░⃟⃛ Uɴᴏ ➮ ❛𝐵𝑎𝑖𝑙𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑐𝑜𝑛 𝑡𝑢 𝑆𝑜𝑚𝑏𝑟𝑎❜
🏛;; 𝐓𝐞𝐦𝐚 ➤ Bailando con tu sombra (Alelí)
🏛;; 𝐀𝐫𝐭𝐢𝐬𝐭𝐚/𝐬 ➤ Abel Pintos.
🏛;; 𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 ➤ basada en la letra de la canción.
🏛;; 𝐒𝐢𝐧𝐨𝐩𝐬𝐢𝐬 ➤ Kevin está enfermo, por lo que su
mejor amiga Nazz cuida de él. Al entrar en la casa,
se encuentra con una nota sobre la mesa del living,
una nota que dice que ha salido a dar un paseo...
bajo aquella nota, yace una carta con una frase
muy inusual...
🏛;; 𝐃𝐢𝐚 ➤ febrero, 27 / 2021.
🏛;; 𝐇𝐨𝐫𝐚 ➤ 02:20 AM.
La carta, que yacía en silencio sobre la mesa del living, decía lo siguiente en la parte de atrás: "en los más ardientes cielos, en los más helados infiernos; yo estaré bailando con tu sombra".
La jóven rubia frunció el seño mientras dejaba su bolso sobre uno de los sofás y se sentaba en otro, abriendo la extensa carta de dos hojas y media, en la cuál podía verse con claridad aquella frase tan... inusual.
"¿Quién podrá quererte, cómo yo te quiero, amor?", decía al principio, sin ninguna nota principal, sin ningún "querido alguien" para que fuese dedicado.
Era una carta, una simple historia corta.
"¿Quién? Me pregunto, ¿quién podrá quererte cómo yo?", seguía. Entonces la de ojos celestes lo recordó.
Hace unos cinco años atrás, Kevin se había armado de valor y le había preguntado a su crush de secundaria si quería salir con él. Tenía una obsesión con Eddward, una obsesión que iba mucho más allá de la normal.
Kevin era, en pocas palabras, un muchacho ejemplar. Practicaba fútbol americano desde pequeño (gracias a su padre y sus antepasados), tenía el cabello pelirrojo y algunas pecas adornando su blanca piel. Sus ojos verdes, tan verdes cómo las más bellas esmeraldas que jamás hayas visto, enamoraban con sólo el primer vistazo.
Eddward, en cambio, era aún más buen ejemplo que él. Un muchacho joven, alto, de piel pálida y ojos azules cómo zafiros. Su cabello negro, largo, yacía escondido bajo su gorro. No se lo quitaba aunque tuviera qué. Aquello le encantaba al pelirrojo.
Edd era un prodigio de las matemáticas, con algo de odio hacia los gérmenes y una perspectiva de la perfección algo exagerada. Amado por todos, pero enamorado de ninguno.
Lo contrario a Kevin, con más de catorce pretenientes por sexo.
Por muchos años, Kevin había estado acosándolo, a él y a sus amigos, aunque jamás se pasaba. Un día, Nathan (mejor amigo de Kevin, al mismo tiempo su hermano de sangre) llegó corriendo, con un mensaje urgente: los mismos chicos que le ayudaban a veces en aquellos horribles actos, se habían propasado con Edd y sus amigos.
Los golpes adornaban su rostro; violáceos, amarillentos, grises, y el rojo de su sangre. Su rabia fue tal, que acabó peleándose con ésos chicos también.
Desde entonces, Edd y su grupo de amigos han hecho una tregua con Kevin y Nathan. Siendo los dos últimos los primeros en pedir disculpas por todo lo que había ocurrido en el pasado.
Habían pasado sólo unos años antes de que el amor que Edd tenía por Kevin se hiciera fuerte con cada hora que pasaban juntos. Con el fin de terminar con aquel sufrimiento de "¿tendrá novia?", Edd se confesó una noche de luna llena.
ㅡNo entiendo cómo he podido llegar a gustarte ㅡlos puños de Kevin se apretaron al decir aquello.
ㅡPues, me gustas ㅡrepitió el de ojos azules, que miraba el sueloㅡ, y lo lamento tanto...
ㅡ¿Por qué lo lamentas? ㅡse acercóㅡ, ¿por qué te disculparías? ¿No has pensado en que, tal vez, a mi me gustes también?
Los ojos, entristecidos y asustados, que estaban mirando al suelo, se alzaron. Aterrado, movió sus labios, pero ninguna palabra salió. La mandíbula de Kevin se alivianó y sus puños se relajaron, levantando sus manos para tomar sus mejillas y secar sus lágrimas con sus pulgares.
ㅡA mi también me gustas, tonto, ¿por qué crees que no lo haría? ㅡse sonrió.
ㅡ¿Por qué lo harías, en realidad? ㅡsus ojos se conectaronㅡ, ¿por qué yo llegaría a gustarte?
ㅡNo hagas de ésto una pelea.
ㅡNo quiero pelear con la persona que amo.
ㅡEntonces, prométeme que yo seré el que te ame más ㅡbajó sus manos a las contrarias, tomándolas.
ㅡSerá ésa la única cosa que jamás podré prometerte ㅡrió con suavidadㅡ, siempre seré el primero en empezar ésta pelea.
ㅡEspero que sea el primero en terminarla, entonces ㅡse acercó a besar su frenteㅡ, de forma que siempre te vayas a dormir con una sonrisa en el rostro.
ㅡ¿Siempre?
ㅡSiempre.
"Siempre lo decías y me atabas a tu piel, con ramos de besos y escuchábamos caer sobre los techos de cinc, las lluvias de otoño en abril"; proseguía la carta, y la rubia recordaba cada vez más.
Sus discusiones y pequeñas peleas sobre quién amaba más al otro eran constantes. Recordaba las llamadas que siempre terminaban en un "te amo más, y punto final".
La rubia siempre pensaba lo mismo; "no puedo creer que me haya enamorado de éste cursilón cuando éramos jóvenes", y rió una vez más al recordarlo ahora. Con un suspiro volteó la hoja, encontrándose con más cursilería.
"Yo te desnudaba para ver cómo era el mar, y era el mar el que se enredaba a mis deseos de volar", otro suspiro, ésta vez uno divertido. ¡Las veces que ha tenido que irse de la casa porque ellos se amaban en la habitación de al lado! No podía negar que sentía cierta curiosidad, y un día, sin avisar, llegó por la puerta de atrás.
Sobre el sofá, frente a la televisión encendida y algo de rock alternativo escuchándose de fondo, los dos cuerpos se enredaban cómo (tal cuál decía en la carta) sus deseos de volar sobre el mar. Sus ojos habían llegado a ver a Kevin sobre el sofá, y Edd en su regazo; reían a veces y se besuqueaban mientras las manos del pelirrojo recorrían la espalda del azabache.
Una sonrisa se escapó de sus labios, jamás había conocido a dos personas que se amaran tanto cómo aquellos dos.
"Íbamos tan lejos que olvidábamos volver, entonces, nos traía el ángel ciego del amanecer... se acostaba a tus pies, tal cuál un gatito siamés"; leyó. Un escalofrío recorrió su espalda y, tomando el control, encendió la televisión en un canal cualquiera. Le bajó el volúmen lo suficiente, para no desconcentrarse en su lectura, pero acallando el furioso silencio que corría por la casa.
Cerró los ojos y respiró profundamente antes de continuar.
¿Por qué estaba en la casa de Kevin? Ah, sí, tenía que darle de comer a la gata de Edd. Oh, también tenía que hacerse cargo de sus plantas... ah, también tenía que limpiar la jaula del loro, qué se suponía debía estar libre ahora mismo; ¿qué más?
Se levantó del sofá, pero el estupor de las siguientes letras le hizo volver a sentarse. ¿Qué estaba haciendo en la casa?, ¿dónde estaba Kevin?
Volvió a suspirar y miró a su alrededor, entonces, llamó.
ㅡ¿Kev? ㅡun maullido en respuestaㅡ, ¡Kev, soy Nazz! ㅡvolvió a llamar, y el loro repitió sus palabrasㅡ, ¡Indah! ㅡllamó, y el loro respondió con un silbidoㅡ, ¿dónde está Kevin?
ㅡ¡Fuera, fuera! ㅡchilló.
Volvió a sentarse en el sofá, mirando al gato negro de ojos azules acercarse a ella. Le acarició el pelaje y le dejó subir a sus piernas, dejando lo que restaba de la carta a un lado de su cuerpo.
ㅡBuenos días, Alelí... dime, ¿acaso tu dueño no ha dejado una nota para mi? ㅡla gata respondió con un ronroneoㅡ. Te pareces tanto a él...
Él... Eddward Marion. Cuánto lo extrañaba...
Una madrugada de abril, cuando menos lo esperaba, recibió una llamada abrupta de Kevin en llanto. No entendía lo que ocurría y creyó que tal vez se trataba de una broma, o tal vez un mal sueño... pero el mal sueño había salido de su cabeza cómo un hecho real.
Eddward Marion había muerto.
Unos dicen que era brujo, y que uno de sus hechizos se volvió en su contra. Otros dicen que estaba enfermo, tal vez una enfermedad mortal que sabía esconder muy bien. Aquellos decían que su muerte había sido natural. Otros tantos dijeron que era depresivo y, que con el paso del tiempo, logró ocultarlo bajo una sonrisa; hasta que cumplió con su cometido.
La autopsia decía "paro cardíorespiratorio", los médicos decían "era muy jóven", sus amigos decían "lo extrañaremos tanto", pero Kevin... Kevin siempre decía las mismas palabras.
ㅡÉl no se ha ido.
Las manos de la rubia rodearon las suyas: ㅡDebes dejarlo ir, él ya no está aquí.
ㅡPero, sí está... ㅡle miróㅡ, da vueltas en la habitación, alimenta a Alelí y limpia la jaula de Indah, riega sus plantas y cuida de mi.
No, no era Edd; era Nazz. La pobre rubia se quedo mirando un punto fijo en el suelo, y la gata saltó de sus piermas a la carta que se encontraba a su lado. Salió de su trance y tomó aquellas hojas, bajando al animal del sofá.
Se secó las pocas lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos y releyó los últimos párrafos antes de continuar. Pensaba, mientras leía, en cómo su pobre amigo siempre creía que Edd estaba a su lado, hablándole y riendo con él, no pudiendo aceptar su partida.
Nazz no tenía el valor suficiente para decirle que ella era la que hacía todos los quehaceres de Edd, ya que él no estaba para hacerlo. Con el tiempo, se daba cuenta de lo mal que estaba Kevin, y quiso ayudarlo... pero era demasiado tarde.
Su negación a la pérdida se volvió su realidad. El viejo Kevin Dorm que todos conocían ya no existía. Y aquello le dolía.
"Esta noche quiero que bailemos otra vez, aquella canción que el viento nos cantaba en el ayer"; leyó.
Bachata o salsa, ésas eran las canciones que solían bailar en las fiestas y concursos a los cuales asistían... pero, cuando estaban solos, ponían melodías de piano y violínes, bailaban el vals y el tango.
"Ya sabrá el infierno cómo hacer para aceptar, qué baile en mi celda con tu sombra, sin parar", leyó.
Recordó aquellas veces en las qué, sumido en su miseria, tarareaba una canción y bailaba con las manos alzadas en el aire, mirando un punto fijo cómo si él estuviese ahí. La rubia se detuvo en seco, mirando las siguientes palabras.
"¿Cómo he podido matar a quién me hacía soñar?"
ㅡEn otras noticias, comunicamos de urgencia que las calles entre Latibule¹ y Orenda² se encuentran con tránsito colapsado debido a un choque automovilístico ㅡlos ojos de la rubia se dirigeron a la televisión con rápidezㅡ, la víctima de veintiocho años, reconocida cómo Kevin Dorm según sus registros, se encontraba en el auto que misteriosamente se detuvo delante de las vías del tren Cordolium³.
ㅡTengo esa nostalgia de los domingos a punto de llover, de aquella guitarra rota y de ése sonido a un oxidado carrusel ㅡdecía, mientras acariciaba a su gataㅡ. Ay, Alelí... pobre de mí...
Corrió por su teléfono, llamó a todas las personas posibles e incluso al celular de Kevin, el cuál atendió un policía corroborándole los hechos. De pronto, en poco tiempo, la casa se encontró llena de familiares y amigos de Kevin, consolando a la pobre rubia que estuvo cuidando de él mientras estaba, cómo muchos decían, enfermo de la cabeza.
La rubia, en su acongojación, tomó sus ropas y las subió al cuarto que ocupaba, junto a la carta que había dejado (la cuál escondió de todas las visitas posibles). Se quedó mirando las fotos que tenía en una repisa, y luego, entre sus lágrimas logró leer lo último escrito con la letra de Kevin, aquella frase tan... inusual.
"En los más ardientes cielos,
en los más helados infiernos;
yo estaré bailando con tu sombra"
1. Latibule: un lugar escondido / un lugar de confort.
2. Orenda: una fuerza mística presente en todas las
personas que les permite afectar en el mundo o a
efectuar cambios en sus propias vidas.
3. Cordolium: corazón roto / un corazón lleno de pesar.
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