
OO9。
Días después de aquella discusión Hyunjin, Heejin y yo nos volvimos más unidas, por así decirlo. Yo les había contado a ambas todo lo que sucedió con Jungeun y el por qué me trató de aquella forma, aunque Hyunjin decía que no tenía justificación, yo sentía de alguna forma que sí la había.
No tenía idea alguna de por qué empecé a tener la necesidad de disculparme. Sentía que debía hablarle y pedirle perdón... A pesar de todo lo que sufrí por su culpa. Les conté acerca de mis sentimientos a mis amigas, y ellas obviamente no estuvieron de acuerdo. Se negaron rotundamente a que le hablara. Después de todo, ella me había hecho mucho daño. Y a pesar de que entendía que ellas se preocupaban y no querían que me hiciera más daño, algo me decía que debía buscarla y hablar.
Y no, no era la voz de mi psicólogo diciéndome que los problemas se solucionan dialogando o algo así. Pero sí, debido a que había tenido una cita en psicología, me había tenido que desahogar con él también y como todo psicólogo me había dado consejos y me había hecho preguntas.
Ahora estaba mucho más confundida.
Heejin y Hyunjin no me habían llevado al parque de nuevo, y tampoco permitían que fuese sola. Venían a verme todos los días tratando de alegrarme y hacer que olvidara todo, y yo estaba sumamente agradecida por todo lo que hacían por mí.
Pero no estaba ayudando.
Cada segundo las preguntas crecían junto a ese sentimiento de culpabilidad y ni siquiera podía dormir bien. Aunque claro, no se los mencionaba.
—¿Y tú qué opinas, Jin?
Salí de mis pensamientos cuando escuché como Hyunjin se dirigía hacia mí.
—¿Qué? Ah, sí. Es estupendo.
—¿Te parece estupendo el calentamiento global o la pobreza mundial? —me preguntó Heejin, completamente extrañada, y me di cuenta de mi estupidez.
—¡No!, ¡No!, ¡Por supuesto que no me parece estupendo!
—¿Entonces por qué lo dijiste?
—Porque... Ah... Es... No digo que sea genial el calentamiento global. Es completamente lo contrario.
—¿Y la pobreza te parece genial?
—¡No!, ¡Claro que no! Solo digo que... M-me parece genial que se estén tomando medidas, ¿No es así? —intenté arreglar mi error para no quedar como una ignorante frente a mis amigas. Sin embargo, el silencio que compartieron ambas me decía que realmente la había cagado.
—No se están tomando medidas, Jinsoul —me dijo Hyunjin.
—A-ah, y-yo... ¿Sería genial que lo hicieran...? Joder...
Y entonces, ambas se echaron a reír ante mi frustración. No pude evitar esconder mi rostro entre mis manos.
—Cálmate, Jinsoul.
—Sí Jin, no hablábamos sobre el calentamiento global o la pobreza mundial. Solo queríamos saber si nos estabas prestando atención. Pero ya vimos que no es así.
—Lo siento —murmuré, completamente avergonzada—. Me perdí en mis pensamientos.
—Lo notamos —sentí como una de ellas me besaba en la mejilla, haciéndome sonrojar aún más—. Te ves muy tierna así.
—¡Hyun! Basta, me haces avergonzar más —chillé y ella rió.
—¡Hey! Basta, Jinsoul. ¿Intentas robarme a mi mujer? —y ahí estaba el comentario de Heejin sobre eso. Hyunjin y yo no pudimos evitar reír—. ¿De qué te ríes? Estoy hablando enserio. ¿Quieres robarme a mi mujer?
—Iugh, claro que no Heejin —dije.
—¿Insinúas que es horrible? Ahora sí te la ganaste —sentí como se sentaba a mi lado en la cama y me daba un ligero golpe en el hombro.
—¡Oye! —reí—. No digo que es horrible. Solo lo dije porque es como mi hermana.
—¿Entonces te gusta el incesto?
—¿Qué? —quedé en blanco con aquella pregunta. Para mi suerte, Hyunjin intervino entre risas.
—¡Heejin! Basta de conclusiones tontas —murmura.
—¡No es tonta!, ¡Jinsoul quería robarme a mi mujer y yo solo estoy defendiendo lo que es mío!
—Eres una tonta. Jinsoul es como mi hermana y la amo, pero no de esa forma. Solo a ti.
—¿De verdad?
—Por supuesto.
Y después no escuché nada más.
—¿Chicas?, ¿Qué están haciendo? —pregunté, pero no recibí respuesta de su parte, así que empecé a extrañarme aún más—. ¿Chicas?
No necesité una respuesta de su parte. El chasquido de sus labios me confirmó lo que yo ya pensaba.
Ambas se estaban besando.
Era muy lindo y todo, ¡Pero lo estaban haciendo en mi cama y no tenía idea de qué tan lejos iban a llegar! O habían llegado... Así que me decidí a interrumpirlas.
—¡Chicas! —grité.
—¡Jinsoul!, ¡Por Dios! —Hyunjin me respondió de la misma forma—. Estábamos teniendo un momento. ¿No podías esperar?
—No. No tengo idea de lo que hagan y me asusta que sean capaces de hacerlo frente a mí. No puedo ver, pero no soy tonta.
—No íbamos a hacerlo frente a ti.
—Bueno...
—¡Heejin! —Hyunjin le reprochó y ella rió—. No lo haríamos, Jinsoul. Tranquila. No le prestes atención a esta tonta.
—Ambas son unas tontas —bufé, ajustando mis lentes. Y no volví a escuchar nada—. ¿Están haciéndolo otra vez?
—No —respondió Heejin.
—¿Qué hacen entonces?
—Solo estamos abrazadas, Jin —Hyunjin tocó mi pierna con su pie y rió—. Nada malo, lo juro.
—¿Entonces por qué se callan?
—¿Por qué lo haces tú?
—Porque... No lo sé, ¡Y ya basta de querer confundirme!
Ambas rieron y después volví a escuchar el chasquido.
—¡Chicas!, ¿Es enserio? Ya basta.
—Oye, no me culpes. Ella empezó —dijo Hyunjin entre risas.
—No es mi culpa que sus labios me llamen. Ellos dicen: "Heejin, bésame" y yo solo obedezco.
—Por todos los cielos, con ustedes no tiene caso discutir —murmuré y me tiré en la cama de espaladas, cerrando los párpados.
—¿Todo bien, Jin?
—En realidad... No —suspiré.
—¿Sigues pensando en eso? —preguntó Heejin y asentí—. Ay, Jin...
—¿Aún piensas en disculparte?
—Tal vez...
—No diré nada, pero sabes lo que pienso sobre eso —dijo Hyunjin.
Sin embargo, Heejin nos sorprendió con lo que dijo.
—Tal vez deberíamos ir al parque otra vez.
—¡¿Qué?! —Hyunjin y yo reaccionamos al mismo tiempo.
—No puedes estar hablando enserio, Heejin. Es una locura —la riñó su novia.
—No es una locura, amor. Sólo piénsalo. ¿Cómo sabe Jinsoul si Jungeun hablaba de ella?
—¡Es muy obvio que estaba hablando de ella!
—¿Y qué si no, eh? Solo deténganse a pensar en eso.
—¿Estás sugiriendo que Jinsoul debería hablar con... Ella?
—Debería.
—¡Eso es una locura!
—No lo es.
—¿Hablar con ella después de todo lo que le dijo? Claro que lo es. De todas formas, ¿Por qué de repente la apoyas como si fuese tu gran amiga?
—He visto estas situaciones muchas veces en películas, y tú también lo has hecho. Y si es así como pienso, seguramente esa chica merece una disculpa.
—Nada asegura que lo sea.
—Tampoco se asegura que sea como tú dices.
—Aún si quisiera ir, ella no querría verme...
—¿Tú también, Jinsoul?
—Jinnie, de verdad he estado pensando mucho en esto y...
—Jinsoul, solo piensa mejor. Por su culpa casi te rompes la mano, rompiste el espejo de tu habitación, lloraste como nunca y estuviste deprimida por semanas. ¿Te parece que merece que le pidas disculpas?
—¿Y si...? ¿y si la que estoy equivocada soy yo? —pregunté en un susurro. Antes no había pensado en esa posibilidad. Pero tal vez... Solo tal vez, Heejin tenía razón.
—No puedo creer que ustedes estén pensando así —Hyunjin suspiró— Miren, si ustedes quieren, hagan lo que se les de la gana. Pero no cuenten conmigo para esas locuras. Y tampoco vengan a mí cuando sepan que se equivocaron.
Acto seguido, la puerta de la habitación resonó, indicando que Hyunjin había salido por ella. Ya era una costumbre suya hacerlo cuando estaba enojada.
—No le hagas caso, Jinsoul. Cualquiera merece una segunda oportunidad —murmuró Heejin—. Y opino que deberías hablarle.
—¿Cómo? Ya te dije que ella no quiere saber nada de mí.
—Iremos al parque todos los días —pasó un brazo sobre mis hombros y dejó un beso en mi sien—. Ya veras que todo estará bien y al final estarán juntas. Como... Una película de amor adolescente —ambas reímos por su chiste.
Luego llegó mi madre con algunas galletas y después de degustarlas nos decidimos por dormir.
Al día siguiente iríamos al parque para ver si podía hablar con Jungeun y tratar de arreglar todo esto.
Solo esperaba poder encontrarla...
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