08. pensamientos correctos
en la sociedad equivocada.

            RIKAKO Y KEN ESTABAN BASTANTE METIDOS EN VER LA TELEVISIÓN, cuando una pregunta hecha por el chico capturó por completo la atención que ambos tenían enfocada en lo que ahora lucía bastante irrelevante.

            ─¿qué piensas sobre los ghouls? ─al momento de preguntarle aquello, sus ojos abandonaron la pantalla y se posaron en el rostro de rikako, mismo que yacía cubierto con los reflejos de los colores del televisor. se le veía confundida, luego conflictiva por la pregunta.

            ─para ser honesta, estoy terriblemente aterrada de ellos. ─rikako respiró en un son profundo, tomando una pausa─. pero, no los culpo por comer personas, incluso si es incorrecto que yo lo diga. ─sus palabras, contradictorias a los oídos del chico, provocaron que él frunciese el ceño.

            ─¿huh? ─preguntó. ahora él también estaba confundido.

            ─quiero decir, por obvios motivos no apoyo que las personas maten otras personas, pero los ghouls lo hacen por motivos de alimentación. ellos viven sus vidas diarias, siguen adelante a pesar de sus tragedias, comen, beben, solo para seguir aquí. probablemente sean más miserables que nosotros, viviendo una vida de engañar personas usando su felicidad falsa. ─se explicó─. habiendo dicho eso, no tengo una opinión sobre ellos. ─finalizó, encogiéndose de hombros. ken se echó hacia atrás y tomó una uva del tazón de frutas.

            ─sí, estoy de acuerdo. pienso que son como forajidos para los humanos. podrías estar parado frente a ellos y verles, ¿y cómo podrías entender su desgracia? ¿su duda de su superioridad en poder? ¿cómo podrían ellos, de vuelta, entendernos a nosotros? ambos nos cancelamos al otro ─acotó él. rikako sonrió por las palabras de ken.

            ─de alguna forma, son solo humanos con su moralidad y partes puestas diferentes. ─fue la conclusión que rikako le dio a aquello.

el sentimiento de la frente de la chica contra sus labios hizo
que su espina dorsal temblara. una vez rikako se durmió
arropada frente a él, ken lloró por la suerte que tenía.

error.
n

o tenía nada de suerte.