Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

16- Ojo por ojo

—Estás bien? —preguntó Samara mientras Axel conducía, se veía molesto.

—No Samara no estoy bien —dijo deteniéndose en seco—, tu amiguito y sus preguntas tontas. Si fuera tan listo como se creé tal vez... —Samara no lo dejó terminar de hablar.

—Basta Axel —dijo ella seria—, entiendo que no te lleves bien con él, pero él simplemente no cree en que seamos asesinos y listo, respeta su punto de vista.

—Claro, te ve como un ángel, un ángel no puede matar —dijo sarcástico.

—Me estás ofendiendo.

—No Samara —aclaró Axel—, me refiero a que no te creé, igual que Lizeth solo te tira a loca.

—No me importa —suspiró ella—, mínimo no se alejará de mí.

—Tanto te importa que no se aleje de ti —Rió Axel.

—Pues sí, así como te importa la vida de Natasha, así me importa Beck —respondió ella.

Axel anteriormente había visto a Natasha en un par de ocasiones, Samara sabía porque presentía amenaza cerca de ella y cuando la buscaba, encontraba a Axel con ella fuera de la casa, hablando tranquilamente. No sabía ni por qué estaba discutiendo con Axel, parecía un pleito de pareja.

—No tengo por qué explicarte nada ni tu a mí —siguió ella—, pero si a esas vamos Natasha te lastimó y ambos sabemos que fue así, el que está confiando en quién no debe eres tú.

Axel negó levemente y encendió el auto, dirigiéndose al lugar donde estaban los hombres que querían a Samara, acabarían con ellos.

—Bien —dijo Axel estacionando el auto—. Vamos a caminar al menos 2 kilómetros.

—¿¡Dos Kilómetros!? —se quejó Samara—Ni siquiera comí, no sé si pueda Axel.

En eso, le extendió una pequeña bolsa con un vaso de frutas que había comprado camino al restaurante.

—Podrás hacerlo —confirmó el—, porque quieres acabar con tus seguidores.

Mientras tanto, Beck y Lizeth estaban en el restaurante.

—Y ya con esto, te liquido la cuenta, ¿cierto?

—Así es —respondió Lizeth—. Beck, ¿peleaste otra vez con Axel allá afuera verdad? —él asintió.

—Me da coraje como trata a Samara, no es de su propiedad, te aseguro que lo del trabajo se lo inventa él —respondió molesto.

—De lo que estoy segura es que sí viene por trabajo, a Axel no le gusta estar en compañía —explicó Lizeth.

—Pero, ¿incluso a media noche?

—Sí, ya te lo habían dicho, ¿por qué no crees?

—Samara es una chica tierna y dulce, no me la imagino con un arma en la mano —Rió Beck—, mucho menos matando gente.

—Bueno, pues entonces sigue molesto con ellos —se encogió de hombros Lizeth.

—Yo siento que me dicen eso para molestarme, y que me están ocultando algo —dijo Beck en un susurro, pero lo suficientemente fuerte para que Lizeth escuchara.

Ella no respondió y siguió limpiando el lugar donde estaban. Beck lo pensó un momento, Samara no parecía mentirle a Beck, pero tampoco parecía decir la verdad, estaba muy molesto en ese momento como para seguir pensando en eso.

—¿Podrías darme una malteada? —habló Beck a Lizeth.

—Claro, ¿de qué sabor?

—El que sea, solo quiero distraerme bebiendo algo.

—Ohh, celos —Rió Lizeth—, a la derecha en la esquina hay un bar.

—No estoy celoso —Bufó Beck—, bueno un poco, pero estoy más molesto con Axel por tratar así a Samara.

—Lo que tú digas celoso —bromeó Lizeth dándole la malteada—. La de fresa es mi favorita.

Tomó un sorbo de la malteada e hizo una mueca de disgusto.

—¿No te gustó? —cuestionó Lizeth, Beck negó.

—No, está rica. Sólo que sigo molesto con Axel.

—Y dale con lo mismo —Sonrió ella.

—Sabes que me gusta Samara, no puedo evitar molestarme.

—Samara es mi amiga, y tú también pero… ¿Por qué no la invitas a cenar y le confiesas lo que sientes? Así no tendrás que estar molesto ni yo tendré que aguantarte —le aconsejó la rubia mientras se iba a atender una mesa del restaurante.

«Buena idea» pensó Beck sonriendo.

—¿Los… Los de mi realidad? —pregunto Samara temerosa mientras estaban en el auto, tras comer el último bocado de fruta.

—Sí, mandé a Adrián a que los buscara y me dijera dónde estaban sin hacerles nada—Sonrió Axel—. Supuse que al menos querías saber que murieron o vengarte de lo que te hicieron.

—Puede que no sea sano pero si busco una venganza —susurró ella. Axel negó.

—Si te hace feliz, es sano, para ti —Samara sonrió al escuchar a su amigo.

—Acabemos con ellos de una vez.

Ambos bajaron del auto decididos y comenzaron a caminar lo más rápido posible. De vez en cuando se cansaban y utilizaban su poder de teletransportarse unos cuántos tramos más adelante. Samara solo podía sentir rabia por dentro y un poco de nerviosismo, mientras que Axel solo sentía coraje y felicidad por ella. Minutos después llegaron a un local abandonado, Samara le dio la mano a Axel para teletransportarse hacia dentro. No podían arriesgarse y los dos usar su poder.

—No te separes de mi —susurró Axel y Samara asintió.

Ambos siguieron caminando hasta llegar a una puerta de metal que daba a una de las habitaciones del lugar, se vieron unos segundos y la chica usó su telequinesis para abrirla sin dejar ninguna huella.

Al entrar apenas se veía lo que había en ella gracias a una tenue luz color rojo que iluminaba el lugar, así que Samara utilizó sus poderes para alumbrar el camino para ambos.

—¿Qué es esto? —susurró Samara alumbrando a una de las pantallas.

Axel se acercó para ver y segundos después buscó entre los papeles que había debajo del escritorio, encontrando una carpeta color verde con la letra M en la portada. Al abrirla notó que había más de cuatro hojas llenas de datos a computadora y unos cuántos códigos sin descifrar.

—Toma, tenlo a la mano —ordenó Axel a Samara, dándole poco a poco archivos que encontraba en el tablero.

—¿Para qué es todo esto? —se quejó al cargar ya más de cinco carpetas.

—Ellos te investigan a tí, nosotros a ellos, ojo por ojo.

—¿Entiendes lo de las computadoras? —volvió a preguntar ella.

—Tomaré los datos con esto —Mostró un USB—, y analizaremos todo.

—De acuerdo.

—Parece una especie de estudio, pero no entiendo de qué —habló nuevamente Axel.

—Tiene todo el abecedario en la parte superior derecha y números del uno al nueve en la parte inferior izquierda de color verde—susurró Samara, tratando de entender algo—. Se seleccionó la H y el 2 está en color azul, el número tres está en color verde y el cero en color rojo.

—¿Qué haces? —Giró su vista Axel a Samara.

—Tengo memoria fotográfica, si analizo los datos los recordaré.

—Ok —susurró Axel con extrañes mientras seguía revisando las carpetas, en su mano llevaba ocho de éstas.

—A la izquierda, un recuadro con ubicaciones y más abajo un directorio —siguió susurrando Samara—. Un botón color lila listo para ser seleccionado. ¿Confirmar reporte?

—Nos llevaremos esto —Levantó Axel las carpetas—, y eso —Señaló las que traía Samara en mano.

La chica asintió a su compañero, con una expresión seria y pensativa.

—Ya tomé fotos del lugar —anunció él.

—Yo presioné la H cuando viajé —habló finalmente, ignorando lo que su amigo había dicho.

—¿Qué?, ¿No estás escuchandome?

Antes de que ambos pudieran decir algo más se escuchó detrás de ellos cómo cargaban un arma.

—Tenemos intrusos —dijeron detrás de ellos, se giraron y pudieron ver un hombre que les apuntaba con un arma.

—Los intrusos son ustedes —Sonrió Axel—, no deberían estar en esta realidad.

—Tu amiga tampoco —Sonrió otro detrás de ellos mientras atrapaba a Samara y le apuntaba con un arma a la cabeza—. No te muevas o disparo.

La chica del miedo dejó caer las carpetas al suelo junto con su celular.

—Deberías irte, te daremos dinero, pero déjala con nosotros —habló el primer hombre a Axel, Samara sentía miedo por lo que podría pasarle a Axel.

Y a ella, claro.

—Bajaré mi arma —suspiró Axel—, pero la liberas.

—Claro que no —Rió el hombre que tenía a Samara—, ella es nuestra.

—Déjalo Axel —Suspiró Samara—, ve a casa. Gracias por todo.

—Estás enferma si crees que te dejaré aquí —gritó Axel.

—Y tú estás enfermo si crees que puedes hacer algo, o me matan o me torturan —Ambos hombres reían mientras Axel se tornaba más molesto.

—Bien, por tí —Samara y los dos hombres se tornaron confundidos, Axel bajó su arma junto con los documentos y tronó sus dedos, las risas de los hombres dejaron de escucharse, Axel parecía concentrado y Samara miraba atenta.

—Ven —susurró Axel—, no temas —Abrió sus brazos dando dos pasos hacia enfrente, haciéndole saber a Samara que los hombres no harían nada.

Lentamente la chica se movió, se liberó del agarre del hombre y se dirigió hasta Axel, quien la abrazó fuertemente.

—Creí que odiabas las muestras de afecto —susurró mientras ella devolvía el abrazo.

—No es el momento Samara —Rió un poco Axel—. Vamos, ayúdame.

Axel se separó del abrazo, Samara observó cómo todo estaba congelado, le sorprendía ver lo que Axel podía hacer. Se dirigió con cuidado al hombre que la tenía atrapada, tomó su arma y sacó el cargador de esta, Axel empujó al otro hombre para que quedase a lado de su amigo y le quitó el arma.

—Puedo decirle a Samuel que haga unas iguales, duelen más —habló Axel y Samara le entregó el cargador que había tomado.

—Gracias Axel —susurró Samara.

Tomó nuevamente las carpetas y su celular y se colocó a un lado de su amigo, nerviosa.

—Listo —hablo Axel.

En eso, las risas volvieron, pero enseguida callaron al estar confundidos. Uno de los hombres jaló el gatillo para disparar a Axel, pero del arma no salió ninguna bala.

—Gracias Samara —Sonrió él mientras disparaba a uno de los hombres, Samara hizo lo mismo sin responder nada.

Ambos disparos fueron directos al abdomen de cada uno, la sangre manchaba su ropa y quejidos salían de ambos, hasta que se escuchó otro disparo, detrás de ellos y Axel se hincó mirando el suyo.

Samara inmediatamente se giró, encontrándose con otro de los hombres. Molesta, con su telequinesis tomó el arma del hombre y la arrojó lejos, mientras llevaba a Axel afuera teletransportandose.

—Samara, alto —habló Axel con dificultad—, debemos terminar lo que comenzamos.

—Lo sé —susurró preocupada—, pero tú no puedes, déjamelo a mí.

—Claro que no, no sabré si estás bien.

—Confía en mi —Sonrió ella, dejando los documentos a un lado de él.

Segundos después regresó a ese lugar teletransportandose de nuevo, miró a los tres hombres y con mucha molestia los hizo levitar, golpeándolos en las paredes una y otra vez. Sacó su arma y disparó a la cabeza de cada uno, falló dos tiros, pero eso no la detuvo. Finalmente tomó las armas de éstos y las guardó en la parte trasera de su pantalón, mientras corría hacia afuera para ayudar a Axel.

Al salir de ese lugar, encontró a Axel boca arriba con las manos sobre su abdomen.

—Levántate —Se hincó ella mientras lo levitaba, poniéndolo boca abajo—, descubre tu herida.

Axel la miró con una sonrisa cómplice, Samara rodó los ojos al instante.

—Es para curar tu herida, tonto —Axel negó sonriendo y descubrió su abdomen, Samara sin intención de mirar solamente activó su poder y pasados los segundos curó a Axel.

—Admito que se siente raro —dijo el mientras tocaba donde había estado la herida— es… Increíble.

—Sí, bueno, vámonos tengo hambre —ignoró el cumplido ella mientras se levantaba y caminaba hacia el auto.

—¿Los mataste? —cuestionó el castaño mientras la seguía.

—¿Tú qué crees? No estaría tan tranquila Axel —Suspiró de manera impaciente Samara, Axel la tomó del brazo algo molesto, haciendo que se girara y estuviesen cara a cara.
Muy cerca.

—No me hables así Samara —recalcó cada palabra en tono amenazante—, no me gusta.

—Lo siento, ¿cómo te gusta que te hable, su majestad? —reprochó ella con sarcasmo.

—Mira Samara no sé qué tengas que estás tan molesta —Inconscientemente Axel apretaba el brazo de Samara, lo cual a ella la incomodaba—, pero yo no tengo la culpa.

—¿No? No he comido Axel, peleaste con mi amigo —explicó mientras intentaba liberarse del agarre, lo cual no logró—, casi te matan, yo sin energía y todavía usar mis poderes. Estoy cansada.

—Así que estas enojada por lo de Beck —susurró mientras soltaba a Samara.

—¿Te estás escuchando Axel? Dije varias cosa, ¿por qué de todas esas solo te enfocas en Beck?

—Será porque tú haces lo mismo.

—¿De qué hablas?

—Tú también te enfocas solamente en Beck, Samara —Axel comenzó a caminar y Samara tras de él.

—Si solo me enfocara en él, te habría dejado morir. Estarías conociendo al creador de todo esto o tal vez al mismo demonio.

—Oh gracias por salvarme, cosa que no  pedí —gritó Axel. Samara no dijo nada.

Su vista se nubló de lágrimas, así que comenzó a caminar frente a Axel, parpadeando una y otra vez para que las lágrimas no salieran.

Llegaron al auto, pero Samara siguió caminando.

—¿No vas a subir? —preguntó Axel. Samara negó sin detenerse— Samara.

Se teletransportó frente a ella, viendo sus ojos rojos, una expresión de molestia y angustia.

—¿Ahora qué? —Suspiró él.

—¿Ahora qué? —respondió irónica— Te salvé de ellos y me reprochas que hice mal, me traes con ellos y me reprochas que fui sola, ¿qué quieres Axel? Realmente, ¿qué es lo que quieres?

—Tu bienestar Samara. Admito que no fueron las palabras, pero no debes esforzarte, mucho menos en mi cuando no puedes. No te exijas más de lo que puedes.

—Un gracias no estaría mal Axel, al menos, porque ya está hecho, pero en lugar de eso me reprochas que no me lo pediste, yo no sé cómo —Samara se vio interrumpida, Axel había juntado sus labios, comenzando un beso tranquilo pero con cariño.

Samara sin pensarlo, sin dudarlo lo siguió, Axel tomó a Samara de su cadera y ella enredó sus brazos en el cuello de él. Estuvieron así al menos 14 segundos, cuando la voz de alguien los hizo separarse.

—¿Interrumpo? —Ambos se separaron inmediatamente, viendo a la persona dueña de esa voz.

—Natasha —Suspiró Axel nervioso, pasando su mano detrás de su cabeza.

—No, si quieren vuelvo en otro momento, veo que están ocupados —Natasha sonaba molesta.

—No interrumpes nada —habló Samara esta vez—, yo ya me iba.

—Espera Samara —Samara giró para ver a Axel, quien la había tomado de la muñeca— ¿Es enserio que no vas a subir al auto?

—No es necesario, regresaré a mi trabajo —Sonrió ella—, tú tienes cosas más importantes que hacer.

Axel y Natasha se vieron un momento y Samara se teletransportó a otro lugar.

—Creí que me habías jurado no estar enamorado —Rió Natasha irónica.

—No tengo que explicarte nada.

—Yo no dije eso —Sonrió ella—, a menos que tú sientas la necesidad.

La pelirroja se acercó a Axel, con intención de besarlo, pero este se separó con una mueca de disgusto.

—Para nada. Lo nuestro ya fue, supéralo —Se dirigió al auto y subió a él—, por favor si quieres que te siga apoyando, déjame hacer mi vida Natasha.

Axel encendió el auto y se fue del lugar, dejando a Natasha con una sonrisa.

—Al menos Samara cree que tenemos algo.

Samara había llegado al parque, se sentó en una banca y se cubrió la cara, las lágrimas comenzaron a salir, no sabía que pensar sobre lo sucedido con Axel, ¿por qué la había besado? Ella había visto indicios de una relación entre él y Natasha, ¿había tomado a Samara como un juego o entretenimiento?, ¿Por qué ella había seguido ese beso?

Axel se encontraba conduciendo el auto rumbo al restaurante donde trabajaba Samara, tenía la esperanza de encontrarla en el camino, pero no sucedió. Al llegar al restaurante se estacionó y bajó de este, entró y buscó con la mirada a Samara o Lizeth, pero no encontró a ninguna.

—Disculpe —se dirigió a la persona que estaba atendiendo— ¿Samara ya salió de turno?

—No puedo dar información sobre los empleados, disculpa —habló el chico retirándose.

Axel, molesto, se dirigió hacia fuera sacando su celular y marcó a Samara. Dos timbres se escucharon antes de que del otro lado aceptaran la llamada, pero no se escuchó nadie.

—¿Samara? —Axel comenzó a caminar hasta el auto mientras esperaba respuesta—, veo que no quieres hablar. Escucha sé que tal vez estás confundida, que necesitas una explicación pero… Necesito verte para ello.

»Vine al restaurante y no encontré a Lizeth, no sé dónde estés… Solo quiero disculparme por haber… Respondido de esa manera —El chico suspiró entrando al auto—, y agradecerte por salvarme la vida.

Sin más que decir Axel colgó la llamada y se dirigió hacia su casa, Samara aún seguía en el parque; no duró mucho en limpiar sus lágrimas después de aquella llamada y dirigirse a trabajar. Aún le quedaban 4 horas de turno.

Sé que no he sido constante con las actualizaciones:( no tengo excusa para ello😭pero aquí el capítulo de esta semana.

Más adelante les contaré todo, sólo necesito tiempo 💓 los amo💓

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro