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four

"Tres nuevos mensajes de Señorita Kim 😍"

-¡Por fin! -Lisa saltó de su cama y se sentó en ella para atender las notificaciones.

Se había olvidado de que la noche anterior había tomado el valor para escribirle a su maestra; sin embargo, ahora no sabía cómo contestar, pues al final no había pensado en una buena excusa, pero tampoco pretendía dejarla en visto.

Bostezó y se quedó viendo el suelo por unos minutos. Era fin de semana, por lo que no se preocupó de la hora a la que despertó, pero tenía hambre, teniendo en cuenta que el día anterior ni siquiera había cenado.

Mientras seguía ignorando el hecho de no saber cómo contestarle, se levantó de la cama, buscando sus pantuflas, y entonces su vista se posó en uno de los costados de su cama, notando que su mochila se había caído de esta. Fue ahí cuando la idea vino su mente y sonrió ladinamente, aún somnolienta.

Rápidamente levantó su mochila del suelo y comenzó a buscar entre sus demás útiles, su cuaderno correspondiente a la clase de la señorita Kim. Buscó la última página en la que había escrito la clase y luego tomó su celular.

No hay problema ☺️
10:07 am
En realidad, no quisiera molestar,
pero sucede que me surgieron algunas dudas
10:07
Es sobre el tema que vimos en la última clase
10:08
Me preocupa fallar el próximo examen 😓
10:08 am

¿Te refieres al de las relaciones sintácticas? 🤔
10:19 am
Creí que había dejado muy claro ese tema
10:19 am

Si bien Lisa lo había comprendido a la perfección, su cerebro recién despierto no le permitió pensar en algo mejor, pero ya estaba ahí y no se acobardaría ahora.
Fue hacia el baño y lavó su rostro, sintiendo el hambre apoderarse de su estómago, por lo que después bajó hacia la cocina y tomó una manzana de la encimera, mientras volvía a la conversación con su maestra.

Ayer estuve repasando un poco
y me di cuenta que aún
no lo comprendo completamente :(
10:24 am

Me parece extraño viniendo de ti,
pero no te preocupes, podemos
hacer algo para ayudarte con eso.
10:25 am
¿Estás libre hoy?
10:26 am

Lisa expandió sus ojos en sorpresa y casi se atraganta con su manzana al leer el último mensaje.
Su corazón empezó a latir fuerte dentro de su pecho y no supo cómo interpretarlo.

Claro que estaba libre, pero no esperaba que su plan fuese a consumarse tan rápido.

Terminó su manzana y tiró lo sobrante al bote de basura bajo el desayunador. Preparó un pequeño plato con cereal y leche, y lo llevó hacia la sala, en donde se sentó en su cómodo sofá y prendió la televisión. Luego tomó su celular de nuevo y le contestó a su maestra.

Estoy completamente libre hoy
10:32 am

Bien, ¿te parece si voy a tu casa a las 2:00 pm?
10:34 am

Claro 😁
10:35 am

Lisa, boquiabierta, dejó caer su celular a su lado.
La señorita Kim llegaría a su casa por la tarde a explicarle de nuevo, solo a ella, un tema que sí había comprendido, pero que de igual manera se convirtió en su excusa para conseguir tener una conversación con ella.

Llegaría a su casa...

¡Pero su casa estaba hecha un desastre!

Miró a su alrededor y se topó con ropa tirada por cualquier lado, el lavavajillas casi lleno, la sala de estar con algunos de los cojines desordenados, y sus zapatos bajo la mesa del comedor.

Apretó sus labios y suspiró bajo. Terminó su cereal rápidamente y se encargó de lavar todos los platos acumulados de hace dos días. Recogió la ropa tirada por todo su apartamento y la metió a la lavadora, suponiendo que estaba sucia.
Sus zapatos los llevó hasta su habitación y los guardó donde era debido. Después bajó nuevamente y se dispuso a barrer, quitando cualquier rastro de suciedad del piso, para luego intentar hacer ver decente su cocina, ordenando todo lo de la mesa del desayunador y limpiando el comedor.

Cuando menos lo esperó, llegaron las 12:30 pm, así que decidió darse una ducha rápida, pero algo más la detuvo cuando encendió su celular para mirar la hora.

"Tres nuevos mensajes de Señorita Kim 😍"

Oye, Lisa
12:22 pm
¿Te importaría si llego a tu casa un
poco antes de la hora acordada?
12:22 pm
Recordé que debía recoger algo
en otro sitio y me queda cerca

Sí, claro!
12:33 pm
No hay problema
12:33 pm

Claro que había problema. No estaba lista.

Inevitablemente se preocupó, puesto que no sabía cuánto menos era "un poco antes" de la hora que le había dicho, si eso era mucho o era poco. Tal vez ni siquiera tenía mucho tiempo y lo estaba perdiendo.

Corrió hacia el cuarto de baño y se desnudó rápidamente, entrando a la ducha y siendo recibida por la relajante lluvia de su regadera. Cerró sus ojos mientras quitaba el shampoo de su cabello y luego se aplicaba cuidadosamente el acondicionador.

Pero aproximadamente quince minutos después, cuando estaba por apagar la regadera, escuchó cómo el timbre sonaba por todo su hogar, y se quejó audiblemente con un gritito.
No había podido vestirse siquiera, pero se negaba rotundamente a recibir a su maestra en toalla.

Salió corriendo cuidadosamente del baño y tomó lo primero que encontró en su armario al abrirlo: un short de algodón gris y una camiseta celeste sin mangas, se puso sus tenis y bajó las escaleras corriendo.

El timbre volvió a sonar y su corazón dio un brinco por la presión que sentía en ese momento.

Quitó el seguro de la puerta y abrió inmediatamente, encontrándose con su maestra, quien se veía totalmente hermosa, como ya era usual. Aunque, a decir verdad, esta vez vestía ropa distinta a la que usaba en la escuela, que por alguna razón le hacía percibirla un poco más juvenil.

-Buenas tardes, señorita Kim -Lisa hizo una pequeña reverencia y en ello sintió su cabello gotear.

-Hola, Lisa -Jennie le sonrió y Lisa se apartó para permitirle pasar-. Veo que no fue buena idea venir antes.

-No, no, yo... lo siento mucho. Es que, leí sus mensajes cuando ya era muy tarde, y pensé que tendría tiempo de tomar un baño -Lisa contestó apenada e intentó alzar su cabello para que no siguiera goteando.

-No te preocupes, puedes terminar de arreglarte.

-¿Sí? Prometo no tardar, regreso enseguida.

Jennie asintió y la castaña se fue corriendo hacia su habitación de nuevo, recordando en el camino que ni siquiera le había indicado a su maestra que podía sentarse, y se regañó mentalmente por haber olvidado algo tan básico.

Por lo tanto, retractó su camino y regresó de inmediato hasta donde se encontraba la mayor, sintiendo mucha vergüenza consigo misma al verla de pie atendiendo su celular.

-Señorita Kim, discúlpeme. No sé dónde están mis modales -Lisa apretó sus ojos unos segundos y continuó-. Siéntese por favor, ¿le gustaría tomar algo?

La señorita Kim esbozó una pequeña sonrisa y procedió a tomar asiento en el sofá de la sala de estar, colocando su bolso a su lado-. No, pero eres muy amable, Lisa. Gracias.

La castaña asintió y regresó lentamente hacia las escaleras, directo a su habitación.
Esta vez, al entrar, buscó entre su ropa los shorts de mezclilla más decentes que tenía y luego se colocó una sencilla blusa corta de color amarillo. Cambió sus tenis deportivos por unos tenis blancos casuales, para luego secar lo mejor posible su cabello con la toalla, recogiendo este en una media coleta al final.

Por último tomó su cuaderno y lapiceros, bajando de nuevo hasta donde se encontraba su maestra.

-Listo, volví -dijo, sonriente.

La señorita Kim observó su cambio de ropa y se le escapó una mínima sonrisa, antes de levantarse del sillón junto con sus cosas.

-Bien, empecemos entonces -se limitó a decir.

Se dirigieron hacia la mesa del comedor y ambas colocaron sus cosas ahí, tomando asiento una al lado de la otra.
El corazón de Lisa se agitaba cada vez más, la situación era en cierta parte extraña, pero a pesar de esto, el ambiente estaba siendo bastante sereno.

Por el momento, su maestra no era parecida a lo que mostraba ser en clases con todos sus demás compañeros, era más ¿agradable?, no sabía cómo describirlo, pero le hacía sentirse más tranquila.

-Las funciones sintácticas más simples son las de sujeto y de predicado, que son las que te estoy presentando aquí -Jennie señaló uno de sus apuntes-. Como ves, el sujeto es el tema o asunto del que se habla -Lisa asintió, mirando de reojo a Jennie, quien se había acercado un poco más a ella-. Entonces, el predicado es lo que se dice, comenta o aporta acerca de ese sujeto. ¿Lo entiendes así, o prefieres que lo haga con otras palabras?

Claramente lo comprendía, por segunda vez. Lo que no lograba entender es cómo era posible que su maestra, estando tan cerca de ella, no fuera capaz de escuchar los fuertes latidos de su corazón.

Lo único en lo que centraba su atención era en esos labios que pedían a gritos ser acariciados por los suyos, en sus ojos con rasgos felinos mirándola justo después de terminar con su explicación para comprobar que le estaba prestando atención.

-¿Lisa?

-S-sí, lo siento, ¿qué me decía? -la castaña salió de su ensimismamiento y prestó atención de nuevo al presente.

-Necesito que analices estas oraciones -Lisa asintió-. Mientras, ¿puedo usar tu baño?

-Sí, sí, claro. Está arriba, al fondo -indicó con una sonrisa, a la vez que tomaba su lapicero.

La señorita Kim agradeció y subió, a la vez que la castaña se apresuraba a realizar la actividad que su maestra le había brindado, siendo así como finalizó cuanto antes y pudo tomar su celular.
Jennie regresó al cabo de cinco minutos, observando a su alumna con toda su atención puesta en la pantalla del mismo. Tanto, que ni siquiera anticipó que una mano le arrebatara fácil y delicadamente el aparato.

-No se permiten celulares en mi clase -la escuchó decir por arriba de ella.

Levantó su rostro y la observó, sosteniendo una sonrisa ladina en sus labios y con su celular en la mano derecha.

-Y-yo ya... terminé de analizar las oraciones como pidió -dijo, temerosa de recibir una reprimenda de su parte.

Jennie soltó una suave risa burlesca y negó con su cabeza. -Solo bromeaba, Lisa. Déjame ver las oraciones -Lisa soltó el aire que estaba reteniendo y tomó su celular, rozando suavemente la mano de su maestra en el acto.

La mayor se posicionó detrás de su silla y sus dos manos se colocaron a cada lado del cuerpo de la menor, sobre la superficie de la mesa, leyendo desde ahí el trabajo que había hecho con las oraciones. Se inclinó un poco, creando más cercanía entre ambas y volteó a verla luego de unos segundos.

-Muy bien, parece que lo has hecho correctamente -Lisa sintió cómo sonreía un poco a su lado-. Ahora, ¿ha quedado más claro el tema?

Apenas se creía capaz de poder contestar teniéndole a tan pocos centímetros, mas se forzó a hacerlo sin mucha demora.
-Sí, y le agradezco por tomarse el tiempo de venir hasta mi casa, señorita Kim -se giró levemente para mirarle mejor.

La distancia entre sus rostros era demasiado corta, tanto como para alcanzar a percibir su propia respiración entrecortándose al sentir la de su maestra cerca suyo.
Incluso sus miradas se encontraron y se mantuvieron por unos segundos que parecieron ser eternos para Lisa, quien terminó viéndose embelesada por las adictivas facciones ajenas.

Poco a poco, sin pensarlo realmente y estando tan absorta en su belleza, de manera inconsciente fue acortando la distancia. Y ahora más que nunca sintió sus labios hormiguear en ansias por degustar aunque sea un poco de los contrarios, de modo que posó su mirada en ellos indiscretamente.

La mano de la señorita Kim se había colocado sobre su espalda, y simplemente la mantuvo ahí, lo cual le hizo aumentar el temor de que su maestra pudiera escuchar lo fuerte que su corazón latía en su pecho en esos momentos.

Sus labios estuvieron a punto de tocarse, no faltaba nada más que unos cuantos centímetros, mas sus intenciones se vieron arruinadas al momento en que la señorita Kim apartó su rostro y quitó la mano de su espalda, caminando de vuelta hacia su lugar anterior y tomando su bolso.

Lisa apretó sus labios y desvió su mirada, con el ambiente viéndose lleno de tensión de repente.

-Creo que es mejor que me vaya, espero haberte ayudado. Pero aún así, estudia de nuevo -empezó a caminar hacia la puerta principal, siendo seguida por la menor-. No dudes en escribirme de nuevo si tienes alguna duda, ¿sí?

Lisa asintió rápidamente con su cabeza, sin siquiera poder ver a su maestra a la cara por lo avergonzada que se sentía-. De acuerdo, muchas gracias de nuevo, señorita Kim.

-No es nada -la mayor dio un paso fuera de su casa y volteó de nuevo hacia la menor con lentitud-. Por cierto... -lo pensó por unos segundos antes de decidirse a hacerlo-. Te ves muy tierna de esa manera.

-¿A qué se refiere? -preguntó Lisa, subiendo su mirada tímidamente.

-A que me parece muy tierno verte sonrojada y nerviosa -comentó, provocando que la menor bajara de nuevo su rostro, aunque una pequeña sonrisa la traicionó-. Hasta luego, Lisa.

Jennie se despidió agitando su mano sutilmente y se dio media vuelta, empezando a caminar hacia su auto. Subió a este, y al cabo de unos segundos, la menor lo vio desaparecer por la calle, junto con la mujer que acababa de hacerle un cumplido.

¿Acababa de hacerle un cumplido? Ni siquiera podía procesarlo todavía.

Entró de nuevo a su casa y Leo, su pequeño gato, apareció a sus pies, tomándolo entre sus brazos después y apretándolo al brindarle un fuerte abrazo.

-Leo, ¿crees que la señorita Kim también tuvo las mismas ganas de besarme que yo a ella, pero que por alguna razón no sucedió? -preguntó con un puchero a su gatito, recibiendo un leve maullido en respuesta.-. Tienes razón, opino lo mismo. Vamos, te daré de comer, debes tener hambre.

Con Leo entre sus brazos, se dirigió hacia el pequeño espacio de su gatito y volvió a colocar comida en su plato, acariciando suavemente su pelaje cuando este comenzó a comer, a la vez que pensaba en las mil y un formas inexistentes de no querer que la Tierra la tragara la próxima vez que se vieran en clase.

¿Cómo pretendía tener sexo con ella, si la mínima cercanía la ponía tan vergonzosamente nerviosa?

Iba a ser más complicado de lo que pensó y quizás debería considerar pedir ayuda.

[030520]

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