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Avery is not at home

، ⌕ ' avery no está en casa.

Las horas pasaban y Avery no volvía casa aún, Mason comenzaba a preocuparse, y no importaba cuanto James intentara relajarlo, Mason solo lo ignoraba insistiendo en que algo malo había pasado.

—Mason ya cálmate —James tomo a Mason del brazo para que se detuviera de caminar de un lado a otro, Mason se soltó de un manotazo —Avery está bien.

— ¿No ves a caso la hora que es? ¡Son las putas diez de la noche, James! —Mason no solía alzar la voz, pero la rabia y el miedo lo tenían fuera de sus cabales.

—Amor... —James trato de acercase pero Mason se apartó bruscamente.

— ¡No, James! No estoy para tus putos jueguitos ahora —Mason se dio la vuelta enojado para tomar su abrigo del perchero y ponérselo —iré a buscarla.

—Voy contigo —James se apuro a tomar las llaves de su auto pero Mason lo detuvo empujándolo suavemente dentro de la casa.

—No, tú te quedaras aquí por si vuelve antes de que yo la encuentre —Mason bajo las escaleras del porche y metió sus manos en sus bolsillos —no sé para que la deje salir en un principio.

James sintió esas últimas palabras como un puñal en el pecho, sabía que lo decía porque él había sido el que le había dado la idea de dejarla ir.

En aquel sótano la oscuridad era inclemente, Avery no veía nada y esas lámparas que había abajo desprendían una luz muy tenue.

Después de haber estado llorando por lo que ella suponía, fueron horas, se levantó y empezó a explorar la habitación en la que estaba, era grande, y al pasar por un mini pasillo encontrabas un baño.

Avery se tropezó con una baldosa que estaba suelta, la pateo para acomodarla de vuelta en su lugar y encendió la luz, sorprendentemente esa bombilla daba más luz que las del otro lado de la sala.

Avery noto que la pared frente al inodoro era irregular, como si la hubieran vuelto a hacer, eso llamó bastante su atención. La chica regresó de nuevo a donde había estado durante horas, el silencio del lugar comenzaba a molestarle, Avery jamás pensó que el silencio en algún momento la irritaría.

A Avery le sorprendía lo viejo que era el lugar, es decir, habían separaciones entre el suelo y la pared y aún así estas se veían indestructibles.

Al fondo a la pared, Avery se dio cuenta por primera vez que había un teléfono, corrió hasta él y lo tomó, estaba a punto de marcar cuando una pregunta se cruzo por su mente.

¿Por qué un psicópata tendría un teléfono en el sótano donde tenía atrapadas a sus víctimas?

—No funciona.

Avery saltó del susto y sujetó el teléfono con fuerza, aquel hombre estaba ahí de nuevo, aun llevaba esa horrenda mascara, la única diferencia es que ahora podía ver sus ojos.

—Cuando era niño, mi padre me trajo aquí, y creí escucharlo sonar, pero luego entendí que sólo era la electricidad estática.

Avery ni siquiera respondió, solo mordió el interior de su mejilla mientras dirigía su mirada al aparato en su mano.

—Ya, ponlo donde estaba.

Avery mordió el interior de su mejilla y suspiro, si quería seguir viva para pensar en un plan de escape, tendría que jugar con las reglas del raptor, así que fue "obediente" y colgó el teléfono.

—No contestes el teléfono, mi dulce Avery.

Avery no podía ver a través de la máscara, pero podía sentir que aquel hombre sonreía, y la forma en la que pronunciaba su nombre le generaba asco.

El hombre parecía no tener muchos planes para Avery esa noche, así que solo se dio la vuelta y cerró la puerta detrás de él. Una vez que se había ido, Avery sintió como podía respirar con normalidad de nuevo, ya no aguantaba estar ahí, necesitaba irse.

Mason caminaba por las solitarias calles de Denver, ya había caminado más de tres cuadras y aún no había rastros de Avery, se negaba a volver a casa hasta haber explorado todo el pueblo, era su hija y estaría ahí fuera hasta encontrarla.

Mason siguió andando por unas calles, y a lo lejos pudo reconocer una bicicleta que se le hacía familiar. Al llegar hasta ella vio que era la bicicleta de Avery, Mason tomó del suelo la carta que Avery le iba a enviar a Gabe y sintió sus ojos picar.

¿Se habían llevado a Avery? No, eso no podía ser, Avery seguro corrió y se escondió en algún lado, Avery no podía estar a solas en algún lugar del pueblo con un loco, eso le podía pasar a cualquiera menos a su hija.

Mason empezó a gritar el nombre de su hija por todas las calles por las que pasaba, muchos se asomaban a las ventanas y veían a Mason como si estuviera loco.

Mason no supo cómo, pero terminó en la comisaría del pueblo, con apuro y un nudo en la garganta entró en el lugar, nadie pareció notar su presencia, y los que sí lo hicieron, no le dieron relevancia, eran ya las once de la noche, lo único que deseaban era dormir.

—Por favor tiene que ayudarme —Mason tomó del brazo a un oficial que iba pasando, este se soltó y lo miro de arriba abajo con disgusto —por favor, es sobre mi hija.

Mason intentó hablar con otros policías pero todos lo ignoraban diciendo que volviera al día siguiente, solo puede contar como una desaparición después de 72 horas.

— ¿Me están jodiendo? —Mason tiró de su cabello y dejó de controlarse — ¡Un maldito loco se llevó a mi hija! ¡¿Y ustedes no planean hacer nada hasta dentro de 72 horas?!

Los gritos de Mason llamaron la atención de todos en el lugar, Mason estaba cerca de empezar a botar humo por las orejas. Un oficial de cabello castaño se acercó a Mason a paso lento, pese a que el hombre le sacaba menos de una cabeza de altura, Mason le sostuvo la mirada.

—Señor...

—Beckmann, Mason Beckmann.

—Beckmann, Señor Beckmann —El oficial de policía relamió un poco sus labios y puso su mano en el hombro de Mason —Soy el oficial Dixon, por favor necesito que se calme.

Mason lo miró como si el hombre tratará de jugar con él, ¿su hija acababa de desaparecer y le pedían que se calmara? El sistema judicial a veces podía ser tan mediocre.

—Mi hija no volvió a casa hoy, por favor no me pida que me calme.

Mientras que el oficial Dixon trataba de dialogar con Mason, al fondo desde la puerta de una oficina, Blake estaba escuchando todo, reconoció el nombre del padre de Avery, y de inmediato entendió de qué se trataba, el Raptor se había llevado a Avery.

Blake sintió de repente ganas de llorar, se habían llevado ya a su mejor amigo, y ahora se llevaban a la chica que quería mucho, ¿esto era una especie de juego en su contra? Blake limpió las lágrimas rebeldes de sus ojos y tomó aire, los chicos no lloran, él no iba a llorar, tenía que ser fuerte.

Avery parecía perro que jugaba a atrapar su cola, había estado dando vueltas en círculos desde hace un rato ya, trataba de pensar en algún plan para huir, pero todos terminaban con ella muerta. Terminó por rendirse y se sentó encima de ese viejo colchón.

Quizás si hablo con él... Pensó, pero de inmediato se regañó a sí misma.

—Oh claro que voy a hablar con él —Avery comenzó a hablar con un tono algo sarcástico —es más, le voy decir, "por favor señor raptor, no me mate, quiero salir en la secuela" —Avery agudizó un poco más su voz y rodó los ojos —Esto no es una maldita película de terror, y si lo fuera, ¡quiero hablar con el puto guionista! 

Definitivamente Avery sentía que su cabeza comenzaba a jugarle una mala pasada, la castaña recostó su cabeza en la pared y cerró los ojos, si tan solo no hubiera sido tan necia y hubiera ido con su tío...

—Eres una tonta Avery Beckmann —la chica suspiró y paso sus manos por su cabello tirando de este hacía atrás —por eso estas aquí —Avery dirigió su mirada a la pequeña ventana que le proporcionaba luz natural —por eso Griffin no volvió a casa, y por eso tu tampoco lo harás.

Avery sintió esas ganas de llorar otra vez atrapadas en su pecho, le estaba costando respirar de nuevo y comenzó a plantearse muchas cosas, en especial una, ¿iba a morir?

Antes de que más lagrimas siguieran cayendo por las mejillas rojizas de Avery, está escucho el teléfono sonar, eso hizo que dejara de llorar, el teléfono no funcionaba.

—No contestes Avery, es una broma de mal gusto —Avery negó con la cabeza, pero el teléfono no se detuvo y siguió sonando. Avery trató de ignorarlo pero la curiosidad le ganó.

Avery se levantó del colchón, estuvo a punto de tomar el teléfono cuando este volvió a sonar, se giró a ver la puerta, seguía cerrada, quería estar segura de que ese loco no volvería a bajar.

— ¿Hola? —al otro lado de la línea solo se escuchaban lo que ella creía eran respiraciones —Soy Avery Beckmann, tengo dieciséis años y estoy secuestrada en el sótano de un loco —sin respuesta, Avery sintió sus ojos humedecerse —por favor... ayuda, no quiero morir.

Avery estuvo a punto de colgar, pero, una vez al otro lado del teléfono le heló el cuerpo.

—No te queda mucho tiempo.

© URGFRONNIE

bueno, ya no tengo nada que decir, no tengo nada con que defenderme, solo recuerden que yo los amo mucho je.

mason no le grites a james que a muchos de nosotros nos rompes el corazón.

james te amamos, nada de esto es tu culpa.

nos vemos en el siguiente capítulo mis amores, gracias por llorar conmigo, tomen agua y duerman bien.

xoxo, Alex.

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