━━━━━━━━━━━━━━━━ 𝗟𝗮 𝗽𝗮𝘀𝘁𝗲𝗹𝗲𝗿í𝗮 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗹𝗼𝗿𝗲𝘀 𝗰á𝗹𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗯𝗮 𝗲𝗻 𝘀𝘂 𝗺𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗽𝗲𝗿𝗳𝗲𝗰𝘁𝗼, 𝗰𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗻𝗼 𝗵𝗮𝗯í𝗮𝗻 𝗻𝗶 𝘁𝗮𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗻𝗶 𝗽𝗼𝗰𝗼𝘀 𝗰𝗹𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝗲 𝗱𝗮𝗯𝗮 𝘂𝗻 𝗮𝗺𝗯𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗽𝗮𝘇 𝗮𝗹 𝗹𝘂𝗴𝗮𝗿.

En ese mismito lugar trabajaban las dos amigas. Ahora estaban decorando y reponiendo algunos de los dulces que estaban a la venta, ya que no habían pedidos por el momento.

─── Entonces lo llamaste, dime como es... anda. ── Preguntó Josune con una pequeña sonrisa mientras colocaba unas chispas en un cupcake.

─── Su voz es muy... llamativa. ── Recordó esa llamada que había hecho hace unas horas.

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Rocío apoyada en la pared de la estructura de su local, estaba esperando a que su llamada fuera contestada... Llamaba al dueño de la cartera, pudo encontrar su número en una tarjeta que tenía en la misma.

De repente, se escuchó una voz por la línea.

─── ¿Hello? Habla usted con el gran Gojo Satoru, si esta agradecido pulse 1... Si quieres darme un regalo pulse 2 y si esta agradecido y me quiere hacer un regalo... pulse 3. ── Esta broma hizo reír a Rocío.

¿Qué clase de persona se toma el tiempo para hacer esta broma? Tal vez el tipo de la cartera era alguien simpático.

─── Hola, encontré su número en su cartera... Estaba en el suelo por dónde yo voy al trabajo. Quería devolvérsela en cuanto pudiera. ── Explicó sintiéndose atraída por la voz del desconocido.

Lo siguiente le pareció bastante gracioso.

─── ¡¡Eeeh!! ¿¡Se me había caído la cartera!? NO ME HABIA DADO CUENTA. ── Habló de forma infantil, desde donde estaba se revisaba los bolsillos.

─── Bueno, ahora te das cuenta ¿No? ── Se burló sonriendo de lado.

─── En todo caso... ¿Dónde te puedo encontrar? ── Se notaba un poco de picardia en su voz.

Le avergonzo que le hablaran en ese tono, y ya de por sí se sentía extraña escuchando la voz del desconocido.

─── En la pastelería _____, trabajo allí así que nos podemos ver cuando quieras. ── Sus piernas y estómago estaban reaccionando de manera extraña mientras hablaba.

─── OH... que suerte. ── Desde donde estaba sonreía ampliamente... pensando en todos los dulces que devoraria. ── Estare pronto ahí, muñeca.

─── ¿Muñeca? ¿Qué es esto, un programa de los 80? ── Pensó nerviosa.── Nos vemos entonces...

La llamada finalizo, sus piernas y estómago dejaron de tener reacciones extrañas, era raro, nunca le pasaba. Quizás y sólo necesitaba desayunar.

─── Mierda, olvide preguntar como era... No tengo su DNI en la cartera, joder. ── Se golpeo suavemente la frente con la palma de su mano.

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Mientras Rocío terminaba de contar la historia, preparaba algunas bandejas con dulces que vendía. Josune la miraba y movía sus cejas de manera sugestiva.

─── ¿Entonces te puso nerviosa la voz de un desconocido? ── Ladeo la cabeza.

─── Pues si. Nunca me había pasado eso con nadie... Tenía una voz profunda pero divertida, y era en si divertido... Quizás y solo estuve así antes por no desayunar. ── Alzó los hombros.

─── Te entiendo... ¿Sabes? Hay un cliente muy guapo que viene frecuentemente... No se su nombre pero parece serio y tranquilo... Justo como me gustan... Sólo le he servido sus pedidos pero quiero hablarle de tu a tu. ── Sonrió ampliamente recordando al cliente.

─── Ja, solo recuerda no espantarlo... ¿Podrías ir al súper a comprar un par de ingredientes? Los necesito para terminar un pedido grande. ─── Pidió Rocío con ojos de cachorro a su amiga.

─── Vale ¿Que tanto debo comprar? ─── Preguntó Josune antes de recibir una lista y sorprenderse por las cifras. ─── Por las chanclas de Moisés...

Luego de un rato, Rocío se había quedado con unos pocos clientes y aprovecho para salir a la terraza. Estaba esperando al dichoso dueño de la cartera que ya tardaba. Se recostó sobre la estructura de su local de brazos cruzados.

Solo vio a unas pocas personas pasar de largo frente a ella... Se sintió solitaria por varios minutos hasta que vio un auto oscuro aparcar frente a ella. Del mismo salio un hombre de gran estatura y con el cabello blanco, llevaba unos lentes oscuros que aun dejaban ver sus ojos.

─── Oh, que lugar más pintoresco... ─── Mencionó el hombre sonriendo.

Su voz hizo que el estómago de Rocío volviera a dar una reacción extraña y sus piernas flaqueaban levemente. Era el tipo de la cartera. Cuando el la miró sintió que se le iba el aire de sus pulmones.

─── ¡holaa, linda! ¿eres la chica que tiene mi cartera? ── Agitó su mano en forma de saludo y camino hacia ella. ─── Qué mal... No se tu nombre.

─── ... ¿Tu eres ...? ── Aclaro la garganta. ── ¿Gojo Satoru?

─── Ese soy yo, ¿Y tu? ─── Sonrió suavemente viéndola bajo la cinta.

La pelirroja con las manos temblorosas por los nervios sacó de su bolsillo la cartera de Satoru y se la mostró.

─── Aquí está tu cartera... Estaba tirada cerca de mi local así que la recogí. Puedes revisar que no tome... nada tuyo. ── Hizo algunas pausas en su frase debido a sus nervios.

¿Por que se ponía así por alguien que apenas conoce?

─── Qué humilde de tu parte... si esto fuera uno de esos videos de experimentos sociales te daría todo lo que tengo en esta cartera... ── Se quedó callado unos minutos. ── Pero eso quizás esta muy visto.

Aquel comentario la hizo reír.

─── Soy Rocío... Rocy para los amigos. ── Sonrió con confianza.── ¿Quisiera entrar a probar algo?

Bajo la cinta, los ojos del albino se iluminaron... Era innegable que le encantaba el dulce, se lo podría comer todo... y los dulces también.

─── Claro que si ¿Tienes pasteles de chocolate? Oh mejor... ¿Cuántos pasteles tienes? ── Entro emocionado al local detrás de la pelirroja.

Desde ese instante se dio cuenta de dos cosas... 1; se tendría que pasar la noche con Josune para hacer más pasteles y 2; se sentía atraída por el aura que desprendía Satoru ...

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━━━━━━━━━━━━━━━━ Nota de autora:

Esta historia está escrita con humor, humor cringe pero humor..