Esta historia no es de mi pertenecía solo la tradución lo es crédito a Myramcqueen

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"Estoy bastante seguro de que Harry y sus amigos estarán perfectamente bien", le dijo Dumbledore, mientras trabajaba en desarmar el hechizo y obtenía la llave alada correcta para atravesar la puerta.

Habían seguido adelante sin los otros miembros del personal, a petición de Severus.

El maestro de pociones levantó una ceja. "Estabas 'bastante seguro' de que Quirrell también era perfectamente inofensivo, si mal no recuerdo."

"Sí... bueno... a veces incluso yo cometo errores, Severus. ¿Seguramente puedes perdonar a un anciano?" el director suspiró.

"Eso está por verse".

"¿Lo hace?" preguntó Dumbledore, interrogativamente. "Así que todavía hay esperanza para mí".

"Depende en gran medida de lo que hay al otro lado de esta puerta", le dijo Snape. "Si, por ejemplo, Harry no está de una pieza, estaré menos inclinado a dejar esto atrás".

"Estoy convencido de que subestimas al chico, Severus", le dijo Dumbledore. "Se perfila como un joven mago espléndido..."

"Si bien eso puede ser cierto, también es un niño de once años que ha sufrido años de abandono a manos de sus supuestos familiares", señaló Snape. "Él no es lo suficientemente fuerte para enfrentarse al Señor Oscuro. Ni lo será nunca, mientras permanezca al cuidado de esos muggles".

El director murmuró un encantamiento en voz baja y en una fracción de segundo, los cientos de llaves que zumbaban por la habitación cayeron al suelo a la vez.
Extendiendo la mano, cogió el grande de latón y le quitó el polvo, sonriendo para sí mismo.

"Parecías seguro de que era allí donde estaba destinado a permanecer la última vez que hablamos de esto".

"Mi opinión no ha cambiado. No si lo que dices sobre la replicación de las barreras de sangre es cierto", dijo Snape.

"Lo es. Y veo que dudas de tu capacidad para superarlo", señaló Dumbledore. "Sin embargo, todavía te has tomado el tiempo para cuidar al niño durante años. ¿Por qué, me pregunto?"

"Sabes por qué."

"¿Lirio?" sugirió el director. "¿Para ella?"

"Y para él. Para Harry", le dijo Snape, rígidamente.

"Ya veo. Quizás si el niño supiera..." comenzó Dumbledore.

"No", espetó. "Él no lo sabrá".

"Ah", fue todo lo que dijo Dumbledore, pasando junto a él para poner la llave en la puerta.

Snape lo fulminó con la mirada.
"¿Director de escuela?" -preguntó con recelo.

Dumbledore se giró para mirarlo.
"Dime, Severus. ¿Sabes por qué el chico se apegó a ti de la forma en que lo hizo?" preguntó.

"Yo... no..." admitió Snape.

"A veces, mientras dormimos, las cosas que suceden en tiempo real a nuestro alrededor se filtran en nuestro subconsciente. A menudo, podemos confundir estos acontecimientos con sueños cuando despertamos", le dijo Dumbledore. "Creo que esto es lo que pasó en el caso de Harry.
Por eso sintió una sensación de familiaridad cuando te vio por primera vez, en el Gran Comedor.

"Por favor, dime", comenzó Snape. "¿Que no has iluminado al chico?"

"¿Le dije la verdad, quieres decir? No," le aseguró Dumbledore, poniendo la llave en la puerta y abriéndola fácilmente. "Sin embargo, es posible que le haya proporcionado algo para ayudarlo a llegar a la conclusión por sí mismo. No tengo ninguna duda de que ya lo ha resuelto, especialmente con la señorita Granger a su lado. Ella realmente es la bruja más brillante de su época..." Con eso, se deslizó por la puerta hacia la habitación de al lado, dejando a Severus furioso.

Lo siguió, listo para decirle al director lo que pensaba, pero rápidamente se detuvo en seco cuando dos pequeños cuerpos chocaron contra ellos.

"¡Niños!" exclamó Dumbledore, y Snape vio mirar las dos cabelleras, una tupida y la otra de color rojo.

"¿Dónde está Potter?" espetó, entrando en pánico al ver que el trío quedó reducido a un dúo.

Los dos Gryffindors comenzaron a hablar apresuradamente, señalando frenéticamente detrás de ellos, tan frenéticos que ninguno de los dos podía entender una palabra de lo que habían dicho.

"¡Desista de inmediato!" Snape siseó. "Hablarás despacio. ¡Y coherentemente!"

"¿Ajedrez de mago?" Preguntó Dumbledore casualmente, mirando la habitación frente a ellos, como si nunca antes la hubiera visto. "¿Ganaste?"

"No creo que eso sea relevante-" comenzó el maestro de pociones.

Pero Ron estaba asintiendo ahora. "¡Sí, jugamos a ciegas! Pero entonces..."

"Harry pasó por allí", les dijo Hermione, señalando la puerta al otro extremo de la habitación. "Creemos que el Profesor Quirrell está por ahí. Está tratando de robar la Piedra". En ese momento, los otros miembros del personal aparecieron por la puerta más pequeña detrás de ellos, deteniéndose para observar la escena ante ellos.

"¡Dios mío!" McGonagall respiró.

"Gracias por acompañarnos", dijo amablemente Dumbledore, girándose para mirarlos. "Sybill, ¿quizás serías tan amable de llevar a la señorita Granger y a la señorita Weasley de regreso al castillo? Llévalas a ambas a la enfermería, Poppy regresará para verlas en breve".

"Por supuesto, por supuesto..." La profesora Trelawney asintió, extendiendo la mano para poner sus manos sobre los hombros de Ron y Hermione, deteniéndose sólo momentáneamente para mirar a los ojos a Severus Snape.

"¿Estás sorda, mujer?" —espetó; su paciencia para con ella era incluso menor que de costumbre.

Murmurando frenéticamente en voz baja, la profesora de Adivinación guió a los dos niños fuera de la habitación.

"Este es un loco", le susurró Ron a Hermione mientras permitían que la mujer los llevara. "¿Acaba de decir algo acerca de que Snape se convertirá en padre?"

Hermione se encogió de hombros, mirando ansiosamente a los otros profesores antes de que la puerta se cerrara detrás de ellos.
Una vez que los dos jóvenes Gryffindors salieron de la habitación, Dumbledore se volvió hacia los demás miembros del personal.

"Quédate detrás de mí", dijo, y con eso comenzó a moverse a través de los escombros del tablero de ajedrez, hacia la puerta grande, deteniéndose frente a ella y blandiendo su varita.

"¡BOMBARDA!" La puerta salió disparada de sus bisagras y Dumbledore se protegió los ojos con la manga de su túnica cuando el brillo de las llamas del interior los golpeó.
Siguió un momento de relativo silencio, antes de que Pomona Sprout se aventurara cautelosamente en la habitación, con la varita lista.

"¡La barba de Merlín!" jadeó al ver el montón de túnicas en el suelo.

"¡Profesor Dumbledore!" Flitwick llamó desde el otro lado de las escaleras.
Estaba de pie junto a otro montón de ropa. O al menos eso fue lo que pareció al principio.

Pero cuando sus ojos se adaptaron, hubo un grito ahogado colectivo por parte de las maestras, cuando se dieron cuenta de que la pequeña profesora de Encantamientos estaba de hecho parada sobre lo que parecía ser el cuerpo sin vida de un niño.
Se reunieron a su alrededor.

"Oh, Harry..." murmuró Minerva, sonando como si su voz fuera a quebrarse.
Severus Snape se abrió paso entre el pequeño grupo, luchando para arrodillarse junto al pequeño niño.

Extendió una mano y apartó el cabello del niño de su frente, instándolo a abrir los ojos.

Pero Harry estaba quieto.
Demasiado quieto.

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Neku:El Final esta cerca jajaja muy cerca 🙃

And remember
Yo take thing
Fromt the
Heart
🖤

𝗔𝗹𝗳𝗮𝗿𝗲𝗿𝗼🖤🦇