𝘊𝘢𝘱𝘪́𝘵𝘶𝘭𝘰 𝟣𝟤
Jack Stauber's Micropop | Two Times ⨟
❝Estoy en la calle otra vez,
tan emocionado que no puedo fingir
¡dos veces! - sigamos siendo amigos
tantos problemas que no puedes defenderte,
¡manos arriba! - me siento bien,
¿qué corazón podré romper hoy?❞
Lo que ocurrió los siguientes dos meses y cinco días fue extraño. Antes de que se repiensen mi línea; pasaron dos meses desde que Kevin y Eddward dieron su primer beso el uno con el otro, y cinco días de los extraños sucesos.
ㅡYa te dije, es sólo parte de un plan malévolo de Eddy ㅡle había dicho por teléfono, con una sonrisa nerviosaㅡ, una simple cita con alguien que él conoce, para sacarle información.
ㅡNo quiero que hagas ésto por Eddy ㅡsuplicó, casi al borde del llantoㅡ. ¿No habíamos quedado en que estaríamos juntos pronto?
ㅡNo hagas dramas, Kev, sabes que tampoco quiero hacer ésto ㅡsuspiró molesto, mirándolo a través de la ventanaㅡ. Te extraño, tonto melodramático...
ㅡYo también te extraño, cariño ㅡle sonrió, haciéndole señas por su ventanaㅡ. Tengo que salir de la habitación, Marie está a punto de salir de bañarse ㅡrió al escucharlo bufar molestoㅡ, bueno, cariño... mientras tú estés durmiendo cómodo en ésa cama tuya, yo iré a dormir al sofá. Posiblemente vea una película o empiece una serie.
ㅡ¿Y no querrías hablar conmigo toda la noche? ㅡpreguntó, sonriendo hacia su libro mientras lo ojeaba un par de vecesㅡ. Digo, no hace falta que lo hagamos, podría leer solo, pero... no sé, ¿tal vez pueda hacerte compañía?
Kevin se quedó un minuto admirándolo por la ventana. El hecho de que se haya olvidado de que estaba viéndolo le hacía sonreír. Sus ojos inquietos y algo nerviosos miraban con cero atención las palabras del libro, mientras que una de sus uñas estaba siendo asesinada entre sus dientes.
Se veía algo indefenso, sonrojándose por cada segundo que pasaba sin contestarle, preguntándose a si mismo si había dicho algo malo o había sido muy directo. Ésto último lo sabía porque Eddward se miraba al espejo y repetía la pregunta.
ㅡOye, aún estoy aquí ㅡdijo, intentando contener su risa cuando le vió dar un pequeño salto asustado y voltear a la ventanaㅡ. Te ves lindo de rojo.
ㅡAy ㅡlevantó su mano y la movió de lado a lado, indicando así que 'dejara de decir esas cosas'ㅡ. ¿Sabes qué? Diviértete mirando una película por tu cuenta. Adiós ㅡy le sacó la lengua antes de cortar y levantarse para caminar lejos.
Rió mientras guardaba nuevamente su teléfono en su bolsillo, tomando algo de ropa antes de partir fuera de la habitación. Al bajar se encontró con su hermano, y por primera vez en mucho tiempo, éste sonrió con la cabeza gacha, negando suavemente.
May perseguía a un Jimmy semidesnudo con Sarah riendo entre sus brazos, mientras que a Marie le importaba un carajo lo que los demás estaban haciendo, tirada en en medio del sofá con su teléfono entre los dedos y la toalla sobre su cabeza.
Iban a ser las dos de la tarde, y sabía que tenía que salir a las cuatro, así que al fin podría descansar de la hermana cruel de May. Se adentró en el baño para cuando los niños reían mirando al Pato Lucas siendo golpeado y estrellado contra todos los lados posibles.
𝙿𝚞𝚗𝚝𝚘 𝚍𝚎 𝚟𝚒𝚜𝚝𝚊: Kevin.
Sonreí. No voy a mentir, también reía con mucha soltura y con mucha diversión cuando veía al cazador Elmer perseguir a Lucas, o cuando al increíble Bugs Bunny se le daban ésas ocurrencias que a nadie más se le pasaba por la cabeza. Me ahogué cuando intenté contener la risa al escuchar a mis dos pequeños sobrinos gritar la típica y vieja pelea de Bugs y Lucas.
ㅡ¡Es temporada de conejos! ㅡdijo Sarah, y pude imaginármela levantando sus manitas cómo orejas de conejo sobre su cabeza.
ㅡ¡No, es temporada de patos! ㅡdijo Jimmy, y estoy seguro que tenía una de sus pequeñas manitas haciendo un pico sobre sus labios.
ㅡ¡De conejos!
ㅡ¡De patos!
ㅡ¡De conejos!
ㅡ¡De patos!
La dulce melodía de aquellos dos niños peleándose había sido cortada para dar camino al audio de la televisión. De fondo pude oír a Bugs decir que era temporada de conejos, y a Lucas que era temporada de patos; así que el cazador le disparó en el pico. Los niños estallaron en risas, y yo intentaba no ahogarme con la espuma del dentrífico en mi boca.
ㅡ¿Qué hay de nuevo, viejo? ㅡsonrió Ed, deteniéndose en la puerta y apoyándose en el umbral con los brazos cruzados.
ㅡRecuerdo cuando jugábamos a ser Lucas y Bugs ㅡmurmuré, quitándome el poco dentrífico que quedaba a los lados de mi bocaㅡ. ¿Qué te trae por aquí? ¿Le temporada de patos o de conejos?
ㅡSupongo que serán conejos ㅡme miró, y en ésos ojos pude ver una obviedad oculta sobre falsa extrañeza. Éste hijo de mi madre sabe lo que está haciendo, y entrecerrando los ojos le hice reírㅡ. Bueno, tengo que admitir que Eddward es cómo Bugs Bunny.
ㅡCállate ㅡdije, y estoy seguro que mis ojos se abrieron mucho y mis mejillas se pusierom demasiado rojasㅡ, habla más bajo, tonto.
ㅡ¿Tonto? Pensé que dirías algo cómo "imbécil" o "estúpido"; pero, ¿tonto? Woah, mi vecino si que te está cambiando.
Metí una mano bajo la llave del agua del lavabo y le tiré un poco en el rostro, dejándole pequeñas esferas de agua en la camiseta verde oscura que traía. Rió acercándose nuevamente a mi, cerrando la puerta tras de sí mismo.
ㅡNo te molesta si hablamos un rato, ¿verdad? ㅡpreguntó, con las manos apoyadas aún en la puerta, tras su espalda. Abrí la boca para responder, pero él sonrió en grande antes de que pudiera contestarㅡ. Genial, sabía que no te molestaría ㅡaclaró su gargantaㅡ. Has estado aquí unos... ¿cuatro? Si, cuatro meses. Me preocupas, Kev.
ㅡMe la estoy pasando bien, si es lo que querías saber ㅡa pesar de no tener un pelo de bigote o de barba, de todas formas puse crema de afeitar en mi rostro, de una u otra forma tenía que escapar de ésta incómoda charla a solas con mi hermano mayor... en el baño de su casa.
ㅡMuy bien, al parecer ㅡrió bajito, mirándome a través del espejoㅡ, jamás te había visto tan contento antes.
ㅡJamás te había visto tan preocupado por mi ㅡreí al verle por el espejo, dirigiendo mis ojos nuevamente a la mano que iba a afeitarmeㅡ. De verdad, estoy pasándola muy bien.
ㅡMe imagino... ¿Eddward ayuda en éso? ㅡsus ojos perseguían los míos, pero me negaba a mirarlo.
ㅡUn poco, sí. Es un buen amigo.
ㅡ¿No recuerdas aquella vez que te confesaste conmigo? Dijiste que te gustaba.
ㅡ¿Lo hice?
ㅡSí, dos veces ㅡseñaló, levantando dos dedos.
Me lo pensé por un segundo... tal vez se lo habré dicho una vez, ¡y a medias, estoy seguro! Pero, ¿dos veces? Ya me parece... sospechoso. Entrecerré los ojos y luego volví a enfocarme en afeitarme los pelos que no tenía.
ㅡFuiste a su casa el día de la fuerte lluvia, y no volviste hasta el próximo día casi a la madrugada.
"¿Él lo sabe?", me pensé. No le respondí.
ㅡY parecías muy feliz contandole a May las películas que habían visto y todas las tazas de colores extravagantes en las que tomaste café.
"Creo que él lo sabe", me pensé. No le respondí.
ㅡTan feliz... que hasta se te escapó decirle que se habían besado.
"Mierda, lo sabe", me pensé. Mis ojos se dirigeron a los suyos a través del espejo y su sonrisa ladina, sus cejas levantadas y ojos profundos estaban poniéndome realmente nervioso. "Y el maldito sabe. Sabe que yo sé a lo que se refiere. Lo sabe", repetía, mientras terminaba de lavar mi rostro.
ㅡBueno... tal vez... hubo un beso pequeño.
ㅡ¿Por qué no me lo contaste? ¿Qué no éramos confidentes?
ㅡDéjame corregirte, somos confidentes. Pero... yo sólo...
ㅡLo entiendo. May te ayudó a ir hasta allá sin que me enterara, pero de todas formas te he visto irte y sé que fuiste hasta allá.
ㅡ¿Cómo estás tan seguro?
ㅡ¿Dónde más irías? ㅡrió, cruzándose de brazosㅡ. No tienes amigos aquí. Los vecinos no te conocen... bueno, Eddward sí, y hasta tus labios ㅡambos nos miramos. Él kevantó las cejas sorprendidoㅡ. ¿Me estás diciendo que conoce un poco más?
Volteé rojo, pero no sé si era por la sorpresa o por que estaba avergonzado. Sus palabras resonaban en mi cabeza mientras balbuceaba. Por sobre sus risas escuché sus verdaderas intenciones y me puse aún más colorado de lo que ya estaba.
ㅡDios, me gusta mucho divertirme contigo ㅡme sonrió, secándose las lágrimas de sus previas carcajadasㅡ. Eres muy gracioso, no hay forma de que nadie guste de ti.
ㅡSuenas cómo mamá.
ㅡY tú te sonrojas por todo cómo papá ㅡme golpeó el hombro suavecito, ambos nos dedicamos una sonrisa cómpliceㅡ. Te amo, Kev, y quiero que seas feliz ㅡmi sonrisa poco a poco iba cayendo, mientras miraba la espuma irse sobre el lavaboㅡ. Si Eddward es lo que quieres, ¿qué estás esperando? Sé que aún no están saliendo, me entero de esas cosas... pero, simplemente verte así y aquí, en éste estado y solo...
ㅡTe preocupa; lo sé, lo sé ㅡsuspiré, moviendo mi mano al aire para restarle importanciaㅡ. Haré algo al respecto, créeme. Pero no puede ser pronto... su hermano aún me odia.
ㅡOh... pero, pasaron dos meses...
ㅡY nuestro primer beso también fue hace dos meses... el único beso, si soy honesto ㅡmurmuréㅡ. Pero, no puedo hacer nada si él quiere esperar ㅡsuspiré, dejando de lado la toalla.
ㅡBien, lo entiendo ㅡEd levantó las manos, las palmas quedándole a ambos lados de sus orejasㅡ. ¿Te reunirás con él hoy?
ㅡNo, tiene una cita con alguien más.
Ed me miró confundido, no pude hacer más que reír. Bajó sus brazos cansados, levanté los hombros dando a entender que no sabía nada del tema.
𝙿𝚞𝚗𝚝𝚘 𝚍𝚎 𝚟𝚒𝚜𝚝𝚊: Narrador.
Ed se hizo a un lado, abriendo la puerta y saliendo por ella.
ㅡApresúrate.
ㅡYa te dije que no quiero acelerar las cosas entre nosotros.
Le miró con una ceja alzada; ㅡApresúrate para salir del baño, los niños también tienen que tomar uno.
ㅡ...oh.
Ed le dió una última mirada divertida; ㅡRecuerda que hay niños en la casa, por si piensas...
Y revelando una escena obsena con su mano, cerró la puerta rápidamente entre risas y se alejó corriendo escaleras abajo.
Kevin miró la ducha por unos segundos, y luego sus pantalones de pijama. Siguió quitándose la ropa, pensando en otro tipo de personas y escenarios mientras poco a poco armaba su rutina.
Quitándose las medias, negó rápidamente. Prendiendo la llave del agua, negó rapidamente. Volviéndose para cerrar la puerta con cerrojo, negó rápidamente. Con los pies dentro de la tina, dejó que el agua caliente bajara por sus hombros.
Sus músculos tensos ahora estaban relajados, su ceño fruncido ahora estaba en plena calma. No sabía si fue aquello o la extraña escena que armó su cabeza sobre él y Eddward en su casa aquella noche de lluvia, en la cuál nadie estaba en casa, pero todo en sí mismo se tensó nuevamente.
Abrió los ojos, bajando la vista a su creciente erección. Volvió a mirar la puerta del baño y a escuchar atentamente más allá del agua que caía sobre sí mismo. Se aferró al frío mármol mientras cerraba los ojos con fuerza e intentaba desconcentrarse.
Pero creía que eran sus manos frías de dedos delgados las que estaban paseándose por su cuerpo desnudo, no las gotas de agua helada que había encendido. Eran sus labios finos los que besaban su cuello y detrás de su oreja, no las gotas que se escapaban de su cabello al tirar su cabeza hacia atrás.
Y no eran aquellas finas manos las que tocaban por debajo de su cintura, sino su propia mano siendo conducida por aquellos pensamientos encerrados y sentimientos bajos que intentó ocultar, por lo menos, más de ocho veces en los dos meses que no le veía.
Escuchaba murmurar cosas a Eddy cada vez que entraba en la habitación y le veía leer cerca de la ventana, quejándose de que era el único lugar en el que Kevin podía verle y éso le enojaba.
Eddward, al sentirse entre la espada y la pared, comenzó a leer cerca de la ventana de la cocina, y luego se cambió al porche trasero. Con el paso del tiempo, ambos encontraron una forma de verse todos los días; a la misma hora, de frente a la ventana de sus habitaciones, por un tiempo estimado, hasta que él volviese de trabajar.
Abrió los ojos, mirando su mano por unos segundos. Regresó su vista a la puerta del baño antes de limpiarse y volver a bañarse en paz.
El silencio de la habitación se había hecho ruido cuando su tono de llamada resonó por todos lados. Tomó el teléfono mientras miraba con una sonrisa el suelo.
ㅡ¿Cómo estuvo tu cita?
ㅡMírame por la ventana ㅡrespondió, con un suspiro sonoro al principio.
Al ver por la ventana, se encontró a Edd con el cabello medio atado en una coleta baja, con una camisa blanca y unos pantalones de jean ajustados de color negro.
Estaba empapado.
ㅡ¿Un auto pasó por un charco y arruinó tu cita? ㅡpreguntó, con los ojos bien abieros.
ㅡMi propia cita arruinó la cita ㅡpasó una mano desde su nariz hacia abajo, suspirando cansadamenteㅡ. Al diablo, ya obtuve lo que Eddy quería ㅡpuso una mano en su cinturaㅡ, está algo feliz ahora, ¿qué dices de llamarlo y pedir una pizza?
La sonrisa confundida de Kevin se vió interrumpida cuando los niños corrieron escaleras arriba gritando, dirigiéndose hasta la puerta de su cuarto; una vez adentro la cerraron con fuerza.
ㅡDisculpa, Edd... debo ir a ver a los niños, acaban de subir corriendo.
ㅡNo te tardes mucho, por aquí quieren una respuesta ㅡdijo y pudo escuchar de fondo que Eddy cantaba a todo pulmón "We are the Champions" de Queen.
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