━━━━━━━━━━━━━━━━ 𝗘𝗿𝗮𝗻 𝗹𝗮𝘀 𝟵:𝟬𝟬 𝗽𝗺 𝘆 𝗹𝗮 𝗽𝗮𝘀𝘁𝗲𝗹𝗲𝗿í𝗮 𝘆𝗮 𝗵𝗮𝗯í𝗮 𝗰𝗲𝗿𝗿𝗮𝗱𝗼. 𝗟𝗮 𝗰𝗮𝗹𝗹𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗯𝗮 𝗮𝗹𝗴𝗼 𝗼𝘀𝗰𝘂𝗿𝗮 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗲𝗿𝗮 𝗶𝗹𝘂𝗺𝗶𝗻𝗮𝗱𝗮 𝗽𝗼𝗿 𝘃𝗮𝗿𝗶𝗼𝘀 𝗳𝗮𝗿𝗼𝗹𝗲𝘀 𝘆 𝗹𝘂𝗰𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗰𝗮𝘀𝗮𝘀 𝗷𝘂𝗻𝘁𝗼 𝗮 𝗽𝗲𝗾𝘂𝗲ñ𝗼𝘀 𝗹𝗼𝗰𝗮𝗹𝗲𝘀 𝗮𝗯𝗶𝗲𝗿𝘁𝗼𝘀.

Cuando Josune llegó no sólo vio que faltaban muchos dulces, sino que había un buen de dinero en caja y que su amiga estaba... anonadada.

── ¡TENÍAS QUE MANDARME AL MERCADO! ¡Pude haberme quedado para ver el chisme! ── Expresó la pelicastaña con detalles plateados mientras veía el horno.

── Vamos, no te pongas así. No fue para tanto. ── Mintió Rocío, estaba sonriendo algo raro y mezclando con torpeza unos ingredientes en un bol.

Su amiga alzó una ceja.

── Uyyy si. ── Jugó con sus dedos.── En fin, ¿quién es? ¿Cómo fue? ¿En qué lugar se enamoro de ti?

── No se enamoro, esto no es como en esos fanfics raros de Wattpad.

[🗯]

El albino estaba devorando todo lo que podía en cuanto a dulces ¿Un hombre de 28 años que encima es el mejor hechicero se puede permitir esto?

── Si puedo, solo me controlo... A veces... ── Le sonrió al lector.

Rompiste la cuarta pared, idiota ¿Sabes lo caras que están? ... En fin, algunos clientes -sobre todo chicas- miraban a Gojo era de aspecto atractivo al igual que de extravagante, pero a él le importo poco las miradas.

── Aquí tiene, las cinco cajas que quería para llevar. ── La pelirroja salió de la cocina con cinco cajas de su pastelería llenas de dulces. Las dejo sobre la mesa. ── Uuff.. Parece que de verdad le encantan los dulces... ── Suspiró algo cansada.

── Ooww gracias pero ahora pensé... ¿Por que solo cinco? ¡Pon otras cinco con lo mismo de las demás! ── Dijo en el tono más "bonito" del mundo.

── ¿Este es el padre de Mr Beast o que? ── La pelirroja tuvo en pequeño tic en el ojo, no es que le molestara pero estaba sorprendida y ya se imaginaba a la hora de cobrar. ── Ense... guida...

Estaba algo nerviosa por la presencia de el en su local, no sabía exactamente por qué era ¿Se sentía inferior? ¿Amenazada? No lo sabía pero su estómago y corazón le daban un vuelco extraño.

── Diablos, esas cortezas de Josune no me hacen bien. ── Susurro mientras entraba a la cocina. ── ¿Por que tardará tanto? Sólo le pedí lo imprescindible...

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Josune: ¿¡Por que me pidió que consiguiera lejía de la buena!? ¡Yo que voy a saber cual es buena!

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Luego de haber dado lo demás que pidió Satoru, Rocío se sentó y charlo con el... Ya que la pastelería estaba vacía de no ser por la presencia de ellos dos aprovecharon para charlar, dandose cuenta de cosas uno del otro.

Gojo era un "espíritu libre" si se le podía decir así, era relajado, divertido y bastante infantil. Quizás tenía problemas sin solucionar de la niñez, algo común, creo. También, de cierta manera se notaba que era algo mujeriego.

Rocío por su parte no era tan distinta, también era relajada, divertida pero sin ser extremadamente boluda como lo era el. Además, se notaba un poco su madurez emocional.

Ellos reían, contándose algunas historias o chistes que solo ellos conocían. Era raro pero en esos momentos no se sentían como ellos mismos, sino como amigos que se conocían de toda la vida. Aunque por coincidencia, tenían la misma edad y habían vivido casi las mismas cosas.

── Je, se me ha pasado el día volando contigo, Rocío. Es raro por que los días no vuelan, no se si me explico. ── Trató se hacer un chiste mientras comía una dona.

── Jaja, que chistoso. Almenos no tengo glaseado en la cara...  Limpiate, pareces un Hitler de nata. ── Esbozo una sonrisa encantada.

El reloj de la entrada marcaba las 8:30 de la tarde, a las 9 se cerraba el local pero ¿Dónde rayos se había metido su amiga? Esperaría a qué su acompañante se marchará para poder llamarla.

── Oh, me han explotado a llamadas. ── Dijo Gojo viendo su celular.

── ¿Qué? Vaya, quizás te distraje un poco. ── Se levantó de la silla para poder estirarse.

── Qué va, tres horas no son nada. ── Se burló un poco y rieron. ── ¿Puedo pasar por aquí a menudo? Preparan unas donas que flipas.

Ambos se dirigen a la salida, cargando las cajas que él había pedido horas atrás.

── Claro... No me importaría. ── Esbozo una sonrisa con un leve sonrojo, estaba algo nerviosa.

En lo que llevaban las cajas a su coche para acomodarlas, el le dio algo.

── ¡Tomaaa! Te dije que no era como los de los vídeos de experimentos sociales pero te lo ganaste. ── Satoru había sacado un gran fajo de billetes del bolsillo.

── Ah... Caramba, esto es demasiado. ── Tomó los billetes en sus manos.── Pero ¿No los ha contado? Aquí seguro y hay más de la cuenta.

El iba a entrar en su coche y se sorprendió un tanto por sus palabras.

── ¿Eh?... ¿No te gusta el dinero? ── Se burló.── Nena, eso es para ti. Me devolviste la cartera con todo lo que tenía y me diste todos los dulces que quería, no se tu pero con esos favores yo sí pago lo justo.

── Bueno, si tu lo dices... ¡Pero no creas que siempre seré amable! ── Esbozo una sonrisa de lado.

── Eso veremos.

El se fue en su auto, dejando a la pelirroja con una rara sensación en ella.

── ¿Qué rayos le pondrá Josune a esas cortezas? ── Negaba con la cabeza e iba entrando al local.

Cuando ella estaba apunto de llamar a su amiga por el teléfono que había en la pared de la pastelería, escucho la campanita de la puerta tintinear, significaba que alguien había entrado.

── Disculpe esto esta por ce- ¿¡QUE RAYOS TE PASO!? ──Se le cayó el teléfono de las manos y quedó colgando.

Josune había entrado, llevaba varias bolsas en sus manos y estaba empapada.

── No preguntes.

[🗯]

Ambas amigas salieron del local, muy cansadas.

── Por cierto ¿Qué rayos te paso para que terminarás empapada? ── Preguntó cuando finalizo su parte de la historia.

── Digamos que Japón es como mi país; las personas que limpian el piso de arriba ponen tubos para que pase el agua y... Hoy parecía ser día de limpieza para la mayoría de las casas. ── Fruncio el ceño bastante molesta. ── Para la próxima, tu haces las compras.

━━━━━━━━━━━━━━━━ Nota de autora:
No se.