eerste - first
Un año después.
Desde que Marcy conoció a Brian Cruyfford, su vida cambió profundamente. Pasaban todos los días juntos, compartiendo risas y momentos en el vasto campo de tulipanes que se extendía hasta donde alcanzaba la vista. A veces jugaban, dejándose llevar por la brisa y el colorido mar de flores; otras veces paseaban por los alrededores, visitando algunos lugares de Ámsterdam.
La confianza entre ellos creció. Con el tiempo, comenzaron a compartir aspectos más íntimos de sus vidas. Marcy se enteró de la muerte del hermano de Brian, una tragedia ocurrida cinco años atrás que dejó una cicatriz profunda en su familia. Le habló de Karel, su hermana gemela, quien solía ser su compañera inseparable en los juegos de fútbol, pero que, tras la tragedia, se había encerrado en su propio mundo, abandonando el deporte que tanto amaban. A los tres meses de su llegada fue cuando Marcy finalmente conoció a Karel. Al principio, sus personalidades chocaron, pero con el tiempo, aprendieron a tolerarse e incluso se volvieron mejores amigas.
Si había algo que todos sus conocidos notaban era el como Marcy y Brian se volvieron inseparables. Cuando Brian ingresó al AJAX FC, Marcy se convirtió en su asistente, su sombra fiel que lo ayudaba en todo. Aunque solo eran amigos, desarrollaron una relación estrecha, basada en la cooperación y la confianza. Juntos, crearon estrategias de juego innovadoras que Brian ejecutaba en el campo con precisión. Él rubio siempre le daba el crédito a Marcy, y un día el club le ofreció ser la mano derecha del entrenador. Marcy aceptó sin dudarlo, organizando su tiempo entre la escuela y su nuevo trabajo.
También había tomado una decisión importante en el ámbito académico: aplicar a la Universidad de Ámsterdam para estudiar Psicología. Cuando les contó a sus amigos neerlandeses, Brian le insistió en que dejara su puesto en el club temporalmente, pero Marcy era terca y no consideraba alejarse del club por ahora.
En esos meses en los Países Bajos, una noticia traída desde Asia la desconcertó. Karel le mostró un titular que decía: "El sol naciente cae ante el reino del norte". China había vencido a Japón a pesar de contar con sus mejores estrellas. Aunque se sorprendió, Marcy no tenía tiempo para preocuparse por la situación japonesa; después de todo, ya no tenía nada que ver con ellos.
Con el pasar del tiempo, varias sorpresas llegaron para Marcy. La KNVB (Real Federación Neerlandesa de Fútbol) le envió una invitación para formar parte del equipo técnico de la selección holandesa. También recibió invitaciones similares de la KFA (Asociación de Fútbol de Corea) y la JFA (Asociación de Fútbol de Japón). Cada carta llevaba recomendaciones de personas clave: en Países Bajos, el scoutman Dennis Kramer y los hermanos Cruyfford; en Corea, Huh Minji; y en Japón, Munemasa y Takako Katagiri. Esta vez, Marcy decidió aceptar una de las invitaciones, pero la pregunta era: ¿Cuál selección sería la afortunada? ¿Su Corea natal, la tierra que le hizo amar el fútbol, o Países Bajos, que llegó a ella como una jugada del destino?
—Debiste decírmelo antes, me cayó de sorpresa —Marcy reclamó a Karel, su voz se cargaba de sorpresa y algo de reproche.
—Pues era eso, una sorpresa —contestó Karel con una sonrisa juguetona.
—Me alegra que por fin decidieras volver al fútbol. La selección debe tenerte mucha confianza.
—¿Y tú, Marcy? ¿Piensas aceptar? Mira que por ti firmé algo —dijo Karel, mirándola con curiosidad.
Marcy se mantuvo en silencio.
—Vamos, no todos los días una Federación te pide formar parte de su directiva —le respondió Karel con una mezcla de gracia y seriedad.
Ella negó con la cabeza. "Si supieras", pensó. Estaba muy confundida y, después de una semana, aún no había respondido a ninguna de las cartas. La invitación de Japón le provocaba un vuelco en el pecho, recordándole cómo había dejado todo atrás. Con Corea no tenía mucho que decir, y con Países Bajos se sentía muy honrada.
. ⋅ ˚̣- : ✧ : – ⭒ ⊹ ⭒ – : ✧ : -˚̣⋅ .
El campo de tulipanes se había convertido en su refugio, el lugar donde encontraba paz y claridad. También era el punto de encuentro con Brian, donde solían sentarse cerca de un árbol, algo alejado de las flores.
Ellos decidieron encontrarse ese día, con una hora en especifico que el chico no cumplió, eso era raro, por lo cual Marcy se detuvo a esperarlo unos minutos mas, se sentó, no tuvo que esperar mucho él rubio casi que llegó como un rayo.
—Lo siento, había una reunión y como capitán debía asistir —dijo al llegar, su voz se escuchaba entrecortada por la prisa, cuando ella lo miro parecía que este había corrido la carrera de su vida.
Él también se sentó a un lado de ella.
—Tranquilo, no tienes que explicarme —contestó Marcy—. Pero soy muy curiosa, ¿de qué era la reunión?
Brian sonrió con ternura—. La Federación quiere organizar una campaña por varios países de Europa y Asia.
Brian le contó cada detalle de la nueva propuesta, diseñada para prepararlos para el mundial juvenil que se celebraría en dos años.
—Marcy, quieren una respuesta ya.
Ella guardó silencio no esperaba algo tan directo, sus pensamientos comenzaron a revolotear como mariposas inquietas.
—¿Pasa algo? —preguntó Brian, con una preocupación sincera.
Marcy negó con la cabeza, aunque su rostro la delataba.
—Vamos, no mientas. Eres muy transparente, Marcel.
"Marcel..."
Nunca esperó sentirse tan mal al escuchar su nombre de pila. Ese tema siempre se complicaba cuando se trataba de Brian. Aunque sabía que él no lo decía de mala forma, el no escuchar el "Marcy" como era de costumbre le hacía sentirse rara, expuesta a una tormenta de emociones. Cada vez que él la llamaba "Marcel," sentía un escalofrío recorrer su columna, una mezcla de extrañeza y desasosiego. No entendía por qué un simple nombre podía desatar tal tumulto en su corazón.
—Te he contado lo que pasó antes de venir a Países Bajos
Brian asintió.
—Japón y Corea también me mandaron algo.
—Entiendo lo de Corea, pero...¿Por qué Japón? —cuestionó Brian, su tono de voz ocultaba algo que Marcy no logro descifrar en ese momento.
Para Brian, escuchar sobre Japón le generaba cierto malestar, una sensación que lo inquietaba profundamente, especialmente cuando cierta persona de la que Marcy le había hablado aparecía en su mente. A diferencia de Marcy, él parecía entender completamente sus propios sentimientos.
—Japón siempre me ha querido en su equipo, Brian.
Brian no dijo nada más. Marcy comenzaba a mirarlo de reojo y justo cuando iba a hablar, Brian colocó algo en su cuello.
Una medalla de oro, brillante y reluciente como el sol. Esa medalla era de Stijn, el verla con ella causo cierta sorpresa para si misma.
—Elige lo que creas mejor para ti, Marcy.
Con esa acción Brian le daba un mensaje muy sutil, Marcy simplemente lo tomo, pues esa medalla le confirmó el camino que debía seguir, de ahora en adelante.
opiniones de the new marcy?👀
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro