OO2。
Al día siguiente, bajé las escaleras con ayuda de mi bastón y antes de irme al parque decidí hablarle a mamá para que me ajustara el reloj en la hora correcta.
—Mamá —la llamé, una vez sentí que mi bastón había tocado el suelo del primer piso.
—¿Sí, cariño?
—¿Me das las correas de Chingu y Sup?
—¿Vas al parque otra vez? —me preguntó, completamente extrañada.
Ella era consciente de que yo no era muy fan de salir al "aire libre" a pasear, así que era algo nuevo verme entusiasmada por ello.
—Sí —le respondí.
—¿Y eso? No es normal en ti ir dos días seguidos.
Por el tono de su voz, supe de inmediato que estaba empezando a formular ideas en su retorcida mente, así que quise alejar esos pensamientos malévolos y me encogí de hombros.
—No lo sé. Simplemente quiero ir.
Ella pareció pensarlo durante algunos segundos, cuando finalmente pude escuchar el sonido de una taza siendo golpeada contra la mesa y luego el crujir del piso cuando era golpeado por sus tacones.
—Está bien, ya te las doy.
Yo le sonreí agradecida y después de escuchar bastantes de sus pasos, ella llegó hasta mí y me entregó las dos correas, ya atadas a ellos, claro está.
—Aquí tienes, cariño.
—Gracias.
Cuando escuché como tomaba mas llaves e intuí que ya se iba a marchar al trabajo, yo recordé mi objetivo principal esa tarde y logré que volviera a caminar hacia mí.
—Mamá, espera. Una cosa más.
—¿Sí?
—¿Podrías arreglar mi reloj?
—¿Tu reloj?, ¿Qué tiene tu reloj?
—La alarma en la hora incorrecta.
Tras unos segundos en silencio, escuché como suspiró, volviendo a sentarse en la silla del comedor.
—¿Cómo te diste cuenta?
—Solo pensé que si estaba anocheciendo tal y como tú lo decías, la temperatura debía bajar un poco, pero seguía haciendo un horrible calor —me encogí de hombros y tendí hacia el frente el reloj de pulsera.
Ella lo tomó y varios pitidos empezaron a sonar.
—Cariño —empezó—, no es lo que tú crees...
—Mamá, tranquila. Sé que no lo hiciste con una mala intención.
—Yo solo quería protegerte, mi cielo.
—¿Protegerme de qué?
—De los peligros de la ciudad.
—Los peligros de la ciudad siempre estarán ahí.
—Pero me refiero a los peligros de la noche.
—¿Y cuál es la diferencia?
—Hija, en la noche es el momento perfecto en el que aprovechan para hacer sus fechorías. Como robos, ventas ilegales, e incluso... violaciones. No es bueno que una chica ande sola por las calles a tales horas.
—¿Pero de qué horas estas hablando? El reloj debe avisarme a las cinco, mamá.
—Te conozco, Jinsoul. Sé muy bien que puedes tomar un tiempo más y quedarte en el parque.
—Yo sé lo que hago. Nunca regreso a casa después de las cinco. Siempre llego antes de que anochezca.
—¡No, no lo sabes! —levantó su voz, y fue ahí cuando supe que las cosas se estaban descontrolando—. Es mi deber protegerte, y es por eso que te lo estoy repitiendo. No quiero que llegues tarde a casa.
—Jamás lo hago.
—Y más te vale que sea así, jovencita.
—¿O sino qué? —me atreví a preguntar, jugando con mi bastón.
—Jinsoul.
—¿O sino qué, mamá? No le veo nada de malo a salir sola.
—Es una ciudad peligrosa.
—Cualquier ciudad es peligrosa, solo tienes que saber como ciudarte.
—Tú no sabes cuidarte.
—Claro que lo sé.
—Jinsoul, entiende por favor. No es bueno que salgas sola y menos al anochecer —sentí que ya estaba perdiendo la paciencia, así que sujeté con más fuerza mi bastón—. Muchos suelen aprovecharse de las personas que tienen... tienen...
Apreté el bastón y las correas entre mis manos y rechiné mis dientes.
—¿Tienen qué? —le pregunté, llena de ira—. ¿Tienen algún "problema" como yo?, ¿Tienen algo mal?
—No... Jinsoul... cariño, eso no es lo que yo...
—Escucha, mamá. No me interesa si salgo de día o de noche, para mí da igual porque no puedo distinguir la una de la otra. Puedo cuidarme a mí misma aunque no lo aparente, y no necesito que me creas.
Sin más, salí de la casa con mis perros y mi bastón para dirigirme hacia el parque.
Necesitaba calmarme y pensar.
...
Cuando llegué volví a sentarme en la misma banca en la que siempre me sentaba y dejé libres a mis perros para que jugaran un poco. Ellos ya sabían que no debían alejarse mucho de mí, de todas formas.
Suspiré jugando con mi bastón como acostumbraba a hacer, y escuchando los sonidos de siempre, cuando sentí que alguien se sentó a mi lado.
—Hola —escuché la voz de la chica de ayer y sonreí inconscientemente.
—Hola —le saludé de vuelta.
—Así que... sí viniste —murmuró ella.
—Te prometí que lo haría, ¿no?
—Pues... sí, es cierto.
Yo sonreí y volví a suspirar.
—Sí...
—¿Cómo estás? —preguntó, después de unos segundos en completo silencio.
—Como siempre.
—¿Y qué es "como siempre"?
—¿Lo de todos los días?
Ella rió y me dio un ligero golpe en el brazo, entendiendo mi broma.
—Lo digo enserio, Jinsoul.
—Te acordaste...
—¿Uh?, ¿Acordarme de qué? —preguntó con un tono de voz que me indicaba que estaba confundida.
—De mi nombre.
—¿Por qué lo olvidaría?
—Uh... No lo sé...
—¿Tú olvidaste el mío acaso?
No podría aunque quisiera...
—No, no lo hice, Jungeun.
—Perfecto —no tengo idea de si sonrió o no, pero su voz denotaba cierto... entusiasmo.
Después de eso hablamos un poco acerca de como estábamos y del como nos había ido desde que nos separamos ayer, cuando un silencio nos inundó nuevamente.
—Jungeun—la llamé.
—Mande.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
—Ya la hiciste.
Ambas reímos por su broma referente a la que le había hecho yo el día anterior, y negué con la cabeza.
—No, me refiero a... otra.
—En ese caso, por supuesto.
—¿Cómo es?
—¿Cómo es qué?
—El parque —murmuré—. Siempre he querido saber cómo es. ¿Tiene tantos árboles como lo dicen?
—Tiene muchos, realmente —sentí como se removía—. Y son todos muy lindos y están bien cuidados.
—¿Hay un río donde nos encontramos?
—No es un río, más bien un lago o un estanque.
—¿Es lindo?
—Muy lindo —dijo.
—¿Dónde están Chingu y Sup? Siempre he querido saber qué hacen cuando estamos aquí.
—Uhm... Bueno... —ella suspiró y nuevamente se removió, antes de seguir hablando— Ellos juegan con mi perro, otra vez.
—¿Y a qué juegan?
—Persiguen a los patos —rió—. Y cuando ellos se acercan salen corriendo.
Yo reí también, sujetando mi bastón.
—Cobardes.
—Lo son.
—Cuéntame más.
—¿Sobre qué?
—Todo —murmuré—. ¿Es limpio?, ¿Hay espacios para jugar?, ¿Cómo está el cielo?, ¿Hay nubes?
Escuché como tragaba saliva y volvía a removerse en su asiento, por lo que pensé que tal vez mis preguntas la habían incomodado un poco, sin embargo, ella volvió a hablar.
—Es... es bastante limpio, justo al lado del lago hay una pequeña cancha de fútbol, y por eso hay tantos niños por aquí a veces —dijo—. El cielo está muy... ¿Azuloso? Y sí, hay unas cuantas nubes blancas.
—¿Cómo es el cielo? —susurré, aferrándome a mi bastón.
—Es... enorme, inmenso... es de color azul y tiene muchas nubes en él. Aunque a veces tiene un color anaranjado o rosado y se ve increíble por encima de las nubes.
—¿Encima?, ¿Has estado tan alto?
—Sí, bueno, a veces en los aviones. ¿Tú nunca has subido a alguno? —yo reí y negué con mi cabeza varias veces.
—No, y aunque lo hubiese hecho, debes recordar que no puedo ver nada.
—Oh, es cierto... lo siento.
—Descuida —dije—. ¿Hay personas a nuestro alrededor?
—Unas pocas.
—¿Y animales?
—Solo patos, aves, ardillas y nuestros perros.
—Entiendo.
Nuevamente quedamos en silencio durante algunos segundos, hasta que la escuché abrir nuevamente una envoltura.
—¿Esas son galletas?
—Así es, ¿quieres?
—¿No tienen nada?
—Si tuviesen algo dañino, creo que no estuvieses aquí hoy. Recuerda que las comiste ayer.
—Cierto —sonreí ante su acierto y estiré mi mano hacia donde suponía que estaba—. ¿Puedo?
—Por supuesto.
Como el día anterior, su mano sujetó la mía y me guió hacia el empaque, tomando algunas galletas antes de apartarme.
—¿De qué color está el cielo ahora?
—Sigue siendo azul —murmuró—. Solo cambia cuando va a anochecer o amanecer.
—Ya veo.
Seguí haciéndole preguntas acerca del parque y ella las respondía todas con muchos detalles, relatando casi tan emocionada como yo por escucharla. Me alegraba que al menos alguien se dignara en hablarme después de tanto tiempo.
Y así nos la pasamos todo el resto de la tarde.
No fue un mal día, pese a la discusión con mi madre... después arreglaría eso.
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