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Calor.
Fue el primer pensamiento que azotó la mente de Minho mientras despertaba. Hacía demasiado calor, se estaba ahogando. Abrió sus ojos con pereza, parpadeando varias veces hasta acostumbrarse a la luz de la habitación. El cuerpo detrás de él se removió incómodo, atrayéndolo más cerca y Minho soltó un quejido bajo cuando Christopher lo sostuvo con fuerza, pegándolo a su pecho caliente.
El aroma a lluvia se percibía fuerte en toda la habitación. Sentía su garganta seca cada vez que inhalaba el aire cargado con feromonas pesadas, provocando uno que otro jadeo en el Omega. Se removió contra el cuerpo firme del Alfa, sintiendo la erección de este presionarse en su trasero.
Miró sobre su hombro con algo de dificultad, Christopher seguía dormido. Sus mejillas enrojecidas le conferían un aspecto febril a su rostro, al igual que los cabellos negros pegados a su frente sudada.
"Omega." El Alfa murmuró su jerarquía, llamándolo entre sueños y Minho apretó los labios al sentir a su lobo responder el llamado, liberando lubricante entre sus piernas. Se maldijo a sí mismo cuando el calor se volvió aún más insoportable, como si fuera su celo, mas faltaba casi un mes para que este le llegara.
Quizás el de Christopher, pensó mientras deshacía un poco el agarre brusco del Alfa sobre su cuerpo. Volvió a mirar al Alfa sobre su hombro, una punzada de dolor atravesó su bajo vientre y más lubricante natural corrió entre sus piernas. A lo mejor su celo se había adelantado. Intentó contener un gemido cuando la erección matutina de Christopher se presionó contra él.
Bajó su pijama hasta la mitad de sus muslos con movimientos torpes, su quehacer viéndose interrumpido por momentos en los que Christopher lo apegaba nuevamente a su cuerpo, manteniéndolos en la posición de cucharita que Minho tanto adora usar para dormir, sin embargo una que le resulta fastidiosa cuando sus motivos son otros.
Se apartó con cuidado del cuerpo de Christopher, quien todavía abrazaba su cintura. Llevó la mano hacia atrás con dificultad, colando la mano por el pantalón de pijama del Alfa. La tela cedió con facilidad, permitiéndole liberar la erección del pelinegro y jadeó en satisfacción al sentirlo duro en su mano.
Masajeó el pene con torpeza, la posición haciéndole difícil el mover su mano y Minho se arrastró hacia arriba, buscando que su trasero quedara a la altura de la pelvis del Alfa que gruñía en sueños tras él.
Guio la erección de Christopher hasta su entrada que palpitaba en anticipación. Impulsó su trasero hacia atrás, hundiéndose en el Alfa y un gemido entrecortado se escapó de sus labios cuando entró el glande. Se impulsó aún más, pegando su cuerpo al de Christopher y tembló entre sus brazos cuando todo el pene del Alfa estuvo en su interior.
"Dios..." Mordió su labio inferior, comenzando a moverse torpemente. El roce en sus paredes enviando una sensación placentera que se arremolinaba en su bajo vientre y un grito de sorpresa se le escapó cuando giraron su cuerpo con brusquedad, quedando atrapado entre el colchón y el Alfa.
"¿Por qué no me despertaste?" Christopher le preguntó con la voz ronca y adormilada a su espalda. Minho se giró a verlo avergonzado, con las mejillas ardiendo. "No es justo que solo tú te diviertas, ¿no crees?" Un gemido alto se escapó de entre sus labios cuando el Alfa embistió en él, penetrándolo con fuerza.
"Perdón." Musitó en un jadeo, la risa de Christopher no se hizo esperar y Minho se derritió bajo el cuerpo del Alfa cuando comenzó a moverse sobre él, con las manos apoyadas a cada lado de su cabeza, el aliento caliente contra su oreja. "Christopher..." Su cuerpo se sintió de gelatina cuando el Alfa se retiró, girándolo en un hábil movimiento para que ambos estuvieran frente a frente.
"Quiero verte." El Alfa dijo ronco, con atisbos de su voz de mando. Minho gimió en el beso que se le dio, aferrándose a la espalda fuerte de Christopher cuando este comenzó a moverse, enterrándose en él, a la par que le sacaba uno que otro gemido.
Lo miró a los ojos, el gris luchando contra el negro de su iris, creando una combinación preciosa para la vista. El Alfa golpeó en él repetidas veces, y Minho se corrió sobre su vientre con un gemido entrecortado. Christopher lo siguió después, con un gemido ronco y Minho abrió sus ojos amplios cuando sintió al Alfa crecer aún más en su interior, estirándolo hasta que se sintió doloroso.
¿Christopher lo estaba anudando?
El pensamiento fue cortado por otra ráfaga de dolor, se removió por instinto, buscando alejarse de Christopher quien le gruñó con las cejas arrugadas y los ojos grises brillando en advertencia.
"Quieto." Le ordenó con voz de mando y Minho gimoteó debajo de él. El Alfa aferró las manos en su cintura, impidiendo cualquier movimiento por parte de MInho, quien gimió bajito cuando sintió el semen del pelinegro volcarse nuevamente en su interior. "Omega." El Alfa lo llamó y el aludido abrió sus ojos. Una mueca de preocupación se apoderaba del rostro del pelinegro y Minho sonrió, llevando su mano hasta la mejilla suave de Christopher.
"Estoy bien. Solo duele un poquito, Alfa." Le dijo y miró enternecido a Christopher apoyarse en el toque con sus ojos cerrados.
El Alfa arrugó las cejas, apartándose del toque y Minho observó confundido como sacudía la cabeza y negaba. Cuando volvió a mirarlo, el Omega se topó con sus orbes oscuros.
"¿Qué pasó?" Sobre él, Christopher lucía confundido, luciendo un poco perdido en la situación.
Intentó separarse mas una fuerte punzada en su entrepierna y un quejido de Minho lo mantuvo quieto. Había anudado al Omega, el pensamiento lo golpeó con violencia. Nunca había hecho eso antes, miró asustado el rostro del peligris, buscando alguna señal de dolor.
"Joder. Perdón, Min." Se disculpó y Minho parpadeó confundido.
¿Se estaba disculpando por anudarlo? ¿Christopher no quería darle su nudo? Sintió su garganta cerrarse ante la idea, su lobo gimoteando triste en su pecho.
"¿Te lastimé?" La preocupación en su tono lo relajó. "Perdón por anudarte, debe dolerte mucho. Lo siento, joder. Fue algo inconsciente. Mi celo es en unos días, mi lobo siempre aprovecha para tomar el control y..."
"Hey, tranquilo." Minho acunó sus mejillas, mirándolo a los ojos. "¿Te preocupa que me hayas anudado? Está bien, tomaré un anticonceptivo y luego te daremos un supresor." Cristopher negó, acomodando su cuerpo y el del Omega hasta que Minho estuvo sentado sobre él.
"No me preocupa haberte anudado, lo que me preocupa es que te haya lastimado. ¿Te lastimé?" Volvió a preguntar y Minho sintió su pecho revolotear en felicidad. Christopher no le estaba negando su nudo simplemente no quería lastimarlo. Su Alfa no lo estaba rechazando. "Dios, por favor no llores. Prometo que dejará de doler dentro de poco."
"No es eso. Estoy bien. No me lastimaste." Le dijo, limpiando las lágrimas traicioneras que mojaban sus mejillas. Christopher lo miró con cejas fruncidas en confusión. Si no lo había lastimado, entonces por qué estaba llorando. "Todo está bien, Chris." Se inclinó a darle un beso, dejando caricias en sus mejillas y sintió al Alfa relajarse debajo de él, las manos de Christopher yendo a su cintura a dejar caricias. "Aunque no dolió tanto para ser mi primer nudo." Christopher negó con una sonrisa.
"Eso es porque no estoy en celo. Mi nudo durante mi celo es mucho más grande que este." Minho palideció, mostrándose aterrado y Christopher se rió poquito de su expresión. Joder, si era más grande iba a partirlo.
"Estás bromeando, ¿verdad?" Christopher negó con una sonrisa, mostrándose divertido y Minho arrugó sus cejas con molestia, mostrándole su puño. "Si te sigues riendo de mi miseria, voy a golpearte muy duro, Christopher Bang." El Alfa alzó sus manos en rendición, mas la sonrisa no desapareció de su rostro.
"No creo que sea una miseria, escuché por ahí que los Omegas prácticamente se drogan al recibir el nudo de un Alfa en celo." Minho frunció las cejas. ¿Escuchó por ahí? ¿Acaso Christopher nunca había anudado a nadie estando en celo? "Nunca he estado con otro Omega estando en celo." El Alfa admitió, leyendo la expresión de Minho. En ocasiones el peligris era como un libro abierto para él. "Esto es lo más cerca que he estado de anudar a un Omega en mi celo. Siempre los paso solo en el hotel." Minho sonrió amplio.
"¿Es así?" Preguntó. Christopher sonrió ante la expresión complacida del Omega. Asintió y los ojos de Minho brillaron en felicidad. "Buen Alfa." Ronroneó, acercándose a marcar a Christopher con su aroma, quien se relajó, aceptando las atenciones de su Omega.
"¡Christopher! ¡Minho!" Los dos se tensaron cuando la puerta de la habitación se abrió de repente, la figura de Byungchan mostrándose ante ellos. "¡Oh mierda! ¡¿Qué carajo?!" Se giró, dándole la espalda a la pareja y Christopher gruñó, apurándose en cubrir con las sábanas el cuerpo de un sonrojado Minho. "Perdón, no sabía que estaban... Dios. La fiesta de cumpleaños de Nana empezó hace una hora, los invitados ya están todos aquí. Por favor vístanse y bajen."
"Está bien." Christopher respondió por los dos, mientras Minho cubría aún más su cuerpo. "Iremos dentro de unos minutos."
"Entonces los veo ahí." Byungchan murmuró, aun dándole la espalda. "Por cierto, cuñado." Christopher arrugó las cejas al escuchar el tono con el que su hermano llamaba a Minho. "Buen culo."
"¡Bang Byungchan!" El Alfa pelinegro gruñó, el instinto demandándole que se levantara y castigara el descaro de su hermano. Minho puso una mano en su pecho mientras negaba, las carcajadas de Byungchan se escuchaban a lo lejos y Christopher gruñó, recordando que el Omega y él no podrían moverse durante un momento.
Les tomó una hora completa estar listos para asistir a la fiesta. Christopher arrugó las cejas al ver la cantidad de personas en el lugar, todo siendo el resultado del concepto equivocado que tiene su madre de "algo pequeño, solo para la familia". Al parecer tenía parientes en todo Busan.
Caminó hasta su abuela para desearle feliz cumpleaños. La mujer prácticamente los ignoró a todos, incluyendo los regalos acumulados sobre una amplia mesa, toda su atención sumergida en una de sus amigas de toda la vida.
Bien, siempre y cuando disfrutara, él no se quejaría de que su abuela lo ignorara olímpicamente.
"Ten." Minho le extendió una copa de lo que parecía ser champagne. Christopher le agradeció con una sonrisa, dejando un beso en su mejilla. "Creo que te están llamando."
El Omega apuntó con la cabeza hacia un grupo de personas, de ellas solamente reconoció a Bambam, el amigo de la infancia de Christopher. Minho sintió un deja vu, como en cada fiesta a la que asistían siempre había alguien que pedía por la atención de Christopher Bang.
"Ve con ellos." Le dijo. Christopher se giró a mirarlo, sus ojos analizando la expresión contenta de Minho. "Estaré bien aquí. Hace tiempo que no ves a Bambam, ¿no? Ve con él." El Alfa asintió y Minho comenzó a hacer planes mentales acerca de cómo se entretendría el resto de la fiesta.
"Ven conmigo." Christopher tomó su mano, entrelazando sus dedos antes de comenzar a caminar hacia el grupo en el que encontraba el amigo del Alfa. Minho mantuvo su expresión de confusión hasta que Christopher se dignó en darle una explicación. "No te dejaré solo. Eres mi Omega y vienes conmigo." Minho sonrió amplio, dando un par de pasos rápidos hasta quedar al lado del Alfa.
"Christopher Jodido Bang." Bambam sonrió, acercándose para atraer al pelinegro en un abrazo que su Alfa correspondió con una sonrisa. "Te extrañé, hermano."
"No te pongas sentimental, Bam. Se supone que eres el duro de la relación. Si lloras, lloro." Christopher se burló y Minho dejó ir unas risitas, llamando la atención de ambos Alfas. "¿Recuerdas a Minho?" Bambam sonrió, acercándose a darle un abrazo al Omega.
"Cómo olvidarlo." El Alfa le sonrió. "La joya de Seúl. Cada día te vuelves más precioso." Christopher alzó una ceja.
"¿Estás coqueteando con mi Omega?"
"Solo expongo la verdad." El pelinegro sonrió sin gracia.
"¿Quieres que le exponga la verdad a tu Omega también?" Bambam le respondió con un gruñidito y Minho se rió de la actitud de ambos.
"¿La joya de Seúl?" El Omega preguntó curioso, y los ojos de Bmbam brillaron al percatarse de su curiosidad por el epíteto.
"Channie solía decirte así." Confesó el Alfa y Minho se giró a ver al pelinegro, quien fingía mirar alrededor. "Siempre se refería así a ti. Cuando se comprometieron le pregunté cómo eras y, ¿sabes lo que me dijo?" Christopher le dedicó una mirada de advertencia a su amigo, quien lo ignoró, continuando con la anécdota. "Dijo que eras como un muñequito hecho a mano. Es jodidamente perfecto, Bam. Como si Dios le hubiera dado la apariencia de uno de sus ángeles." Las mejillas de Minho ardieron en vergüenza. "Creí que solo estaba exagerando pero luego te vi el día de la boda y me di cuenta de que Christopher se había quedado corto."
"Gracias." Taehyung murmuró algo tímido, ganándose una sonrisa por parte de Bambam. "¿La joya de Seúl? Eso suena muy pretencioso, mi amor." El Omega se burló y Christopher le hizo mala cara.
"No parecía molestarte hace unos segundos." Christopher le dijo. Minho se acercó, dándole un corto beso en los labios que le quitó toda la tensión del cuerpo. Sonrió cuando el Omega se sonrojó por un comentario que hizo Bambam tras el beso.
No importaba que pretencioso sonara, para él, Bang Minho era una joya. El mayor tesoro de todos, y él se sentía como un idiota por no haberse percatado de ello antes.
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definitivamente uno de mis capitulos favoritos.
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