00 EXTRA
، ⌕ ' alternative end.
ADVERTENCIA ! : el siguiente capítulo es un final alternativo al final original del fanfic, este libro no aporta nada a la trama original, más aún así ustedes deciden si se quieren quedar con este final o con el otro. sin más que decir, los dejo con su lectura <3
North Denver, 1979
Esperó todo el día por él, Avery caminaba de un lado al otro en ese lugar, estaba ansiosa de todo lo que pasaría después, ¿lograría escapar por fin e iría a casa con su padre? ¿O moriría en el intento como los demás? Aunque no quisiera admitirlo, no quería saber la respuesta.
De a poco el sol bajaba, ya no entraba tanta luz por la pequeña ventana, se sentó en ese asqueroso colchón y comenzó a mover su pie rápidamente de arriba a abajo, los nervios no la dejaban estar tranquila.
Repasaba en su cabeza mil y una veces el plan que había hecho, aunque los chicos no se lo hubieran dicho de forma directa y trataran de buscar alternativas, ella sabía una cosa muy importante, la única forma de salir de ese lugar con vida era pasando por encima del cadáver de ese idiota, literalmente.
Estaba tan sumida en sus pensamientos cuando la puerta del sótano se abrió, ese rechinar la hizo respingar un poco, se levantó del colchón rápidamente y pegó completamente su espalda a la pared, era hora, ya no había vuelta atrás.
—Oh mi dulce Avery — ahí estaba de nuevo él, con una de sus miradas cínicas y esa máscara, el tono de su voz hizo que a Avery se le revolviera el estómago, realmente le daba asco.
—No me llames así, estúpido —Avery soltó aquello muy enojada, el hombre no respondió, simplemente entro en aquella habitación y cerró esa pesada puerta detrás suyo.
—Has sido una niña muy traviesa Avery —cada que decía eso, Avery sabía que algo malo se avecinaba. A medida que sus palabras salían, sus dedos sacaban de su bolsillo izquierdo un cuchillo, esto hizo que a Avery se le congelará la sangre.
La castaña se aferró a toda la adrenalina que sentía en el momento mientras ese monstruo se paseaba frente a ella, ella tenía que esperar el momento justo en el que estuviera distraído para poder matarlo antes de que él lo hiciera con ella.
Esto realmente era una misión de vida o muerte.
— ¿Sabes? Por lo general suelo usar cuchillos —comentó con obviedad moviendo el afilado objeto por su mano con cierta fascinación —pero tú, tu mi dulce Avery, eres especial —el mayor sin más se encogió de hombro y tiro el cuchillo lejos a una esquina de la habitación —así que me tomaré mi tiempo contigo.
"Él se tomó su tiempo conmigo" había dicho Vance, Avery tragó duro saliva y sus manos comenzaron a sudar. Tengo que conseguir ese cuchillo. Dijo para sus adentros sintiendo su corazón latir con fuerza, tanto que juraba el que podía escucharlo debido al silencio en la habitación.
—Ni se te ocurra acercarte un paso más, o te mataré, lo juro —aunque lo intento, la voz de Avery no pudo evitar salir temblorosa haciéndole ver al Raptor que ella estaba asustada.
Él Raptor se echó a reír, como si de un buen chiste se tratará, Avery no entendía que pasaba por la cabeza de ese ser en esos momentos, le parecía tan raro.
— ¿En serio? ¿Tú crees que podrás matarme? —su voz sonaba cada vez más tenebrosa, Avery se sentía como en una película de terror, el corazón de Avery estaba en su garganta, su pregunta resonaba tanto en la cabeza de la castaña.
¿En serio ella creía que podía matarlo?
Si, si lo hacía.
Un paso, y otro más, ya no quedaba mucha distancia entre ellos, Avery sentía como su cuerpo se paralizaba, estaba entrando en estado de shock.
—Es hora de ir a dormir, niña traviesa— antes de sus manos pudieran tocar el cuerpo de Avery de nuevo, ella con todas sus fuerzas pateó su ingle, el Raptor cayó de rodillas al suelo frente a ella mientras se quejaba del dolor y maldecía a la joven en voz baja.
Era su oportunidad.
Avery corrió con todas sus fuerzas, tomó el pomo de la puerta y trato de abrirlo, tiró de él con desesperación pero nada, estaba cerrado con llave, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, esto no podía estarle pasando.
Antes de poder reaccionar, el Raptor la había tomado por el cabello y la había tirado al suelo con fuerza, Avery se dio un fuerte golpe en la cabeza contra el suelo, estaba algo mareada pero la adrenalina la mantenía estable, no iba morir, no de esa forma.
Avery trató de levantarse, pero él fue más rápido y se sobrepuso sobre ella, sus manos tomaron las muñecas de Avery sujetándolas con fuerza sobre su cabeza, la menor gimoteo del dolor, aún conservaba las heridas de la porcelana, sin embargo no se rindió y siguió forcejeando.
— ¡Ya suéltame, enfermo de mierda!
Aquel hombre tapó la boca de Avery con su mano libre, callando cualquier ruido que está pudiera hacer. Sus ojos reflejaban placer, disfrutaba de verla así, sumisa ante él luchando por su vida, para aquel hombre era una imagen gloriosa, para Avery era una pesadilla en carne viva.
— ¿Sabes? Me recuerdas a Griffin, aquel niño el cual nadie conocía, fue muy fácil secuestrarlo, nadie iba a notar que se había ido —buscaba provocar a Avery, hacerle sentir impotente, y lo estaba logrando.
Los ojos de la chica se cristalizaban, amenazaba en romper en llano en cualquier momento, pero aún así resistió, se negaba a ceder.
—Recuerdo ese día como si hubiera sido ayer, él gritaba, gritaba por ayuda —sus ojos penetraron los avellanados ojos de Avery causando que un escalofrío pasara por su columna vertebral —te llamo tantas veces mi dulce Avery, y tú jamás viniste por él, tenías que haber visto su rostro cuando supo que jamás volvería a verte.
Avery no quería seguir escuchando, quería convencerse de que esto era un mal sueño, uno muy malo y que su padre la iba a despertar en cualquier momento para ir a la escuela con Blake, Bruce y Griffin.
Esto no era real, no podía ser real.
Él por fin quitó su mano de la boca de Avery, quería escuchar que tenía para decir, sus últimas palabras le pertenecerían para siempre solo a él, otro punto a favor de ese monstruo.
— ¡Tú no eres real! — Avery arrojó aquellas palabras con todo el odio que tenía guardado desde que había sido secuestrada —todo esto es una maldita pesadilla, es una mala jugada de mi cabeza.
De nuevo, aquella escalofriante risa era lo único que hacía eco en las paredes el lugar.
— ¿Realmente crees que esto es un sueño, mi dulce Avery? —El Raptor ladeó su cabeza sin dejar de prestarle atención a la víctima que tenía bajo su poder —créeme, esto fue más que un sueño para el niño Griffin, "¡Avery ayúdame! ¡No quiero morir!" —imitó las palabras del niño como si de un juego tratara.
Avery volvió a forcejear con fuerza tratando de librarse de su agarre, necesitaba matarlo ahora mismo, su sangre hervía con intensidad y su vista estaba nublada de lágrimas de rabia.
— ¡Ni siquiera lo menciones! ¡Eres un hijo de puta! ¡No mereces ni decir su nombre!
El hombre ni se inmutó ante las palabras de Avery, simplemente comenzó a bajar una de sus manos por las piernas de Avery, la joven comenzaba a sentirse tan sucia de nuevo, recordaba todo lo que había pasado sintiendo ese gran vacío dentro de ella, en esos momentos ella solo quería ir a casa y ver un juego de béisbol con su padre y tocar la guitarra con su padrino.
¿Era eso mucho pedir?
Pequeños sollozos salían de ella, no sabía cuánto más iba a resistir así, necesitaba descargar su odio contra él.
La mano del hombre subió por su pierna de nuevo y se hizo camino hasta llegar al cuello de la joven, antes de que Avery pudiera protestar, este empezó a hacer presión sacándole el aire por completo.
Avery pataleó con todas las fuerzas que tenía, puso sus manos en las muñecas de su secuestrador y las presionó con fuerza esperando ser soltada.
Nada.
Sentía como sus pulmones comenzaban a cerrarse, no le pasaba el aire, pero no dejaba de removerse inquieta, no quería morir, no ahí, no en esos momentos y mucho menos bajo esas circunstancias.
Un pequeño reflejo la aturdió, de reojo vio ese cuchillo que había traído ese hombre ahí abajo, trato de alcanzarlo, sus dedos rozaban el mango de este.
Con un último uso de su fuerza lo tomó, trató de alzarlo, y entonces, sucedió aquello que tanto necesitaba.
— Solo quiero matarte yo misma — dijo con apenas un hilo de voz.
Antes de que el Raptor pudiera acabar su tarea con la chica, Avery logró clavar la hoja del cuchillo en el brazo de su atacante, el hombre gritó del dolor y ver la sangre brotar de su propio brazo fue suficiente distracción para que Avery pudiera tomar ventaja.
La chica se levantó corriendo del suelo, estaba mareada pero la adrenalina volvía ella, ahora sí, iba a escapar.
Tiró de la puerta con la suficiente fuerza para abrirla, el hombre seguía quejándose del dolor en el suelo, pero al ver que su víctima escapaba por las escaleras del sótano, la ira de se apoderó de él.
Levantó su viejo cuerpo del suelo y desenterró el cuchillo de su brazo, la niña ahora sí lo había hecho enojar.
Avery terminó de subir las escaleras y se encontraba ahí de nuevo, en aquella sala donde tuvo la oportunidad de escapar la primera vez.
La chica fue hasta la puerta, tomó el candado en sus manos pero estás parecían ser de mantequilla, el objeto se le resbalaba de las manos y le costaba concentrarse, seguía asustada.
—Voy a matarte dulce Avery, y te va a doler mucho —el hombre se encontraba ahí, a pocos metros de la chica y el cuchillo goteaba sangre mientras que lo tenía sujeto con una mano.
La castaña sintió su corazón en la boca, pero aún así, no se dejaría vencer.
—Inténtalo, hijo de puta.
El Raptor sonrió cínicamente detrás de la máscara, iba a disfrutar el asesinar a esa chica.
El hombre se acercó amenazante a Avery, alzó el cuchillo en el aire dispuesto a clavarlo en el cuerpo de la chica, pero ésta fue más rápida y logró esquivarlo.
La castaña se movía rápido por toda la sala, en una oportunidad, pateó la mesa que había en la sala hacia su atacante, causando que este tropezara y cayera al suelo.
Avery rápidamente tomó el primer objeto que vio, un jarrón de vidrio. Esperó a que el raptor se acercara lo suficiente a ella, y cuando lo hizo, rompió el objeto en la cabeza del hombre.
Éste se tambaleó un poco antes de caer al suelo, la chica había logrado clavar trozos del jarrón en su cabeza, estaba sangrando. Avery tomó el cuchillo que antes habían usado para intentar matarla y se posicionó sobre su secuestrador.
—Es hora ir dormir, bastardo —Avery tomó el cuchillo con ambas manos y sin pensarlo dos veces lo clavó en el pecho del Raptor.
Él ni siquiera gritó del dolor, de él ya no salía nada, estaba agonizando, y ella se iba a encargar de que le doliera tanto como le dolió a los demás chicos.
La castaña sacó el cuchillo del cuerpo del hombre solo para volver a enterrarlo repetidas veces hasta que aquellos ojos que algunas ves la miraron con perversión, ahora se encontraban sin vida.
Avery suspiró cansada, sus manos, ropa y rostro estaban llenos de su sangre y de la ajena, ignorando el traumático escenario que había detrás de ella, se levantó para ir hasta el teléfono de la sala y marcar al 911.
—911, ¿cuál es su emergencia?
—Soy Avery Beckmann, fui secuestrada hace unos días —la chica apoyó su frente en la pared del lugar —por favor, vengan a ayudarme.
—Mantenga la calma, por favor, deme la dirección de dónde se encuentra.
—1774, calle Hellman.
—Entendido, una ambulancia y patrullas van en camino.
Avery colgó la llamada, no tenía ganas de seguir esperando en la línea.
Respiró hondo y abrió la puerta, cómo si todo pasará en cámara lenta, se sentó en el porche de la casa de ese monstruo y miró al cielo, la luna estaba hermosa.
En menos de cinco minutos, una ambulancia acompañada de varias patrullas aparecieron frente a la casa, un oficial de policía tomó a la chica y la llevó hasta una de las ambulancias para que le hicieran los chequeos necesarios.
Los oficiales estaban haciéndole preguntas a la castaña sobre todo lo que había pasado. De la casa de enfrente salió Max, el hermano del famoso Raptor de niños de Denver, no podía creer que todo este tiempo su hermano había sido el monstruo que aterraba las calles del pueblo.
James y Mason a penas supieron que habían encontrado al Raptor, se subieron al auto y aceleraron hasta llegar ahí.
Mason bajó corriendo del auto mientras que era seguido por su mejor amigo, se abrieron paso entre todos los policías que había. Sus ojos avellanados se encontraron con los de Avery, la chica sintió sus ojos aguarse y corrió hasta encontrarse con su papá.
—Oh dios mío, no puedo creer que seas tú —Mason tomó el rostro de su hija, lágrimas de felicidad brotaban de sus ojos —estas bien, dios, estás bien.
Mason abrazo fuerte a su hija, Avery pudo ver por sobre el hombro de su padre a su padrino, ahí estaba él, con una sonrisa de felicidad que intentaba ocultar el cansancio de sus ojos.
—Tío James —Avery abrazó a su padrino con fuerza, el mayor acarició la espalda de la chica y dejó un casto beso en su cabeza.
—Te extrañe tanto, nena.
James y Mason no fueron los únicos en enterarse de que los chicos perdidos habían sido encontrados, Blake a penas se enteró, salió corriendo de su casa para ir con su padre hasta aquel lugar.
Al llegar, Blake busco por todas partes a Bruce, tenía tantas cosas que contarle a su mejor amigo. Blake no veía rastros de Bruce, alzó su mirada y con su padre se abrió paso entre varias personas del personal que estorbaban en su campo visual.
Blake sintió su pecho encogerse cuando el cuerpo de Bruce fue sacado en una bolsa negra, el mundo se derrumbó.
Bruce Yamada había muerto, ya no estaba, se había ido.
Cuando Blake creyó que todo estaba perdido, de reojo vio a cierta castaña envuelta en una manta en una de las ambulancias.
Blake nunca había corrido tanto en su vida, una vez que estuvo frente a Avery ninguno dijo nada, estaban en silencio, ambos con los ojos llorosos.
La castaña fue la primera en dar un paso, y se levantó de dónde estaba sentada para abrazar al chico, este tardó un poco en reaccionar, pero el dulce aroma de Avery lo tranquilizo.
—Lo perdí, lo perdí para siempre —la voz de Blake se quebró —pero al menos aún te tengo a ti —Blake apoyó su rostro con el de Avery, Mason estaba a punto de intervenir pero James lo detuvo susurrándole al oído que los dejara a solas.
La chica tomo la iniciativa y cerró la distancia entre ambos dándole un pequeño beso al castaño, el chico la tomó por la cintura acercándola a él, estaban juntos de nuevo y Blake no la iba a dejar irse de nuevo.
Ambos se separaron después de unos segundos, y una sonrisa tonta se les escapó a ambos, estaban embriagados en timidez y poca felicidad.
Blake abrazo a la chica hacia su pecho, Avery aceptó gustosa el abrazo cerrando los ojos, ahora se sentía segura.
La guerra por fin había acabado.
POV AVERY.
Era mucho para procesar, había sobrevivido, había escapado del lugar donde muchos otros murieron esperando ver la luz del día una vez más.
Ver los cuerpos de los inocentes ser preparados para ser llevados a la morgue me generaba ganas de vomitar, daba asco el pensar todo lo que pasaron para al final terminar así, en la nada.
Mi corazón volvió a romperse cuando ví el pequeño cuerpo mi hermanito ser llevado en una bolsa, pero no lloré, sabía que estaba bien, estaba en un lugar mejor y estaba muy segura de que estaba en buenas manos.
Mis ojos se fijaron en el cielo, las estrellas brillaban con más intensidad el día de hoy, eso me hizo sonreír, yo seguía aquí para ver las estrellas cuando muchos otros ahora viajan a ellas.
Soy Avery Beckmann, una posible reencarnación de una reina elfo y la única sobreviviente a los ataques del Raptor.
Vine aquí por un instante, y por unos momentos estuve a punto de desaparecer, pero no me he ido aún y sigo aquí, mi historia no terminó, a penas está comenzando.
FIN.
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