NARRADORA: Era sábado por la mañana, cuando ambos niños ya habían comenzado a prepararse y limpiar el cuarto.

Aunque esto último le parecía un poco extraño, después de todo su padre jamás le enseño que se debía de mantener un orden, pero esto no implicaba que no le gustará limpiar. Le parecía relajante limpiar un poco o lo suficiente como para no tropezar con tu propia ropa.

URSS esta vez se levantó casi de inmediato, con ánimo, en ese preciso instante estaba cambiándose y cantando melodiosa mente una canción. Su voz de niño hacía que su canto se asemejarse al de un ángel, dulce y melodioso, lo cual fascino secretamente al menor, que luchaba por no tropezar mientras se ponía sus pequeños zapatos de charol.

Cuando terminaron de arreglarse, ambos niños bajaron con calma, para sentarse en el sillón de siempre dónde como ya se había hecho costumbre esperaban a su "madre " o padre para Urss, a la señorita Érika y a al gruñón de su maestro. Pero esta vez no esperaban a ninguno de los mencionados sino al maestro de artes que por primera vez aria su aparición en la vida de el alemán.

Pasaron el rato entre pequeños juegos, chismes y uno que otro empujón mientras que la pequeña pelusa dormía plácidamente en el regalo de hagna

El tiempo pasó y como se esperaba un hombre bastante joven llego a la puerta donde la señorita Érika lo recibió con ánimo e incluso indiscretamente le proporciono un beso en la mejilla para después retirarse.