#uzuzen
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"Boda" era una palabra que, de antaño, aterrorizaba a Tengen.

De adolescente Tengen Uzui era el más codiciado de su secundaria alta, y de otras secundarias, salía durante tres días con cualquier estudiante que se le confesara y le cortaba porque se aburría de ellas o ellos. Así era él y nadie podía atarlo.

Sin embargo en su interior anhelaba una relación estable que en realidad no sabía cómo conseguir.

Su amiga Mitsuri decía que era cuestión de hallar a la persona correcta, que frente a su amado sabría qué hacer.
Su amigo Kyojuro juraba sobre la tumba de su madre que la media naranja de Tengen existía y no debía rendirse en su búsqueda, que tal vez aún no la conocía y por eso no era capaz de estar satisfecho con sus parejas.
Eso sonaba alentador para Tengen, incluso si ser romántico no era su estilo.

Inspirado por la promesa del amor buscó, le echó ganas a sus relaciones, fallaron como las mejores y Tengen ingresó a la universidad a estudiar artes, pasaba encerrado allí ocho horas aprendiendo de artes y su único descanso era buscar chicas lindas en la cafetería de la universidad.

"─ Te mueves o te muevo."

Se metió en la fila convencido de que su existencia tallada por Dios mismo haría que la persona detrás le perdonara su desliz.

"─ ¿Ah?"

Y se volteó para hallar unos brillantes, y muy enojados, ojos dorados mirándolo fijamente.

"─ Sal conmigo. Tienes que salir conmigo."

Mitsuri tenía razón, apenas conoció a Zenitsu supo que no podría vivir sin él, necesitaba estar con Zenitsu y escucharlo reírse.

"─ ¡Ya! ¡Deja de perseguirme, Uzui! ¡No saldré contigo! ¡No me gustan los tipos como tú!

─ ¿Cómo? ¿Guapos?

─ ¡AGHHHHH!"

Tengen estaba seguro de que quería estar con Zenitsu, de qué camino seguir para hacer feliz al muchachito y si era necesario matarse a golpes con alguien, también lo haría.

"─ ¡Tengen, no!"

Se quitó la camisa y peinó su cabello hacia atrás.

"─ ¡Abuelo, detente!"

Besó sus puños sin miedo.

"─ Vamos viejito, en guardia.

─ Mucha palabrería, delincuente, veremos si tienes el valor para pelear por mi nieto.

─ ¡Basta les dije, a los dos!"

Preparado para la lucha, preparado para partirse la mandarina en gajos con Jigoro Kuwajima.

"─ ¡Que no! ¡¿Qué diablos les pasa?! ¡Tengen, si tocas a mi abuelo te termino!

─ ¡¿Qué?! ¡Eso no es justo! ¡Él quiere que le quiebre las piernas!

─ ¡Pero yo no!

─ Owww, bieeeeen. Me pondré la camisa."

Tengen debía admitir que, aunque estaba emocionado por demostrarle su fuerza y determinación al abuelo sobreprotector de Zenitsu, si su pichón decía que no, era no.

"─ Qué pasa mariquita, ¿tienes miedo de que te arruine el manicure?

─ Cierre el hocico, anciano, si no lo hago es porque Zenitsu no quiere.

─ ¡Pocó, pocó! ¡Gallina!

─ ¡COMPÓRTESE COMO DE SU EDAD!

─ ¡POCÓ!

─ ¡Abuelo, basta!"

Kaigaku, el hermano mayor de Zenitsu y por ende su cuñado, intercaló su atención entre abuelo y pretendiente para enseguida unirse a la burla a Tengen.

"─ ¡Gallina, gallina!

─ ¡CIERREN LA BOCA!

─ ¡GALLINA, GALLINA!

─ ¡QUE SE CALLEN, MIERDAS!"

Tener a la familia de tu novio aleteando como aves de corral y cacareando sin dudas fue la cosa más rara que Tengen había vivido.
Eso y cuando Kanae Kocho se puso una botarga de gato gigante en el parque para conquistar a su profesor de curso, Gyomei Himejima, que además vendieron muchos globos juntos.

"─ ¡Gallina! ¡Tengen Uzui es una gallina! ¡Pocó, gallina!

─ ¡CIERREN LA BOCAAA!

─ ¡TENGEN!"

Zenitsu abrió los ojos de par en par, el desquiciado de su novio los había callado lanzándoles un puto sofá.

"─ ¡NO SOY GALLINA, NO LO HAGO PORQUE ZENITSU ME DIJO QUE NO LO HICIERA! ¡SI MI PICHÓN NO ESTÁ DE ACUERDO CON ESTO, ENTONCES NO LO HARÉ! ¡¿DE QUÉ SIRVE PELEAR CONTRA USTEDES PARA TENERLO SI ÉL NO QUIERE ESTAR CONMIGO POR PELEAR POR TODO?! ¡IDIOTAS!"

Más allá de eso Kaigaku era el árbitro, así que de una forma u otra nada estaba correcto para Zenitsu.

"─ Tengen...

─ No haré nada que me arriesgue a perder a Zenitsu, no sean imbéciles. ¡Y deje de cacarear, Kuwajima-san, tiene 80 años, por Dios!

─ Pfff, diabético."

Kaigaku no era del tipo de persona melosa, todo lo contrario, lo tierno se lo había quedado su hermano.

"─ Bien, eso quería oír."

Para sorpresa de todos Jigoro le sonrió a Tengen y le dio una palmada en el brazo puesto que OBVIAMENTE a su hombro no llegaba.

"─ Un hombre que está dispuesto a mentarse la madre por mi nieto pero que también lo respeta y lo valora es todo lo que puedo pedir para Zenitsu. Y para Kaigaku, pero Kaigaku se defiende solo."

En efecto, era Kaigaku quien le mentaba la madre a sus novios.

"─ Estás bien, Tengen, vales la pena y estoy de acuerdo con que salgas con mi Zenitsu. Siempre y cuando no le rompas el corazón, porque si no..."

No era necesario decir más, Tengen ya estaba enterado de lo que era capaz su suegro con las anécdotas que Zenitsu le contó sobre amores fallidos.

"─ ¡Gracias abuelo! ¡Eres el mejor!

─ Todo por verte feliz, Zenitsu.

─ Pues yo no estoy de acuerdo, me sigue pareciendo un imbécil.

─ Sí pero no me importa, Kaigaku, a ti todos te parecen imbéciles.

─ Touché."

Y Tengen se aseguraría de jamás hacerle daño a Zenitsu, no por que le tuviera miedo a Jigoro (osea sí pero no viene al caso), si no porque incluso si su amor se acababa, él se encargaría de recordar a Zenitsu que era un chico valioso y que siempre alguien lo volvería amar. Cosa que no pasó, porque un par de meses en el futuro Zenitsu ya estaba esperando un Uzui junior, pero Tengen no tenía idea.

─ ¡Zenitsu, mira lo que encontré!

─ ¿Huh? ¿Qué encontraste?

─ ¡Mira, mira!

Tengen se apareció por la casa con una caja, Zenitsu pensó que serían objetos rotos o gatos abandonados, y eso le habría encantado porque amaba a los gatos, no obstante era ropa, y no cualquier ropa.

─ ¿Ropa... de bebé?

Su novio asintió muy emocionado.

─ ¡Sí, y está en perfecto estado! Podríamos guardarla en el ático para cuando tengamos hijos, ¡¿te imaginas?! Tu belleza y la mia... ¡serían los niños más hermosos del planeta!

El entusiasmo que el mayor cargaba consigo era avasallador para Zenitsu, él no podía creer que Tengen enserio estuviera pensando en hijos tan pronto y que encima los deseara con ganas.
Era demasiado para el rubio, su novio lo hacía tan feliz.

─ T-tú... ¿e-enserio quieres que t-tenga-gamos hijos...?─ inquirió incrédulo y temeroso de la respuesta.

─ Zenitsu, ¿qué pregunta es esa? Por supuesto que quiero tener hijos contigo, ¿no recuerdas? Lo hemos hablado muchas veces─ a la vez que Tengen frunció el ceño extrañado.

─ P-pero...

─ Pero nada, me encantaría tener una familia contigo, ¿porqué lo dudas?

─ Bueno... quizás creerías que es m-muy pronto...─ y Zenitsu se tocó la punta de los dedos índices uno contra el otro cortando el contacto visual.

─ Por favor, nada es muy pronto si es contigo, tú sabes que soy ansioso, no voy a esperar una vida entera para tener hijos contigo, pichón, ¡la vida es ahora!

Tenía razón, tenía toda la maldita razón, la vida es ahora y Zenitsu no la desperdiciaría esperando, ¿quién sabe si Tengen estaría al día siguiente y no en un cajón?, él necesitaba ser feliz, necesitaba saber de su bebé.

─ Es cierto...─ masculló el menor─ ¡Es cierto!─ y levantó la cabeza con brillo determinado en sus ojos─ ¡Tengen, es cierto, la vida es ahora!

─ ¡¿Lo ves?! ¡Me encanta cuando muestras toda tu energía! ¡Es tan extravagante!

─ ¡Tengen, sí quiero tener hijos contigo, y los quiero ahora!─ exclamó.

─ Hagámoslos entonces...─ para que su novio casi marido se le acercara peligrosamente.

─ ¡P-PERO ESPERA!─ pero Zenitsu interpuso ambas manos─ ¡Escucha lo que tengo para decirte!

─ Seguro, ¿qué es?

"Tendremos un bebé", Zenitsu lo repetía en su mente para que al salir no se le trabara la lengua y quedara como el pedazo de tonto que siempre era en los momentos decisivos de su vida.

─ T-tú... tú y y-yo emmm...

Muy tarde, había empezado a dudar.

─ ¿Hm?

─ T-tú y y-yo... ehhh...

Su cerebro tenía las palabras y, por algún motivo confuso, no las procesaba lo suficiente para encajar letras con símbolos y decir una frase elocuente.

─ E-es que y-yo...

Zenitsu estaba comenzando a desesperarse.

─ ¡Y-yo-!─ y Tengen lo detuvo.

─ Está bien, pichón, no te preocupes, cuando quieras que tengamos hijos estaré listo, mi amigo y yo no te defraudaremos, tenemos una excelente puntería.

Dedicándole un beso en la frente Tengen se fue a guardar la ropa en el ático, y Zenitsu se lanzó de espaldas al sofá, había fallado en contarle la verdad y al mismo tiempo se sentía muy seguro y positivo con respecto al futuro. Era un sentimiento agridulce.

Tengen sería un excelente padre, no cabía duda, y ya era un excelente novio.

─ Tu papá es perfecto...─ susurró el rubio al acariciar su vientre─ y te amará siempre...

Zenitsu se consideraba el ser más afortunado del planeta después de su hijo, el cual tendría un padre que lo amaría incondicionalmente.

─ Hasta que le duela...

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