―¡Kim Jungkook! ¿¡Qué mierda te hiciste!? ―grito el padre en un tono áspero.

El joven alfa entró sin remordimiento alguno en el hogar, hace rato que venía advirtiendo lo que haría, y pese a lo descreído que era Taehyung, como dicen por ahí ; "El que avisa no traiciona".

―Tatuajes, me hice tatuajes, y acostúmbrate porque ya me inscribí en un curso para aprender a tatuar ―. habló sin dejar ver ninguna emoción en su rostro ni en su voz.

―Te he dicho durante años que herederas una empresa, pero parece que te encanta provocarme ―. dijo sujetandole el brazo envuelto en papel plástico, logrando que se quejara de dolor.

―Sueltame, yo jamás liderare tu empresa, bien sabes porque no quiero nada de ti ―bufó apartando el brazo de su padre.

―No quieres nada de mi, pero vives bajo MI techo, comes de MI plato, y te pagas tus estupideces de MI dinero ―gruño furioso.

Un golpe de puño cerrado se estampó en el rostro del menor, llevandolo al piso. Sin darles más tiempo a continuar peleando, la puerta se abrió, dejando ver a un sorprendido omega del otro lado.

―¡Otra vez! Ya les dije un millón de veces que no peleen ―Observó al azabache aun en el piso, mirándolo con expresión de cachorro perdido ―¡Ggukie! ¿Estás bien? ―pregunto agachandose para ayudarlo a levantarse.

El Kim mayor suspiró, hartó de que su hijo siempre llevará la ventaja con su pareja.

―Te comportas como si fueras su pareja ―murmuró sin moverse de su lugar.

―¿Qué dijiste? ―se paro frente a él.

―Que estoy harto de que Jungkook se lleve todo el apoyo de tu parte, ¡Yo soy tu alfa! ―alzo la voz con dolor.

―No metas a Yoongi hyung en esto ―intervino Jungkook.

Taehyung alzo la mano, listo para abofetear a su hijo, cuando Yoongi se puso en medio de los dos.

―Pegame y te juro que te corto los huevos ―respondió con firmeza en la voz.

El alfa tuvo que ceder, pues sabía que su pareja era de armas tomar y no deseaba tocarle ni un solo cabello, al menos no de esa forma.

―Vete por favor, después hablamos en el cuarto ―pidió, a lo que Tae solo pudo asentir en silencio.

Tras dar por terminado el pleito, Yoongi llevó al alfa menor hacia su habitación. Apilo unas almohadas de la manera más cómoda posible, le quito la mochila que llevaba en los hombros y lo sentó sobre la cama. Jungkook solo seguía sus movimientos con la mirada, sin poder evitar que su corazón empiece a latir como un loco al estar solo con el omega.

El de piel nívea salió del baño con un paquete de gasas, desinfectante y agua. Apoyo todo en la mesita de noche, así podría preparar la gasa mojada en agua con más facilidad para limpiar la pequeña herida en el labio ajeno.

―¿Te duele mucho? ―preguntó dando pequeños toques sobre la herida.

―No, sabes que soy resistente ―quiso sonreír ladino, cuando el ardor del desinfectante arruinó sus planes.

―Lo eres, pero no al desinfectante ―respondió riendo por lo bajo. ―Tus tatuajes son muy hermosos, imagino que deben ser especiales ―comentó sin descuidar su labor.

―Gracias, todos tienen sus significados, como mi flor de nacimiento, quería que fuera especial ―sonrió un tanto tímido.

―En verdad lo es, ¿El tatuador te recomendó alguna pomada? Debes cuidar todo el trabajo hecho.

Arrojo las gasas sucias al cesto de basura y cerró el desinfectante con tapa.

―Si, la compre cuando venia, esta en mi mochila, también el jabón ―Afirmó.

―De acuerdo, avísame si necesitas ayuda, iré a ver a tu padre ―sonrió con calma.

Jungkook asintió y suspiró, detestaba esa frase, no entendía como Yoongi podía seguir casado con Taehyung.

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El omega ingreso a pasos lentos en la habitación, observando a su alfa, sentado en la cama con expresión desgastada y molesta.

Conociendo de memoria lo que más le gusta, se agazapa en la cama y gatea sobre el colchón como un gato, con sensualidad y precisión.

―Relaja ese seño fruncido, aunque te ves bastante sexy ―susurró deslizando sus finas manos desde los hombros de su pareja hasta el pecho firme de este.

―Ese mocoso me saca de quicio, ni parece hijo mío ―resoplo acariciando las manos de su esposo.

―Olvídalo, es joven todavía, los hijos son así ―sonrió y deposito pequeños besos en su cuello, uno junto al otro, como acariciándolo con sus labios.

―Tal vez... ―dijo Taehyung, soltando mínimos suspiros por las atenciones de su omega, se dejó desabrochar la camisa mientras le acariciaba las piernas, una a cada lado de su cadera. ―Si te hiciera un hijo, ―sonrió lujurioso ―ese cachorro me quiera más que mi primogénito ―. mordió su labio inferior, disfrutando los masajes que su pareja le daba ―¿Tu que opinas?

―Tus deseos son órdenes, mi sultán ―dijo masajeando sus hombros tensos.

―Ah~ ―jadeo. ―Tienes manos de oro.

Unos minutos después, Taehyung se las ingenio y atrajo a Yoongi contra su pecho, sentándo al pálido sobre su regazo para que sintiera el bulto prominente en su pantalón.

―Mis manos también son buenas para otras cosas ―puso ambas palmas contra su pecho y lo empujó, dejándolo caer sobre la cama.

―Te gusta jugar ―, sonrió con audacia y deseo― pero hoy mando yo.

Ahora Yoongi tenía la espalda contra la cama y los brazos, con las manos quedando juntas encima de su cabeza.

Taehyung le beso el cuello, succionando la piel para asegurarse de marcar su territorio. Yoongi jadeo, gustoso con la boca de su pareja devorandole el cuello.

La noche hubiera sido una locura si no fuera por los timbrazos del celular de Kim. Quien gruño antes de abandonar al omega para contestar la nada grata llamada.

Yoongi resoplo, hartó de que todo siempre acabase igual. Ya conocía la escena de memoria, ahora su marido entraba y le decía que tenía que salir de urgencia.

¡Bingo! Eso era lo que estaba viendo ahora.

―Tengo que irme, es algo urgente, no se a que hora vuelto ―dijo arreglando su camisa desabotonada.

Beso al omega y se marchó, dejándolo con un desazón muy molesto y el seño fruncido.

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Una hora más tarde, Yoongi se encontraban sentado en la mesa de la sala de estar, trabajando con su laptop abierta y un café fuerte al lado.

―¿Otra vez estamos solos? ―pregunto Jungkook caminando hacia la mesa.

Yoongi solo asintió, sin ánimos de conversar, cosa que hizo gruñir por lo bajo al lobo menor.

―Deberías descansar ―pronunció observando el trabajo que aún tenía por terminar.

Antes de que el omega pudiera reclamar, Kim menor presiono sus hombros con las manos, tocando músculos tan tensos y certeros que le hizo soltar un jadeo de satisfacción.

―Ah~ Jungkook, tienes manos de oro ―habló dejándose consentir por su hijastro.

―Imagino que tus masajes son mejores que los míos, aunque nunca me hiciste uno ―hizo puchero sollozando falsamente.

―Si lo hice, pero no lo recuerdas porque eras muy joven en ese entonces ―río recordando al Jungkook adolescente que le pedía masajes por cada curso de deporte al que se unía.

―¿Qué tal si salimos a cenar? Hace mucho que no hacemos algo de eso ―El alfa dejo los masajes y se apoyo en la mesa frente al omega.

―De acuerdo, creo que no hemos pasado tiempo juntos desde que me case con tu padre ―. Río culposo.

―Me cambiaste por otro alfa ―Volvió a hacer puchero, para acabar riéndose de ello.

Ambos se miraron con lindas risas inundando el ambiente.

―Ire a cambiarme, vuelvo en un momento ―comentó Jungkook caminando de regreso a su habitación.

―Okey, haré lo mismo.

Contesto el omega pelirrojo cerrando su laptop, antes de levantarse le dio un rápido chequeo a su celular, allí tenía un mensaje no leído de Taehyung, pero eso lo veria en otro momento.

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La verdad no iba a publicarlo hoy, quería terminar con las que me faltan, pero no me resistí jsjsjs ¡Otro culebron para la colección!

Esta vez un triángulo amoroso, padre e hijo enamorados del mismo omega ¿Qué les parece?

Espero que les guste, pronto tendrán más publicaciones y actualizaciones ♡♡♡

Quiero terminar de una vez con las publicaciones y los shots taegi que me faltan para concentrarme en actualizan las obras más avanzadas ♡

Lxs amo ♡