La plaza comercial
Salí y me dirigí al bosque, estaba muy alto, bueno, sus árboles, parecía estar bastante limpio como si muchas personas caminaran por ahí. Los árboles eran frondosos y si había sol lo cubrían bastante bien. Pareciera un techo hecho de hojas de árboles. Había muchos animales como conejos y demás.
Me giré hacia la izquierda y entre las ramas vi unos cuernos, por lo tanto me acerqué con mi cámara en la mano para tomar una foto y lo que vi fue un lindo venado acompañado de su madre. Saqué la foto y me dirigí hacia atrás, donde vi un lindo conejo y a su familia- eran como 8 conejos- y tomé otra fotografía. A mi derecha había un pequeño lago, tomé otra foto y me acerqué. En una piedra me senté y tomé mi libreta, un lápiz y comencé a dibujar el paisaje.
Pasadas como 2 horas me di cuenta que era noche, así que prendí mi linterna y me dirigí a casa. En el camino encontré muchas trampas para osos pero pude esquivarlas. Al llegar a casa mi mamá estaba en la cocina y de mis hermanos no había rastro. Supuse que estarían en sus habitaciones.
— Hola mamá.
— ¿Dónde te metiste Kiara? Tardaste 3 horas.
— Estaba explorando mamá, estoy bien. ¿Y mis hermanos?
— Arriba, háblales para comer.
— Claro, oye mamá ¿Y la escuela? ¿Qué haremos?
— Por suerte están en vacaciones largas, así que eso lo veremos dentro de 2 meses, no creo quedarnos aquí. Es muy peligroso.
—Bueno.
—Encontré un trabajo temporal— suspiró cansada— en una tortillería.
—Tranquila mamá, pronto nos vamos a recomponer— sonrio optimista y mi madre asiente yéndose a dormir.
Subí y les hable a mis hermanos.
—¡A comer!— grité y salieron a los 2 minutos de que me senté en la mesa. Nos quedamos solo mis hermanos y yo cenando.
—Me gusta esta casa— dijo Rubí, mi hermana menor— es muy cómoda y finalmente tengo recámara propia. No puedo esperar a mañana para ir a la plaza.
— ¿Iremos a la plaza? — pregunté curiosa.
— Así es Kiara, tenemos que comprar cosas, yo las llevaré mientras mamá desempaca y llena la casa con todo lo que se trajo— comentó Kevin (mi hermano mayor) bromeando sobre lo de mi mamá.
— Bueno, tendré que romper mi alcancía— dije resignada. Realmente no tenía mucho dinero pero quería comprar cosas.
— Descuida, yo pagaré. — me contestó Kevin sonriendo.
— ¿Te sientes bien hermano? — bromeó Rubí sorprendida a lo que todos reímos.
Mi hermano, en pocas palabras era una persona que no le gustaba gastar nada de su dinero, y mucho menos en alguien que no fuera él.
Era raro lo que estaba haciendo.
— Sí, ahora yo ayudaré a mamá con los gastos en lo que papá nos ayuda con nuestros estudios y gastos, en lo que el divorcio de nuestros padres se lleva a cabo— dijo un poco tenso por lo anterior.
— Bueno, supongo que es lo justo que todos aportemos — dije yo conmovida por lo que había dicho Kevin.
— Realmente sí, pero no quería obligarlas. Mamá necesita nuestra ayuda.
— Es cierto. Mañana compraremos cosas para ella.— dice mi hermana sonriendo.
Y así fue como terminó la noche. Nos dirigimos a nuestras habitaciones y nos acostamos. Yo me quedé leyendo un libro. Dadas las 11:40 apagué la luz y prendí mi linterna, ya que no me gusta dormir a oscuras, y me arrope viendo como el viento movía los árboles lentamente. Hoy fue un día tranquilo y me agradaba esto. Esta paz no la había sentido desde antes de aquella noche, en mi cumpleaños 16.
Sin pensarlo, cierro los ojos y algo en mi pecho se comprime, y sin darme cuenta me quedo profundamente dormida.
Al día siguiente la luz del sol pegaba a mi rostro tan fuerte que apenas podía abrir los ojos, me giro hacia el otro lado y poco a poco comienzo a abrirlos ¡agh! debí cerrar las cortinas en la noche para que no pasara esto. Tan ingenua como siempre Kiara, hecho un vistazo al reloj que cuelga de mi pared y veo que son las 9:18 de la mañana.
Me levanto y me dirijo a cerrar las cortinas para posteriormente irme al baño a darme una ducha. Al salir me pongo unos jeans y una blusa color negro, unas botas (Ya que aquí hay muchos animales que si te pican te mueres, como escorpiones y víboras) y una chaqueta de mezclilla. Recojo mi cabello en una coleta alta y me aplico bloqueador solar seguido de una crema hidratante en mi rostro.
Bajo a la cocina y me preparo algo sencillo, unos huevos revueltos. Al terminar de desayunar me dirijo a mi habitación para cepillarme los dientes y tomar mi teléfono, no agarra mucho la señal aquí pero tengo suerte de que por lo menos entren algunas notificaciones a mi teléfono, al parecer nadie me quería ya que mensajes no tengo más que de las noticias. Mínimo me entretengo con algo.
— Kiara— grita mi hermano desde abajo— Ya nos vamos.
— Ya voy— respondo tomando mi mochila con las mismas cosas de ayer y mi monedero.
Bajo y encuentro a mis hermanos en la puerta esperándome. Asiento y nos dirigimos a la plaza caminando porque no tenemos auto, lo tiene mi madre pero esta trabajando. Al llegar al centro comercial comenzamos a comprar cosas para la casa y para mi madre como habíamos quedado.
Pasamos aproximadamente por 5 tiendas de las cuales no salimos con las manos vacías. Al salir de la quinta tienda tropecé con un chico, este era alto, de ojos color miel y cabello castaño, el cual aparentaba tener mi misma edad.
— Discúlpame, no te vi chica linda— dice el a lo que inmediatamente me sonrojo.
— Deberías tener más cuidado— responde una voz firme tras de mí, ay Kevin, siempre de entrometido.
— Des...Descuida— digo metiéndome a la conversación aunque realmente no me estaba metiendo ya que el chico se había tropezado conmigo y se había disculpado conmigo.
— Ya he pedido disculpas a la chica, ¿Tú quién eres?— responde el chico en un tono algo molesto.
— Soy su hermano— dice Kevin ya entrando en una gran furia.
— Basta— interrumpo, a lo que Rubí también interviene.
— Hermano, el chico ya le pidió disculpas a Kiara, ¿Podemos irnos ya y dejar esto en paz?
Ambos nos miran y como por arte de magia dejan de discutir. Antes de seguir con nuestro camino el chico me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa.
— Kiara— Me llama la atención mi hermano y comienzo a seguirlos hasta la casa.
En la entrada de la calle donde se encuentra mi casa nos topamos a una chica de ojos negros cabello rubio y aparenta tener 18 años de edad.
— Buenas tardes— saluda en tono amigable— Mi nombre es Melanie y tengo 17 años. Ustedes son los nuevos vecinos ¿Verdad?— dice aun sonriendo.
Los 3 asentimos y sonreímos, nos presentamos y volvemos a la casa, dejamos las cosas en la sala y cada uno se va a sus habitaciones.
Mis hermanos se ponen a ver una serie en la sala mientras ayudo a mi madre a desempacar y limpiar, dadas dos horas estoy agotada así que me dirijo a mi habitación, me acuesto en la cama y me dispongo a leer un libro.
Hoy fue un día largo... Me pregunto ¿Quién será ese chico tan apuesto de la plaza?
Hola, hoy me adelanté porque, como estoy de buenas el jueves también habrá capítulo 😜
Muchas gracias a ti por estar aquí, espero te quedes al final para descubrir los secretos que se adentran en esta historia:3
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