Unos meses después...

— ¿Ya saben que es? — Preguntó la madre de Jimin por teléfono.

— Es un niño.

— Felicidades mi amor, no me imagino lo feliz que estaba Jungkook.

— Ambos presentíamos que sería un niño, el que nos confirmara que si era uno hizo que llorara, lloró casi toda la tarde por que estaba feliz. Quiere ir a comprar ropa y juguetes para el bebé. — Le dijo a su madre.

— ¿Por que no te escuchas tan emocionado? Es un niño amor, debes estar feliz. — Dijo Hyejin al escuchar la voz de su hijo algo apagada.

— Y lo estoy, pero me da miedo que seamos malos padres mamá.

— Tú papá y yo no nacimos sabiendo cómo criar a un niño, nadie nace listo para ser padre en un futuro cariño. Se que serás un excelente un padre junto a Jungkook, ese niño será el más feliz por tenerlos a ustedes.

— Gracias mamá.

— No hay de qué, cuídate mucho ¿Si? Te amo.

— Y yo a ti.

Jungkook entró justo a la habitación sorprendiendo a Jimin.

— ¿A quién le decías eso?

— A mi amante.

Jungkook abrió su boca sorprendido.

— Es broma, hablaba con mamá.

Jungkook soltó un suspiro de alivio.

— ¿En serio creíste que tenía un amante?

— No, se que no serías capaz de engañarme. — Le dijo mientras se quitaba sus zapatos. — Estoy cansado, estaba jugando con pocky.

— ¿A que jugaban?

— De primera me estaba mordiendo las manos, luego los pantalones y después buscó una pelota y estuvimos jugando.

— Que bueno que se hayan divertido.

— No es bueno, tengo un pésimo estado físico.

Jimin rió.

— Claro que no, estas bueno de pies a cabeza.

— Eso ya lo sé.

— No sé de donde sacas tanta humildad.

Esta vez Jungkook rió.

— Aprendí de el mejor. — Dijo mirando a su novio.

El rubio sonrió orgulloso, pero su sonrisa pasó a una mueca.

— ¿Te está patentado?

Jimin asintió mientras se acomodaba en el respaldo de la cama. Jungkook posó su mano sobre su pancita y Jimin se quejó.

— ¿Te lastime?

— No, tienes la mano fría. — Le aclaró.

Jimin tomó su mano y la puso entre las suyas para poder calentarlas, cuando estas estaban tibias la puso sobre su pancita.

Jungkook sonrió al sentir las patadas de su bebé en su mano.

— Falta poco para que salgas de ahí dentro. — Le habló el castaño al bebé.

— ¿Y si no quiero que nazca? Es que me va doler.

— Lo vas a tener por cesárea.

— No significa que no me dolerá.

Jungkook rodó sus ojos.

— Te van a dormir hasta el pilin.

— Cierto.

Pocky de repente abrió la puerta y saltó sobre Jungkook con la pelota en la boca.

— No seguiremos jugando, estoy cansado.

Pocky sollozó.

— ¿Quieren dormir? — Les preguntó a pocky y Jimin.

— Yo si. — Respondió Jimin.

Mientras que Pocky solo se acomodó para los pies de Jungkook.

— Mis tres bebés. — Musitó el castaño con una sonrisa. — Soy feliz en estos momentos.

— Te amo, bueno, te amamos.

— Yo también los amo, mucho.

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— Lo vas a romper.

— Claro que no.

— Amor los vas a romper.

— Te dije que no.

Jungkook trató nuevamente de abrir aquel juguete que había comprado para el bebé pero no pudo, aplicó un poco más de fuerza hasta que el juguete hizo un sonido de que claramente Jungkook lo había roto.

— Lo rompiste.

— No no, no lo rompí, fue pocky quien hizo ese ruido.

Jimin le arrebató el juguete y buscó la clara grieta para mostrársela al castaño.

— Tal vez si lo rompí un poco.

— ¿Será que lo puedo pegar? — Jimin fue en busca de un pegamento y lo abrió, lo puso por las orillas para poder pegarlo y cuando dejó el juguete en la mesa sus dedos no se despegaban. — Tengo los dedos pegados.

— ¿Que?

— Tengo los dedos pegados.

Jimin se paró de el sofá y fue a lavarse sus deditos con agua, esperando que se despegaran aún que sea un poco.

— A ver tus deditos. — Le dijo Jungkook en cuanto entró a la cocina.

Jimin le mostró sus dedos ya más despegados, hizo un poco de fuerza para poder despegarlos y estos lo hicieron.

— Debiste pedirme ayuda, casi pierdes los dedos.

— Perdón.

Ambos volvieron al sofá para seguir abriendo los juguetes que habían comprado.

— ¿Una pista de autos? — Dijo Jungkook sorprendido. — ¿Me dejas armarla?

— ¿Me vas a dejar jugar contigo?

Jungkook asintió.

— Está bien, yo abriré los otros.

Mientras que Jungkook armaba la pista, Jimin abría los demás juguetes, escogió una pistola con balas de goma que de seguro no dolían tanto.

Así que le disparó a su novio.

En un ojo.

— ¿Estas bien? Amor no llores, perdón, no pensé que te dolería tanto, son juguetes para niños. — Se excusó.

— Creo que me quedé sin ojo.

Jimin quitó la mano de Jungkook de su ojo para ver que tan mal estaba, su ojo estaba rojo y apenas lo podía abrir.

— ¿Y si te soplo?

El mayor comenzó a soplarle su ojito a Jungkook para que al menos pudiera abrirlo, con mucho esfuerzo Jungkook lo logró.

— ¿Por que me golpeaste?

— Estaba probando el juguete, no fue mi intención.

— Me disparaste en un ojo.

— ¿Estas enojado?

— ¿Debería? Digo, solo me disparaste en el ojo izquierdo con una pistola para niños, claro que no, como crees.

Jimin tapó su boca evitando reírse.

— Y encima te ríes.

— Estás siendo un poco exagerado, ya dije que lo lamento.

— Dale un besito a mi ojo y quizás te perdone.

Jimin besó el ojito de su novio y luego dejó un besito en sus labios.

— Estás perdonado panzón.

— Deja de decirme así.

— Mimi panzón.

Mimi panzón, basta 💔