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two

-No puede ser... -cerró sus ojos y suspiró luego de ver la hora en su celular y dejarlo caer sobre la mesita de noche de vuelta.

Tiró de las sábanas que anteriormente cubrían su cuerpo y saltó de la cama, dirigiéndose lo más rápido que pudo hacia su cuarto de baño.

Había ignorado totalmente el sonido de la alarma y ahora estaba veinte minutos retrasada.

Se duchó más rápido que nunca y apresuradamente pasó a colocarse el uniforme y lavarse los dientes.
Corriendo hacia la puerta para salir lo más pronto posible y no perder ni un minuto más, tiró de su mochila y se la colocó sobre los hombros, mientras que en la parada del autobús, solo rogaba por que este no fuera a tardar más de cinco minutos mientras movía su pierna derecha con impaciencia.

La noche anterior y parte de la madrugada, se la había pasado terminando de escribir un ensayo que valdría el cincuenta por ciento de su nota, por lo que no podía permitirse sacar una baja calificación.
Mucho menos en la asignatura de la señorita Kim.

Esto la llevó a recordar que había estado dejando del lado su plan al encontrarse tan ocupada con la cantidad de tareas pendientes de las últimas dos semanas, pero eso no significaba que lo había olvidado. Estaba segura de que encontraría el momento perfecto para retomarlo.

Finalmente llegó a la escuela, sintiéndose realmente nerviosa, pues no sabía qué excusa utilizar, que no fuera la verdadera, para explicar su retraso a la clase.
Inhaló profundo antes de abrir lentamente la puerta del aula, observando cómo todos inmediatamente desviaban su atención hacia ella, y su profesora callando al notar la presencia de la chica.

-¿P-puedo pasar? -preguntó con cierto temor a perderse esa clase si llegaba a recibir una respuesta negativa.

La seria mirada de la señorita Kim se mantuvo sobre ella por unos segundos más, antes de que le indicara solo con un asentimiento de cabeza que podía hacerlo.

-Gracias -musitó con la cabeza baja al pasar frente a ella.

-Quisiera hablar contigo al finalizar la hora -determinó con la misma seriedad.

Lisa asintió en silencio y con una última mirada hacia ella, la señorita Kim continuó con la clase. También recibió una mirada cuestionante de parte de Jisoo, la cual fue respondida con un encogimiento de hombros, para luego proceder a abrir su cuaderno y empezar a tomar apuntes.

[...]

La clase acabó largos minutos después, en los que el corazón de Lisa se vio acelerado mientras esperaba a que todos salieran del aula hasta quedar a solas con su maestra.
Se acercó a su escritorio con las manos entrelazadas al frente de su cuerpo y su cabeza un poco gacha.

-Señorita Kim, quería hablar conmigo, ¿cierto? -musitó despacio.

-Así es, pero no te quitaré mucho tiempo -Jennie se levantó de su silla y empezó a caminar lentamente hacia Lisa-. Me gustaría saber si está ocurriendo algo de lo que preocuparse contigo. Quiero decir, últimamente pareces estar un poco desenfocada en mi materia, además de que hoy has llegado tarde, y eso no parecía ser un problema antes.

Sus palabras la tomaron por sorpresa, cuestionándose internamente si alguna otra vez le había visto interesarse por cualquier alumno, pero no lo recordaba realmente, lo cual la llevó a pensar que no era así.

-Yo... no quiero mentirle -jugueteó nerviosamente con sus dedos-. No escuché mi despertador esta mañana, es por eso que me retrasé. De hecho, siempre tomo el autobús a la hora correcta. Lo lamento, señorita Kim, intentaré que no vuelva a suceder.

-No te preocupes, eso espero -Lisa pudo jurar que casi se desvaneció cuando apartó su mirada por unos segundos para tomar una hoja de su escritorio-. Ahora, hay algo más que me gustaría mencionar, y es que he notado que tienes muy buenas calificaciones, no solo en esta asignatura, sino también en las demás. Por lo tanto, podría sugerirte que no desvíes tu atención de lo que verdaderamente importa, sería una lástima que tus calificaciones bajaran.

Lisa no sabía qué hacer o decir con exactitud, en su mente solo existía la duda entre si había ido a la escuela, o se había quedado dormida y esto estaba siendo un sueño.

-Ah... muchas gracias, señorita Kim -le sonrió nerviosamente-. Realmente intento hacerlo lo mejor posible, no quisiera decepcionar a mis padres y que me obliguen a vivir con ellos de nuevo.

Jennie colocó una expresión en su rostro que denotaba un poco de sorpresa ante la confesión de su alumna, sin esperárselo en lo absoluto de su parte.

-¿A qué te refieres? -frunció el ceño con confusión-. ¿Vives sola?

-Sí, es algo así como un trato que realicé con ellos. Yo obtengo buenas calificaciones en la escuela, y puedo mantenerme alejada de ellos y su inestable ritmo de vida -En cuanto terminó de hablar, se arrepintió de lo que había dicho, apretando sus labios al creer que estaba dando información no requerida por su maestra-. Lo siento, no debí hablar tanto.

-Tranquila, creo que será mejor que te des prisa para llegar a tu siguiente clase -indicó Jennie, guardando sus dudas para sí misma y así evitar incomodar a la menor-. ¿Necesitas que te acompañe para que no tengas problemas con tu profesor por el retraso?

-Por favor -Lisa asintió sonriendo levemente y ambas se encaminaron al salón correspondiente.

Una vez en la puerta de este, Jennie golpeteó suavemente con sus nudillos. El profesor abrió la puerta con una expresión un poco disgustada, antes de notar que la señorita Kim se encontraba con la alumna en cuestión.

-Señorita Kim, buenos días.-hizo una pequeña reverencia y miró a Lisa.

La mano de Jennie se posó sobre la cintura de la menor al momento en el que se dispuso a explicar el motivo de su tardanza al profesor, provocando el fuerte palpitar de su corazón y un pequeño escalofrío que recorrió la zona de sus hombros. Pasó saliva con dificultad e intentó mirar de reojo a su maestra, quien parecía totalmente ajena a lo que había causado en todo su sistema nervioso.

-Buenos días. Le ofrezco una disculpa por la tardanza, solicité que la señorita Manoban permaneciera en el salón al final de mi clase para tratar unos temas de importancia. Espero que no tenga problema con ello.

-En lo absoluto. Pasa adelante, Lisa -el profesor se movió para que la chica pudiera entrar al salón y luego se despidió de Jennie.

Sus cuerpo temblaba, su sonrisa nerviosa no se borraba de su rostro y no pudo prestar ni una pizca de atención a la clase impartida, corriendo con tanta suerte de que el profesor no le preguntase nada sobre el tema, pues en su mente se reproducía una y otra vez la sensación de la mano de su maestra apenas rozando su cintura, mientras hablaba con el profesor.

Su atención volvió a la realidad de golpe cuando escuchó el timbre sonar, levantándose rápidamente y guardando sus cosas para después dirigirse hacia los baños de la escuela.

Estuvo buscando su celular en alguno de los bolsillos de su mochila, pero no podía encontrarlo, hasta que verificó el bolsillo de su falda y lo encontró ahí. Sin embargo, no esperaba que un pequeño papel amarillo cayera de este, por lo que se inclinó para recogerlo y lo leyó mientras continuaba su camino hacia el baño de chicas.

"este es mi número por si alguna vez lo necesitas: +82-165-5577-924"

Dejó de caminar al leerlo y quiso golpearse en el rostro para comprobar si lo que le estaba pasando era real. En ningún momento pudo sentir algo entrar a su bolsillo, y supuso que había sido todo tan sutil que se asustó un poco.

A este punto, la señorita Kim solo estaba tratando de ser amable o su mente estaba yendo más allá con las interpretaciones y con suerte tenía sus mismas intenciones.

En cualquier caso, ambas podrían ayudarla a conseguir lo que necesitaba, aún si eso requería de cierto esfuerzo por su parte.

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