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—¿Una cita? ¡Increíble! —exclamó Namjoon, mientras le palmeaba la espalda a Jimin en forma de ánimos—. ¿Abriste los ojos al final de cuentas?

—Supongo... Creo que tengo que darme una oportunidad. —dijo Jimin, sonriendo—. Además, aunque es menor que yo, no está de más intentarlo.

—Genial, reaccionaste. —contesto Namjoon mientras sonreía viendo a su amigo, quien se veía un poco más feliz de lo normal—. Ya verás que todo irá bien, Yoongi es un chico excelente.

Jimin sonrió ocultado su mirada, hasta cierto punto le daba una gran ilusión pensar que las cosas con Yoongi podían funcionar, a pesar de que dentro de él tenía miedo si es que algo fracasaba. Después de todo, había aceptado intentarlo y no perdía nada con eso.

Tal vez, sólo tal vez... eso podría funcionar.

—¡Me voy! Cuando llegue Taehyung le das de comer, por favor, mi madre vendrá a dejarlo. —pidió mientras guardaba sus cosas en un pequeño bolso.

—¡Ouh! El pequeño Taehyung vendrá a quedarse con su hermano, no lo he visto en meses. —dijo Namjoon mientras se dejaba caer en el cómodo sofá del departamento de Jimin.

—Yo tampoco, por favor cuida de él mientras estoy con Yoongi.

Namjoon asintió y agitó su mano en forma de despedida, Jimin cerró la puerta detrás de él y siguió su camino hasta la cafetería en donde se vería con Yoongi.

Namjoon y Park se volvieron tan buenos amigos que pasaban mucho tiempo juntos, ya sea que Kim fuera a su apartamento o que Jimin fuera a visitarlo hasta su casa. Era el único buen amigo que tenía.

Los ojos de Yoongi brillaron, sentía esas extrañas famosas mariposas en el estómago, estaba nervioso pero muy feliz por haber logrado conseguir una cita con Jimin, se encargaría de hacerlo sentir cómodo, aunque sinceramente no sabía ni cómo actuar estando con él en una cita.

Sus manos comenzaron a sudar, causándole incomodidad. A lo lejos observó cómo Jimin iba llegando a la cafetería para luego sentarse junto a él con una tímida sonrisa en los labios.

Yoongi sonrió feliz.

—Buenos días, hyung. —dijo sonriendole.

—Buenos días, Yoon.—respondió acomodándose en su asiento—. Disculpa la tardanza, hoy mi hermano llega a casa y tenía que ordenar su habitación.

—¿Tienes un hermano? —preguntó curioso.

—Se podría decir que sí, pero él es adoptado, mi madre lo adoptó hace cuatro años, sin embargo, lo quiero mucho y lo acepto como si fuera de mi propia sangre. —respondió un Jimin sonriente.

Yoongi no sabía acerca de eso, tal vez porque era un tema muy personal, pero igual se sentia feliz de que ahora su Hyung le estuviera contando algo intimo.

Así que decidió abrirse emocionalmente con él.

—Supongo que lo sabes, pero igual te contaré. —dijo Yoongi mientras ponia sus brazos en la mesa—. Tengo un hermano menor, él es quien se quedará con toda la empresa. Estoy feliz porque mis padres decidieron aceptar el trato, aún así, mi padre aun quiere que me mantenga al tanto de la compañía, para instruir a mi hermano.

—No deseas seguir los pasos de tu padre ¿verdad? —preguntó.

—No, en realidad. Hace meses crei que podía ser lo mejor, pero ahora no. Cuando mis padres me liberaron de esas grandes paredes de plata, me di cuenta que aquí afuera hay personas que necesitan mucho más. —respondió Yoongi.

—Para tener 18 años, eres muy maduro. —se burló Jimin mientras reia.

La camarera llegó para dejarles su pedido.

El resto de las dos horas que se quedaron ahi hablando sobre sus vidas, sobre lo que Yoongi quería hacer cuando terminara la universidad y sobre lo que Jimin tenía pensado en un futuro.

Salieron de esa cafetería dispuestos a ir a otro lugar para pasar el rato, llegaron hasta un pequeño parque en el que estaban unas cuantas personas paseando a sus mascotas y otras con sus niños. Yoongi no era fan de esos lugares, pero sabía que a Jimin le encantaba estar en un lugar así, al aire libre en donde se pudiera sentir la buena energía de las personas.

Se sentaron en una pequeña banca un poco alejado de los niños, debajo de un gran árbol de cerezo que soltaba algunas flores.

—Puedo preguntar... ¿Desde cuando te gusto? —preguntó Jimin sin rodeos.

Yoongi se puso nervioso, se sentía tímido al tener que responder algo como eso.

—Huh... Bueno, me gustas desde hace tiempo. —respondió, rascando su cabeza nervioso—. Desde hace tres años, para ser exactos.

Jimin sonrió tímidamente, tragó saliva nervioso y miró atentamente a su menor.

—¿Por qué?

Yoongi se puso aún más nervioso y un leve color rojo se asomó por sus mejillas.

—Fuiste muy amable conmigo, y para serte sincero, jamás había convivido con otras personas que no fueran mi familia. Es por eso que, fuiste y eres la primer persona que me gusto.

—¿Sólo por ser amable? —preguntó Jimin, algo triste, recordando todo lo que vivió en el pasado.

—Cualquiera habría sido amable conmigo, el profesor Choi, el psicólogo Lee, pero tú... realmente me senti diferente cuando tú me hablaste. —Yoongi respondió mientras sentía la mirada de su Hyung—. Tal vez... Fue amor a primera vista.

Soltó una risita divertida mirando cómo Jimin ahora se ponía nervioso y rojo, desviaba la mirada de Yoongi mientras reía tímidamente.

—Tonterías, no digas algo como eso. —respondió Jimin, evitando mirarlo.

El pelinegro sintió un tirón de su mano y observó al chico a su lado, quien rápidamente puso una mano en su mejilla mientras se acercaba a su rostro.

Jimin sintió que todos los colores se le subían al rostro, estaba tan cerca de su cara que podía sentir la respiración agitada de Yoongi.

—¿Puedo? —preguntó Yoongi. Jimin ya sabía a lo que se refería, y le pareció algo tierno ver cómo su menor le pedía permiso.

Sin embargo, Yoongi no contaba con que Jimin fuera quien cortara la distancia entre ambos, dándole un beso cálido y lleno de emociones. Por instinto, ambos chicos cerraron los ojos, disfrutando del contacto que hacían sus labios juntos. Jimin sintió las manos de Yoongi acariciar sus mejillas mientras comenzaban a mover sus labios al compás.

Cuando se separaron de aquel beso, la vergüenza regresó a ellos. Yoongi junto sus frentes y besó la nariz de Jimin.

—Realmente me gustas, Jimin. —dijo Yoongi sin temor alguno.

—También me gustas. —respondió Jimin entre sonrisas.

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