Capitulo donde Louis escribe su articulo. Pueden leerlo o descender hasta un poco más abajo donde ya hay narración. 

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Teclea con velocidad sabiendo que la hora de entrega se acerca. Solo debe pulir algunas palabras y podrá terminarlo sin retardo alguno. 

La voz de su madre, la voz de Liam y los momentos vividos con Harry convergen para crear una narrativa totalmente diferente a lo que suele trabajar. Tal vez un poco más suelta, un poco más directa.
Hace horas que su amigo esta dormido en esa pequeña cama individual que comparten. Por lo que solo tiene en compañía un susurro en los auriculares que ya puede tararear sin pensarlo dos veces. 

Cierra los ojos, disfrutando de su voz.
Es como tenerlo cerca.

" Ya me sentiré patético después "

Sonríe, dando a la perfección con la palabra siguiente. 

No sabe cuanto tiempo transcurre, no tiene un espacio libre para detenerse a mirar el reloj. Solo escribe hasta que sus dedos duelen y pasearse entre las teclas roza lo doloroso. 

Lo lee tres veces antes de saber que esta listo, y contra todos sus hábitos de rutina, se limita a imprimirlo. Suelta una maldición cuando el papel se atasca y entonces corre descalzo por los edificios administrativos esperando encontrar al profesor aun en su despacho.  

Poco importa aparecerse en pijama y con el cabello desordenado, y ni siquiera repara en dolor punzante sobre sus dedos al salir corriendo demasiado rápido y golpearse contra el pilar de la sala de estar. Pues encuentra al señor Bruce a penas a tiempo.

Con el cuello de la camisa aflojado y un maletín rebosante a punto de salir de su oficina. Le toma un intercambio de miradas y finalmente el hombre extiende la mano.

Louis le entrega las hojas calientes por la impresión en una elegante carpeta negra.

— Ya era hora, Tomlinson.

Y entonces entran de nuevo.

Solo le queda esperar a que sea suficiente. 

Libertad. 

Una palabra con múltiples interpretaciones que pueden variar desde la belleza que tiene el actuar hasta las terribles consecuencias de sus implicaciones; y una de las características más distinguidas de este espectro de interpretaciones recae en que nosotros -como sociedad- poseemos la capacidad de trasnportarnos de un extremo a otro en un solo parpadeo. 

En palabras más simples, la libertad es una virtud inherente de la raza humana, y por tanto como cualquier otra virtud, tenemos el poder de corromperla. 

Y es esta misma la razón por la cual puedo afirmar con certeza que cosas tan mundanas como las leyes, las obligaciones y las mismas limitaciones morales no representan más que una limitación para la libertad en si. Pero no de una forma negativa, si no como una  auto impuesta prisión que nos obliga a regular la manera en la que pensamos, sentimos y actuamos. 

Esta perspectiva que llega a rozar las ideas existencialistas tiene su origen en que el individuo tiene la responsabilidad absoluta sobre su existencia. No hay excusas para nuestras acciones, y consecuentemente, es a través de ellas que vamos definiendo toda forma de vivir para la raza humana. Conocer esta realidad viene con la solitaria angustia del peso de nuestras acciones. 

Y es un peso que no todos tienen la capacidad de soportar. 

Es esta la causa del porque hemos creado múltiples sistemas que, de una forma u otra, limitan el curso de nuestras acciones. Así, es que hemos llegamos a construir nuestra realidad a base del miedo hacia nosotros mismos. Y como resultado nos encontramos en la necesidad de preguntarnos: ¿si es esta la premisa central realmente podemos hablar de libertad?

¿O tal vez solo de la ilusión de la misma?

La tesis primeria de este articulo se basa en esa segunda opción. En palabras de Nietzsche, hemos creído que una mentira repetida mil veces  eventualmente llega a convertirse en verdad. Pero también es cierto que Descartes dijo que en orden de comprender la verdad es nuestro deber borrarla, y que es solo a través de la duda que podemos llegar a efectuarlo. 

Creo con firmeza que nuestra valorada libertad, esa que defendemos con tanta viveza, es solo parte de una mentira disfrazada de verdad, una que ha sido dicha a traves de los años, pasando de generación en generación. 

Solo parte de la caverna en la que somos prisioneros. 

De forma que, en orden de atravesar esa prisión y romper las cadenas de las mentiras que nos atan necesitamos entender que la verdad se encuentra creada por múltiples realidades en lugar de solo lo que nos dijeron que somos capaces de ver.

Y al hablar de la ilusión de la verdad como un fenómeno enteramente humano, nos corresponde encontrar una solución de la misma naturaleza. David Hume establece que hay dos formas de interpretar la realidad: a partir de las impresiones, y de las ideas. Las impresiones corresponden a lo que hemos vivido y todo lo que sentimos en consecuencia, mientras que las ideas son las copias de las impresiones que llegamos a procesar para entender lo que hemos vivido. 

Podemos crear múltiples ideas de una impresión, pero incluso si somos capaces de crear toda una nueva idea sin una base detrás, no podemos replicar ni crear una impresión. Es esta la razón por la cual Hume concibe estos conceptos como un complemento en lugar de dos términos opuestos. Porque los sentidos por si mismos representan lo primero que puede llegar a engañarnos. Pero también lo que tomamos por conocimiento, sin ningún apoyo, puede ser manipulado de la manera que se ha hecho toda nuestra historia. 

Hemos estado tan concentrados en la importancia de nuestra libertad individual que hemos caído en ese miedo que tanto intentamos ocultar. Voluntariamente seguimos regresando a lo mismo hasta quedar atrapados en un bucle de ilusiones y errores. 

No somos seres libres, y en este momento, no podemos convertirnos en una sociedad libre. 

No, a menos que asumamos la responsabilidad de nuestra existencia, con toda la angustia y miedo que eso conlleva; y con ello, podemos comenzar a entender la verdad por lo que es: una suma que hace un todo.

Es solo la integración de nuestra historia, personal y colectiva, con las batallas ganadas y las batallas perdidas, la integración del conocimiento con cada una de sus divisiones y todas sus sub-corrientes; es solo a través del asumir la dualidad de nuestra existencia que podemos hacerle frente al miedo, al vicio y la tentación. Para finalmente encontrar algo de balance en la verdad. 

Para finalmente dejar de ser un forastero y reclamar nuestra libertad, y no solo la ilusión de la misma. 

Tenemos que desaprender y borrar todo lo que hemos aprendido en orden de convertirnos en algo más que una pieza de incredulidad. En orden de despertar, cambiar, en orden de recuperar un poco de esperanza. 

Porque el reloj esta corriendo, y con cada segundo que pasa caemos detrás. Y todo lo que se, es que personalmente me encuentro cansado de esta maldición disfrazada como liberación. 

Al final, ¿Qué es la vida si no esa prueba misma?

La respuesta que demos será el determinante de que tanto tiempo dejaremos pasar, y de cuanto tiempo más seguiremos siendo prisioneros de la libertad. 

Los minutos nunca habían sido tan largos como en ese momento. Observar el rostro de su mentor al leer cada palabra genera un nudo sobre su estómago que sólo aumenta al paso de los segundos.

Desea prender un cigarrillo. Pero ha dejado su cajetilla junto al computador, así que solo se limita a tronar sus dedos y jugar con sus manos en un intento de calmar su nerviosismo.

— No es lo que esperaba — dice tras acabar con la espera.

Louis debe de contener la respiración.
Pero no cierra los ojos, lo que sea que tuviese que decir, lo recibiría con la frente en alto.

— Tu narrativa ha cambiado. Y no es una historia concisa. Siempre fuiste muy claro con los objetivos de tus historias. Así que dime William, ¿en qué estabas pensando?

" En unos ojos verdes y una sonrisa perdida, profesor "

— En la industria musical, señor. Pase unos días en L.A. junto a mi familia y no toma mucho darse cuenta de las opresión que el espectáculo trae consigo. Hay muchos sueños abandonados y sacrificios no dichos, cosas que hemos tomando como parte de una normatividad en todo nivel. No sólo en Hollywood. Todos lo hacemos, todos los días y me parece justo cuestionarnos el porque.
Es peor que estar dormido y aquellos que se atreven a despertar pronto son silenciados.
No existe un objetivo, profesor, porque sería como disparar al cielo.

Y entonces. Sonríe.
El color parece regresar a su rostro.

— Nunca decepcionas Tomlinson. Es angustiante, y me encanta. Seguro que a la editorial también.

Debe reprimir las ganas de reír y el impulso de brincar por toda la habitación.

— Excelente — es todo lo que dice.

— Querrán hacerte preguntas. Hace un tiempo que no publicamos nada tan directo, ¿confío en que estarás preparado?

— Absolutamente, señor.

— Bien, entonces me parece que hemos terminado por esta noche Louis. Lo que sea que hayas encontrado en L.A., aferrate a ello, te hace mejor escritor.

Y Louis sonríe.

Una extraña melancolía surge en su pecho esa noche. No hay más tristeza ni lágrimas derramadas pero no puede evitar añorar contarle a Harry sobre esa noche.

Incluso si a lo que tiene que aferrarse no es más que una ilusión.

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El artículo de Lou fue redactado originalmente como ensayo académico por mi, en la Olimpiada Báltica de Filosofía 2020.