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── 🪷 ⋆ ࣪ 14 ֶָ֢֪

Christopher miró la hora en su reloj y luego las escaleras.

Le había dicho que estuviera listo a las ocho, la impuntualidad era una cualidad que el Alfa detestaba y que el Omega exudaba por los poros.

"¡Minho!" Lo llama y todo lo que obtiene es silencio como respuesta.

Mira impaciente el camino hacia la habitación que comparte con el Omega y sopesa la idea de ir a buscarlo. Solo es la estúpida fiesta que hacen los Park cada año para recordarle a la alta sociedad coreana que aún existen. No entiende cuál es el empeño de Minho de atrasar esa experiencia ostentosa y desagradable.

"Perdón, perdón. No encontraba mi colgante." La voz del Omega se escuchó y Christopher llevó su mirada a la escalera, sus ojos en el Omega que bajaba con pasos rápidos. "Solo te pedí cinco minutos, Christopher. Tienes que aprender a ser paciente." Le dijo con una sonrisita, deteniéndose frente a él.

Minho había cambiado su tono de cabello, ahora era de un gris plata que acentuaba el tono casi acanelado de su piel. Un maquillaje ligero adornaba su rostro, resaltando aún más la cara bonita que el Omega tenía desde su nacimiento. Llevaba una camisa blanca y ancha que exponía sus clavículas y parte de la piel de su pecho, con un pantalón negro que se ajustaba a su cuerpo, mostrando las delgadas y elegantes piernas del Omega al igual que sus caderas estrechas.

"Joder, estás precioso." Fue todo lo que pudo decir, sintiendo su garganta secarse ante la vista. Minho ríe, mostrando un ligero sonrojo y el sonido hace que Christopher sonría por inercia.

"Gracias." Es todo lo que le dice, extendiéndole el colgante. "¿Me lo colocas?" Le pide, dándose la vuelta para darle la espalda y pronto la imagen de un trasero respingón apretado en aquellos pantalones llenó el campo visual de Christopher.

El Alfa jadeó, sintiendo sus propios pantalones volverse apretados. Desvió la vista al colgante en sus manos y lo reconoció al instante. Era el que le había regalado en su anterior cumpleaños al Omega. Christopher se apresuró en colocarlo, no logrando resistir la tentación de dejar un beso en la nuca del Omega al terminar su tarea.

"Gracias." Minho le dijo, girándose para mirarlo y tenía las mejillas rojas y los ojos brillantes, luciendo imposiblemente lindo. Y Dios, no era un secreto que Minho era un Omega precioso, pero esta noche lucía simplemente celestial. "¿Nos vamos?" Le preguntó y Christopher se imaginó a sí mismo diciéndole que no y descubriendo por su propia cuenta las bendiciones corporales que escondía aquella ropa elegante.

"Está bien, vamos." Dijo en su lugar, comenzado a caminar hacia el amplio garaje de la casa, con el Omega siguiendo sus pasos.

"¿Podemos usar el rojo?" Minho le preguntó y Christopher se giró a mirarlo algo confundido. "Por favor." Pidió, y el pelinegro asintió, cerrando la puerta del Mercedes Benz para caminar hacia el auto deportivo a unos pasos.

Minho llegó más rápido que él, admirando con ojos brillantes el brutal deportivo híbrido que Christopher tenía desde hace años y que prácticamente no utilizaba. Nunca había sido de llamar mucho la atención, llegar en un jodido Ferrari rojo discutía aquel pensamiento mas el Omega lleva años queriendo poner su trasero en ese auto y hoy sería ese día.

Christopher abrió la puerta para él y a Minho le tomó menos de tres segundos estar dentro del auto acariciando los asientos forrados de cuero del mismo. El Alfa rió bajito, algo enternecido por la emoción del Omega que miraba todo con atención y la boca ligeramente entreabierta. Arrancó el auto, y la sonrisa de Minho se volvió más amplia.

"Dios, escucha como ronronea." Dijo casi sin aliento, el sonido del motor del auto provocando miles de explosiones en su interior. "Oh bebé, vas a hacer que me moje tanto." Minho gimió y el sonido de Christopher tosiendo se escuchó por sobre el motor del auto.

"¿Disculpa?" Christopher se giró hacia él, con las mejillas sonrosadas y la expresión confundida. Minho lo miró con una de sus cejas alzadas.

"Le hablaba al auto." El peligris confesó, volviendo su atención a cada detalle en el interior del deportivo, ignorando la expresión desorientada del Alfa.

"Dios, no imaginé que te provocara tanto un Ferrari." Christopher murmura, sacando el deportivo del garaje hasta la carretera.

"Es como una fantasía adolescente no cumplida." Minho confiesa con una risita. "Siempre quise subirme a uno de estos, pero ninguna de las personas cercanas a mí tenía un deportivo. Así que cuando me enteré que tenías uno, medio que enloquecí." Christopher sonrió por sus palabras. "Sobre todo cuando me percaté de que lo tenías guardado y prácticamente no lo usabas."

"Tenía dieciocho años cuando le pedí a mis padres que me lo dieran por mi cumpleaños. Era prácticamente un adolescente." Contó, sintiendo los ojos del Omega sobre él. "Puedes utilizarlo las veces que quieras." Le dijo y observó de reojo a Minho incorporarse en el asiento con rapidez, mirándolo sorprendido.

"¿Hablas en serio?" Le preguntó en un jadeo. Christopher asintió y el Omega dejó ir un chillido de felicidad. "¡Gracias, gracias, gracias!" Se acercó a dejar un sonoro beso en la mejilla del Alfa, quien lo miró con cejas arrugadas, regañándolo mientras le recordaba que estaba conduciendo. "Perdón." Le dijo, pero todavía estaba sonriendo.

Aceleró el auto, el sonido del motor prácticamente rugiendo se escuchó alto y Christopher miró de reojo como la sonrisa del Omega se ampliaba. Dios, era como un pequeño adolescente.

Llegaron en menos de diez minutos a la mansión de los señores Park. Christopher aparcó el deportivo, saliendo del auto en un ágil movimiento y alzó una de sus cejas la percatarse de que Minho aún permanecía aferrado al asiento. Sonrió mientras rodeaba el auto para acercarse a abrir la puerta y se encontró con la imagen del Omega jugando con su anillo de casamiento.

El pelinegro sabía que significaba ese gesto, por lo que se inclinó hacia delante para quitar el cinturón de seguridad, llamando la atención del peligris.

"¿No vas a salir del auto?" Le preguntó y Minho permaneció sin mirarlo. "No sé si lo sabes, pero la fiesta es adentro." El Omega le gruñó por lo bajo.

"Perdón por necesitar cinco minutos para prepárame mentalmente a mí mismo antes de entrar a ese nido de víboras." Masculló enojado, mas aceptó la mano que le ofreció Christopher para incorporarse. Se agarró del brazo del Alfa, usándolo como soporte mientras comenzaban a caminar hacia la mansión.

"Puedes quedarte junto a mi madre si no quieres hablar con "las víboras"." Le ofreció y el Omega lo miró como si hubiera dicho la mayor estupidez del mundo.

"Tu madre es la víbora mayor." Le dijo con sinceridad y Christopher alzó una de sus cejas. "No me mires así, puede que ella sea súper adorable contigo pero conmigo es una total mercenaria." Confesó. "Es que ya sé cómo va a empezar la conversación y todo. Algo así como "Oh, pero si es mi adorado yerno" " Christopher sonrió al escuchar la imitación de la voz de su madre por Minho.

"No sé qué ves de mercenario en esas palabras." Le dijo, sintiendo el agarre del Omega sobre su brazo tensarse en cuanto pusieron un pie dentro de la mansión y la mirada de todos fueron hasta ellos.

"Es que no me dejaste terminar como iba a ser la conversación. La primera parte siempre es puro sarcasmo, después viene el golpe." Admite con seriedad y Christopher sonríe.

Sabía que su madre era un hueso duro de roer y que no tenía la mejor personalidad de todas, pero describirla como una víbora mayor y una mercenaria era simplemente ir a otro nivel de exageración.

"Entonces, ¿qué pasa después?" Murmura, tomando dos copas para ofrecerle una al Omega. Caminan hasta su mesa, tomando asiento y Minho le da un sorbo a la bebida antes de contar.

"Entonces hace como que busca algo en mi cuello y su ceño se frunce así." La imita y Christopher ríe. "Y me dice "Oh Minho-ah, pero ¿a dónde fue tu marca?" " Imita el Omega, fingiendo una expresión de sorpresa que es sustituida luego por una sonrisa. " "Cierto, es que no te han dado una. Oh Dios mío, perdona mi indiscreción, querido." " Christopher arruga sus cejas.

"¿Ella te dice eso?" Le pregunta y el Omega asiente.

"Es su carta de presentación." Confiesa, sus ojos deteniéndose en la expresión seria de Christopher. "¿No me crees? Pues quédate cuando ella aparezca y verás. Aunque si estás presente a lo mejor se controla y se limita a criticar lo que traigo puesto. Espero que se fije en el collar y cuando me diga algo como "No podrías ponerte algo que esté más a la altura", entonces le diré "Ese colgante me lo regaló su adorado hijo, querida suegra" " Minho rió, como si aquella acción fuera la maldad más terrible de todas.

"Lo tienes todo planeado, ¿eh?" Christopher dice, perdiendo un poco de la tensión mientras le mostraba más de sus sonrisas para eventos a los conocidos que se acercaban a saludarlos. "Aunque creo que mi madre "la mercenaria" no caerá tan fácil por un comentario así."

"Lo sé. Eso es sólo para que me dé tiempo huir y esconderme." Se rió, acercándose a tomar más de su copa. "Deberías ir con ellos." Minho señala disimuladamente a lo lejos a varios hombres entallados en trajes caros que reconoce como amigos de la Universidad del Alfa. "Están goloseando tu presencia desde que pusiste un pie en la fiesta."

"¿No te importa quedarte solo?" Minho alza las cejas hacia él, con visible diversión en su rostro.

"¿Cuándo te ha importado dejarme solo?" Dice en su lugar y Christopher capta la indirecta. "Ve y habla con ellos. No estaré solo toda la noche, estoy seguro de que alguien se acercará a hablarme." El Alfa se levanta, alejándose con pasos seguros hacia aquel grupo en el que es recibido con varias sonrisas.

Minho desvía su atención, buscando algún bote salvavidas en aquel lugar con el que sobrevivir la noche.

Changbin no está, sus padres tampoco y pronto la imagen de una Omega enfundada en un costoso vestido rojo se muestra frente a él. Minho siente su cuerpo temblar, no logrando escapar a tiempo porque pronto su adorada suegra -nótese el sarcasmo- se acerca junto con la anfitriona de la fiesta para sentarse cada una a su lado.

"Buenas noches, querido." La señora Park lo saluda y Minho centra su atención en ella, mientras siente la vista de la madre de Christopher sobre él. Dios, sabe de antemano que la mujer está buscando algún defecto para comenzar a criticarlo.

"Buenas noches." Le dice con educación. "Es una fiesta maravillosa." Minho sabe que ser un poco adulador siempre funciona y lo confirma cuando los ojos de la señora Park brillan en orgullo.

"A que sí, ¿verdad? Mi hija menor me ayudó a diseñarlo todo. Tiene un muy buen gusto." La mujer alaba y a su lado, Christopher escucha a su suegra bufar y sabe que pronto viene el golpe.

"Ojalá pudiera decir lo mismo de Christopher." Ella dice y Minho sabe que lo está mirando, revelándole a la señora Park que es él la justa razón por la cual cree que su hijo mayor no tiene un buen gusto. "Como puedes ver, se conforma con muy poco." La señora Park deja ir una risita.

"Christopher es un muchacho muy apuesto. Estoy segura de que tendría a cualquiera que se propusiera a sus pies. ¿No lo crees, Minho?" El aludido asiente con una sonrisa. "No me había percatado antes de que cambiaste tu color de cabello, te queda muy bien. A ver si tu nuevo estilo te ayuda a mantener por más tiempo la atención de tu Alfa." Ella le dice, fingiendo preocupación y Dios, ¿qué hizo Minho para ser atacado por dos víboras?

"Aunque no creo que te funcione mucho, ¿o si?" La madre del Alfa le dice con una sonrisa. "Tienes que esforzarte más si quieres una marca." Un jadeo de la señora Park se escucha alto y Minho ignora como mira a su cuello sin disimular ni un poco mientras parece buscar algo.

"¿Todavía no tienes una marca?" Ella exclama sorprendida, sus palabras son un golpe bajo que va directo a las costillas de Minho. "Eso no está bien. Para nada bien. ¿Cuánto tiempo llevas con Christopher, mi cielo?" La Omega pregunta con suavidad y Minho sonríe hacia ella con nerviosismo.

"Cuatro años." Responde y la mueca de sorpresa de la señora Park se vuelve más grande.

"Pues ya deberías tener una marca." La señora Park afirma segura. "¿Cómo vas a tener un cachorro si aún no tienes una? Es inconcebible, una mordida de tu Alfa es lo que solidifica un matrimonio antes de los hijos."

Minho aprieta los labios, agachando la cabeza hasta su regazo y sus ojos se topan con su anillo de bodas. Comienza a jugar con él mientras ambas mujeres hablan sobre la importancia de tener una marca.

"Si mal no recuerdo, tu hermano ya tenía una marca cuando se casó, ¿no?" El Omega se tensó ante la mención de su hermano.

"Si Minho fuera Jungwon estoy seguro de que ya tendría una marca y más de un cachorro que lucir orgulloso." Su suegra dice con una sonrisa y Minho quiere tirar de su cabello perfectamente peinado y sacarla a rastras de la fiesta mientras le grita que es la peor víbora de todas. Ella sabe cuánto le afectan sus palabras y no tarda en añadir. "Channie siempre quiso que Jungwon fuera su Omega, lamentablemente el chico ya estaba comprometido y tuvo que conformarse con Minho."

"¿Es así?" La señora Park pregunta sorprendida y sus ojos están en Minho. "Oh querido, entonces eres algo así como un premio de consolación, ¿no?" El Omega se traga el gruñido cuando las escucha reír, su aroma tornándose amargo y si existiera una noche de purga, esas dos mujeres serían su primer objetivo.

"Señora Park." Minho la llama y ella hace un sonidito en confirmación de que lo está escuchando. Sabe que es muy bajo colocarse a su nivel, pero él ya no va a tragarse más sus palabras. "¿Cree que debería estar riendo tanto? Sus arrugas son mucho más visibles ahora." Le dice y pronto la mujer lleva las manos a su rostro, luciendo asustada. "Se notan lo suficiente, incluso de cerca son muy visibles. Al parecer su última cirugía no fue tan bien, luce casi o más vieja que antes."

Deja salir sus palabras como golpes que tienen un objetivo definido. La anfitriona de la fiesta siempre fue una mujer presumida, tanto que son constantes las cirugías que realiza para que no se muestre cómo el paso de los años deteriora su rostro.

"Ese comentario es muy desagradable de tu parte, Minho." La madre de Christopher le dice y él se gira hacia ella, dedicándole una corta sonrisa.

"¿Desagradable?" La mujer arruga sus cejas. "Desagradable es usted y la predilección que tiene por señalar con el dedo los defectos de los demás." Confiesa y se apresura a continuar cuando la ve abrir la boca para decirle algo. "Pero no se preocupe en darme explicaciones. Entiendo perfectamente que debe tener mucho tiempo libre y energía que desperdiciar ahora que el padre de Chris pasa más tiempo en un hotel con su secretaria que en casa con usted." El rostro de la Omega se vuelve rojo en ira y la sonrisa de Minho se amplía cuando añade. "No veo con qué cara critica mi matrimonio cuando el suyo ni siquiera existe."

"¡Lee Minho!" La madre de Christopher exclama, dando un fuerte golpe en la mesa que llama la atención de varias de las personas a su alrededor.

"¿Ya conoce a la amante del señor Bang, señora Park? Escuché el rumor de que es una chica preciosa y joven. Mucho más joven que usted."

"No me extrañaría que con esa actitud mi hijo se termine divorciando de ti." La señora Bang le dice y Minho se traga el dolor que le provocó escuchar aquello. "Tarde o temprano él se va a cansar de aguantarte y cuando eso suceda...-"

"Cuando eso suceda..." Minho la interrumpe, mirándola a los ojos con lo poco que le queda de valentía y voluntad. "Cuando eso suceda estaré encantado de no ver su cara de víbora nunca más." La madre del Alfa le gruñe.

"Mocoso impertinente. ¿Quién te crees que eres para...?" Minho se levanta antes de escucharla decir algo más. Sabe que tiene la mirada de varias personas en su espalda, quizás montaron una pequeña escena que sabe que pronto se olvidará.

Se acerca a uno de los camareros que carga ágilmente una bandeja con copas y en el centro una botella de champagne. Minho toma la botella, dándole un corto gracias mientras se aleja del lugar.

Él no tenía ni quería aguantar más aquellas interacciones con su suegra y no las iba a aguantar más.







Que opinan del channie? no quedo muy fuera de lugar? lo sentí bastante bien, me gusta mucho ese tipo de apodos que tiene chan con su otro nombre (son tiernos) por lo que estaré usándolos más

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