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Changbin bajó del auto y comenzó a caminar. Entró al hospital, subió al ascensor y presionó el botón con el número cinco grabado. Al bajar del ascensor la recepcionista del piso lo saludó, era buena amiga de Chan. Realmente todos los trabajadores del hospital conocían a Christopher.

En fin. Changbin caminó hasta el cuarto de Chan, abrió la puerta y se detuvo un par de segundos para ver a su omega. Estaba de pie frente a la ventana, con su recién nacido en brazos, balanceándose de un lado a otro mientras tarareaba una canción que a Jisung le habían enseñado en la escuela (y la cual no dejó de cantar por un mes).

De repente, se detuvo, se giró y sonrió antes de regresar la atención a su cachorro.

—¿Sunggie está bien?

—Sí, sólo un poco molesto porque está con Jeongyeon, pero él está bien.

Hace dos días, la familia tenía un nuevo integrante. Un pequeño cachorro que pesaba: tres punto siete kilos y medía: treinta y cinco punto tres centímetros. Jisung aún no lo conocía y eso era porque Chan no dejaría que su cachorro durmiera en uno de los sillones del hospital. Él mismo sabía que no eran muy cómodos.

—¿Listo para ir a casa? —Chan asintió.

Changbin salió para decir que estaban listos para irse y una enfermera pronto apareció con una silla de ruedas para el omega. Chan se sentó con su bebé en brazos y Changbin tomó la maleta con la que habían llegado el jueves, saliendo del cuarto.

Una vez en el auto, Chan decidió ir en la parte trasera al lado de su bebé. El camino a casa fue realmente corto, algo que Chan agradeció mucho, no podía esperar a acostarse en su nido junto a sus cachorros y su alfa. Quería uno de esos abrazos que solo Jisung sabía darle y quería dormir al lado de su alfa, no como en el hospital, con su alfa en un sillón a dos metros de él.

Changbin ayudó a Chan a salir del auto, al sostener con cuidado al cachorro y oír a su omega gruñir levemente con reclamo, decidió devolverle al pequeño bebé a Chan. Después de eso, tomó la maleta del maletero y caminó al lado de Chan hasta estar dentro de la casa.

—¡¿Sunggie?! —fue lo primero que hizo Chan al estar sentado en la sala, llamar a su cachorro, quien bajó las escaleras rápidamente al oír a su madre.

Se detuvo al ver a un pequeño envuelto en una manta entre los brazos de su mamá y se acercó con sigilo cuando Chan le dio permiso para que lo hiciera.

—¿Jake? —repitió tres veces—. No creo que sea su nombre, Ma. No me hace caso —Chan rió suavemente por el comentario.

—Es porque los bebés no nos asimilan y no tienen el conocimiento suficiente para hacerlo —Jisung asintió comprendiendo todo lo dicho por su madre—. Falta mucho para que pueda entendernos, de hecho, no nos ve bien, somos algo borroso para él.

—Así que no jugará fútbol?

—No, por un largo tiempo —Jisung frunció sus cejas—. Pero, le enseñaremos ¿cierto?

—Sip.

Jisung se sentó al lado de Chan, en silencio ambos viendo al pequeño Mikyung. Mientras tanto, en la cocina, Jeongyeon hablaba con Changbin sobre como Jisung había dormido en el nido y como pedía cada cinco minutos ver a su madre y a su hermanito.

Cuando Jeongyeon se fue, diciendo que era mejor esperar una semana para que Chan recibiera más visitas, así para no causarle estrés al omega. Changbin fue con su familia, se sentó al lado de Jisung y unos segundos después volteo a ver a su omega, quien sonreía al ver al niño pasar su mano delicadamente sobre la cabeza de su hermano.

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Changbin tenía un sueño cuando era pequeño, él soñaba con ser un alfa con el omega más hermoso del mundo. Él quería una familia pequeña. Changbin también soñaba con ser una persona amable y, con suerte, tener una buena vida.

Y lo que Changbin tenía en este momento de su vida, ni siquiera lo podría haber imaginado siendo pequeño. Tenía dos cachorros, los más adorables y tiernos cachorros que conocería en su vida. Tal vez por que se parecían a él y siendo honestos Changbin podía llegar a ser un poco narcisista.

Pero eso quedaba de lado al ver a su omega. Al posar sus ojos en Chan pensaba en cómo era posible que ese perfecto omega estuviera a su lado, jugando en el patio trasero con sus cachorros, enseñándole a Mikyung a jugar fútbol cuando el pobre niño apenas y podía caminar. Aceptando todas las fallas de su torpe alfa, que realmente, solo lo hacían reír.

—¿Jugarás o tienes miedo de perder, Seo?

Changbin bajó de las nubes y vio fijamente a su omega quien sonreía tomando las manitas del más pequeño de sus cachorros para que este no se cayera mientras Jisung estaba tirado en el césped, descansando.

—Si no mal recuerdo la última vez gané —Jisung rió y Changbin lo volteó a ver.

—La última vez mamá te dijo que ganaste por que te caíste y no recordabas que pasó.

Changbin volteó a ver a Chan, completamente indignado por la nueva información que recibía. El omega sólo sonrió antes de cargar a Mikyung y voltearse.

—Mira que bonito árbol, bebé —le dijo al cachorro, señalando el árbol que había en el patio vecino.

—Oigan, tengo hambre —dijo Jisung llamando la atención de sus padres solamente para evitar otro juego de fútbol donde su padre perdería una vez más.

La paz llegó de nuevo y se quedó en acuerdo de ir a hacer algo de comer y así todos entraron a la casa. Chan se quedó en la sala con sus cachorros, hasta que consiguió convencer a Jisung de vigilar a Mikyung por unos minutos, quien se estaba quedando dormido en el sofá.

—Hola —dijo en la entrada a la cocina, Changbin lo vio por un par de segundos antes de regresar su atención a lo que cortaba.

Chan caminó hasta quedar detrás de su alfa y lo abrazó por detrás, cruzando sus brazos sobre el abdomen de Changbin, elevándose un poco en sus pies para recargar su mandíbula en el hombro de su alfa.

—Hola —repitió una vez más antes de acercar su rostro a la fuente de aroma de su alfa.

—¿Todo bien, amor? —entonces Chan se paró bien en el piso, recargó su frente en el hombro de Changbin—. ¿Channie?

—Solo… —paseó su nariz un par de veces contra la playera que usaba Changbin—. Mi celo, ya sabes…

El alfa sonrió. Chan se volvía una masita de amor al estar cerca de su celo, y de repente, su omega se volvía un poco inseguro. Changbin debía admitir que su alfa se sentía aún más feliz (si era posible) al poder sentir a su omega querer acurrucarse entre sus brazos todo el tiempo.

Cuando Chan ronroneo, Changbin supo que buscaba más atención, así que dejó lo que hacía para darse media vuelta. De inmediato, Chan se impulsó de los hombros de su alfa para saltar, y enredó sus piernas en las caderas del alfa, quien puso sus manos en los muslos de Chan para sostenerlo.

Caminó hacia la sala dónde sus cachorros estaban sentados en el piso, jugando un poco.

—¿Pizza? —preguntó Jisung al ver a sus padres. Changbin asintió y su cachorro le pasó a su padre el teléfono de la casa.

Alrededor de media hora después, Chan estaba completamente dormido. Changbin lo había dejado en su nido y sus cachorros decidieron tomar una siesta junto a su madre también. Entonces, Changbin tenía una pizza entera frente a él y su familia dormía en el piso de arriba.

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De vez en cuando tenían una cita sin cachorros. Una cita que tomaba lugar en la cocina, iluminados por la luz del extractor de humo de la cocina. Habían descubierto que Jisung despertaba en las noches si llegaban a prender una luz en la casa. Era una cita donde evitaban hablar sobre algo relacionado con los cachorros. Tomando un pequeño momento para concentrarse en sólo ellos dos.

Changbin había dejado una nota al lado de la taza de té de Chan en la mañana, en la cual ponía: "tu y yo donde siempre, Luna". El omega había reído al imaginarse a Changbin escribiendo eso con prisa antes de llevar a Jisung y Mikyung a la escuela.

Y ahí estaban, sentados en el piso, con la espalda contra la pared, mientras comían tiramisú –el cual Changbin había comprado en el restaurante italiano donde comían en los días especiales– ambos comiendo del mismo contenedor con diferentes cucharas. Riendo en voz baja y susurrando. Mirándose a los ojos, deteniendo el tiempo una vez más. A veces apartando la mirada para poder pensar con claridad.

La marca brillaba, siempre lo hacía, haciendo sentir orgulloso al alfa y completamente cálido al omega. Tal vez era el hecho de ser destinados, tal vez estaban demasiado enamorados, o tal vez eran buenos para el otro de tantas formas, que ninguno de los dos podía llegar a estar sin el otro por mucho. Porque solo sentían ansiedad por separación.

El brazalete de Chan ahora contaba con: cinco lunas, cinco soles y dos eclipses con los nombres de sus cachorros grabados. Porque a veces Changbin veía un dije de un sol o una luna y se lo llevaba a su omega. En ese momento, recordó que debía comprar otro eclipse pronto.

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Jisung jamás esperó tener una hermana.

Pero ahí estaba, parado al lado de su padre, el cuál cargaba a Mikyung para que el pequeño pudiera ver desde el otro lado del cristal a esa pequeña cachorra dormida, puesta en los cuneros del hospital con el apellido Seo anotado en la pequeña cuna, rodeada de otros bebés. Usando un pequeño gorro color lila.

Su padre había dicho que debían esperar un poco más para verla a ella y a su madre.

Jisung esperaba que la nueva integrante de la familia hubiera heredado las habilidades en el fútbol de su madre, ya que Mikyung tenía las habilidades de su padre, eso significaba que apenas y podía patear el balón.

Una media hora después, pudieron verla. Su olor era diferente, recuerda como Mikyung tuvo este aroma a café hasta que cumplió un año. Pero ella olía a menta. Su padre le había dicho que él de bebé, solía oler a una tarde en la playa.

La pequeña era la única que tenía ojos azules como los de su madre. Mikyung tenía ojos almendrados y mechones color carbón. Los tres cachorros tenían hoyuelos en sus mejillas.

Jisung ayudó a Mikyung a sentarse en la camilla del lado derecho. Mikyung, de inmediato, se acurrucó contra el cuerpo de su madre, y Changbin esperó hasta que Jisung estuviera del otro lado para poner en los brazos de su omega a la nueva cachorra.

—¿MinHee? —le preguntó Mikyung a Changbin, sólo para confirmar si esa pequeña era su hermana.

Changbin asintió, compartió una mirada con Chan, ambos confirmando que habían elegido el mejor nombre para esa pequeña con ojos del mismo color de la flor por la cual fue nombrada la pequeña cachorra.

Chan tenía a sus tres cachorros, a quienes amaba con su vida y haría todo por ellos. Protegerlos con su propia vida.

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Changbin llegó del trabajo y fue abrazado por la más pequeña de sus cachorros, vio a Mikyung salir corriendo por un grito de Jisung. El alfa levantó a MinHee y siguió caminando hasta llegar a la cocina donde su omega leía un libro en calma. Chan sonrió al verlo.

—Hola, alfa —dijo alegremente. Changbin dejó a su pequeña de nuevo en el piso y ella salió corriendo, probablemente con sus hermanos.

—Hola, omega —cada vez que pronunciaba esa palabra su alfa interior se llenaba de orgullo al recordar todo lo vivido con su alma gemela.

Se acercó a Chan, se inclinó y atrapó los labios de su omega entre los suyos, olvidando con tan simple acto la pizca de estrés que recargaba en él. Las manos de Chan se posaron de inmediato en la parte posterior del cuello de su alfa, mientras las manos de Changbin viajaban a su cintura y se anclaban ahí. Como un barco al llegar al muelle.

—Jihyo vendrá a cenar —dijo Chan con naturalidad.

—¿Por qué?

—Porque llamó y dijo "los veo en la cena".

Changbin rió suavemente antes de inclinarse un poco más y enterrar su rostro en el cuello de su omega. Aún podía oír de fondo a Jisung, Mikyung y MinHee hablando en voz alta en la sala, pero el aroma de Chan le permitía perderse de vez en cuando.

O hasta que Mikyung llegó y tomó su mano para llevarlo a la sala, porque su hermano necesitaba ayuda con su tarea. Pudo escuchar la risa de su omega mientras su cachorro lo arrastraba al comedor.

Horas después, cuando la cena estaba lista y las tareas terminadas, Chan fue escaleras arriba a ayudar a Mikyung a bañarse, Jisung caminaba detrás de Chan ayudándolo a buscar la ropa para su hermano y tal vez buscando algo de valentía para hacerle una pregunta a su madre.

—En serio quieres ayudar hoy —dijo Chan extrañado, al ver a Jisung entrar con él y Mikyung al baño. El mayor de sus cachorros asintió.

—Tiene siete, ¿no puede bañarse solo? —Chan frunció el ceño, Jisung jamás se comportaba así.

—¿Puedes traer de regreso a mi adorable cachorro? —Jisung bufó—. Hey, si te vas a comportar así, ve a tu habitación, Jisung.

—Perdón —murmuró sentándose en el inodoro el cual tenía la tapa cerrada—. ¿Podemos hablar? —Chan lo volteó a ver algo confundido mientras el agua caía en la bañera.

—¿Ahora o quieres hacerlo a solas?

—Mejor después, iré a ayudar a papá —Chan asintió y segundos después vio a su cachorro salir del baño.

—Él es impactante —dijo Mikyung y Chan río ya que su cachorro aún no sabía cómo utilizar esa palabra, pero la decía en cada oportunidad que tenía. Nunca en la forma correcta.

Changbin estaba por calentar la cena y poner lo necesario en la mesa con ayuda de MinHee. A veces, como ahora, recordaba la primera vez que había visto a su omega, después de tantos años, su memoria empezó a ampliar la imagen. Pasar de sólo ver la cara de Chan, a ser capaz de ver a su cachorro sonriendo y a punto de aplaudir cuando Chan le dio aquella paleta roja. ¿Qué habría sido de Changbin sin su cachorro?

Cuando volvió al presente, vio a Jisung sentado en una de las sillas altas con la cabeza contra la encimera de la isla. Changbin sentó a MinHee en la isla y está gateó hasta estar frente a Jisung y empezó a acariciar el cabello de su hermano. El alfa hizo una pequeña mueca antes de ir al refrigerador y sacar la leche chocolatada.

—¿Algo que ronde tu cabeza, Sung? —el cachorro negó aún con la cara contra la encimera—. Sabes que puedes hablar conmigo.

—Lo sé —murmuró volteando su cabeza. Changbin sirvió en un vaso leche chocolatada y lo puso frente a la cara de Jisung. Cargó a MinHee, le dio un palito de pan para entretenerla y así no tener interrupciones mientras hablaba con Jisung—. Gracias.

Changbin metió la lasaña en el horno con una sola mano y después de poner el cronómetro, se recargó en uno de los gabinetes esperando que Jisung dijera lo que le sucedía. Lo haría siempre y cuando hubiera bebido la mitad de la leche en el vaso.

Tal y como lo esperaba, Jisung se enderezó en la silla, con el vaso entre sus manos y su mirada concentrada en el líquido chocolatoso. Changbin sonrió recordando la misma imagen al pasar de los años.

—Minho me pidió algo hoy.

—¿Puedo saber qué fue?

—Puedes ver el bote de basura y sacar conclusiones —dijo antes de dar otro trago a la leche.

Siguió con sus ojos los movimientos de su padre: como sentó a MinHee en su silla, abrió el gabinete debajo del lavadero y se quedó completamente quieto al echarle un vistazo. Changbin tomó el ramo de margaritas con su mano y lo sacó del bote antes de voltear a ver a Jisung.

—¿Para qué es esto? —Jisung lo miró serio, no creyendo que su padre no se imaginara lo que eso significaba. Changbin vio el ramo una vez más antes de hablar—. ¿Cuál fue tu respuesta?

—Lo rechacé —susurró, sus manos jugando con el vaso—. Fue estúpido de su parte, ni siquiera me he presentado.

—¿Y cuál es el problema? —Jisung negó—. ¿Estás enojado porque tu amigo es un alfa y quiso cortejarte? —Jisung no contestó—. O simplemente es por que no te has presentado.

—Tengo catorce  —Changbin asintió—. ¿Podemos aceptar que soy un beta y que jamás me voy a presentar?

—Si eso hará que dejes de presionarte para presentarte, creo que podemos hacerlo —Jisung rodó los ojos, un gesto con el cual, sorprendentemente, se parecía a Chan—. No soy tu madre, no te daré un discurso sobre esperar hasta que pase. Solo te diré que me presenté cuando tenía diecisiete y no puedes dejar que la casta te defina, Jisung.

—¿Y cómo sabré qué está bien y qué está mal? —Changbin frunció el ceño—. ¿Cómo sé a quién aceptar y a quién rechazar?

—Sung, eso no tiene nada que ver con ser alfa, beta u omega —el cachorro asintió—. Tienes que pensar que es lo quieres, a quien quieres, que es lo que sientes y crees, debes conocerte.

—¿Crees qué Minho me odie por rechazarlo? —Changbin negó—. Es que, sólo no quiero una pareja aún, no creo estar listo —Changbin sonrió—. Y mamá siempre dijo que nunca debía hacer algo que no quisiera.

—Él es muy listo, deberías escuchar todo lo que dice —Jisung asintió—. ¿Entonces, te ayudé en una crisis?

—No hagas eso.

Changbin tomó una tiza, caminó hacia la puerta de la despensa y agregó una pequeña línea que significaba un punto a su lado del marcador. Después volteo a ver a Jisung completamente orgulloso. El cachorro solo negó.

—Eso es vergonzoso, todos sabemos que no le ganarás a mamá.

—La esperanza es lo último que se pierde —dijo recordando que su omega tenía ciento cuarenta y tres puntos, mientras él solo llevaba quince.

—Sí, lástima que no te llames Esperanza —palmeó el hombro de su padre antes de salir de la cocina.

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Jisung debía confesar que tenía un tía favorita, Jihyo. Esa beta era su cómplice desde que podía recordar, excepto esa vez que decidió que Chan sería su madre. Pero al final, Jihyo fue el padrino de Changbin en la boda.

Así que al abrir la puerta y ver a su tía favorita –a la cual no había visto en más de seis meses–, la abrazó con fuerza.

—Si fuera tú, también me extrañaría, pero déjame respirar, hombrecito —Jisung se alejó y dejó pasar a Jihyo al interior de la casa.

Platicaron un poco hasta llegar a la cocina, donde Chan y Changbin hablaban y se podía sentir la tensión en el aire. Jihyo puso su mano en la cabeza de Jisung y lo hizo darse media vuelta antes de empujarlo lejos de la cocina. La beta rió fuerte cuando Jisung se estrelló contra la pared. En ese momento, Chan y Changbin dejaron de hablar volteando a ver a Jihyo.

—Oh, no se preocupen, sigan discutiendo, yo seré la intermediaria —dijo tomando asiento en una de las sillas altas.

—Tú, estúpida beta —murmuró Chan antes de tratar de golpear a Jihyo que se encontraba del otro lado de la isla.

Changbin rodeó con sus brazos a su omega, lo cargó un poco alejándolo de la isla y después se dio media vuelta. Era como controlar a un pequeño gatito con complejo de león.

—Pues sí, pero quiero saber por qué soy estúpida esta vez —respondió Jihyo conteniendo la risa que amenazaba con salir. Chan la vio por encima del hombro de Changbin.

—¿Qué le has dicho a Jisung? —Jihyo frunció el ceño—. Sobre citas y todo eso.

—¿Qué les dijo él?

—¿Cómo saber a quién aceptar o quién rechazar? —dijo Changbin tranquilo. Entonces, Jihyo se levantó y caminó al lado de la pareja.

—¿Lo rechazó? —el alfa asintió—. Miren, solo sé que tuvo la primera cita con ese alfa hace un mes, pero no quiere llegar a una relación en sí, aún, así que de seguro rechazó otra cita —Chan señaló el ramo de flores que estaba en la encimera al lado del lavadero.

—Rechazó un cortejo, Jihyo. No una cita —Jihyo frunció el ceño—. ¿No sabes nada más?

—No... tú sabes que si fuera algo más serio se los diría. Sus cachorros, son los cachorros del grupo y les juro que solo sabía lo de la cita.

Admitamos que la cena fue algo tensa solamente para los adultos, preguntándose qué había pasado en la vida de Jisung en este último mes. Pero aún así, se las arreglaron para hacer una platica amena y divertida con los cachorros. En especial, al burlarse de Jihyo por todas las veces que fue rechazada por Jeongyeon después del gran desastre de años atrás (dónde Jihyo invitó a Jeongyeon y a otra beta al baile de graduación, en el cuál, dio como resultado una Jihyo con un moretón en el ojo proporcionado por Jeongyeon).

Jihyo se quedó a dormir. "Demasiado vino", dijo antes de caer dormida en el sofá. Changbin se encargó de cubrirla con una manta antes de decirle a Mikyung y a MinHee que jamás hicieran algo así.

Después de acostar a sus dos cachorros menores, Chan tocó la puerta de la habitación de Jisung antes de entrar. Su cachorro estaba acostado de lado, cubierto por un edredón y mientras más se acercaba a él, más claros eran los sollozos. Chan se acostó al lado de su cachorro y este, de inmediato, se dio la vuelta en la cama para abrazar a su mamá.

—¿Qué pasa, cariño? —dijo paseando su mano por la espalda de su cachorro en un intento de calmarlo—. ¿Tiene algo que ver con Minho?

—¿Papá te lo dijo? —Chan susurró un sí antes de que Jisung se sentara—. No te enojes, porque no hice nada malo... Sólo tuve tres citas con Minho, y sí, tal vez somos… fuimos, sí. Fuimos novios por unas semanas o algo así.

—¿Y rechazaste su cortejo porque...?

—Porque no soy nada.

—Cachorro, no digas eso, mejor ven aquí y cuéntame todo —Jisung se volteó antes de acostarse y levantar sus pies, recargando sus talones de la pared y Chan hizo lo mismo.

—Hay una omega —Chan asintió—. Ella es muy buena y muy linda persona, además, es nueva en la escuela. Cuando Minho me dio el torpe ramo, solo pude pensar en que se vería mejor y tendría mucho más sentido si lo tuviera ella —se quedó callado, perdiéndose otra vez al recordar ese momento.

—¿Por qué no te has presentado?

—Mhm... ¿sí? —Chan vio el techo—. Así que terminé con él y, obviamente, rechacé el cortejo.

—Y no estás muy bien ahora, ¿cierto?

—¿Puedes dejarme llorar? —Chan contestó con un "sí", su cachorro se hizo una bolita y se cubrió una vez más.

El omega se quedó ahí hasta que su cachorro se quedó dormido. Más que quedarse para calmar a Jisung, estaba en un pequeño shock tratando de aceptar que, ese pequeño cachorro que conoció ya no era más un pequeño que se escondía en los gabinetes y comía mermelada directo del bote metiendo su pequeña manita.

La mañana siguiente, cuando Jisung bajó las escaleras, lo primero que hizo fue abrazar a su madre, ganándose un mini gruñido de Mikyung, seguido de la risa de MinHee.

—¿Y esto por qué es? —preguntó Chan un poco extrañado.

—¿Siempre seré tu cachorro?

—Siempre, Sunggie —este lo abrazó con más fuerza. Changbin entró a la cocina y sonrió, hace unos meses no veía a Jisung abrazar a su madre—. Desde el primer día eres mi cachorro y lo sabes.

Jisung se alejó alegre, tomó una manzana, una botella de agua, las metió en su mochila y antes de salir de la cocina fue detenido por Changbin. Él cual lo detuvo posando su mano en el hombro de su hijo.

—¿A dónde?

—Hoy caminaré a la escuela —volteó a ver a su madre. Quien le sonrió.

—¿Y por qué tan temprano? Aún falta una hora para la escuela.

—Tengo que hablar con alguien y resolver un problema.

Changbin levantó su mano y Jisung salió corriendo despidiéndose desde la puerta.

Chan sonrió recordando al pequeño que corría para no ser atrapado mientras jugaban. Changbin no pudo evitar pensar en ese día donde llegó a su departamento y se encontró, solo, con ese pequeño de ojos almendrados por primera vez.

Era su primer cachorro, que había crecido para presentarse un año después como un alfa. Changbin parecía sorprendido porque Jisung era un alfa, pero cierta parte de Chan siempre lo había sabido. Al igual que sabía que sus otros dos cachorros también serían alfas.

Sus cachorros, el mayor orgullo como pareja para Chan y Changbin. Que suerte que un pequeño cachorro, años atrás, hubiera decidido que un enfermero de emergencias fuera su mamá. Tal vez fue el destino, pero ambos, agradecerían siempre a su cachorro.

·°˖◝ 🍬 ◜˖°·

nueva actuuu

perdónenme de verdad
por no actualizar por
tantos días, no sé qué
me paso :(

mañana subiré el epílogo
y el extra final, así dando
por finalizada la historia ^^

big hug
010923

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