Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3.

El pedazo de tierra en el que había depositado su pie izquierdo, se desprendió y la rama por la que quiso sostenerse, se cortó. Eddward cerró los ojos con fuerza cuando vió el suelo demasiado cerca de su cara.

Cayó rodando por algo que sentía cómo una pequeña colina, una rampa hecha a base de musgo y césped, que los niños usaban para deslizarse luego de una leve llovizna.

Cuando logró detener un poco sus giros, acabó deslizándose de espaldas hacia el final de la colina. Sus brazos quedaron sobre su cabeza, su bolso le sirvió cómo almohada y sus pies golpearon una enorme roca.

Una enorme roca que, cuando la golpeó, gritó: "¡Ay!"

ㅡ¿Y eso? ㅡdijo una voz, en lo que Eddward intentaba que su mundo dejase de girarㅡ, ¿y eso qué es?

ㅡ¡Es un hunamo! ㅡdijo la misma voz chillona que gritó, la roca viva.

ㅡHumano ㅡle corrigió la otra voz, que ahora se sentía más cercaㅡ, ¿estará muerto?

Lentamente, los ojos de Eddward se abrieron.

Sus ojos se encontraron, principalmente, con una cabellera pelirroja; luego con unas cejas del mismo color; y, por último, unos enormes ojos verdes brillantes.

Bueno, decir "enormes" parecía demasiado.

Soltó el aire en sus pulmones.

ㅡEstá... ㅡmurmuró el pelirrojo, asombrado.

ㅡ¡Vivo! ㅡchilló la otra voz, ahogando un grito después.

ㅡShh, cállate, Eddy ㅡdijo, sin dejar de mirar los ojos de Eddwardㅡ. Hola, humano.

ㅡ¿H-Hola? ㅡrespondió, asustado.

ㅡQué bueno que hablemos el mismo idioma ㅡle sonrió.

Una bella y gran blanca sonrisa. Sus orejas se levantaron un poco cuando lo hizo.

ㅡVek, no deberíamos estar hablando con él... ¡ni siquiera tuvimos que haber salido del Lapacio!

Eddward bajó sus brazos de a poco: ㅡ¿Qué le sucede a tu amigo?

ㅡEs vóxico, confunde algunas letras y palabras.

ㅡVóxico ㅡmurmuró, cómo si estuviera saboreando la palabra.

Conocía a personas disléxicas, como su primo Miguel, pero nunca había oído hablar de alguien que sufriera de eso con su habla. Bueno, tampoco sabía que eso podía pasar.

O que tenía un nombre.

ㅡVek, por favor ㅡsuplicó, en otro susurro.

ㅡNo voy a hacerte daño ㅡmurmuró Eddward, sentándoseㅡ. No soy una mala persona, sólo me tropecé y me caí.

ㅡL-Las personas no se caen aquí por orrer ㅡdijo, intentando lucir "para nada asustado".

ㅡError ㅡle corrigió el chico de cabellos pelirrojosㅡ. ¿Cómo te llamas?

ㅡEdd ㅡsoltó, aún embriagado con el aroma a musgo en su cabelloㅡ. Eddward, mejor dicho.

ㅡEdd, el humano ㅡsusurró, admirándoloㅡ. ¿De dónde vienes?

ㅡDe...

Relamió sus labios. No, no podía decir que venía de la Gran Ciudad. Su madre decía, en sus cartas y su cuadernillo, que para las personas del Amnis, los humanos de la Gran Ciudad eran peligrosos... que la ciudad, en realidad, era peligrosa.

Alguien que viniera de aquel lugar, sería una amenaza.

ㅡDebiste golpearte la cabeza muy fuerte, ¿cierto? ㅡle señaló el pelirrojo, al ver que tardaba en hablarㅡ. No te esfuerces, está bien. Puedes decirnos de dónde vienes cuando hayas descansado.

ㅡ¿Denancado? ㅡpreguntó el muchacho atrás suyaㅡ. ¡No podemos llevarlo a ningún lugar!

ㅡPuede venir conmigo, tú no tienes que hacerte cargo de él.

ㅡVek ㅡreclamó, entre dientesㅡ. Harás que te maten... que nos maten a los dos.

ㅡNo pueden matarnos, somos parte importante del Palacio ㅡle sonrió, volviendo la vista a Eddwardㅡ. Te ayudaré a levantarte ㅡdijo, extendiéndole una mano.

El más pequeño, el acompañante del pelirrojo, refunfuñó entre dientes y también ayudó a Eddward a levantarse. En medio de su acción, el pelirrojo se detuvo y levantó la vista a su amigo.

ㅡNo me mires así. Le daremos algo para curarle la conclusión y después de saber de dónde viene, lo dejamos dónde lo encontramos.

ㅡContusión ㅡcorrigió Eddward.

ㅡNo me simpatizas ㅡmurmuró, mirándolo.

El pelirrojo se rió de ellos.

Cuando Eddward pudo ponerse de pie, sacudió sus ropas y su cabello. Revisó que todas sus cosas estuvieran en orden y buscó su cuaderno de bitácoras. El muchacho pelirrojo se lo tendió con ambas manos, admirando la tapa dura del cuadernillo amarronado.

ㅡGracias ㅡsonrió Eddward, revisando todos los lados del cuadernillo, esperando que nada estuviera rotoㅡ. Discúlpame, no sé tu nombre.

ㅡKevin ㅡdijo, con un corto asentimiento de cabezaㅡ. Y el enano es Eddy.

Kevin, al que el otro muchacho llamaba "Vek", tenía unos ojos grandes de color verde; su cabello era pelirrojo y corto. Llevaba una camiseta blanca suelta, debajo de un chaleco verde oscuro, que le llegaba hasta la parte trasera de las rodillas; y un pantalón de color marrón. También un cinturón del mismo color marrón, y unas botas decoradas con hojas verdes.

ㅡ¡Oye! ¡no soy un enano! ㅡse quejó Eddy.

El muchacho más bajito, el vóxico, llevaba casi las mismas ropas que el pelirrojo, sólo que llevaba un chaleco más corto y una espada atada en la cintura.

Era curioso. Ambos tenían las orejas iguales a las de Eddward: redondas y algo sonrojadas en la parte de arriba. También hablaban español, aunque por las escrituras de su madre, creía que hablarían en un idioma algo diferente.

La forma de caminar era la misma. No volaban, o tenían alas, y se comportaban cómo cualquier humano normal.

Entonces, ¿por qué el miedo a la gente que estaba afuera?

Oh, ¿realmente este era el Amnis escondido del que hablaba su madre? ¿Estos son sus habitantes, su gente? ¿Esta es parte de la familia de su madre? Estaba confundido, y algo eufórico.

No esperaba encontrar mucho, debido a que llegar le parecía difícil. Al final, encontró el pasaje completo, lo recordó para anotarlo en su cuadernillo de bitácoras más tarde.

Siguió a los muchachos por un pasadizo corto, hecho con varios cuadrados de cemento. Alrededor, todo era césped alto o corto, árboles de varios tonos verdes, flores de muchísimos colores y pájaros cantando sobre pequeñas ramas.

Kevin y Eddy hablaban de cosas del Palacio, mientras Eddward los escuchaba entrecortadamente. Sus ojos iban de aquí para allá, se detenía a veces para admirar todo con detenimiento, y sus oídos captaban las voces alegres de los pájaros que se paseaban por su cabeza.

Se detuvieron bajo la sombra de un par de robles.

ㅡUh... ¿a dónde vamos?

ㅡEse es el problema ㅡdijo Eddyㅡ. Nosotros tenemos que ir a... Palacio ㅡdijo, hablando bajito.

ㅡExacto ㅡle sonrió su amigo, Eddy suspiró aliviado por no haberse confundidoㅡ. Tenemos que irnos al Palacio... en realidad, no quiero dejarte vagando solo, así que, ¿qué prefieres hacer?

ㅡ¿Cuáles... son mis opciones?

Eddy se cruzó de brazos: ㅡVienes al Palacio con nosotros..., o te quedas en casa de Vek.

Pensó por un momento.

Ventajas de ir al Palacio: posiblemente encuentre más información, lo que conllevaría a poder preguntarle a más personas sobre el paradero de sus abuelos. Otra ventaja sería que podría convencer a las personas del Palacio que le mostraran documentos reales, con el fin de encontrar la verdad que su madre le había ocultado tantos años.

Desventajas de ir a Palacio: puede que lo encierren si menciona que viene de la Gran Ciudad, aunque diga que su madre perteneció al Amnis hace años y le muestre sus pruebas, podrían no creerle y encerrarlo de por vida. Otra desventeja sería que, tal cómo dijo Eddy, pueden matar a sus dos nuevos amigos por haberlo protegido todo este tiempo.

Abrió la boca, pero luego la cerró. Volvió a pensar.

Ventajas de ir a casa de Kevin: tal vez tenga algo para comer y beber, y tal vez un lugar cómodo en el que pueda descansar. Otra ventaja sería que estaría escondido y a salvo de cualquier cosa que pase en las "calles".

Desventajas de ir a casa de Kevin... ninguna.

ㅡ¿De verdad puedo quedarme en tu casa? ㅡpreguntó, en un ligero murmullo.

ㅡYa nos cayó un rayo ㅡdijo Eddy, agarrándose la cabeza con las dos manos.

ㅡ¡Sí! ㅡdijo Kevin, con una enorme sonrisaㅡ, ¡puedes quedarte! Vivo solo, así que nadie te hará preguntas extrañas. Te enseñaré el lugar, tengo comida y agua caliente. ¡Seguro que encuentras algo divertido que hacer mientras no estoy!

ㅡ¡No lo alientes a quedarse! ㅡregañó Eddy.

ㅡVamos, Eddy, tenemos que esconderlo por ahora.

ㅡLamento ocasionarles tantos problemas ㅡmurmuró, y luego se acarició la cabeza. ¡Eso es! Podría sentirse avergonzado despuésㅡ. Es que... me siento un poco mareado...

ㅡ¿¡Lo ves!? ¡tenemos que ayudarlo! ㅡKevin puso sus dos manos en los hombros de su amigoㅡ. Eddy, ayúdame, por favor. Eres el único amigo que tengo, ¡mi mejor amigo!

Eddy se lo pensó. Hizo un ruidito pensativo con su boca y, luego, vió al humano que lo había golpeado con sus rodillas en aquella colina.

ㅡSí te ví, ni me acuerdo ㅡdijo, cruzándose de brazos.

ㅡ¿Eso... significa que está bien?

ㅡ¡Sí, eso es! ㅡrió el pelirrojoㅡ. Ve al Palacio, llevaré a Eddward hasta mi casa.

El más bajito lo señaló con un dedo: ㅡMás te vale que pesas lo que estás haciendo.

Kevin puso una mano sobre su pecho: ㅡ¡Lo juro por mi honor al Príncipe y la seguridad del Reino! ㅡdeclaró.

Oh, no, Eddward ya se estaba sintiendo muy culpable de fingir estar herido. En cualquier momento, tendrá una oleada de honestidad y le vomitará toda la verdad en la cara al pobre muchacho que sólo está intentando ayudarle.

Diablos, se sentía muy mal por engañarlo.

ㅡEstá bien, está bien... tampoco es para tanto ㅡsuspiró y luego chasqueó la lenguaㅡ. Le diré a la Guardia Real que te caíste al logo mientras intentabas guardar la Rapónchigo amarilla en tus ratinas. Cámbiate de ropa antes de venir, será más creíble.

El pelirrojo rió contento: ㅡ¡Sí, general Eddy!

El más bajito siguió refunfuñando mientras se iba a paso lento, viendo de costado al humano que seguía disculpándose con él.

ㅡMi casa no está lejos, ¿puedes caminar un poco más?

ㅡEh... sí, seguro.

ㅡGenial. Ven, es por aquí.

Siguieron caminando por el sendero de cemento.

Kevin le explicó a Eddward que, a la hora en la que él había caído, la gente estaba durmiendo en sus casas. Le dijo que, en esa temporada del año, el sol era demasiado fuerte para los niños y ancianos en horas de la tarde; por lo que decretaron un descanso de las actividades fuera de las casas, de las dos hasta las cinco.

Kevin se detuvo y señaló una escaleras hechas de piedra, que subían una montaña, tal vez, de seis metros de alto. Señaló una cabaña en lo alto, diciendo que era su casa.

ㅡ¿Seguro que puedes subir hasta allá?

ㅡMuy seguro ㅡasintió con media sonrisa.

Sí, eso bajaría su culpa creciente por estar engañando a Kevin de una manera tan cruel.

ㅡEddy dijo algo... hace un momento ㅡrecordó, rascándose la orejaㅡ. Una... ¿rapónchigo amarilla?

ㅡAh, sí ㅡel pelirrojo le sonrióㅡ. Me gustan las flores. Mi adicción me dió un lugar prestigioso en el Palacio; trabajo escribiéndolas, describiéndolas y dibujándolas para el Príncipe y para los libros de jardinería reales.

ㅡOh, entonces sí trabajas en el Palacio.

ㅡSí, podría decirse que soy una clase de consejero, a veces. Pero otras, creo que sólo soy un buen escritor ㅡle sonrióㅡ. La rapónchigo amarilla, también conocida cómo Campanula Rapunculus, es una flor muy bonita (creo que tengo un dibujo de ella en casa, te la mostraré cuando lleguemos); es algo grande y de un olor muy dulce. Si la tomas con tus dos manos, de esta forma... ㅡpuso ambas manos frente a él, como si estuviera levantando algoㅡ... desde la parte de abajo de sus pétalos, la flor tapará tus manos enteras.

ㅡWoah ㅡdijo, en un suspiro, intentando imaginarse una flor así de grande entre sus manos.

ㅡ¿Verdad? ㅡrió el pelirrojo, metiendo ambas manos en los bolsillos de su chalecoㅡ. Es una de las flores más grandes que he visto. Y tú, mi amigo humano, me interrumpiste cuando estaba observándola de cerca.

ㅡOh, lo lamento... ㅡrascó su narizㅡ. ¿Quieres... ir a ver si podemos encontrarla?

ㅡMmh... ㅡKevin levantó la vista al cieloㅡ. No, ya es tarde.

ㅡPero, no ha pasado siquiera una hora desde que empezamos a caminar de la colina hasta aquí ㅡdijo, algo confundido.

ㅡLo sé. Pero la rapónchigo amarilla sólo se abre con la luz del sol; de las ocho de la mañana, hasta la una de la tarde. En ésta temporada del año, la rapónchigo puede durar hasta las dos de la tarde ㅡle explicóㅡ. Oh, no sé si lo mencioné, a ésta flor también se le conoce cómo "Gota de Sol", ya que sólo aparece en los días muy soleados y se abre sólo si el sol da directamente a sus pétalos. Además, es amarilla, ¡cómo el sol!

Eddward siguió caminando, pensando en todas las flores que su madre tenía en casa; no recordaba una flor así de grande y de color amarillo (que no fuera un Girasol, y de esos no tuvieron jamás); también pensaba en las flores que se abrían con el sol, pero las que su madre tenían eran demasiado pequeñas, así que las descartó.

Se sintió emocionado por un minuto. Si Kevin era parte del Palacio, podría ayudarle a buscar a sus abuelos con más facilidad. Y, bueno, ahora que sabía que escribía libros para la Biblioteca Real (o eso suponía, en base a lo que oía), ¡seguro podría llevarlo para investigar algunas cosas!

O, tal vez, Kevin podría traer algunos libros sobre la historia del Amnis... entonces, Eddward podría aprender algo sobre el lugar en el que su madre quiso que él pasara su vida entera, pero que no pudo lograrlo por diferentes razones.

Razones que él desconocía...

Tal vez entendería la verdad ahora.

Tal vez encontraría su propia verdad ahora.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro