-ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 5
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El día de la boda había llegado, pero al final Jacob decidió no asistir. Prefería pasar el tiempo con la sirena. Bella, aunque era su mejor amiga, ya no le importaba tanto. Ir a la boda solo lo humillaría y perdería la poca dignidad que le quedaba.
Además, había prometido a Serenna que la llevaría a la playa, ya que la pelirroja quería transformarse nuevamente y nadar un poco.
-¡Vamos, vamos, vamos!- dijo, jalando a Jacob del brazo y apurándolo para que subiera a la moto.
Riendo, Jacob le colocó un casco a la chica, por si acaso, y luego se subió a la moto. Arrancaron rápidamente hacia La Push, donde el resto de la manada y las improntas ya los esperaban.
Una vez aparcaron la moto, Serenna se quitó el casco y corrió hacia la orilla, aspirando el aire salado del océano. Se deshizo de sus zapatos y ropa, que Emily le había acompañado a comprar, quedándose solo con el traje de baño.
El mar estaba tranquilo, con pequeñas olas que parecían responder a la presencia de la sirena. Serenna caminó lentamente hacia el agua, bajo las miradas curiosas de los presentes, hasta que estuvo completamente sumergida.
Bajo el agua, comenzó a despojarse de las prendas del traje de baño, dejándolas escondidas entre unas rocas. Luego, sintió con un poco de dolor como sus piernas se unían, y pequeñas escamas verdes comenzaron a aparecer en su piel.
Con su largo cabello cubrió sus pechos, mientras que sus colmillos se alargaban un poco, más afilados, y sus ojos se tornaban de un verde fosforescente.
En la orilla, la manada esperaba impacientemente algún indicio de Serenna, mientras Jacob comenzaba a sentirse preocupado.
-¿Dónde está el pez?- preguntó Paul, mirando al mar-
Jacob estaba a punto de lanzarse a regañar a Paul, pero un sorprendido Seth lo detuvo al señalar el agua con un gesto mudo. Jacob, extrañado, desvió la mirada hacia la dirección indicada y se quedó boquiabierto. Allí estaba Serenna, emergiendo del agua como si formara parte del paisaje. Saludó al grupo con una sonrisa radiante que parecía reflejar el brillo del sol sobre el mar. Pero lo que más llamó la atención fue su cola de sirena, de un verde iridiscente que brillaba con cada movimiento bajo el agua.
El silencio reinó en la playa mientras todos, incluso Paul, la observaban atónitos. Serenna les lanzó una última mirada divertida antes de sumergirse nuevamente, moviendo su cola con una gracia natural que dejaba pequeñas olas detrás.
-¿Lo estoy imaginando o...?- comenzó Embry, incapaz de articular más palabras-
-No, lo viste bien -murmuró Leah, sus ojos aún fijos en el agua-
Jacob no dudó. Se quitó los zapatos y se adentró en el agua con pasos decididos, ignorando las risas nerviosas y murmullos de la manada detrás de él. Al encontrarla flotando en el agua, la rodeó con sus brazos, atrayéndola hacia él con una sonrisa cargada de asombro.
-Eres hermosa- susurró, mirándola a los ojos con una intensidad que hizo que Serenna se ruborizara levemente-
-¿Qué comes, que adivinas?- bromeó ella, pero el tono juguetón no ocultaba el brillo de felicidad en su mirada-
Jacob rió ante su respuesta, negando con la cabeza.
-¡Que ego!
-Pero, ¿para qué negar la verdad?- replicó ella con una sonrisa pícara, antes de darle un suave beso en los labios. Luego, se alejó un poco, agitó su cola para salpicarlo juguetonamente y añadió- Vamos con los demás, deben estar en shock.
Ambos nadaron hacia la orilla, donde la manada los esperaba en una mezcla de asombro y curiosidad. Serenna se acomodó en la arena junto a Jacob, quien no dejó de mirarla con orgullo mientras mantenía un brazo protector sobre sus hombros.
-No puedo cree lo que veo- admitió Embry, todavía tratando de procesar la escena-
-¿Te transformas en un lobo gigante y no puedes creer esto?- respondió Serenna, sin perder la oportunidad de bromear-
-Tienes razón, pero nosotros pensábamos que solo existían los licántropos y los chupasangre. No puedes culparnos- explicó Paul-
-Estoy realmente intrigado, ¿Cómo lo haces?- preguntó Quil, inclinándose hacia adelante con evidente curiosidad-
-Es parecido a ustedes- respondió Serenna con una sonrisa traviesa- La diferencia es que no me descontrolo si me enfurezco- Miró a Paul con una chispa burlona en los ojos- Solo pienso en mi transformación y tomo parte de la energía del agua. Eso es todo.
-¿Y el traje de baño?- interrumpió Leah, arqueando una ceja-
-Me lo quité. No puedo transformarme vestida- dijo Serenna encogiéndose de hombros, como si fuera lo más natural del mundo. Su cabello mojado cubría estratégicamente su pecho, pero el comentario no pasó desapercibido-
Jacob, notando las miradas incómodas de los demás, apretó los labios y pasó su brazo por los hombros de Serenna, acercándola aún más a él con una mirada desafiante.
-¿Juguemos un partido?- propuso Seth, rompiendo la tensión con su entusiasmo habitual-
-¡Sí, vamos!- exclamó Quil, tomando una pelota y corriendo hacia la arena con el resto de la manada siguiéndolo-
-Ve tu también, Jake- le animó Serenna, mientras acariciaba su mejilla-
- No- le abrazó con cariño- Quiero pasar tiempo contigo.
-Has estado todos estos días conmigo. Ve y juega con tus amigos, yo nadaré un rato más.
Jacob suspiró, pero no pudo resistirse a la dulzura en su voz.
-Está bien, pero prométeme que te cuidarás- Le dio un beso en la frente antes de levantarse-
Jacob la ayudó a alcanzar una zona más profunda antes de correr hacia la arena para unirse al juego. Serenna observó cómo se integraba al grupo con una sonrisa satisfecha antes de perderse nuevamente en el océano, dejando que las corrientes la envolvieran mientras disfrutaba de la tranquilidad del mar.
A lo lejos, la manada jugaba entre risas y bromas, pero Jacob no dejaba de mirar a Serenna cada tanto, asegurándose de que estuviera bien. Ella, por su parte, agradeció en silencio ese pequeño momento de paz y libertad.
Al final, e joven Black no fue a la boda de Bella, y Seth tampoco. Ambos preferían pasar tiempo con la pelirroja.
...
Mientras tanto, en la casa de los Cullen, la recepción de la boda ya había comenzado. Edward sabía que Jacob no asistiría, ya que en las visiones de Alice no se veía algún indicio de su presencia o de la de Seth. Aunque a Edward no le importaba mucho, sabía que a Bella le habría gustado verlo allí. Su ausencia la pondría triste, aunque intentara disimularlo.
-Ya va ser hora de que vayan al aeropuerto- le avisó Alice a Bella-
Triste y decepcionada, Bella se despidió de los invitados, fingiendo una sonrisa, antes de seguir a Alice y cambiarse de ropa.
-Alice- la llamó Bella mientras la vampiresa le pasaba el vestido que usaría-
-¿Dime?- preguntó Alice, mientras le ayudaba con el vestido-
-Sé que no puedes ver su futuro por lo que es, pero... ¿no habrá algún indicio de que lo volveré a ver?- se refería a Jacob-
-Lo siento, Bella, pero lo único que veo es a una chica.
-¿Una chica?- preguntó Bella, sorprendida.
-Si, ayer tuve una visión y ví a una pelirroja, casi no pude ver bien su futuro pero a su lado al parecer estaba él- Alice miró a Bella con pena, deseando poder ayudarla más-
-Gracias- dijo Bella, agradecida aunque triste y un poco dolida.
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Besos
-Gis
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