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𝘊𝘢𝘱𝘪́𝘵𝘶𝘭𝘰 𝟤𝟪

Big Time Rush | Boyfriend ⨟
¿Alguna vez te has sentido
muy atraído por alguien?
¿Y no hay nada que pudiste
haber dicho o hecho por eso?
Y todos los días te veo por tu cuenta,
y no puedo creer que estés sola

Punto de vista: omnisciente.

ㅡ¡Serás...!

Nathan no llegó a detener el golpe que Kevin le proporcionó en la mejilla izquierda a Jhonny, que se tambaleó un poco. El de cabellos blancos se incorporó con una sonrisa y regresó el golpe.

Ahí fue cuando empezaron los gritos.

Los trillizos intentaron llamar a los guardias de seguridad, pero la pelea de puños e insultos tenía lugar justo frente a la puerta, y la gente no podía ni entrar ni salir. En un momento ambos estaban enredados en el suelo; Jhonny sobre Kevin, intentando golpearlo.

ㅡ¡Te voy a matar, imbécil!

Los golpes en la cara del pelirrojo no variaban tanto como los golpes que tenía el albino en su rostro. Ambas narices sangraban, y mientras Kevin tenía un corte en la ceja derecha, Jhonny acabaría con un ojo morado.

ㅡ¡Kevin, Jhonny! ¡deténganse ahora mismo! ㅡla voz de la mujer del jefe resonó por sobre todas las voces.

El pelirrojo aprovechó ésta descoordinación de golpes y la desconcentración de Jhonny, para darle un golpe en el hombro y sacárselo de encima. Una vez que estuvo libre, intentó ponerse de pie.

Pero, no tuvo buena suerte.

ㅡ¡No te atrevas a decir esas cosas, nunca más! ㅡle gritó, desde el suelo, tomándolo desde el cuello de su camisa para alejarlo de él.

ㅡ¡Lo dices porque sabes que tengo razón! ¡sólo eres un idiota que se cree muy especial sólo por ser guapo!

ㅡ¡Ni siquiera sabes lo que estás hablando ahora! ㅡlo empujó hacia un costado, pero aún así recibió un golpe en la boca.

Nathan y Marco se aferraron a los brazos de Jhonny, alejándolo del pelirrojo, mientras los demás ayudaban a mantenerlos alejados a los dos. Nazz corrió junto a Marie a buscar los botiquines de primeros auxilios.

ㅡ¿Qué carajo está pasando? ㅡdijo Eddward, acercándose a Kevin.

Un muchacho de cabellos negros lo estaba ayudando a levantarse, mientras otro traía sus manos repletas de pañuelos descartables.

ㅡ¡Señor Barr! ¿Se encuentra bien?

ㅡ¡Qué buenos esos golpes! ¿Me enseñaría algunos?

ㅡNo ㅡdijo, mirando a los demás luchar contra Jhonny, que estaba descontroladoㅡ. La pelea y la violencia no son temas que puedan enseñarse ㅡse frotó el puente de la narizㅡ. Yo estoy ebrio, no entiendo nasa de lo que está pasando.

ㅡKevin ㅡllamó Doble D, tomándolo del brazo.

Con sólo ver aquellas orbes azules, el pelirrojo comenzó a lloriquear: ㅡLo siento, soy un idiota ㅡdijo, avergonzado, mirando sus pies.

ㅡEs nuestro superior ㅡmurmuró uno de los chicos.

ㅡ¡Usted ganó, señor Barr! ¡no se sienta mal por ello! ㅡle decía el otro.

ㅡMuchachos, hagan silencio ㅡles ordenó Eddward, mientras ayudaba a Kevin a sentarse en un banquilloㅡ. ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué peleaste con Jhonny?

Hizo una mueca asqueada al nombre: ㅡQuiso pasarse de listo conmigo.

ㅡNo empieces con esas cosas, Kev. Dime qué pasó.

ㅡDijo cosas que tí que no eran... bonitas ㅡse excusó, entre murmullosㅡ. ¡Ni siquiera eran reales! Tsk ㅡchasqueó la lengua, mirando sus manosㅡ. No voy a disculparme por haberte defendido.

ㅡNo te disculpes por eso, discúlpate por haberlo golpeado ㅡlos tres muchachos voltearon a mirarloㅡ. Kevin, lo que hiciste estuvo mal. No importa si fue para defenderme o para defender algún rumor sobre mí; golpear a alguien sólo porque dijo algo que no te gustó, no está bien.

ㅡPero... ¡él me provocó!

ㅡY tú no debiste seguirle el juego ㅡel pelinegro tomó las manos de Kevinㅡ. Escúchame, necesito que me mires y me escuches.

El muchacho pelirrojo y el de cabellos negros se inclinaron para ver la reacción de su superior. Aunque dudó por unos segundos, al final terminó levantando la vista a los ojos azules que le miraban, tristes y asustados, directo a los suyos algo rojos por el alcohol.

ㅡKevin, ¿qué hubiera pasado si Jhonny tenía una botella de vidrio en la mano?, ¿y si tenía una pistola o un cuchillo? ㅡpreguntó, lento, para que le entendieraㅡ. Sé que debes pensar que lo estoy dramatizando demasiado pero, por el amor de Dios, estaban muy cerca del balcón. ¿Sabes que estamos en un doceávo piso?, ¿qué quedaría de alguno de ustedes, si uno cae desde esta altura? ㅡapretó sus manosㅡ. No quiero perderte, Kev, ¿pensaste en eso mientras intentabas hacerte el héroe?, ¿pensaste en que, en algún momento de tu lucha, podrías perder y yo te perdería también?

ㅡLo siento ㅡdijo, en el medio de los murmullos de la gente cercana a ellosㅡ. Lo siento, de verdad.

ㅡUn lo siento no te salvará de los problemas, ¿entiendes eso? Cuando tú y Jhonny se encuentren en condiciones sobrias, ambos tendrán que disculparse por lo que se hicieron mutuamente ㅡse tomó un segundo para respirarㅡ. Y me aseguraré de que te disculpes tú primero.

ㅡ¿¡Por qué yo!? ㅡdijo, con una mueca confundida.

ㅡ¡Tú lo golpeaste primero! ㅡexclamó, molesto, soltándole las manosㅡ. Y no me importa si te provocó o no. Todos aquí vieron que le diste un golpe, Nathan me contó la verdad. Serás el primero en disculparte y no quiero oír quejas sobre ello.

Los dos niños se miraron entre sí, luego a Eddward, y por último a Kevin. Su superior miraba sus manos con un puchero.

ㅡ¿Puedes tomar mis manos de nuevo? ㅡpreguntó, en un susurro poco audible.

ㅡ¿Qué? ㅡpreguntó Doble D.

ㅡQuiere... ㅡdijo el pelirrojo de ojos azules, arrodillado a su izquierdaㅡ, que le tome las manos de nuevo.

Doble D intentó contener una pequeña sonrisa, mientras devolvía la vista al puchero de Kevin. Éste volvió a murmurar algo.

ㅡ¿Cómo dices? No te entiendo.

El pelinegro de ojos azules a su lado derecho tocó su hombro: ㅡDijo que promete disculparse.

ㅡ¿Qué hacen ustedes dos de chismosos? ㅡles preguntó, mirándolos a los dosㅡ. Me están dejando cómo un debilucho frente a mi crush.

ㅡOye, ten más respeto con estos chicos ㅡrió, cubriéndose la boca por unos segundosㅡ. Kevin, ¿qué te pasa? Parece que estoy hablando con un niño berrinchudo.

Los dos muchachos a su lado rieron también.

ㅡ¡Oigan! Soy su superior, ¿no les da vergüenza?

ㅡ¡Míralo, Toulouse, está todo rojo! ㅡrió, señalándolo.

ㅡ¡Hasta sus orejas están rojas! ㅡle respondió el otro.

Eddward, que cubría su boca con ambas manos, reía a escondidas.

ㅡAh, y ¿tú crees que es gracioso? ㅡle preguntó el pelirrojo, con una media sonrisa en sus labios.

ㅡSigo enojado contigo.

ㅡPero, ¿puedes tomar mis manos? ㅡpreguntó, estirando sus brazosㅡ. ¿Por favor?

Al final, sí tomó sus manos de nuevo.

Horas más tarde, después de las disculpas y las sanciones correspondientes, cada uno se fue a su hogar. Nazz había limpiado las heridas de Kevin, pero éste no se dejó seguir tocando por más tiempo.

Cuando llegaron a casa, Eddward lo mandó a dormir, pero él no quiso hacerlo.

ㅡ¿Por qué estás tan... berrinchudo? ㅡrió.

Kevin se sentó en el apoyabrazos de uno de los sofás, con las manos caídas entre sus piernas, y un pequeño puchero en sus labios.

ㅡ¿Puedes curarme? ㅡle preguntó, mirándole.

ㅡ¿Por qué no dejaste que Nazz lo hiciera?

ㅡElla me daría un sermón¹⁶. No quiero sermones, quiero que me peinen el cabello y me besen las heridas ㅡexplicó, mirando el suelo.

Doble D suspiró; ㅡBueno. Déjame ir a buscar un botiquín.

ㅡEstán en el segundo cajón, en el mueble del baño ㅡle explicó, mientras lo observaba irse.

ㅡEntendido.

Se dió media vuelta y continuó con su camino. Al regresar, Kevin seguía en el mismo lugar, haciendo y deshaciendo pucheros.

ㅡRecuérdame nunca más darte alcohol ㅡmustió con tono divertido, acercándose a él.

ㅡUsualmente soy más divertido ㅡdijo, atropellándose un poco con sus propias palabrasㅡ. No me he sentido muy... vivo, hoy.

ㅡSe nota ㅡle levantó la cabeza tomándolo por las mejillas y le acarició el cabello cómo él lo había pedidoㅡ. ¿Vas a decirme qué sucedió?

ㅡNo ㅡsusurró, abriendo los ojos para mirarleㅡ. No, jamás voy a decírtelo.

Doble D le sonrió, acariciando sus mejillas. Había algo en Kevin que siempre le llamaría la atención, y era esa belleza extraña que tenía por todo su rostro. Sus manos, su cabello, su risa, su nariz. Había muchas cosas de Kevin que le gustaban, muchas cualidades, muchos errores, muchos miedos.

Tomó unos paños que había humedecido en el baño antes de regresar a la sala y los pasó suavemenre por su rosrro y sus heridas. Puso crema en las más pequeñas, y una pequeña venda sobre su ceja cortada.

Por último, pasó el pulgar por su labio roto.

¿Cuándo se había enamorado tanto de él?, ¿cuándo había dajado de pensar en nadie más que él?, ¿cuándo había decidido que quería quedarse en ese mismo momento, por el resto de su vida?

Se inclinó con suavidad y besó aquella herida. No era muy grande, tampoco corría riego de abrirse por un beso. Kevin subió sus manos hacia la cintura de Doble D, atrayéndolo poco a poco hacia él.

Pequeños besitos pausados, sobre sus labios y sus mejillas.

Luego, un beso suave, sin juegos ni bailes, simplemente un par de roces que le mandaban muchas mariposas al estómago. El pelirrojo acarició su cintura y su espalda, al mismo tiempo que lo atraía aún más hacia su cuerpo. Con cada intento de respirar en medio del beso, recibía corrientes eléctricas por sus dedos y escalofríos por su espalda.

Eddward intentó hacerse a un lado, pero Kevin atacó con besos su cuello. Se abrazó a su cintura, aferrándose a él cómo si fuese el último salvavidas en el agua.

ㅡKevin ㅡsusurró, luchando por poder acercarse a su oído.

ㅡNo estoy ebrio, te lo prometo ㅡmurmuró en respuesta, con la frente escondida entre su cuello y su hombro.

Doble D dejó de luchar por separarse de él, dejando su mejilla apoyada en su cabeza. Lo pensó detenidamente, pero se rindió ante querer "comportarse como un adulto".

Se alejó de él con suavidad, acariciando su cabello. Kevin estiró su cabeza hacia atrás, saliendo de su pequeña cueva. Eddward agarró sus mejillas con ambas manos y besó sus labios.

Tiró de él, con las manos entrelazadas detrás de su nuca, y lo obligó a levantarse. Kevin gruñó por el tirón, intententando no tropezarse con los pies de Eddward mientras caminaba a ciegas. Se detuvo cerca de la puerta del baño, apretando los dedos contra la cintura del pelinegro.

ㅡSalta, a mi cintura ㅡmurmuró, en medio de un beso.

Doble D hizo lo que le ordenaron. Cuando volvió a abrir los ojos, estaba recostado en la cama de la habitación de Kevin, y él estaba besándole el cuello.

ㅡEs tarde ㅡmurmuró, deteniendo los besos con un suave tirón de cabelloㅡ. Kevin, por favor.

ㅡ¿Qué clase de "por favor" es ese? ㅡmurmuró, recostándose sobre su cuerpo, con cuidado de no aplastarlo demasiadoㅡ. ¿Cómo se supone que debo tomarlo?

ㅡTómalo cómo un "por favor, vete a dormir" ㅡrió bajito, acariciando su cabello con una mano, y su mejilla con la otra.

Bostezó: ㅡ¿Por qué?

ㅡPorque estás cansado.

ㅡNo lo estoy.

ㅡNo quieras discutir conmigo en este estado ㅡhabía sonreído, pero prefirió poner un rostro serio cuando Kevin se levantó para verle la caraㅡ. No quiero discutir contigo, yo sí tengo sueño.

Pestañeó un par de veces, luego se quitó de encima suyo y se arrodilló en el suelo. El pelinegro frunció el seño mientras lo miraba. Cuando se pudo sentar en la cama, Kevin estaba bajo ella.

Literalmente bajo ella.

ㅡ¿Qué estás haciendo?

ㅡEstoy buscando algo.

ㅡ¿Otra vez perdiste tu balance? ㅡpreguntó, seguido de una risilla.

ㅡNo, pero admito que he caído enamorado de tí ㅡse arrastró un poco, levantando la vista desde el suelo a su compañeroㅡ. Me puse muy celoso hoy, ¿lo sabías?

ㅡDijiste que no ibas a contármelo.

ㅡSí, bueno... ㅡse encogió de hombrosㅡ. Alguien que no voy a mencionar, me había dicho que podía hacer... cosas mejores, que yo, contigo ㅡdijo, intentando no sonar demasiado serio.

La verdad, era que intentaba no hacer "la gran cosa" con el tema de la pelea. Los golpes todavía seguían frescos, al igual que su inexplicable (y tan explicable a la vez) enojo contra su junior.

ㅡNo quiero hablar de detalles, pero... ㅡdijo, cerrando los ojos por unos segundos. De debajo de la cama, sacó un ramo de cinco rosas rojas, con millones de flores nube blancas rodeándolasㅡ. ¿Puedo darte un detalle?

Eddward se quedó serio, mirando las rosas y el rostro de Kevin.

ㅡTe prometo que no estoy ebrio ㅡdijo, frotándose la cara con una de sus manosㅡ. Se supone que Nathan me iba a ayudar con esta sorpresa, pero... ya no me aguanto ㅡmurmuró, bajito.

ㅡ¿Qué quieres decir? ㅡpreguntó, alejando las rosas de su rostroㅡ. ¿Kevin?

ㅡPor favor ㅡmurmuró, levantando la vista aunque tenía miedo de ver su reacción:ㅡ, sé mi novio, por favor.

16. Sermón: Conjunto de consejos y enseñanzas
morales destinadas a reprender a una persona o
corregir un determinado comportamiento o actitud,
especialmente si resultan largos y pesados.

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