Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

20-Entre un nuevo mundo

Samara se encontraba recostada en la cama de su habitación, aún inconsciente; Axel estaba en la cocina preparando la cena, y esperando que Samara despertase para ello, pues no quería comer solo.

Después de darle vueltas al asunto decidió que no solamente debía estar para ella cuando se hiciese notar que le hacía falta compañía; a pesar de que llevaban poco conociéndose, sentía que debía saber cuándo ella necesitaba de apoyo, para que no tuviese otro de sus ataques. Axel ya no quería pelear más con ella, nunca lo quiso así, pero en este momento de su vida se había percatado de que, además de empatía y amistad, sentía algo más por ella.

Y aunque no era del todo bueno con sus sentimientos, y que no quería presionarla o incomodarla, deseaba con todas sus ganas hacerla feliz, buscar lo mejor para ella, aunque eso significara alejarse.

Después de servir la cena, la chica comenzó a despertar por el rico olor a comida, Axel decidió ir a ver cómo estaba, encontrándose con la sorpresa de una Samara despierta y un tanto confundida en el ambiente.

—¿Cómo te sientes? —cuestionó Axel serio. Samara giró su mirada hacia él levantando levemente las cejas.

—¿Qué pasó?

—Utilizaste mucho poder, lo cual hizo que te debilitaras y perdieses gran parte de tu energía —explicó sentándose en su cama—, te desmayaste.

—¿Cómo sabes que fue por el poder? —preguntó Samara levantándose de la cama, sin dificultades.

—Nicolás examinó la situación —Una mirada asustada de parte de Samara se posó en los ojos de Axel—. Tranquila, superficial, no pasó nada.

—No entiendo —habló Samara más tranquila.

—Que no te tocó ni… —El chico se vio interrumpido.

—No de eso, de lo del poder —aclaró la chica sonriendo.

—Oh —Sonrió levemente—, la proporción de tu poder es muy grande comparada contigo. Dijo que en situaciones de miedo, inseguridad o estrés estos se salen de control ya que sigues sin poder dominarlos, lo cual hace que te debilites.

Samara se quedó en silencio un momento viendo hacia el suelo, entendiendo lo que el chico había dicho. Suspiró cansada y volvió a dirigirle la mirada.

—Sigo sin entender Axel.

Axel caminó hacia ella y tomó su mano, teletransportandose a la cocina.

—Debes comer, estas muy débil —propuso. Samara se sentó en la mesa y comenzó a comer un poco, Axel suspiró antes de hablar—; hay una cantidad de poder que puedes usar sin problemas, pero tú, al momento de estresarte o tener miedo usas mucho poder por tu protección, sientes soledad o peligro.

Samara comenzó a escuchar atenta cada palabra que decía Axel, muy interesada.

—Tu poder es muy fuerte pero no sabes utilizarlo, eso facilita que se salga de control, usas más de lo que deberías y te debilitas.

—¿Me va a pasar eso siempre? —Susurró frustrada.

—No si aprendes a controlarlo.

—¿Y si nunca aprendo?

—Eso no va a pasar —Sonrió Axel—, yo te voy a ayudar.

La chica sonrió sinceramente, aunque no muy convencida de ello, se dispuso a cenar en silencio con su amigo.

—¿Qué hiciste toda la tarde? —cuestionó Axel— Yo dormí, me hacía falta.

Samara volteó a ver el reloj confundida, viendo así que eran las 11 de la noche.

—Nada —Suspiró— ¿Puedo preguntarte algo? —Axel asintió viéndola fijamente— ¿Cómo es la educación aquí?

—¿Te interesa estudiar? —preguntó levantando las cejas, la chica asintió y Axel continuó— Bueno para eso necesitas un tutor. Un mayor a cargo de ti.

—¿No cumplo ya los requisitos de mayor? —Cuestionó confundida.

—No, en este lugar la mayoría de edad son 18 años —explicó.

—En mi realidad era a los 15 —susurró frustrada— ¿Entonces deberé esperar para estudiar?

—Si de verdad te interesa puedo ayudarte.

—¿Serás tú mi tutor? —preguntó la chica abriendo mucho los ojos, Axel negó riendo.

—Una cantidad de dinero basta.

—¿Sueles sobornar a las autoridades Axel? —se burló ella.

—Te recuerdo que la autoridad es una porquería —dijo mientras levantaba los cubiertos probando un poco de comida—, y que cualquiera con dinero o armas gana y tiene poder.

—No quiero ser parte de ello.

—Ni a mí me agrada —Sonrió— pero si quieres y te interesa hacerlo puedo ayudarte en eso. Pero la educación aquí se imparte en línea, por la seguridad del país.

—Debí imaginarlo —habló Samara comiendo—, cuéntame más.

—Bueno, a tus 19 ya tienes una hoja que se llama título promedio o título bajo. El título bajo te lo dan, como su nombre lo dice, por notas bajas —Samara escuchaba con atención a su amigo mientras este hablaba seriamente—, y casi no te sirve mucho para seguir estudiando; pero si tienes un título promedio te puede servir por si gustas prepararte muy bien en lo que estudiaste.

—¿Cuánto dura eso? —preguntó— Me siento ignorante.

—Lo eres —dijo él, Samara lo miró molesta—. No me malinterpretes, me refiero a que no sabes del tema, y está bien, vienes de otra realidad.

Samara asintió y se relajó nuevamente, ambos continuaron comiendo mientras Axel seguía explicando.

—Normalmente cualquier especialidad dura tres años, no más. Ya que si tú quieres salir con título promedio y quieres un título más alto estudiarías aproximadamente un año más.

—¿Hay variedades? Pregunto por el lugar —aclaró la chica.

—Facultad de lingüística para escribir—dijo Axel enumerando cada uno—, contabilidad, para los recursos económicos,  administración y marketing para empresas y negocios, y medicina.

—¿Tú estudiaste? —preguntó Samara de golpe, arrepintiéndose inmediatamente de su pregunta— No tienes que responder si no quieres, yo…

—Al salir de casa de mis padres y refugiarme en aquel lugar me enseñaron contabilidad —habló interrumpiendo la disculpa de Samara—, cuando heredé la fortuna de estos mismos, comencé a estudiar administración. Terminé hace seis meses.

—¿Se puede estudiar desde joven?

—Lo más normal es comenzar a planear tu futuro a los diecisiete; ahí comienzas la facultad que quieres. Pero a mí me enseñaron desde pequeño eso y lo de las armas, por si no llegábamos a vivir en un futuro.

—Eso suena muy triste —susurró ella, él sonrió viéndola nostálgico.

—Lo es, pero al menos pude prepararme muy bien para no perder el dinero de mis padres —dijo levantándose y tomando los platos de comida que estaban vacíos.

—¿Puedo preguntar en qué lo inviertes? —dijo temerosa por verle incomodado.

—En el laboratorio —Sonrió—, el mismo que conoces. La oficina y el lugar —Samara lo miró confundida— mis padres, por desgracia, eran políticos, de los buenos que quedan, por lo que tengo pensión de por vida para mí y mi descendencia de ser así.

Samara quedó bocabierta, no se imaginaba tal cosa por parte de Axel, no era un chico presumido o alguien igual a los políticos— basándose en su realidad— no parecía que eso fuese real.

—Eso es… Increíble —susurró ella— ¿te ayudo? —Señaló los platos y Axel negó.

—Si cuentas esto Samara yo mismo te mato —amenazó en broma. Pero ambos sabían que no era una broma.

—Soy una tumba —Rió Samara levemente.

Ambos quedaron en silencio por un momento, segundos después caminaron hacia arriba dirigiéndose a las habitaciones de cada uno. Antes de que Samara entrase a la suya Axel tomó su mano deteniéndola.

—Piénsalo y puedo ayudarte. No quiero ser tutor porque tendría que darte mi apellido —Samara asintió entendiendo.

Entró a su habitación y Axel igual. Y no es que Axel quisiera negarle la oportunidad de estudiar por egoísmo, pero si un día el diese su apellido no sería por custodia.

Realidad M 2022

—¿Nuevamente se les escapó? No pueden hacer nada bien —habló el jefe del laboratorio de la realidad M, molesto.

—Tiene mucho poder, casi muero junto con mis compañeros jefe. No podré solo —explicó el empleado del laboratorio del otro lado del holograma dimensional.

—Enviaré a tres más, si en dos semanas no la capturan dense por muertos —
advirtió el jefe—, y de eso me encargo yo.

El jefe colgó la llamada, haciendo una señal de que tres hombres más entraran en la máquina, para viajar a la realidad H, por la señorita Evans.

—No se olviden de activar el chip para poder regresar con ella.

—Si señor —dijeron los hombres antes de desaparecer de esa realidad.

Realidad H 2022

El ruido de una llamada entrando en el teléfono de Samara la hizo despertar. Eran las 2 pm y tenía 18 llamadas perdidas de su amiga Lizeth y 8 de Beck, la llamada entrante era de Harry.

—Buenos días Harry, ¿sucede algo? —preguntó preocupada.

—Su amiga Lizeth está preocupada, me pidió que la llamara y localizara, parece que su brazalete está apagado y no sabía razón de usted —habló Harry descansando— ¿Está usted bien? ¿El patrón?

—Harry, sí estoy bien. Sinceramente me acabo de levantar pero no le digas eso ni a Lizeth ni a Beck por favor —susurró ella.

—Bueno entonces, con todo respeto, le recomiendo que responda los mensajes y así no tendré que hacerlo yo patrona.

—Bien, muchas gracias —dijo ella colgando la llamada.

Se dirigió al baño y tomó una ducha, después tomó el teléfono y llamó a Lizeth. Tres tonos se escucharon antes de que la rubia respondiera.

—Samara, ¿estás bien? Me tenías muy preocupada. Axel tampoco me respondía —habló inmediatamente ella.

—Estábamos en una misión —mintió— ¿Axel te dio su número?

—¿Celosa? —preguntó riendo Lizeth.

—Solo pregunté, no es nada del otro mundo Lizeth —suspiró Samara irritada.

—Bueno, no te enojes solo jugaba.

—¿Necesitabas algo? —cambió de tema Samara.

—Sí, tenías que estar trabajando desde las nueve de la mañana —dijo obvia Lizeth.

—Lo siento, me disculparé con el jefe después. Tengo que irme te quiero —se despidió Samara colgando la llamada inmediatamente.

Mientras tanto Axel ya estaba despierto desde las 11, pero había decidido dejar dormir a Samara un poco más. De pronto, sintió una presencia fuera de la casa y se teletransportó al patio, encontrándose con Natasha abriendo la puerta de este.

—¿Cómo entraste? —preguntó cruzándose de brazos.

La chica levantó la mano mostrando un clip, mismo que había usado para abrir el candado de la puerta.

—Cualquiera puede hacerlo, debes tener más seguridad.

—No te pedí un consejo —respondió molesto— ¿qué quieres?

—Vaya, amanecimos de mal humor —habló irónica.

—Eso no te interesa —respondió irritado Axel—, te pregunté qué haces aquí.

—¿No puedo venir a saludarte?

—No necesito visitas tuyas ni de nadie más, ni un saludo, ni un abrazo, ni un consejo ni nada —espetó viéndola a los ojos—, menos de una traidora como tú.

Natasha se tensó al escuchar la manera en que Axel le hablaba, inclusive entre pensamientos llegó a la conclusión de que Samara era quien lo estaba volviendo así.

—Entonces solo iré a tu funeral —dijo molesta mientras se daba la vuelta, pero la voz de alguien más la hizo voltear de nuevo.

—Si sigues molestando quizá él sea quien vaya al tuyo —Samara se encontraba a lado de Axel de brazos cruzados.

—¿Y quién hará el trabajo? —preguntó Natasha acercándose a Samara amenazante.

—Si la tocas, lo haré yo mismo —amenazó Axel empujando a la chica hacia atrás, haciendo que se enojara aún más.

La pelirroja se abalanzó contra Samara, pero ésta simplemente levantó su mano empujando hacia atrás a Natasha con su telequinesis, y esta cayó al suelo.

—Y si intentas tocarme no dudaré en defenderme —amenazó Samara. Natasha rió mientras se levantaba adolorida.

—Escucha bien Axel —suspiró Natasha molesta—, si mueres ¡Recuerda quién causó tu muerte!

Sin más, la rubia se dio la vuelta y caminó hacia la salida.

—Tenlo por seguro —gritó Axel—, no lo olvidaré, así como no olvido tu traición.

—Por mí, Samara sigue con vida —habló confundiendo a Samara—, no debí buscar a esos hombres.

Samara juntó las cejas viendo a Axel, este se tensó un poco en ese momento y nuevamente sonrió.

—Es lo menos que podías hacer después de todo.

—Si ya terminaste de hacerte la víctima —habló Samara levantando su mano—, puedes irte —Rió lanzándola hacia fuera del patio, teletransportarse a su habitación inmediatamente.

Axel hizo lo mismo siguiendo a Samara a su habitación, viendo cómo se tumbaba a la cama suspirando irritada.

—¿Por qué interviniste?, ¿Cómo sabías que estaba aquí?

—Porque no soy ingenua Axel, sé que seguido se reúnen, puedo sentir el peligro —respondió Samara rodando los ojos.

—¿Peligro, yo?

—Tu no, ella.

—Natasha no es un peligro —habló irónico.

—Yo simplemente te digo que mis sentidos no se equivocan —dijo Samara encogiéndose de hombros— ¿Me puedes explicar por qué dice que gracias a ella estoy viva?

Axel suspiró sentándose en la esquina de la cama de Samara, la chica se quedó de pie frente a Axel esperando una respuesta.

—No te enojes —pidió Axel.

—Responde.

—Natasha insistía en hacer las pases conmigo, admito que era una buena compañera pero no la quería de vuelta conmigo —El castaño hizo una pequeña pausa antes de continuar—, me ofreció un favor para recuperar mi confianza. Estaba desesperado por encontrar a cualquier persona que quisiese hacerte daño y aproveché la oportunidad para decirle que los encontrara y así confiaría en ella.

—Entonces es cierto —Suspiró Samara molesta.

—Ve el lado bueno, la amenaza se fue —argumentó Axel.

—No Axel, la amenaza no se fue —gritó irritada—. Natasha es la amenaza, me quiere muerta. Y los hombres siguen aquí.

—¡Pues perdón por querer salvarte la vida! —gritó molesto Axel— No lo vuelvo a hacer.

—¡Tú no hiciste nada, ella lo hizo. Ella los encontró!

—¡¿Que no hice nada? Samara he recibido balas por ti, y ¿dices que no he hecho nada?!

—Te agradezco Axel —Suspiró Samara tratando de calmarse—, pero si de verdad quieres salvarme la vida date cuenta que tú mismo traes amenazas a la casa.

—¡La amenaza es Beck y no te das cuenta Samara!

—Beck ni siquiera usa armas, ¡tu novia sí!

—Que Natasha no es mi novia, entiende.

—Bueno, pero no negaste que sí me quiere muerta.

Axel se quedó callado unos momentos, intentando calmarse y reflexionando todo. Él sabía que Natasha lo quería, a pesar de su traición se veía arrepentimiento en ella, pero a él no le importaba en este momento, menos si aborrecía a Samara, porque sabía que sí era capaz de matarla.

—Lo siento —suspiró tranquilo—, solo quería ayudar.

—Lo sé, pero ella no lo hizo por mí —, dijo Samara sentándose a un lado de Axel— puede encontrar a cualquiera sólo por ti, pero al final acabará conmigo. Y eso no es lo peor Axel, la amenaza no la siento hacia mí.

—¿De qué hablas? —preguntó confundido.

—De que con Natasha, tú también corres peligro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro