward. Ahora mismo.

Eddward corrió escaleras arriba, y cuando estuvo lo suficientemente lejos de la vista de la parte baja de la casa, agudizó el oído.

Efectivamente, el chico que había tocado la puerta y gritado, era Eddy... pero no estaba solo.

ㅡBuenas noches, Bibliotecario Real ㅡsaludó un hombre con voz ronca, inclinándose sobre una rodilla ante él.

Edd le vió la espalda desde atrás, era... enorme.

ㅡRich ㅡdijo Kevin, sacando algo de pecho, dejando sus brazos detrás de su espaldaㅡ. ¿Qué te trae a mi hogar?

ㅡTengo que investigar.

ㅡ¿Que no me he llevado otro libro de Palacio? ㅡenarcó una cejaㅡ, no lo he hecho en mucho tiempo. Conozco mi lugar.

ㅡNo, no es eso ㅡrevisó todo con la mirada.

Rich era un hombre alto y fuerte, de hombros muy anchos y brazos muy músculosos. Llevaba un casco que, al quitarlo de su cabeza, dejó ver su cabellera amarilla, larga hasta los hombros. Eddy se perdía entre el movimiento de sus brazos y piernas. Llevaba el mismo traje de soldado que el enano y los dos tipos que habían visto temprano.

Kevin se veía claramente nervioso y algo incómodo por la presencia de ese tal Rich en su casa. Eddward se iba escondiendo por cada lado que encontraba, aún sintiéndose cautivado por el tipo alto y fuerte.

ㅡ¿Qué te trae a mi hogar? ㅡdijo, con suma amargura, otra vez.

Aquella voz había hecho que a Eddward le diera un escalofrío. No pensó que oiría a Kevin enojado en mucho tiempo... tampoco creía que el pelirrojo fuera capaz de enojarse realmente. Para él, era un bollito de carne recién hecho.

Los pasos de Rich hicieron temblar un poco las tablas de madera del suelo. Eddward seguía admirando a Kevin, sus brazos tensados (seguro que estaba apretando mucho sus manos detrás de su espalda), su rostro duro y enojado, el leve puchero en su labio inferior mientras se mordía una mejilla.

Los ojos verdes, muy oscuros ahora, seguían a Rich de un lado a otro. No lo había notado antes, pero su cabello aún lucía un poco húmedo, y algunos mechones caían por su frente en pequeños espirales. Casi podía ver las gotas de agua sobre sus pestañas, cada vez que pestañeaba.

Cuando los ojos de Kevin fueron a él, un escalofrío le recorrió de la cabeza hasta la punta de los pies. Ahogó una exclamación cuando el estremecimiento cruzó su espalda y estómago. Kevin relajó su mirada y sonrió apenas. Un pequeño rubor cruzó fugazmente por su nariz.

Más abajo, a un lado suyo, vió el rostro asustado y exasperado de Eddy diciéndole (con muchas muecas) que vaya a esconderse mejor.

Rich pateó suavemente la mesita de madera, alterando a todos de nuevo. Las miradas se dirigeron a él, mientras Doble D buscaba otro lugar para esconderse.

ㅡDos platos, ¿eh? ㅡdijo, y se volteó a Kevin.

Gracias al corte de cabello repentino, el pelirrojo pudo ver de nuevo aquella horrible cicatriz que surcaba su rostro; desde un poco más arriba de su ceja derecha, hasta la mandíbula. Herida de guerra.

Kevin volvió a su postura enojada y tensa.

ㅡEddy me prometió volver para la cena. Cómo no regresó a tiempo, me comí su plato ㅡexplicó, aún imperturbable.

Recordaba los ojos celestes de Eddward sobre él, y eso lo ayudó a dejar de clavarse las cortas uñas que tenía en su antebrazo derecho a sus espaldas.

ㅡGenial ㅡmurmuró, y miró todo a su alrededor de vueltaㅡ. Hemos encontrado un pedazo de tierra descolocado de lugar en el borde hacia el Outferno ㅡcomentóㅡ, creemos que escodes algo, próximo Consejero Real ㅡlevantó su gruesa mano cuando el pelirrojo iba a opinar, deteniéndoloㅡ. No te molestes en hacerlo, Eddy me lo ha intentado explicar todo.

ㅡLe repito, segundo Teniente, que no hay nada en esta casa. Está perdiendo el tiempo y está haciendo que el Bibliotecario Real pierda tiempo de suma importancia ㅡparecía volver a repetir Eddy, cansado.

ㅡTodo Amnis conoce su ambición por las cosas del otro lado del mundo, señor Bibliotecario ㅡespecificó, sin importarle mucho lo que Eddy tenía para decir. El enano se quejó con un bufido.

Eddward se quedó quieto en la puerta cerrada de la habitación de Kevin, esperando pacientemente que suceda algo más. Las palabras de Rich, por alguna razón, le hicieron detenerse.

ㅡY no creo que haya algo que usted no tenga que ver con la caída de algo del mundo exterior en Amnis ㅡcontinuóㅡ. Si algo tan grande ha caído para dañar el pastizal y no ha quedado tirado por los alrededores, he de suponer que está aquí en su hogar.

ㅡSupone mal, segundo Teniente ㅡdijo Kevin, aún sonaba muy enojado.

Hasta en esta distancia se veía muy maduro. Más grande que su propia edad, demasiado inteligente cómo para no ganar conmemoraciones. El chico lindo y suave que él había conocido no tenía cabida en este preciso momento.

El segundo Teniente, el Primero al mando y el Bibliotecario se miraron entre sí, en medio del silencio. Eddward sentía que, cualquier movimiento que hiciera ahora mismo, acabaría con todo lo que había hecho hasta ahora.

ㅡYa veo ㅡmientras Rich decía estas palabras, Eddward bajaba el pestillo y abría un poco la puertaㅡ. Bueno, en ese caso... no le molestará que revise la parte superior de su hogar.

Algo en la mirada de Kevin había hecho sonreír de una manera algo siniestra al grandote que estaba frente a él. Eddward observaba los ojos inquietos de Kevin... aún miraban a Rich, pero parecían querer mirar hacia dónde él se encontraba.

O dónde suponía que se encontraba.

Eddward logró abrir la puerta, pero algo cayó detrás de él cuando intentó abrirla un poco más. El súbito ruido hizo que Rich comenzara a caminar escaleras arriba con más rápidez.

Antes de esconderse por completo, vió a Eddy sacar la espada aferrada a su cintura y a Kevin intentar correr detrás de Rich.

Se introdujo en la habitación y cerró con un portazo. Las cosas iban de mal en peor. Oía que las otras puertas también comenzaban a hacer el mismo ruido, y luego que se abrían con un golpe.

Escuchaba los pasos pesados de Rich en las habitaciones cercanas a la que él se encontraba, mientras admiraba toda la habitación de Kevin. Le había encantado la primera vez pero, ahora, parecía que nada de esa gran y hermosa habitación podía servirle. Giró y giró en su mismo lugar, hasta que los pies de Rich sonaban muy cerca de dónde se encontraba.

Observó la ventana abierta de par en par, y no lo pensó dos veces antes de ir hacia ella. El pequeño balcón interno le daba la vista necesaria que necesitaba. A su lado derecho, una enredadera verde, algo maltratada y gastada, yacía hasta arriba, hasta el borde del techo.

Se lanzó hacia ella cuando la puerta de la habitación se abrió con un súbito rechinido al ser abierta completamente. Eddward escaló lo más que pudo, llegando al borde de la cúpula de la casa.

Rich vió la ventana abierta y aprovechó el momento antes de que se escapara de sus manos. Pero, cuando se lanzó a mirar, estaba todo vacío.

Observó hacia abajo, y no había nada; luego hacia los lados, en los cuales tampoco tuvo suerte. Una pequeña gota de algo cayó sobre su cabeza y se volteó con rápidez hacia el lugar.

Lo que encontró, fue sólo una gran nube negra que brillaba suavemente en algunos lugares. Se avecinaba una tormenta.

El grandote volvió a entrar en la habitación, cerrando la ventana en su camino adentro. Aún así, Eddward podía seguir oyendo su charla desde el techo.

ㅡNo hay nada.

ㅡTe lo dije ㅡrefunfuñó Eddy.

ㅡSupongo que sí me he equivocado esta vez ㅡel rechinido del suelo de nuevo, Edd supuso que se había inclinado de nuevo ante Kevinㅡ. Quise investigar por mi cuenta, y las coaas parecen haber salido bien para tí, Bibliotecario.

¿Eso suena a una disculpa para tí, por irrumpir en una casa en medio de la noche?; se preguntaba Eddward, entrecerrando los ojos para que las gotas de agua dejaran de pegarle directo en ellos.

ㅡNo eres bienvenido en esta casa, segundo Teniente Richborn, retírate ahora mismo.

Incluso con aquellas palabras fuertes de Kevin, no hubo una disculpa. El aguacero estaba comenzando cuando observó a los dos soldados irse de la casa.

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