𝘊𝘢𝘱𝘪́𝘵𝘶𝘭𝘰 𝟤𝟢
Elton John ft. Lady Gaga | Hello, Hello ⨟
❝Haz un bailecito, da un giro y aprovecha la
oportunidad; nada es fácil, nada es gratis.
Oliendo una flor, corriendo bajo una
lluvia de Otoño, estoy mejor con alguien cómo yo❞
ㅡ¡Hola! ㅡgritó Eddward, contento. Nazz salió del auto a abrazarle.
Nathan aún no salía de su trance, por eso demoró un poco más dentro del auto. Kevin se acercó a él y le hizo señas.
ㅡOye, ¿estás bien? Te ves pálido.
ㅡEstoy bien ㅡle sonrió, rascando su oídoㅡ. Nada más tengo sueño.
ㅡAh, bueno. Si es eso, entonces estaremos bien. ¿Qué haremos ahora?
ㅡNo lo sé, ¿quieres dejar el auto en el estacionamiento de la agencia e ir con mi camioneta a pasear? ㅡpreguntó, palmeando su volante.
ㅡ¿Y pagar yo mismo tu recarga de gas? ㅡenarcó una ceja.
ㅡBueno, algo tienes que pagar tú ㅡlevantó los hombros, riendoㅡ. Estoy jugando, cariño. Vámonos rápido, antes de que se haga más tarde.
ㅡDéjame decirle a Eddward, estará encantado de ir en tu camioneta con aroma a lavanda.
Cuando Kevin saludó y fue hacia su auto, Nazz volvió a la camioneta con Nathan. Ambos se miraron.
ㅡQué ni se te ocurra evitarme. Hablaremos más del "tema Eddward" cuando tengamos tiempo ㅡamenazó el peliazul.
La rubia levantó la ventanilla del auto: ㅡLe dije a Eddward que iríamos en tu camioneta, así que iba a acompañar a Kevin a estacionar el auto. Tardarán un poco ㅡse volteó a mirarloㅡ. Pero eso no significa que no podamos hablar del tema después.
Nathan pensó por unos segundos. Negó suavemente y observó el auto de Kevin meterse en el estacionamiento de la agencia.
ㅡNo quiero llorar ahora.
ㅡPero te quedarás pensando en ello todo el día.
ㅡSí, pero me puedo aguantar.
Ambos se miraron: ㅡNo, no lo harás ㅡadvirtió Nazz, con una muecaㅡ; no me mientas.
ㅡBueno. Pero me cuentas luego ㅡsonrió.
Kevin golpeteó el parachoques con su pie, haciendo que Eddward se queje de él. El pelirrojo rió con sus mejillas sonrosadas.
ㅡ¡Espera, ven aquí adelante! ㅡle dijo la rubia a Eddward, mientras abría la puertaㅡ. Yo iré con Kev atrás.
ㅡ¿Por qué? Estoy bien atrás ㅡdijo el pelinegro.
Kevin fruncía el ceño del otro lado del auto: ㅡSí, ve tú adelante.
La rubia empezó una discusión, que al final terminó ganando. Eddward fue de copiloto, haciéndole compañía a Nathan; y Kevin fue con Nazz en los asientos de atrás, haciendo pucheros.
Pasearon por las Avenidas que tenían menos gente y estacionaron en la esquina de uno de los parques más grandes de la ciudad. Fueron a las Avenidas y calles más transitadas a pie. Mientras Eddward veía, tomaba fotos y compraba cosas para sus hermanos; Kevin le observaba con una sonrisa.
ㅡEstás tonto, eh.
ㅡDéjame en paz ㅡrió, golpeándole el hombro.
ㅡ¿Por qué no entras y le haces compañía? ㅡpreguntó Nazz, sentándose a su ladoㅡ. Yo ya terminé con mis compras.
ㅡPrefiero no meterme en un lugar con tanta gente. Además, no lo quiero molestar.
Después de darle un ligero vistazo a sus amigos, volvió a ver a Eddward. Había un niño pequeño en un carrito, éste le miraba con curiosidad y Doble D simplemente le sonrió. Aquella sonrisa hizo al niño reír. El chupón de su boca cayó sobre el carrito y el niño saludó con una sonrisa grande. Eddward rió, inclinándose un poco para hablar con el pequeño.
ㅡ¿Sabes a quién se parece? ㅡdijo Nathan, mirando a Nazz.
ㅡ¿A quién? ㅡle preguntó Nazz, mirándole.
ㅡA Flynn Rider cuando las niñitas le están trenzando el cabello a Rapunzel y él se está escondiendo de los guardias detrás de la fuente, ¿sabes de lo que te hablo? ㅡuna sonrisita pícara apareció en sus labios.
Kevin frunció el ceño; ㅡ¿Me estás comparando con un ladrón?
Nazz lo golpeó suavemente: ㅡTe está comparando con alguien a quién casi decapitan, pero decidió escaparse de la cárcel para ir a rescatar a su princesa.
ㅡ¿No muere después? ㅡKevin volvió a fruncir el ceño.
Nazz le brindó un golpe en el brazo: ㅡNo, tonto. ¿Nunca has visto Enredados?
ㅡNo realmente, no le presto mucha atención a las películas si no tienen mucha acción ㅡse encogió de hombros.
ㅡPues, deberías ㅡadvirtió Nathanㅡ. Ayer, cuando estaba hablando con Edd, me dijo que Enredados es una de sus películas favoritas. No la principal, pero sí una de ellas.
ㅡA mí me dijo que una de sus sagas favoritas era Toy Story. ¿Cuál es la película principal, entonces?
Nathan y Nazz se miraron en complicidad, luego lo miraron a él. Estaba más que obvio que ninguno de los dos le iba a decir, y él no se iba a preocupar en arrodillarse en el suelo para saber. Ya lo averiguaría por cuenta propia.
ㅡTerminé. Lamento haberlos hecho esperar.
ㅡNo hay problema, tenemos tiempo de sobra ㅡNathan se levantó, pasando un brazo por sus hombrosㅡ. ¿Dónde quieres ir ahora?
ㅡNo lo sé, ¿dónde quieren ir ustedes? ㅡpreguntó, con una sonrisa.
Nazz rió a la mirada de ternura que le brindó Kevin a su contestación. Sus ojitos brillaban mientras iba caminando tras ellos, estaba prestándole suma atención a las reacciones de Kevin.
Si había algo que identificaba a Kevin cuando estaba con sus amigos, era su preocupación por ellos y la forma en la que siempre los observaba con cariño. Había algo en la mirada de Kevin que tenía a Nazz observándolo con ojos de halcón.
Por ejemplo, aquella bella imagen que los dos tortolitos le habían brindado hacía unos minutos atrás. Eddward no dijo un lugar al que ir, no pidió dejar de caminar, no dijo que quería ir a comer o tomar un café; él prefirió preguntarle al resto dónde querían ir.
Tal cómo Kevin hacía.
Se detuvieron en un Café. Doble D observó el precio de todo antes que la comida o las bebidas; si no fuera porque Kevin le dijo que eligera lo que quisiera (ya que no pagaría ni un centavo de aquello), probablemente hubiese elegido un simple vaso de agua.
Tal cómo Kevin solía hacer.
Entonces, Nathan y Kevin se levantaron para ir al baño y la rubia se quedó con Eddward en la mesa de aquel Café. Tomó su celular unos momentos para responder unos mensajes y, cuando levantó un poco la vista para tomar una galleta, vió las manos de Eddward moverse con delicadeza.
ㅡ¿Qué estás haciendo? ㅡpreguntó, intentando no reír al pequeño salto asustado de Eddward.
En su mano derecha tenía su cartera, y en la otra tenía la cartera de Kevin. El pelinegro suspiró, mirando hacia dónde Nathan y Kevin se habían ido.
ㅡPor favor, no se lo digas ㅡmurmuró, tomando dinero de su cartera y pasándolo a la de Kevinㅡ. No quiero que pague por todo él solo, y sé que no me dejará pagar. No creo que vaya a darse cuenta que tiene un par de dólares de más en su cartera, pero me siento mejor haciéndolo así ㅡdijo, mientras tomaba su propia cartera y volvía a guardarla en su bolsoㅡ. Si se lo doy en mano, no me lo aceptará.
Tomó la cartera de Kevin y volvió a dejarla en el bolsillo de su saco azul. La rubia dejó su celular sobre la mesa, con aquella mueca feliz pero sorprendida.
ㅡNo me mires así, por favor ㅡse sonrojó, rascando su cuelloㅡ. Me siento mal dejándole pagar por todo.
La rubia rió un poco: ㅡEso es tan Kevin ㅡmurmuró, captando la atención curiosa de Eddwardㅡ. Con razón tú le gustas más que cualquier otra persona que haya intentado estar con él.
ㅡ¿A-Ah, sí? ¿Y eso por qué?
ㅡKevin siempre se preocupa por Nathan y por mí, tal vez hasta se preocupa demasiado. Pero no se preocupa por él mismo ㅡexplicó, poniendo sus codos sobre la mesaㅡ. Tú eres igual a él. Me alegra ver que, al menos, alguien sí se preocupa por Kevin.
ㅡSólo estoy... ¿teniendo buenos modales? ㅡintentó sonar firme, encogiéndose en su asientoㅡ. Kevin es una persona realmente buena... con todos.
ㅡBueno, eso ya lo sabemos ㅡrió la rubia, extendiendo una de sus manos para tomar la de Eddwardㅡ. Y tú también eres una persona realmente buena, Doble D. Si puedo serte honesta, jamás se me habría ocurrido poner dinero en la cartera de alguien más sólo porque fuera a pagar por mi comida.
El pelinegro apretó un poco la mano de la rubia; ㅡEntonces... ¿estuve bien?
ㅡClaro que sí, corazón ㅡle sonrió, de forma tranquilizanteㅡ. En una cosa tuviste razón, hace unos segundos.
ㅡ¿En qué?
ㅡEn que Kevin no te aceptará el dinero si se lo das en la mano. Tomaste una buena decisión... y, aunque me gusta el chisme, no le contaré a nadie lo que haz hecho.
El pelinegro sonrió: ㅡGracias, Nazz. Significa mucho.
Para cuando decidieron salir ya era algo tarde. El partido de los Cobblers empezaría en dos horas y Nathan se veía algo ansioso. Volvieron al parque dónde dejaron estacionada la camioneta.
ㅡ¿Sabías que Kevin pudo haber estado en esa cancha hoy, y no cómo simple expectador? ㅡle preguntó a Eddward, mientras caminaban hacia la camioneta.
ㅡ¿Con los Cobblers? ㅡpreguntó, impresionadoㅡ. No lo sabía.
ㅡ¿No fuiste a la escuela con él?
ㅡSí, pero no creí que de verdad podría llegar a esa instancia... la mayoría de los niños que juegan algún deporte en clubes o en la escuela, no llegan a las grandes ligas ㅡadvirtió, rascándose la mejillaㅡ. ¿Obtuvo una beca?
ㅡPor los más buscados de todos ㅡrió bajitoㅡ. Kevin era excelente jugando al fútbol americano... ¡mucho más que excelente!
ㅡOh, vamos ㅡse quejó, entre risitas, el nombrado.
ㅡCuando estábamos por terminar la secundaria, decidí salir del equipo y meterme en la Universidad de Derecho. No sé qué hizo a Kevin cambiar de opinión y desechar a todos los becarios para venir a la Universidad de Derecho conmigo.
Eddward se volteó unos segundos, para ver a Kevin luchando consigo mismo para encontrar su cartera en sus bolsillos.
ㅡ¿Kevin rechazó uno de sus sueños para estar contigo?
ㅡSí, pero no lo digas así ㅡse avergonzóㅡ. Los primeros dos meses de la Uni fueron devastadores para mí. Realmente no entendía nada de nada y siempre buscaba a Kevin para pedirle ayuda. Las veces que me escapé de las habitaciones de la Uni, siempre fuí a dormir a su casa ㅡexplicó, volteándose a ver a su amigoㅡ. Cuando le dije que iba a darme de baja en la Uni e iba a empezar a trabajar, él me dió la noticia de que había entrado en la misma Universidad que yo ㅡvolteó a ver a Eddward, que le miraba atentoㅡ. Lloré todos los días de todos los meses después de eso ㅡmurmuró.
ㅡ¿Por qué?
ㅡKevin tenía más futuro que yo en los Cobblers. Tal vez ahora pudiera ser un hombre famoso, firmando balones de fútbol americano y camisetas con su número; pero rechazó todo con tal de que yo no rechazara nada.
ㅡOh ㅡmurmuró, viendo nuevamente a Kevin comprar unos heladosㅡ. Woah.
ㅡIncreíble, ¿cierto? ㅡsonrió, mirándole.
ㅡKevin es increíble ㅡsusurró, sonriéndole al susodicho.
Entonces, Nathan recordó a Nazz cuando, antes de salir del Café, lo tomó del brazo y le dijo:
ㅡDoble D se preocupa por Kevin, de la misma forma en la que Kevin se preocupa por nosotros dos. Sólo mira sus ojitos orgullosos cuando se da cuenta de las cosas que Kev hizo por nosotros en el pasado...
Ahora lo entendía. Ahora entendía que, al final, sí había alguien que se preocupaba por Kevin cuando él no lo hacía por sí mismo. Ahora entendía por qué su mejor amigo observaba tan felizmente a Eddward haciendo cosas que derretían su corazón.
El por qué todo estaba tan perfectamente bien cuando Kevin estaba alrededor de Eddward. El por qué ahora todo había cambiado para bien. El por qué su hermano ya no se sentía solo por las noches y los días.
La razón por la que Kevin ya no estaba deprimido era aquella cabecita mágica, llena de metodologías extrañas y flores de muchos colores brillantes.
La noche cayó al poco tiempo. Una vez de vuelta en la casa de Kevin, el pelinegro se puso manos a la obra para cocinar algo delicioso.
ㅡOye, ¿te parece si cenamos en la habitación? ㅡpreguntó el pelirrojo, sentándose en la pequeña mesa de la cocinaㅡ. Podríamos, eh... ver una película o algo.
ㅡ¿Veremos Transformers? ㅡsonrió, cortando unas papasㅡ. No recuerdo mucho esas películas.
ㅡEn realidad... no he visto mucho Disney últimamente, ¿podemos ver una de tus películas?
El de ojos celestes frunció el ceño: ㅡ¿Cómo cuál?
ㅡ¿Tu película favorita de todos los tiempos? ㅡpreguntó, con algo de miedo.
Eddward lo miró y sonrió: ㅡ¿De verdad?
ㅡSólo dime cuál y la buscaré ahora mismo.
ㅡEs "La Bella y la Bestia" ㅡcomentó, con sus mejillas sonrojadasㅡ. Ya te explicaré el por qué.
ㅡGenial ㅡmurmuró, antes de levantarse e irse.
Para cuando terminaban de cenar, la película también estaba terminando. A Eddward le gustaba aquella película por el simple y mero hecho de que no era una película de princesas normal.
Por ejemplo, Bella no era una princesa. Era una mujercita de pueblo, que cuidaba de su padre y leía muchos libros. Ella vió en "la Bestia" las cosas que los demás no veían; no vió un monstruo, vió a alguien que necesitaba ayuda, que necesitaba sentir el calor de otra sonrisa.
Bella se convierte en una princesa después de casarse con "la Bestia". Igual que Tiana de "La Princesa y el Sapo"; ella sólo era una camarera que quería abrir su propio restaurante, y se convierte en una princesa cuando se casa con el Príncipe Naveen.
Y, para asombrar más a Kevin, Doble D le dió el ejemplo de Cenicienta: ella tampoco era una princesa, era una niña de pueblo que tuvo la mala suerte de perder a sus dos padres y quedarse con su madrastra malvada.
ㅡ¿Lo entiendes? ㅡrió a la mueca confundida de Kevinㅡ. Cenicienta pierde su zapatilla, el príncipe la encuentra y va buscando a su princesa por todo el pueblo. Entonces, se encuentra con la casa de Cenicienta y, cuando le prueban la zapatilla y le calza a la perfección, ella se casa con él.
ㅡY ahí se convierte en princesa ㅡdijo, chasqueando los dedosㅡ. Cielos...
ㅡ¿Ya ves? ㅡrió, divertidoㅡ. Oh, y Mulán.
ㅡ¿¡Mulán no es una princesa!? ㅡdijo, sentándose de golpe en la cama.
ㅡ¡Claro que no! Ella ni siquiera está casada con un príncipe o un rey, ¿recuerdas?
El pelirrojo se quedó pensando unos segundos, luego hizo una mueca sorprendida, cómo si un camión le hubiese pasado por encima.
ㅡ¡Tienes razón! ¡ella se casa con un general, no con un príncipe!
Eddward rió con fuerza. Kevin, aún confundido pero asombrado, reía junto a él.
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