7-Asesina
—Yo no tengo nada que explicarte —dijo Axel y se teletransportó a su recámara dejando las dos amigas en la entrada de la casa. Lizeth solo rodó los ojos ya que de Axel esperaba ese comportamiento y miró fijamente a su amiga.
—¿Samara?
Samara no sabía que decir, cómo explicarle lo que había sucedido y en parte ella no quería mentirle a su mejor amiga. Respiró profundo y se resignó a contarle todo, recordando las palabras de Axel.
«Lizeth te quiere y admira por lo que no eres, porque ahora mismo ya no eres esa persona que ella conoció, y si ella de verdad te quiere dejará que le expliques»
—Lizeth... No será fácil explicarte pero, necesito que me escuches —dijo Samara algo nerviosa, en eso Axel volvió a aparecer con el rostro limpio.
—¿Ya le dijiste? —preguntó, Samara negó— Caímos entre unas carnes en una carnicería, y por eso tengo sangre— justificó Axel—, y Samara está así por el aire que corre fuera, listo, a dormir todos.
—No —dijo Samara, Axel la miró confundido y algo molesto.
Había sacado a Samara de un mal momento, para que su amiga no se alejara con ella, ¿qué estaba pensando en ese momento esa chica?
—Gracias Axel, pero Lizeth debe saberlo...
—¿O sea que estabas dispuesta a mentirme Samara? —dijo Lizeth molesta.
—No iba a hacerlo —Samara miró a Lizeth a los ojos—. Trabajo con Axel, él si es un asesino, y trabajo con él, fuimos y matamos a 4 hombres que estaban torturando a un chico, y no sabemos a cuántas personas más.
—¿Me estás diciendo que eres una asesina? —preguntó Lizeth retrocediendo— Te desconozco Samara.
—Lo sé —Samara no dejaba de llorar —pero estoy salvando a personas.
—Matando a otras —gritó Lizeth, Axel se puso frente a Samara.
—Pueden morir ocho en lugar de morir cien, ¿no entiendes eso? Deja de gritarle, literalmente pudieron habernos asaltado allá afuera —Las palabras de Axel salían con un odio inmenso— No sabes nada de este mundo como para que vengas a hablarme de justicia niña inútil.
—Ustedes dos son unos enfermos —dijo Lizeth dirigiéndose a la entrada de la casa—, ya veo por qué no sientes amenaza de él, tú eres la amenaza —Abrió y azotó la puerta saliendo de la casa y comenzó a correr lejos de ese lugar.
Samara comenzó a llorar, Axel estaba molesto, muy molesto, y no sabía porque. Ella inmediatamente se teletransportó al cuarto sin decir una sola palabra.
—¡Samara! —le habló yendo tras ella.
—Perdón Axel, quiero estar sola —dijo ella detrás de la puerta.
Se recostó en la cama boca abajo, las lágrimas no paraban de salir de sus ojos, lo peor era que no se arrepentía de haberlo hecho.
— ¿Quién soy ahora? —Sollozó ella para sí misma— ¿En qué me he convertido?, ¿Por qué no siento culpa? —Entre más preguntas se hacía más lágrimas salían.
—Eres una persona que busca el bien de otras —susurró Axel detrás de ella, no sabía desde cuándo estaba escuchándola, lo único que le importaba era su mejor amiga—, la culpa se haría presente si no hubieses salvado a varias personas de esos tipos.
Samara levantó su rostro para verlo, su expresión era de un chico serio y empático, sus ojos estaban apagados y su voz salía muy tranquila, Samara entre pensamientos decía "¿Será que tiene razón o solo me está manipulando?" pero luego de ello, la desconfianza se desvanecía, y eso en parte le aterraba.
—No sé qué pensar de mi misma Axel —dijo ella mientras su voz se cortaba poco a poco, Axel le sonrió y la abrazó.
—Dime Samara ¿Te sentiste culpable cuando mataste por salvar a tu amiga? —Ella negó sin dudarlo un momento— pero te dio miedo lo que habías hecho, ¿No es así? —Asintió mientras correspondía el abrazo—. Es como los policías, buscan al criminal, pero si este no pone de su parte, le disparan y dan por cerrado el caso, no se sienten culpables por que han salvado más de dos vidas arrebatando una.
—Pero... tal vez eso no nos corresponde a nosotros —dijo ella un poco más tranquila, Axel negó.
—En este mundo mi gobierno es mandado por asesinos, ¿Te parece bien dejar que alguien más se encargue de toda la humanidad hasta extinguirla? —Al escuchar esto Samara se separó de Axel.
—¿Así es él gobierno aquí? —Axel asintió.
—Y si vas a cambiar de mundo, puedes hacer la diferencia en este, o seguir igual y perjudicarlo aún más —dijo él, ella solo lo miró a los ojos, no sentía ningún temor hacia él o ninguna amenaza, él le daba paz y tranquilidad. ¿Cómo un asesino podía darle confianza y tranquilidad y no miedo?
Por otro lado, Axel se sentía culpable, esa chica no era de esa forma, él siempre había querido trabajar solo para evitar muchos conflictos, pero también le agradaba la compañía de Samara, sentía que hacía mal y que la estaba moldeando a su gusto, pero de igual forma él sabía que ella no era tan ingenua y que no la estaba obligando a nada. La impotencia llegaba al verla llorar, más por que quien decía amarla y confiar en ella había huido lastimandola, sin haber escuchado el cómo se sentía Samara, o el cómo llegó a convertirse en esa persona.
El volvió a abrazarla y ella de nuevo correspondió el abrazo, seguía llorando pero ya estaba más calmada, minutos después de estar así dejó de escucharse su llanto, solo se escuchaba respirando tranquilamente, Axel la apartó de ella.
—¿Ya mejor? —Al ver su rostro notó el porqué de lo sucedido. Samara estaba totalmente dormida, se veía exhausta de todo, pero relajada a la vez; sonrió y volvió a abrazarla recostándose en la cama para que ambos estuviesen cómodos y después de un rato, el también quedó profundamente dormido.
"Ya veo por qué no sientes amenaza de él, tú eres la amenaza"
—No, yo no hice nada malo —susurró ella mientras dormía, Axel comenzaba a despertar y al escuchar eso solo abrazó a Samara.
—¿Estás despierta? —habló en voz baja pero no hubo respuesta, luego de unos segundos se levantó asustada—. Tranquila, ya —Se levantó Axel y la tomó del rostro, lagrimas bajaban por sus mejillas—, todo está bien, estabas soñando.
—¿Soñando? —Le miró ella confundida—. Entonces Lizeth...
—Lo siento —dijo Axel levantándose— eso si sucedió.
Samara no dijo nada, sólo dio un suspiro al aire, miró fijamente a Axel, quien también la observaba con atención.
La mañana apenas estaba llegando, un reloj en la pared que Axel tenía en la habitación indicaba que eran las cinco y media, pero Samara no tenía sueño en lo absoluto, y Axel estaba acostumbrado a ni siquiera dormir a veces.
—¿Hmm, hay trabajo? —preguntó ella— quiero distraerme un rato.
—No lo hay —dijo él— pero puedo enseñarte a defenderte si gustas —Samara asintió—. Bien, te espero en media hora en la sala para irnos.
—¿Irnos?, ¿A dónde?
—Pues, no te voy a enseñar aquí cómo usar un arma— habló Axel irónico y salió del cuarto.
Samara seguía sin comprender en dónde la enseñaría a usar un arma, pero de igual forma se preparó y minutos después fue a la cocina a preparar algo de comer.
—¿Qué haces? —pregunto Axel, quién estaba en la cocina, al verla entrar.
—Pues, iba a preparar algo de comer si no te molesta... Para ambos.
—Bueno —respondió Axel— ¿Y qué vas a cocinar?
—No lo sé... tenía, tenía pensado ver que había —Suspiró Samara buscando en la alacena— ¿te parecen unos waffles de desayuno? —Axel sonrió y asintió y Samara comenzó a preparar el desayuno.
Mientras tanto Axel la miraba fijamente pero sin ninguna expresión en su rostro, esa chica podría envenenarlo al momento de darle de comer, pero por una extraña razón creía que eso no era posible sí venía de Samara. En el fondo él estaba muy molesto por lo que había sucedido la noche anterior con Lizeth, ya que Samara había estado muy devastada y había llorado hasta quedarse dormida, gracias a la desconfianza de aquella chica que juraba ser su mejor amiga.
Le costaba tanto creer que siendo su mejor amiga no la escuchase ni un momento, y que en lugar de eso la juzgara y se apartara de ella por miedo; cuando ambos sabían que Samara había entrado a trabajar con Axel solo para protegerlas a ambas.
—Listo —dijo Samara un rato después, sirviendo dos waffles en un plato y poniéndolos frente Axel —buen provecho, ¿qué quieres para tomar?
Axel se teletransportó frente al refrigerador y sacó un galón de jugo, posteriormente tomo dos vasos y sirvió un poco de este en ambos.
—¿Un poco de jugo te parece bien para acompañarlos? —Samara sonrío y asintió lentamente mientras servía su propio desayuno.
—Como en las películas.
—Como en las películas —Confirmó Axel sonriendo.
Comenzaron a comer en silencio sin decir una sola palabra, disfrutando la comida. Aunque Samara no lo hacia del todo, le hacía falta algo, más bien, alguien.
Un buen rato después, Axel y Samara habían entrado al elevador de aquella bodega donde se suponía que era el trabajo, él marcó el piso número 9 y al abrirse las puertas del elevador Samara notó que estaban en un piso diferente al de aquel día.
—No estamos donde aquel día —hablo Samara algo confundida.
—Aquel piso es el número 7 y es la oficina —respondió Axel entrando al cuarto, Samara caminó siguiéndolo— pero hay 10 pisos debajo de esta bodega para distintos usos.
—¿Cómo cuáles? —preguntó Samara curiosa.
—Bueno, del 3 al 6 se usan para trabajos, el 7 es la Oficina, donde ya has entrado —explicó Axel tomando un arma, Samara no se inmutó ni un poco— en el 8 está Nicolás, el doctor, si estás herida o alguien resulta herido va con él y en el 9 entrenan.
—¿Y el 10? —preguntó Samara algo confundida, era mucha información que procesar.
—En el 10 hay armas —Suspiró pasándole una a ella.
—¿Y en el 2?
—Nada, es para que no se escuche en el piso 1 lo que pasa —Terminó de explicar Axel—. Vamos a ver que tal sabes manejar una de estas cosas —dijo señalando el arma.
—Ok, ¿cómo uso esto?
—Primero que nada necesitas saber agarrarla, al disparar puede que se te mueva por el impacto de la bala, necesitas tener la mano firme —comenzó a explicar Axel.
Unas horas después podría decirse que Samara ya tenía un poco de práctica con el arma, pero no era del todo experta, Axel la tomó y la dejó a un lado, poniéndose frente a Samara.
—¿Qué sucede? —preguntó ella confundida, Axel sonrió.
—Voy a golpearte —Un puño impactó en la cara de Samara, haciéndola sangrar.
—¿Estás demente? ¿Por qué? —gritó Samara molesta, Axel se molestó aún más.
—Samara, te estoy diciendo que voy a golpearte, defiéndete —gritó resaltando la última palabra. Samara no dijo absolutamente nada y segundos después Axel fue golpeado del mismo modo.
—A mano —dijo Samara inocente— ahora sí —Axel sonrió a pesar del golpe, esa chica pegaba fuerte, pero era raro el nivel de fuerza.
—Bien, cuando alguien intenta golpearte —explicó Axel simulando un golpe en la cara—, tienes que pararlo, ¿Cómo lo harías?
—Em... Con la mano, y suelto uno —respondió ella.
—¿Y si lo paran también? —Samara no respondió, en eso entraron al piso 2 hombres.
Axel se puso tenso y con una expresión seria, inmediatamente tomó su brazo y la colocó tras de él para cualquier ocasión. Para Samara, fue un acto repentino, pero supo que tal vez debería ponerse alerta.
—¿Qué hacen aquí Richard? —preguntó Axel un poco más tranquilo, pero sin bajar la guardia.
—Vinimos a entrenar ya que a Harry le están fallando los tiros jefe —habló el chico, que al parecer era Richard.
—Preséntense con su Jefa —ordenó Axel refiriéndose a Samara, ella se puso nerviosa pero igual se presentó.
—Samara, un gusto chicos.
—Richard —se presentó uno y señaló a su compañero— él es Harry.
—Bueno, practiquen —ordenó Axel acercándose a Samara— nosotros ya nos íbamos.
— ¿Ya? —susurró ella mientras entraban al elevador.
—Voy a presentarte con los demás y a mostrarte el lugar —dijo presionando el botón con el número 10.
Al abrirse la puerta Samara observó el lugar, un pasillo largo donde había muchas armas en las paredes, y al final de este, se encontraba algo como una recepción donde estaba un hombre.
—Patrón, que gusto verlo —se dirigió el chico a Axel, el castaño tomó a Samara de la mano y comenzó a caminar hacia él.
—Vengo a presentarte a Samara —le dijo al chico— trabaja conmigo y será tu jefa.
—Un gusto Jefa, soy Samuel, para servirle y recomendarle armas, también puedo arreglarlas, recargarlas o mejorarlas.
—Wow, gracias— expresó Samara- impresionada— Axel, aquí hay de todo, ¿Cómo es que nadie se da cuenta de esto?
—Si lo saben— respondió Axel tranquilo— solo que como este lugar existe hay muchos de parte de ellos —explicó.
—Solo es uno más del montón —explicó Samuel.
—Se me olvidaba que son cosas diferentes... lo siento y gracias por explicarme —habló de nuevo Samara.
—Bien —Se dirigió Axel a Samuel— necesito que le des un arma y le expliques cómo funciona, no sabe de armas, mientras estaré revisando las demás.
Samuel asintió y le hizo señas a Samara para que lo acompañara, Axel, como había dicho, se puso a revisar las demás armas con la intención de cambiarla.
—¿Es su pareja? —susurró Samuel un rato después a Samara mientras tomaba un arma.
— ¿De Axel? No, es un amigo —respondió ella.
—Al patrón nunca le ha gustado la compañía, se me hace algo raro —explicó el, Samara solo sonrió.
—Larga historia, en fin. Siempre hay una primera vez —Samuel asintió y comenzó a explicarle a la chica cómo funcionaba el arma a detalles.
Rato después ambos se dirigieron con Axel.
—Listo —dijo Samuel a un lado de Axel.
—Genial —habló Axel viendo a Samara- Vamos.
Ella no dijo nada, la expresión en su rostro aparentaba cansancio. Sólo siguió a Axel y se dirigió al elevador junto con él.
—Y ahora, ¿Qué haremos? —preguntó ella, mientras subían de piso Axel la miró fijamente a los ojos.
—Seguiría mostrándote el lugar, pero es hora de que pongas en práctica lo que aprendiste.
—¿Estás loco? Apenas y pude disparar —exclamó Samara, Axel sólo sonrió.
—Estaré yo ahí contigo Samara —posó su mano en su hombro y posteriormente la tomó de la mano —. Vamos a casa, quiero saber cómo se siente el que alguien más usé su poder.
—No se controlarlo, ¿Y si te traslado a otro lado? —dijo Samara temerosa, Axel negó.
—Si no estás en la casa solo visualiza y yo iré después —Samara asintió y segundos después teletransportó a ambos al cuarto de Samara.
—¡Lo logré! —gritó ella emocionada abrazando a Axel, él le correspondió pero Samara inmediatamente se alejó— Lo siento, olvidé que no te gustan estás cosas.
—Admito que se siente raro —contestó Axel ignorando la disculpa de Samara— pero te felicito, lo hiciste muy bien.
— ¿Crees poder ayudarme con los demás? —preguntó Samara.
—¿La telequinesis?
—Y los demás —susurró ella.
—¿Cuáles poderes tienes? —cuestionó Axel un tanto curioso.
—Aún no lo sé.
Hoy es día de actualización 👀❤ creo que los sábados me van mejor porque estoy desocupada:3 así que vamos chicos cuéntenme qué opinan de lo que lleva la historia.
Respondo mensajes privados, comentarios y publicaciones en el perfil (si tiene un spoiler elimino😆)
Nos leemos ❤😗
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