Capítulo 13.
▪Hyunjin▪
Aquí estoy, la última persona que Heejin quisiera ver, estaba frente a la puerta, aún pensando en si entrar o no, preguntándome si estaba bien esto, luego de las tonterías que le dije, respire hondo y justo cuando pienso tocar la puerta, esta se abre dejando ver a una, al parecer, adormilada chica de cabello corto, oscuro y tonos plateados, de la misma estatura que Heejin.
-Oh, hola -ella al percatarse de mi me saluda con una amable sonrisa- ¿qué necesita? -pregunto amablemente-
-Yo, emmm, vine a ver a Jeon Heejin, ¿esta es su casa? -pregunte, la chica iba a responder pero justo en ese momento apareció a quien buscaba- Heekki... -sin darme cuenta sonreí al verla, como era de esperarse, ella no mostraba ninguna emoción al verme-
-Ryujin, ¿me das un momento? -trague saliva al escuchar su voz tan fría al referirse a mi, aunque admito que sonaba sexy, no era tiempo para mis hormonas ahora, la chica de nombre Ryujin asintio y se adentro a la casa- ¿qué quieres?
-¿Estas mejor? -me acerque a ella pero se alejo, apreté mis labios y retrocedí-
-Si Hyunjin, estoy mejor, si eso era todo, puedes irte -trato de cerrar la puerta pero rápidamente evite que lo hiciera mirándola fijamente a los ojos-
-¿Puedo pasar? -Heejin soltó un suspiro y se hizo a un lado dejándome pasar a la casa- tu casa es muy hermosa -comente mirando a mi alrededor percatandome de sus dibujos enmarcados en las paredes-
-Te traeré agua -asentí tomando asiento en el sofá de la sala, no sabía que continuaba, ¿disculparme?, las unicas veces que me disculpo es por meter 3 dedos de golpe, pero hablamos de otra situación con una chica con nepe-
-Gracias -Heejin asintió entregándome el vaso con agua para luego sentarse a mi lado- me alegra mucho verte más saludable -sonreí sin obtener alguna expresión u palabra de su parte- ya carajo, perdón por lo que paso, no medí mis palabras, soy una idiota, hormonal e irrespetuosa, lo sé ¿ok? -ella solo soltó una risa y luego suspiro-
-¿Sabes lo divertido de todo esto?, que no importa lo enojada que esté contigo, lo mucho que supuestamente te odio, no importa, me sigues gustando, porque el supuesto Dios que existe decidió que debo enamorarme de la persona que solo me quiere coger -me quede completamente callada por sus palabras, yo le gustaba- si Hyunjin, me gustas, no por lo bien que seguro coges, si no porque me encanta todo de ti, tu cara, personalidad, tus ojos, tus malditos labios carajo, pero a la mierda, nunca me harás caso ya que soy una cursi de mierda con un gran pepino que expulsa rosas románticas -cuando terminó de hablar soltó un fuerte suspiro y paso sus manos por su cabello desordenandolo-
Sin saber que hacer o decir, simplemente me levanté y me senté en su regazo tomando su carita roja de tanto hablar y por fin junte esos labios que añoraba con los míos, me sorprendí cuando Heejin correspondió abrazando mi cintura con algo de fuerza. Un beso limpio y suave, no iba a cagarla esta vez, eso esperaba porque estaba sentada en su miembro y mi clítoris podía confundir las cosas. Luego de unos segundos nos separamos mirando fijamente a la otra sin decir nada, solo escuchando nuestras respiraciones sincronizadas.
-¿Qué significa eso? -preguntó con un leve brillo en sus ojos que me hizo sonreír-
-Jeon Heejin, eres una cursi del demonio y por eso quiero que seas mi primera vez enamorandome -el brillo en sus ojos aumento para luego acostarme en el sofá y estando encima mío, llenarme el rostro de besos- ok ya es suficiente, vas muy rápido -le dije entre risas alejandola de mi para incorporarme y sentarme en el sofá- pero Heejin, no quiero que pongas tu estabilidad emocional, no quiero siempre ser la razón de tu tristeza -ella asintió-
-¿Ya terminaron? -la pelicorto apareció haciendo que la miráramos-
-Oh, Hyunjin, ella es Ryujin, mi mejor amiga -sonreí amistosamente y ella me devolvió la sonrisa-
-No sabes lo que escribió está niña pensando en ti -alce una ceja mirándola divertida- ¿quieres ver? -asentí inmediatamente mientras me levantaba pero Heejin sujeto mi cintura y me sento en sus piernas abrazandome con fuerza-
-¡No! -grito haciéndome reír-
Mientras Ryujin iba por el cuaderno de poemas de la cursi no pude evitar poner mis manos sobre las de Heejin y acariciarlas.
Tal vez no sería tan malo enamorarse... tal vez.
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