𝗲𝗽𝗶𝗹𝗼𝗴𝘂𝗲
Lo que esté en cursiva son flashbacks.
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Era la primera vez que Jisung le mentía a su mamá. Bueno, en su defensa no era exactamente una mentira, solo estaba ocultando una parte de la verdad.
Porque sí iría a pasar el rato con Minho, pero no iría a hacer tarea. Él tenía una cita con unos de sus mejores amigos. Así que cuando las clases se acabaron, Jisung caminó hacia Minho, el cual se encontraba sentado en una de las bancas que estaban en la entrada de la escuela. Jisung se sentó a su lado, ganándose la atención del alfa.
—Hey —susurró Minho, que se encontraba igual de nervioso que Jisung. Este sonrió antes de mirar al piso y susurrar un "hola" al alfa—. ¿Seguro que tus padres te dieron permiso?
Jisung asintió, pero entendía el porqué Minho preguntaba. Sus dos padres juntos, siendo serios y con los ceños fruncidos, sí daban un poco de miedo.
Minho se levantó y le extendió su mano a Jisung para que la tomara, cosa que hizo antes de levantarse y ambos comenzaron a caminar. Tal vez, Jisung debió pedir ayuda a su madre... ¿cómo se suponía que debía actuar en una cita? No tenía idea de nada.
Solo sabía que Minho le había pedido muy amablemente si quería tener una cita con él y Jisung aceptó, porque siempre pensó que Minho era malditamente adorable con su cabello rojo un poco ondulado, ojos cafés, una hermosa sonrisa mostrando sus dientes, tan linda como sus labios rosados. También le gustaba contar sus pecas, Minho solía recostar su cabeza en la mesa mientras el profesor entraba al aula y Jisung se dedicaba a unir las pecas creando constelaciones en las marcas cafés, azuladas, rojizas y rosadas.
—Oye, tú, no quiero que nos volvamos raros por esto —dijo Minho cuando llegaron a la pequeña cafetería. Deteniéndose frente a Jisung para cerciorarse que todo estuviera bien.
—Creí que ya éramos raros antes —Minho rió—. Dijiste que seríamos raros juntos y quiero que lo seamos —sonrió y arregló el flequillo del alfa.
Entraron y tomaron asiento en una de las mesas más alejadas de la entrada. Escondidos en una esquina susurrando secretos, el olor a café de Minho rodeándolos, tomando un par de malteadas y compartiendo una rebanada de pastel. Tenían catorce, y apenas dinero.
Jisung no podía dejar de sonreír cuando salieron de la pequeña cafetería. Iban caminando a la par, con sus manos entrelazadas y soltándolas al entrar a la casa de Minho. Jisung le dijo al chico que le había dicho a su madre que haría la tarea en su casa, así que Minho respondió que era mejor para todos si hacían al menos una parte de la tarea.
Al entrar, la madre de Minho los saludó y, cómo usualmente hacía, los mandó al cuarto de Minho a hacer la tarea. Jisung estaba acostado en la cama y Minho sentado en el piso, uno haciendo la tarea de física y el otro de literatura.
Cuando acabaron la tarea, Jisung supo que debía regresar a casa o estaría en problemas. Así que guardó todas sus cosas, agradeció por el sándwich que le hizo la madre de Minho y salió corriendo. A un par de cuadras de distancia, fue detenido por el alfa. Jisung era demasiado rápido.
—Se supone que debo acompañarte —dijo Minho—. No huyas de mi, tonto —empezaron a caminar, el alfa tratando de igualar el paso de Jisung, quien caminaba muy rápido para llegar a casa antes.
—Detente aquí —dijo Jisung a un par de casas de su hogar—. Jamás me vienes a dejar, harán preguntas.
—Bien, pero me quedaré aquí para ver que entras —Jisung rió un poco, todo el asunto le parecía ridículo—. ¿Qué es tan gracioso?
—Tu me invitaste a una cita, aceptaste que fuera un secreto y ahora te estás comportando como alfa conmigo, es algo chistoso.
—No entiendo, ¿por qué es chistoso? —"porque no soy un omega", pensó contestar, pero decidió quedarse callado y solo negó con la cabeza antes de dejar un beso en la mejilla de Minho, para salir corriendo otra vez, gritando un "adiós". Al entrar a su casa pudo escuchar a su padre preguntando por él. Gritó un "ya llegué" para tranquilizar a su familia.
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Jisung, sentado en clase de matemáticas, fue donde aceptó ser novio de Minho (después de una cita más). Sung se sentaba al lado del alfa, el cual ahora recargaba su cabeza en el hombro de Jisung y tomaba su mano, incluso hasta cuando escribían, afortunadamente Jisung era diestro y Minho ambidiestro, así que nada les impedía tomarse de la mano.
Jisung paseaba su dedo por el brazo de Minho, tratando de contar los lunares que cubrían su piel blanca. Escuchó unos murmullos y levantó la cabeza, viendo a una omega. Al parecer era nueva en la escuela, rubia, ojos grises, olor a malvaviscos y mejillas sonrosadas. Jisung bajó su mirada una vez más y volteó a ver a Minho, al mirar el alfa recostado en su hombro con sus ojos cerrados, eso le tranquilizó un poco.
Minho tenía una marca de nacimiento en su clavícula en la cual Jisung concentraba su atención cuando el alfa pasaba a hablar frente a la clase. Había caído hasta el fondo sin saberlo.
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Minho no había ido ese día a la escuela y Jisung se había sentado solo en el almuerzo. Quería pensar a solas, pero aquella omega nueva le preguntó si el asiento estaba libre, así que allí estaban.
—Soy Jimin, pero me puedes decir Karina —dijo la omega, sonriéndole a Jisung. Este despegó la vista de su libro y le sonrió de regreso.
—Soy Jisung, pero todos me dicen Sung —regresó su mirada al libro al no obtener una respuesta inmediata. Pero dejó de leer al escuchar esa pregunta.
—¿Tu novio no vino a la escuela? —Jisung levantó la cabeza—. Perdón, en serio, es que a veces no sé cuando debo callarme y siempre hago las preguntas más incómodas, lo lamento —Jisung sonrió, colocó el separador en su libro y lo cerró.
—Está bien, él no vino.
—Ustedes son una linda pareja —Jisung se sonrojo, nadie le había dicho eso antes—. Desde el primer día que los vi juntos, me dije que ustedes debían ser la pareja más bonita en esta escuela, han pasado días y no ha cambiado mi opinión.
—Eres algo rara —la omega hizo un puchero automáticamente—. No, no, no lo malinterpretes, eso es algo bueno. Lo digo de la mejor manera posible —ella sonrió.
—¿Y desde cuándo están juntos? —Jisung rió antes de dar una respuesta. Ese fue el inicio de una rara y divertida amistad para ambos.
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O tal vez, empezó cuando Minho tuvo que hacer un proyecto con uno de los omegas del salón, el cual tenía un aroma a cerezas. Jisung tuvo que hacer el proyecto con Karina y estuvo distraído viendo a su novio que se encontraba al otro lado de la biblioteca sonriendo mientras hablaba con el omega.
Pero, Jisung negó con su cabeza, ese era Minho, siempre le sonreía a todos esperando mejorar el día de alguien con esa simple acción. Debía dejar de pensar en todas esas cosas, Minho lo quería igual que él quería a Minho. ¿Cierto?
Jisung no esperó a Minho a la salida de la escuela. Jisung empezó a caminar a su casa sólo con sus pensamientos como compañía. Hasta que dos brazos lo rodearon.
—¿Te olvidaste de mí? —Jisung sonrió, pero no contestó—. Sunggie, ¿todo bien?
—Sí —susurró. Minho lo detuvo y le hizo darse media vuelta para verlo a la cara.
—Cuéntame que pasa —Jisung bajó la cabeza—. ¿Sunggie?
—¿Qué pasa si me presento cómo alfa?
—Serías mi alfa, ¿por qué preguntas eso? —Jisung cerró sus ojos cuando Minho le levantó la cabeza—. Hey, no quiero que estés triste —Jisung logró asentir antes de ser abrazado por Minho—. Alfa, beta u omega te querré.
—¿Sí?
—Claro que sí, ¿dónde más encontraré a alguien que le gusten tanto mis pecas? —Jisung rió a su pesar y se separó del abrazo limpiando las pocas lágrimas que se me habían caído—. ¿Entonces te acompaño a casa, mi lindo novio?
Jisung asintió, Minho lo besó antes de empezar a caminar. Esta vez su brazo izquierdo sobre los hombros de Jisung y contándole chistes para hacerlo sonreír, diciéndole cuán lindo era para ver ese rosado en sus mejillas.
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A veces, se quedaba pensando en lo diferente que todo sería si tuviera una casta definida. ¿Algo cambiaría? Su inseguridad acerca de no presentarse crecía con el pasar de los días, hasta que simplemente dudó sobre todo, así que solo compartía las dudas que cruzaban su mente con Karina en clase de literatura.
Desafortunadamente, ese día Minho había tomado todo el valor que poseía para preguntarle a Jisung algo realmente importante.
Mientras caminaban a casa, Minho tomó la mano de Jisung y lo hizo desviarse, hasta que llegaron a un parque, haciendo que el castaño tomara asiento en una de las bancas. Minho se sentó a su lado.
—¿Sabes por qué todos dicen que el cortejo es la forma más pura de mostrar tu amor?
—Sung, tengo que llegar a casa a tiempo.
—Vamos, solo responde —Jisung rió suavemente.
—Okay. Sí, lo sé.
—Bueno, yo... yo te amo —Jisung sintió su corazón latir con más fuerza, mariposas en su estómago y antes de poder responder Minho continuó hablando—. Y por eso, siento correcto hacer esto.
Sacó de su mochila un pequeño ramo de margaritas, las flores favoritas de Jisung. Le sonrió tímidamente y tomó la mano de Jisung.
—Este es mi cortejo y sería un honor que lo aceptaras.
No pudo hacer nada. Solo se quedó ahí viendo las flores, él no era un omega, él no era un alfa, ni siquiera era un beta. Nada tenía sentido… su mente era un remolino. No sabía cómo pensó en Karina y cómo la imaginó aceptando el cortejo de Minho, eso tenía más sentido en su mente confundida.
—¿Sunggie? —el ramo estaba en sus manos, pasando su dedo por los tallos de las flores, aún sin dar una respuesta.
—Te amo —dijo antes de levantar la mirada, encontrándose con esos ojos cafés—. Por eso no puedo aceptarlo, perdón —dejó el ramo en la banca y se levantó, su plan era empezar a caminar, pero Minho le tomó la mano para detenerlo.
—Espera, no entiendo, ¿fue muy pronto? —Jisung negó—. ¿Es por qué no es primavera? —Jisung negó—. Entonces... me amas, pero no lo suficiente cómo para aceptar mi cortejo sin haberte presentado —Jisung no hizo ningún movimiento—. ¿Esto qué significa? ¿Seguimos siendo novios? ¿Aún me dejarás recargar mi cabeza en tu hombro? ¿Te podré seguir besando y esperaremos a qué te presentes para que estés seguro? —Jisung no había contestado, ni siquiera él lo sabía—. ¿Puedes hablarme? Me estoy volviendo loco aquí.
—No, no puedo hablarte. No sé qué me pasa, no sé qué hago, no entiendo nada... —Minho se levantó de la banca y se puso frente a Jisung—. No sé —dijo una vez más antes de ser abrazado por el alfa.
Pasaron unos segundos, dónde ambos lloraron en el hombro del otro, tratando de comprender lo que estaban viviendo. Hasta que Jisung decidió ser valiente y solo decir lo que sentía en el fondo de su ser.
—Te juro que te amo, pero... no creo que sea justo —se separó del abrazo y dio un paso hacía atrás—. No es justo que tu estés esperando para que yo esté seguro de algo —Minho bajó la cabeza—. Perdón, pero no sé quien soy, no tengo idea de que hacer... Quiero que me beses y quiero que sigamos en esto, pero no es justo para ti, no es lindo que te rechacen un cortejo...
—Jisung, solo dime si estás terminando conmigo o no —pero ni siquiera Jisung sabía a qué lugar lo llevaría todo lo que estaba diciendo. Aún con dudas en su mente solo pudo responder un "sí".
Minho se volvió hacia la banca, se colgó su mochila y tomó el ramo. Pese a todo lo que estaba pasando, seguía sintiendo que su alfa le decía que no se fuera, que se quedara y hablara con Jisung hasta llegar al fondo de todo. Era su persona, no su alfa, su omega o su beta. Era su persona y no lo quería cambiar por nada, pero por lo mismo lo conocía. Sabía que esa duda seguiría hasta que se presentara y si lo llegaba a hacer, sabía que no lo debía apresurar a hacer nada.
—Ten —dijo dándole el ramo a Jisung.
—Minho, yo...
—Yo no lo quiero, es tuyo, lo hice para ti... No me lo quedaré.
Al ver que Jisung no tomaba las flores las puso en la banca y se despidió antes de empezar a caminar sólo. El llanto de Jisung era incontrolable en este punto, sentía una presión en su pecho, empezó a caminar a casa, pero se detuvo y se volteó sobre su hombro para ver el pequeño ramo que ahora representaba el momento más triste vivido con Minho. Decidió volver por el ramo.
Cuando llegó a casa, se sintió completamente confundido al tener el ramo en sus manos. Hasta que se sintió estúpido por haber tomado el ramo, dejó su mochila en el piso y corrió a la cocina a tirar el ramo en la basura. Debía controlarse antes de que su madre llegara con sus hermanos. O, al menos, eso intentó.
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Había dormido menos de un par de horas, quedándose despierto pensando en lo que quería hacer y considerando lo que sus padres le dijeron. Pensando en la solución correcta y llegando a la misma conclusión todas las veces.
Él quería estar con Minho. No importaba lo que pasaría después, él quería estar con Minho y quería amarlo todo el tiempo que pudiera.
Por eso había salido temprano de su casa, quería hablar con Minho con sus pensamientos en orden. Lo encontró a mitad del camino. Se detuvieron frente al otro, Jisung sonrió y lo saludó agitando su mano, eso hizo a Minho sonreír.
—Por favor, dime que lo de ayer no pasó de verdad —dijo Minho.
—Pasó de verdad. Me dijiste que me amabas y quisiste cortejarme, pero no supe cómo reaccionar —se acercó al alfa—. Yo quiero seguir siendo tu novio, si eso es lo que quieres también...
—¿Qué te hizo cambiar de opinión?
—Darme cuenta que soy yo, no importa la casta que tendré, seguiré siendo yo —Minho sonrió un poco más—. Y yo te amo.
—¿Puedo saber por qué le dijiste a Jimin todas tus dudas sobre mí, pero jamás me dijiste nada?
—Porque tú tratarías de hacerme sentir mejor, Karina siempre me dice la verdad —metió sus manos en los bolsillos de su abrigo—. Pensé que te cansarías de mí por todas mis dudas.
—Bien, te diré algo... —dio un paso hacia Jisung, cerrando la distancia existente entre ellos y metió sus manos en los bolsillos del abrigo de Jisung, para tomar las manos de este—. Yo no me cansaría de ti ni porque me lo pidieras, sé lo que ocurre esa cabecita tuya, pero quiero que sientas la confianza para decirme que pasa.
—Lo haré.
—Así que… ¿Qué somos?
—¿Podemos volver a ser novios? —Minho asintió—. Solo tengo que hacer las cosas bien y tal vez un poco más lento.
—De acuerdo.
—De acuerdo —repitió Jisung. Minho cerró la distancia entre ellos y le dio un beso.
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Jisung sabía que su padre no estaba feliz con todo este asunto de él teniendo un novio, pero había pasado casi un año y debía de aceptarlo en poco tiempo. Al menos, eso pensaba Jisung.
No se sentía muy bien ese día, pero debía ir a la escuela, tenía un exámen y debido a que era gran parte de su calificación, no quería perdérselo.
Así que al salir de casa, se quitó el abrigo y aunque estuviera haciendo mucho frío, él tenía calor. Minho frunció el ceño al ver eso.
—¿Acaso quieres morirte de frío?
—No, solo no tengo frío —dijo antes de besar a su lindo alfa—. Y un "hola" es la forma más popular de saludar a alguien.
Minho rió mientras comenzaban a caminar hacia la escuela. Algo era diferente en Jisung ese día, ¿había crecido un poco más? ¿Había arreglado su cabello de diferente manera? ¿Por qué se veía con un aura completamente diferente?
Cuando llegaron a la escuela, de inmediato, su tercer rueda se les unió y Jisung estaba tan distraído en la incomodidad que sentía ese día que ni siquiera había saludado a Karina.
—¿Sunggie, estás bien? —preguntó Minho deteniendolo antes de entrar al aula—. ¿Sunggie, me escuchas?
—¿Estoy bien? —Minho sonrió posando sus manos en las mejillas de Jisung.
—¿Eso es una respuesta, cielo?
Jisung asintió, Minho preguntó un par de veces más lo mismo para cerciorarse y justo cuando sentía que obtenía algo, el maestro les dijo que entrarán a la clase.
Se sentaron en sus lugares de siempre, el maestro pasó los exámenes y justo a las ocho con quince comenzaron a rellenar el examen. En un punto, Jisung dejó caer su lápiz comenzando a sentirse algo mareado. Dejó caer su cabeza contra la mesa y Minho dejó de contestar su examen al igual que Karina. Omega y alfa compartieron una mirada confusa.
—Yoo, Seo y Lee, el examen es individual, no en grupos.
Minho pudo ver a Lia levantarse de su asiento para alejarse un poco de Jisung, un nuevo aroma se expandía en el aire. Un aroma que llamó la atención de todos.
—Señor, creo que Jisung está entrando en celo —dijo Minho y el maestro salió del aula para ir en busca de un prefecto—. Hey, Sunggie... sé que duele, pero estarás bien.
—Sung, quiero irme a casa.
—Lo sé, pero debes respirar, Sunggie. Pronto te llevarán a casa, alfa.
El prefecto lo llevó a la enfermería hasta que su padre fue a recogerlo, Jisung sólo recordaba como su padre lo cargó hasta dejarlo en el auto y lo llevó a casa.
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Habían pasado dos días y el celo de Jisung había terminado la noche anterior. Minho lo sabía porque Jisung le mandó un mensaje diciendo que todo había pasado. Así que, allí estaba Minho parado frente a la puerta de la casa de Jisung. Tocó el timbre y esperó.
—¡Es Minho, mami!
—Hola, Hee —dijo el alfa, la pequeña le sonrió antes de tomar su mano y hacerlo entrar a la casa. Minho cerró la puerta.
—Es Minnie —dijo guiando a Minho a la cocina, donde estaba su mamá—. Mi nombre es MinHee, pero debes llamarme Minnie.
—Como digas, Hee —la niña bufó y dejó a Minho a solas con su madre. El alfa rió un poco viendo a la niña enojada salir de la cocina—. Buenas tardes, señor Seo.
—Hola, Minho, ¿a qué debo tu visita?
—Hmm... Vine a ver a Jisung, ¿puedo?
—Supongo que debe estar despierto ahora, está en su cuarto, recuerda...
—Puerta abierta, ambos pies en el piso y contenido apto para menores de 6 años.
Chan sonrió antes de asentir. Entonces, Minho subió las escaleras encontrándose con Mikyung en el camino. El niño le quería enseñar lo que había construido con sus legos, así que después de ver la obra de Mikyung, Minho fue al cuarto de Jisung. Dejó la puerta abierta.
Tan pronto hizo eso, el aroma de Jisung llenó sus pulmones, era cómo la madera recién cortada, pero con toque picante a brisa de mar. El nuevo alfa estaba dormido, cubierto con su edredón y podía llegar a notar la manga de la playera que usaba.
Se sentó en la orilla de la cama y movió un poco a Jisung, quien abrió sus ojos. Se veía demasiado cansado, pero sonrió al ver a Minho.
—Hola —murmuró antes de darse la vuelta y cubrirse por completo con el edredón. Minho rió, y picó un costado de Jisung varias veces, haciendo que Jisung se removiera un poco.
—Anda, tonto —Jisung solo se descubrió lo suficiente para que Minho viera sus ojos y se acomodó un par de mechones de cabello que cubrían la frente de Jisung—. ¿Cómo estás?
—Cansado —Minho sonrió—. Conviérteme en beta, no quiero pasar por esto otra vez.
—Por más que quisiera cumplir tu deseo, me agrada tu aroma así que te dejaré como alfa —Jisung se sentó—. ¿Volviste a tener frío? —Jisung asintió, tenía su pijama puesta—. Tal vez es por que dejaste la ventana abierta, tonto.
—Me gusta... —enrolló su dedo en un mechón del pelo castaño—... sentir la brisa del viento pasar por mi cuarto mientras estoy cálido —Minho asintió, escuchando al alfa hablar sobre su amor al mundo—. Ayer hubo un atardecer de algodón de azúcar, lo pude apreciar un poco antes de tener una ola de calor. ¿Tú viste el cielo ayer?
—Azul, rosa y morado con nubes difuminadas —Jisung sonrió—. Claro que lo vi, sabía que me pedirías detalles.
—¿Qué más viste? —preguntó doblando una de sus piernas para recargar ahí su cabeza y ver con atención a Minho.
—Vi cómo pasó de ser un rosa salmón a un rosa pastel sucio, un morado vibrante a un lila suave, el mismo que ensuciaba el rosa y un tono azul grisáceo que seguro era una nube rebelde que no quería ser pintada de un azul suave como las otras —Jisung sonrió—. El resto del cielo era azul, algunas estrellas brillaban ya y la luna estaba lista para hacerse notar.
—Que hermoso —susurró, quedando estático viendo a Minho. Con el tiempo aprendió que eran demasiadas pecas para contar.
Minho le hizo levantar su cabeza y se acercó en lo que sintieron pasar minutos, aunque ni siquiera había sido segundos. Sus labios se juntaron con los ajenos en un beso suave y delicado. Tal vez, Minho era su atardecer y por eso la mayoría de veces no podía hacer nada más que verlo y descubrir qué tonalidad tenía cada peca. Inmerso en encontrar un atardecer en cada peca.
—Te amo —susurró al romper contacto, sus labios tenían pecas, las veía cada vez después de besarse.
—Yo también te amo —respondió viendo las largas pestañas castañas aletearse, teniendo contacto con los pómulos de Jisung de vez en cuando.
Nadie sabía que pasaría entre esos dos, pero era lindo imaginar el futuro. Su futuro.
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aquí el epílogo :(
solo falta el extra
ya se termina, igual
que "way back home"
lloro.
big hug
240923
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