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꒰⁠ 3 𑄝 ꒱ A VISIT CALLED TRUTH

Después del primer encuentro de ambas híbridas, sus días no voy volvieron a ser los mismos. Cada que Eunchae se iba a la escuela, Yunjin corría a sentarse debajo de la jaula de Kazuha, esa jaula de la que nunca salía.

Durante semanas, Yunjin jamás vio a Kazuha salir de su jaula, tampoco le gustaba hablar mucho, así que la gata recibía respuestas cortantes cada que hacía alguna pregunta curiosa, con el tiempo comenzó a llamar a la mayor Kazuha-unnie y eso pareció molestar menor a la lora en comparación a la vez en que le dijo señora.

—Oiga unnie, anoche escuché ruidos raros en las paredes.

Kazuha había notado a la pequeña Yunjin muy inquieta desde que se apareció en su medio campo de vista aquella mañana, de hecho estaba muy callada y con las orejas caídas, ni siquiera serpenteaba la cola como era de costumbre.

—¿Te refieres a dentro de las paredes? —Indago Kazuha, fingiendo desinterés.

Yunjin asintió aunque Kazuha no la vió. —Sí. Cómo si hubieran otros animales pequeños dentro de ellas, no me dejaron dormir —La voz de la menor se escuchaba desanimada.

Kazuha comenzó a reír. Yunjin frunció el ceño.

—¿De qué se ríe, unnie? —Bufó la gatita.

—Creo que ya descubriste a unos invasores más antiguos que tú, niña —Respondió Kazuha sacudiendo sus alas. —Son ratones, ratones muy escurridizos y latosos.

—¡Oiga, Kazuha Noona! —Una voz masculina pero algo chillona se escuchó en alguna esquina de la sala poniendo a Yunjin en alerta y esponjando todo su cuerpo en señal de ataque.

—¿Qué haces aquí, rata tonta? —Se quejó Kazuha con burla. —¿No ves que ya hay una gata en casa?

El roedor salió de su escondite y fue directamente a subirse a la mesa de noche alejándose del suelo para evitar ser comido.

—Cualquier peligro vale la pena si al final podré verla a usted, noona? —El ratón sonrió bobo. Kazuha rodó los ojos.

—Que tonto eres, Leehan —La lora hizo el amago de darle la espalda no solo a Leehan sino también a Yunjin.

—¿Vives aquí, Leehan? —La rata asintió.

—Algo así, vivo por todo los edificios —El ratón se encogió en su lugar mirando acusatoriamente a Yunjin. —¿Vas a comerme? —Preguntó con recelo.

Yunjin hizo una mueca de asco. —No cambiaría mis croquetas de leche por tus peludo cuerpo.

Y Leehan comenzó a reír. —En ese caso, hola ¿Cómo te llamas?

—¡Soy Yunjin! —Exclamó Yunjin contenta de que alguien estuviera interesada por ella. Kazuha solo los escuchaba atenta.

—Yunjin —Leehan canturreó su nombre. —Mírate, eres una niña aún, eres muy tierna.

—Ya tengo ocho meses —Informó Yunjin con un puchero intentando demostrar que ya era lo suficientemente mayor.

—¿Ya te haz transformado alguna vez? —Yunjin negó.

—No soy una híbrida.

Leehan se carcajeó de la inocencia de la menor.

—Yunjin-ssi, si fueras un gato normal no podrías hablar con animales de otras especies —Yunjin abrió los ojos sorprendida mientras parpadeaba rápidamente varias veces. Leehan frunció el ceño. —¿Noona no te dijo? —Yunjin negó.

Kazuha fue capaz de sentir la mirada del raton sobre su espalda pero ni siquiera se inmutó un poco.

—¿Quieres que te enseñe cómo? —Preguntó Leehan, Yunjin asintió emociona. —Bien, respira ondo y relaja tus músculos —La gatita siguió las órdenes. —Aún no sabes cómo es tu cuerpo humano así que imagina partes generales del cuerpo, tus manos, tus pies o piernas, incluso cabeza, respira ondo mientras imaginas eso y listo.

Yunjin tuvo los ojos cerrados alrededor de un minuto mientras visualizaba como Leehan le había indicado hasta que comenzó a sentir frío por todo el cuerpo y algo picándole la espalda, una leve brisa y alguna tela cubriendo su cuerpo la sacó del trance y abrió los ojos.

Frente a ella había una mujer, le calculaba al menos uno veinte años, tenía el cabello hasta el hombro en un rubio algo oscuro y en su cabello descansaba sutilmente algunas mechas arcoíris. Y la ceja izquierda la tenía dividida en un corte que la había ver ruda, sumándole lo grisaseo que se veía su pupila en aquel mismo lado de la cara Yunjin tuvo algo de miedo. No habló durante un buen rato, solo la miró esperando a que le diera alguna órden y así lo hizo la nueva presencia.

—Vístete —Exigió señalando el cuerpo de la menor que ella misma había cubierto con la primera sábana que encontró —en realidad era un cubre sofá pero cumplía la misma función—; —La primera vez siempre estás desnuda.

Esa voz.

—Olvidé ese pequeño detalle —Un Leehan sonrojado y apenado, ahora humano, se encontraba de espaldas en el mismo sofá donde estaba en su forma humana. —Juro que no vi nada.

La mujer acompañó a Yunjin por ropa antigua de Eunchae, el cuerpo de Yunjin no era tan joven como su forma humana pero seguía siendo el de una niña de trece años, ni siquiera la híbrida de gato se dió cuenta de su propia decepción, quería verse un poco más grande.

—Fue imprudente transformarte así de la nada, niña.

—¿Eres Kazuha unnie? —Preguntó Yunjin aún con la voz decaída mientras intentaba vestirse sola, pero peleaba con los broches del sujetador.

Una manos un poco más grandes y frías remplazaron las suyas y cerraron más ágilmente los ganchillos. —Tardaste un poco en darte cuenta.

—Eres más fría en tu forma humana —Como siempre, Yunjin diciendo todo lo que piensa.

—Supongo que ya no tengo tanto miedo de que me comas en esta forma —Kazuha intentó bromear pero sonó más a una queja.

La menor terminó de ponerse la blusa. —¿Por eso tirabas tu agua alrededor de tu jaula los primeros días?

Kazuha se defendió de la mirada acusatoria encogiéndose de hombros. —Es puro instinto.

Queriendo alejarse de la tensión en la habitación, Yunjin regresó a la sala para encontrarse nuevamente a Leehan, esta vez pudo mirarlo mejor. El chico no podía ser mayor que Kazuha pero tampoco menor que ella misma. Tenía el cabello algo largo y color negro con mechas grises como su pelaje de ratón.

—Hola pequeña Yunjin-ssi —Saludó el chico con una sonrisa mientras movía la mano lado a lado alegremente. Ella le devolvió el saludo. Leehan la miró de pies a cabeza. —Aún eres muy pequeña, pero no te preocupes, los gatos suelen llegar a su forma adulta más rápido —Le guiñó un ojo divertido.

Yunjin asintió con una sonrisa tímida decidiendo creer en las palabras de Leehan, ella quería crecer tanto como Kazuha, no quería verse como una niña a su lado, no había una razón específica, tal vez fueron todas aquellas veces en las que la mayor le hacía ver su minoría de edad llamándola niña o pequeña, o cuando la rubia le recordaba que debía seguir sus órdenes por ser una bebé.

Yunjin quería que Kazuha la viera como alguien independiente y fuerte.

[]

Eunchae llegó como siempre a la hora en punto encaminándose directamente a su habitación aún con los audífonos puestos, entró esperando encontrarse con la pequeña Yunjin tirada en la cama como era costumbre pero se sorprendió mucho al encontrar la habitación vacía, con los juguetes intactos y el plato de croquetas a medio comer.

La chica de dieciocho años recién cumplidos llegó a la sala donde de vez en cuándo encontraba a la mínima pansa arriba maullándole a la jaula de la lora. Aunque grande fue su sorpresa al encontrarse a Kazuha en su forma humana sentada en el sofá mediano y a una pequeña pelinegra de ojos pequeños con ropa que sabía era suya cuando era más pequeña.

—Buenas tardes, Eunchae —Saludó Kazuha. Su mirada viajo de la desconocida a Eunchae, la niña parecía muy nerviosa y se lo contagió rápidamente a la humana. —Eunchae, Yunjin tiene que decirte algo.

Eunchae parpadeó rápidamente.

—¡¿Yunjin?! —Exclamó Eunchae.

Una hora después, Eunchae se había recuperado del susto, ahora tenía a la pequeña Yunjin atrapada entre sus brazos dándole un fuerte abrazo dejando a la híbrida de gato sin aire.

—¿Y ahora qué hago? ¿Cuándo se supone que debo esperar a que te presentes como alfa u omega? No, debemos tener mucho cuidado, estaría bien si eres un alfa, Kazuha es alfa así que podría ayudarte con eso ¿Verdad, Zuha?

Kazuha tardó en procesar la información.

—A-ah sí, sí. Si fueras un alfa.

Pero por alguna razón, Kazuha no quería que Yunjin fuera alfa. Algo en su pecho se oprimió de solo pensarlo. Bah, tonterías.

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