Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

♡⃞ 🎀 ── O9: boyfriend pt. 1 ֶָ֢֪

No sé con exactitud cuándo me quedé dormido, solo sé que no duré mucho con la tremenda paz que Minho me da. Ya era de día, podía sentir la luz de los rayos del sol atravesar la ventana y caer directamente en mi rostro, estaba casi seguro de que cuando me despertara, Minho ya no seguiría conmigo porque como dije antes, él empieza su día demasiado temprano a mi gusto.

Debía seguir su ejemplo, empezar temprano para acabar las cosas temprano y descansar temprano pero joder, de verdad que prefería dormir todo lo que podía. Intenté girarme para que la luz del sol no me moleste más pero me fue imposible, tenía un peso encima mío que me lo impidió.

Con pesadez y demasiada flojera abrí mis ojos y me encontré con la castaña cabellera de Minho, él estaba despierto ¿cómo lo sé? podía ver sus manos juguetear con el cuello de mi camiseta. A pesar de que me moví no se percató de que ya estaba despierto pues se dedicó a jugar con los dedos de mi mano, tampoco sé en qué momento nuestras manos se entrelazaron encima de mí pecho pero ahí estábamos, yo viendo como Minho veía mi mano y mis dedos como lo más interesante del mundo mientras que él no se percataba de aquello.

Moví mi mano en un rápido movimiento para que quedase justo en su cabello castaño, eso le tomó por sorpresa pues pegó un brinquito.

— Creí que estabas dormido — dijo cuando empecé a acariciar su cabello.

Podría jurar que me volví adicto a tocar sus hebras ¿se lo lavaba con un shampoo especial o por qué es tan suave?

— Pude notarlo — respondí metiendo mis dedos entre todo ese lindo y brillante cabello. Bostecé ligeramente esperando que todo el sueño se vaya — ¿Hace cuánto que despertaste?

— No lo sé, tal vez hace una hora.

— ¿Una hora? ¿Por qué no te levantaste?

— No quería despertarte, además...

Llevé mi otra mano a su cabello y comencé a jugar con él, era increíblemente suave, bonito y olía de maravilla — ¿Además?

— Es... es cómodo estar así — lo sentí relajarse ante el tacto de mis dedos en su cabellera.

— Lo es, aunque no tanto, tengo las piernas y el brazo izquierdo entumecidos — soné como un anciano, lo sé, pero no podía negarlo, nuestras piernas seguían entrelazadas y mi brazo estuvo rodeándole la cintura toda la noche.

— Oh, lo siento — se disculpó mientras bajaba con cuidado de la cama, aquello hizo que pueda estirarme como era debido y mierda que casi no sentía las piernas y el brazo, debe de notarse mi falta de costumbre por dormir con alguien más.

— No tienes por qué — le sonreí transmitiendo le seguridad en mis palabras porque la verdad, esta había sido una noche bastante cálida — ¿Qué quieres hacer hoy?

Estiré mis músculos sintiendo crujir varios de estos, Minho me miraba y su rostro cambiaba a uno de sorpresa cuando un sonido causado por mi estiramiento salía.

— Podemos... Mmm... — Su mano tocó su barbilla, sus dedos daban ligeros golpes en esta — podemos caminar.

Y con un último estiramiento le respondí: — Caminemos entonces.

Me levanté e iba a abrir la puerta para que salgamos pero su voz me detuvo.

— Chris.

— ¿Si?

— También te quiero.

꒰🎀꒱


Seúl tiene lugares muy bonitos, lugares donde podías salir a despejar tu mente, tomar aire libre, pasar tiempo con amigos o simplemente a caminar como Minho y yo hacíamos.

Pasaba tanto tiempo estudiando y trabajando que había olvidado lo agradable que se siente el viento en mi rostro, un viento suave, no como cuando corría y el viento impacta a fuertemente en mi rostro despeinado mis cabellos, era tan leve que apenas y unos mechones se movían, las mañanas eran lindas y yo las desperdiciaba durmiendo.

Esta vez decidimos caminar a un lugar distinto y no simplemente por el vecindario. El autobús nos llevó a una zona bastante poblada, la gente hacía ejercicio o sacaba a sus perros a pasear, había gente comprando en tiendas y desayunando, me gustaban las multitudes pero a Minho no por lo que pude notar.

Él jaló de mi brazo sacándome de todo ese ambiente movido para llevarme a uno menos transitado y tranquilo.

— Ahí hay un parque, normalmente solo hay niños jugando ¿quieres ir? — Minho me dijo que no conocía tanto a Seúl por lo que tampoco conocía muchos lugares para ir.

Asintió feliz cuando escuchó la palabra niños. Lo guíe al verdoso lugar y como dije, había muchos niños jugando, ese parque en realidad era para eso, habían muchos juegos instalados, solo pocas personas frecuentaban este lugar sin un niño que los acompañe, como nosotros, bueno, como Minho, porque yo si venía con un niño.

A veces pienso que Minho no tuvo buena infancia por cómo veía a los pequeños jugar y divertirse.

— ¿Me esperas?

Lo miré confundido pero no reproché, le di mi afirmación a su pregunta indicándole que lo esperaba en una banca de madera.

Bastante sucia la banca a decir verdad.

Lo vi caminar en línea recta ¿Hacia dónde? no sabría si decir hacia los juegos o hacia los niños ya que ambos se encontraban en el mismo lugar. Minho paró de caminar cuando tuvo en frente a toda esa multitud de infantes, eran alrededor de doce niños y todos voltearon a ver a Minho, no entendía qué sucedía pues me encontraba algo lejos de todos ellos, solo fui consciente de cómo se bajaban de las pequeñas atracciones para correr a donde Minho estaba.

Ahí fue cuando comprendí lo que pasaba, un niño de aparentes nueve o diez años sacó un balón de fútbol de quien sabe dónde, lo lanzó al poco césped que había y todos corrieron tras el objeto redondo.

Cuando digo todos me refiero a literalmente todos, ósea Minho también.

Fue un poco difícil que Minho me hable de su vida, incluso aún esquiva algunas cosas que le pregunto, se veía alguien cerrado y no tan sociable a pesar de esparcir ternura por todas partes pero, solamente se necesitaba verlo así, con esa enorme sonrisa, jugando entre todos esos niños para que mi corazón lata a gran velocidad.

La sensación de tranquilidad regresó al verlo cargar un niño para que este no logre patear el balón, se complementaba muy bien con los pequeños, como si supiera exactamente lo que querían: jugar y jugar.

Aparté la vista de él un momento y me dediqué a mirar por los alrededores, las aparentes madres de los niños se veían encantadas con Minho, murmuraban cosas que me imagino son buenas por cómo sonreían y miraban al castañito, eso es a lo que me refiero cuando digo que Minho emana ternura, tiene un aura fresca y pura que hace que no desconfíes ni un minuto en él.

Después de admirar como los niños y Minho paraban de jugar caí en cuenta de algo.

Me dejó sentado esperándolo por jugar con unos niños, me siento indignado.

El grupo de los pequeños rodearon a Minho que parecía jugar o escribir algo en una libreta, un niño se la tendió junto con un lápiz.

A paso lento y sigiloso me acerqué hasta ellos, la voz de Minho se hacía más entendible conforme avanzaba.

— Y Riki anotó dos veces, entonces, si sumamos todo esto, su equipo tuvo un total de—.

— ¡Minho! — grité tocándole la cintura.

— ¡Ah! — gritaron Minho y los niños a unísono.

Mi intención solo era asustar a mi amigo, no a todos, fue mala idea porque soltaron gritos demasiado agudos que casi hacen que mis tímpanos se rompan y las madres se levanten preocupadas por ver qué le sucedía a sus hijos.

Nota mental: no asustar a muchos niños a la vez.

— ¡Maldito seas Christopher Bang, casi nos das un infarto! — Minho se levantó y comenzó a pegarme levemente el pecho, no pude aguantar la risa cuando lo vi con su ceño fruncido, tratando de no soltar groserías enfrente de los pequeños.

Tomé de sus manos antes de que vuelvan a impactar contra mi pecho y dejé libre más carcajadas, sus mofletes en segundos se sonrojaron y su ceño se frunció más.

— L-lo — traté de hablar pero las carcajadas no me lo permitieron — lo siento — lo envolví en un abrazo con sus extremidades superiores pegadas a su cuerpo para que no intente golpearme de nuevo — lo siento, lo siento, lo siento — y estallé en risas de nuevo balanceándome con él de un lado al otro.

Mis risas cesaron cuando abrí los ojos húmedos por las lágrimas que amenazaban con salir y pude observar a los doce niños mirándonos con una expresión neutra.

Recorrí los alrededores con mi vista aún con Minho en brazos, las madres ya no miraban a nuestra dirección después de comprobar que sus hijos estaban bien.

— Eh... — dije incómodo por la penetrante vista de los niños.

— Niños, Christopher, Christopher, niños — Minho nos "presentó" dándole la espalda a sus nuevos amigos.

Fue cuestión de segundos cuando lo solté, se acomodó la ropa y el cabello mientras me tiraba una mirada casi asesina. Era tierno pero daba miedo cuando estaba enojado.

— Como decía — volvió a sentarse en el piso tomando la libreta y el lápiz en sus dedos, los infantes dejaron de mirarme y rodearon a Minho nuevamente — si sumamos esto ustedes anotaron cuatro goles y nosotros cinco.

— Wah~ usted es muy listo Minhonnie oppa — una niña lo miró con admiración.

— ¿Puede enseñarnos más?

— No se restar ¿me enseñaría?

Todos los niños llenaron de preguntas a Minho y el aceptaba encantado, bien, parece que nuestra caminata ha sido pospuesta para darle clases a unos chiquillos.

Me siento indignado de nuevo.

No me quedó de otra que sentarme a una distancia corta de ellos, Minho hablaba claramente y con seguridad, por cada respuesta que daba a las preguntas los pequeños soltaba un "wow" impresionados por su habilidad de enseñanza.

Yo también estaba sorprendido a decir verdad, hubiera dado lo que sea para que de pequeño tenga un profesor así.

— Hyung — un niño de ojos gatunos alzó la voz interrumpiendo la pequeña clase de Minho — ¿Él es su novio? — su dedito me apuntó.

Minho se giró a verme y yo también planté mi mirada en sus ojos, ambos parecíamos pensar la respuesta.

Bueno, esto tenía que suceder alguna vez ¿no?

— N-

— Si, es mi novio — hablé antes de que Minho lo haga, me acerqué más a él y rodeé sus hombros con un brazo. Minho me miró con sus ojos bien abiertos y con un notable sonrojo en sus mejillas.

Las niñas que se encontraban ahí gritaron emocionadas y comenzaron a dar saltitos.

— B-bueno, sigamos con esto — Minho tomó entre sus manos la libreta con intenciones de volver a dar sus clases improvisadas.

— Minhonnie oppa, mejor juguemos — una pequeña con el cabello hasta los hombros tomó la libreta de las manos de Minho y la guardó en una pequeña mochila tirada en el pasto. La niña tenía una gran sonrisa en su rostro cuando Minho no se opuso — ¡Juguemos a su boda!

Gritó fuerte y claro haciendo que los demás niños se emocionen y comiencen a aprobar el pequeño juego. Ahora Minho no era el único con mejillas coloradas, sentí mi propia sangre calentarse ante la idea de la pequeña.

Los niños no nos dejaron oponernos o aceptar la idea, simplemente se sentaron frente a nosotros mientras arreglaban todo para la "boda".

— Hyung's, les prestamos nuestros anillos — el niño de ojos gatunos se acercó a nosotros con otro niño, ambos se quitaron unos pequeños anillos de plástico y se lo entregaron a la niña que inauguró todo esto.

— ¿Por qué yo soy la novia? — escuché hablar a Minho, estaba tan distraído con los niños que no me di cuenta de que una de cabello rubio le puso una diadema a Minho, el accesorio tenía encaje blanco y unas pequeñas perlas doradas decorándolo, me imagino que con eso suplió el "velo".

— Las novias son muy, muuuy bonitas — abrió sus bracitos dando a entender que tan bonitas eran las novias — y usted es muy bonito.

Me siento indignado por tercera vez, aunque no niego que Minho es muy bonito.

Adiós heterosexualidad, te voy a extrañar.

Minho asintió al argumento de la que al parecer se llama Jisoo, pude ver su nombre en un dije en una cadena de aparente oro que tenía adornando su cuello.

— ¡Comencemos! — gritó la pequeña cura.

La niña dijo algunas palabras, lo típico de las bodas, incluso ella sabía más que yo acerca de lo que un cura debía decir, el resto de los infantes pretendían llorar o estar emocionados por nuestra boda, no sabía que decir, es realmente tierno verlos con sus ojitos brillosos viéndonos con ¿admiración? no sabría decir exactamente con qué.

Disimuladamente miré a las madres de los niños, me intriga a saber si creían que le estábamos dando un mal ejemplo a sus hijos pero para mí sorpresa, no nos miraban enojadas o con asco, estaban casi tan alegres y emocionadas como los niños, la homofobia era muy notable en Corea pero por el surgimiento de los hilos había disminuido bastante creyendo en algo de "si el destino lo quiso, es porque está bien".

— ¿Minho oppa, acepta a Christopher oppa como su legítimo esposo?

Ante eso, mi corazón se agitó de una agradable manera, Minho me miró y yo a él, le sonreí indicándole que me divertía este pequeño juego.

— Acepto — me sonrió de igual manera, se notaba algo avergonzado y sus mejillas nunca dejaron de estar rojas.

Los niños dieron un chillido emocionado.

— ¿Christopher oppa, acepta a Minho oppa como su legítimo esposo? — la pequeña Momo (que es como me dijo que se llamaba) daba saltitos emocionada por mi respuesta.

Volvimos a mirarnos con sonrisas tímidas, es realmente adorable como los niños se tomaron la noticia de nuestro "noviazgo". Una idea pasó por mi mente, tomé el meñique de Gyu con mi meñique y todos los niños, padres y hasta nosotros mismos nos sorprendimos.

Nuestros ojos brillaban de un color morado y rojo difuminado entre sí, el rojo se notaba mucho más que el color morado, eso fue lo que nos hizo sorprendernos a nosotros también.

— Acepto — respondí aún sorprendido.

— ¡Los declaro marido y esposo! — gritó Momo sin dejar de ver nuestros ojos, todas las personas que alcanzaron a ver el cambio en nuestros orbes no despegaba la vista de nosotros, notaba a algunas madres con verdadera sorpresa en sus rostros y los niños debatían en sí preguntarnos como era esto posible. Momo se acercó a nosotros jugando con sus deditos, se veía algo tímida — pueden besarse — susurró a lo que yo comencé a reír y a Minho se le sonrojaron más las mejillas.

Tomé su mentón con mi mano libre acercándome lentamente a él, los niños se quedaron quietos viendo con atención el momento, reí ante eso y también por el rostro avergonzado de Minho. Nuestras respiraciones chocaban ante sí por la cercanía, nuestras narices casi se estaban rozando y cuando Minho cerró los ojos bajé un poco su cabeza y dejé un casto beso en su frente.

Y ahí fue cuando más gritos se escucharon, incluso creo haber visto a una madre gritar y cubrirse los labios con su mano al darse cuenta de su reacción.

— ¡Los anillos! — gritaban los infantes. Momo tomó nuestras manos libres y nos puso ambos aros de plástico en los meñiques ya que, eran tan chicos que no cabían en ningún otro dedo.

Y así, con el grito y preguntas de los niños de fondo, las reacciones de las madres, los preciosos orbes rojos y morados de Minho viéndome y nuestros meñiques entrelazados, sentí la ya tan conocida cálida sensación en mi pecho.

La cálida sensación de tenerlo conmigo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro