" No lo se Gemma. El atrae demasiado la atención, es demasiado extravagante. El espectáculo es bueno, y no digo que no sea talentoso.... Pero no estoy seguro de que el combine bien con nuestra marca. Queremos artistas serios " aquellas palabras calaban, casi de forma dolorosa, en el fondo de su piel.

" ¡El está muy comprometido con su música, Simon. Ven a verlo tocar hoy en nuestra fiesta de beneficencia " había intentado convencerlo.

" No quiero escándalos, y no quiero verlo con esa ropa que tanto insiste en usar. Así tal vez me de una vuelta para escucharlo cantar en vivo. Veré como queda a mi agenda "

" No te arrepentiras " prometió.

Harry supone, viendo con pesar la camisa con volantes que había usado aquella tarde, que son gajes del oficio.

Hace una mueca sintiéndose ligeramente acomplejado. Es mercadotecnia, ¿solo eso, no?

¡Un precio justo por vivir haciendo lo que le gusta! Repite su hermana con insistencia.

Tal vez tiene razón.

Debería de quedarse en casa, como Niall había dicho, si es que realmente quería aquel contrato.

Pero cuando Camille llamo diciendo que era una maravilla que ambos estuvieran en la misma ciudad y que definitivamente deberían de celebrar. No podía decirle que no.

Esa mujer tenía algo que siempre lograba convencerlo.

Niega divertido para su adentros antes de mirar en su closet. Y por un segundo su mente divaga a lugares muy oscuros.

" Nada extravagante.

Nada extravagante.

¿Que era extravagante? "

Finalmente escoge unos pantalones blancos y una camisa de botones con un estampado azul.

Si lo descubren y le sacan fotografías, al menos sería bueno cumplir con aquella parte de las condiciones de Simon.

Tomas las llaves de su auto intentando alejar esas ideas instrusivas de su cabeza y golpea con cariño el hombro de su amigo quien se encontraba dormitando.

- Tienes que ayudarme. - dice con una sonrisa.

Niall le recorre la mirada antes de dejar caer la cabeza hacia atrás con una mueca.

- Ay, hombre. Esto va a salir muy mal, Hazz.

- No si me ayudas. - remarca con obviedad. - Camille nos está esperando, vamos.

- Camille, maldición, voy a tener una seria conversación con ella. ¡Estaba soñando con el amor de mi vida! - Niall se pone de pie, quejándose a la par de que alisa las pequeñas arrugas de su ropa y pasa las manos por su cabello.

- ¿Y esa es?

- Ahora nunca lo sabré, muchas gracias.

Se ríen.

- Vale, primero hay que salir sin que Gemma nos vea. No me apetece dar explicaciones esta noche.

Para cuando llegaron al club, ya habían ideado un plan.

Niall dejaría a Harry en la parte de atrás antes de dejar el auto en el servicio de valet parking. Con algo de suerte la presencia de Niall y Camille sería suficiente para los paparazzis y se irían. De esa forma Niall abriría la puerta trasera y Harry podría entrar a cantar como le había prometido a su vieja amiga.

Si todo salía bien, incluso podían tomar un par de tragos juntos.

Intercambian una mirada de complicidad antes de efectuar sus movimientos.

Harry corre escondiendo el rostro, moviendo el pie contra el pavimento impacientado esperando que Niall destrabe la puerta antes de que cualquiera sospeche de su presencia ahí.

- ¡Camille! - grita a modo de saludo.

Su rostro decepcionado sería algo para recordar toda la vida.

- ¿Niall? ¿Que haces aquí? ¿Donde esta Hazz?

Los reporteros sacaban fotografías pendientes de la conversación que estaban teniendo.

- Lo siento Cam. Harry se ha quedado en casa, tenía un evento pendiente con Gemma.

Objetivo cumplido. Los paparazzis se miran entre ellos para después decidir qué ya no obtendrían nada más interesante que fotografíar aquella noche.

Niall posa junta a su amiga en común, un par de fotografías más serian suficientes antes de entrar a abrirle a su amigo.

Pero es entonces que siente un peso extra apoyado contra su cuerpo. Una mujer bonita, de cabello rubio, vestido glamuroso y maquillaje impecable le sonríe besándole en las mejillas.

- ¡Niall, tanto tiempo sin verte! - por inercia el posa a la cámara a la par de ella - Vamos, vamos. Se nos hace tarde.

Ella le jala del brazo, arrastrándole dentro.

- ¿Y esa quien es? - alcanza a escuchar la voz de Camille.

No tiene ni idea.

Le tomó más de lo que le hubiese gustado admitir, pues la presencia de aquella mujer era ciertamente agradable. Pero logró desorientarla lo suficiente como para perderla en la multitud y salir al rescate de su amigo.

- ¡Tardaste demasiado! - ambos ríen corriendo entre los pasillos.

- ¡Y ahora! Como regalo para nuestra anfitriona de hoy, Camille Rowe - el presentador comienza a decir ganando la atención de todos. La rubia se gira hacia el escenario un poco confundida. - Su novio interpretara una canción para ella. Damas y caballeros, ¡Harry Styles!

Sale. Sintiendo como su energía se renueva de tan solo escuchar los gritos de emoción.

Encuentra a Camille y le lanza un beso antes de que la banda comience a tocar.

Uno. Dos.

Tres.

La música empieza y nada más existe.

Es como desconectarse totalmente. Un escalofrío recorre todo su cuerpo y de su garganta sale una armoniosa voz.

Tan solo le da tiempo de cantar una canción antes de que Niall le haga las señas de que deben de irse.

Camille sonríe lanzando un beso de regreso y llevando a su pecho una mano en agradecimiento. Pero las voces pidiendo más se desvanecen conforme el se retira.

Corre sabiendo que ya debe de estar circulando la noticia y que debe de irse pronto antes de que alguien lo vea.

Pero la puerta está atorada, y en su desespero tira de ella con un poco más fuerza.

Excepto que, la puerta se abre, golpeando a alguien detrás.

- ¿¡Que carajos?! - escucha gritar.

Oh no.