
𝟏𝟐.───𐙚
Jennie guarda su móvil en el bolsillo del hoodie que tenía puesto y ahora con las manos al rededor de su estómago, protegiéndose, observa al rededor suyo con nerviosismo. Habían un sin fin de salas, los edificios se notaban tan amplios que parecían infinitos.
¿Qué se supone que haga ahora?
No tenía ni la menor idea dónde quedaba la oficina del rector para que pudiese guiarla. Mucho menos sabía cuál era su propio salón.
Intentó buscar a algún profesor para que le ayudase, o hasta un alumno, pero los pasillos estaban vacíos.
—¡Roseanne!
𖹭
Roseanne, boba como ninguna, corría con desesperación con su móvil en mano intentando escribir todo lo que pasaba en ese instante para publicarlo como tweet.
Pero, ¿recuerdan cuando sus padres les decían que jamás cruzaran la calle mirando el celular? Bueno, esto es algo parecido.
—¡Mierda! —gritó asustada. Por ser una irresponsable con el camino, terminó empujando a Jennie. En un reflejo para no cayese, logró mantenerla en sus brazos, rodeándola por los hombros.
Por supuesto que iba a ser Jennie, vamos, pero Rosé no lo había notado hasta ahora.
—¡Jennie-! —se calló, abriendo los ojos y sintiendo la sangre subir a sus mejillas.
¡Bendita luna! Por supuesto que fue un poco vergonzoso todo aquel escándalo, pero ya estaba junto a la chica que tanto le había gustado. Y tenerla así de cerca, percibiendo su exquisito perfume dulce, valía cada vergüenza del mundo.
Se separó de la más baja, su sonrisa se expandió sobre sus labios contagiando a Haerin de inmediato.
—¡Hola! Lamento el accidente, estaba buscándote y me distraje.
Jennie le provocaba muchas sensaciones a Roseanne sin siquiera conocerle realmente, se podía nerviosa de tan solo pensar en su nombre, pero también era cierto que la australiana fue toda su vida un alma alegre, sociable y completamente extrovertida, así que no tenía problemas para iniciar una charla aunque fuera con la muchachita de su destino.
—Hola... —susurró, tenía una sonrisa de colmillo que hizo a Rosie querer gritar—. No te preocupes y muchas gracias por venir. Esta cosa es enorme... —habló, refiriéndose a la escuela.
Y tenía toda la razón, Asap era la preparatoria más importante de Corea, por lo que inmediatamente la volvía relevante internacionalmente, así mismo, una buena arquitectura que gritara lujo era necesaria.
Si lograbas entrar era por -mucho- dinero o un promedio excelente, perfecto. Todo el grupo de Roseanne se encontraba ahí por la primera alternativa, porque... a ninguna le iba increíble.
Rosie asumió que Jennie entró de la misma manera, aunque algo le decía que también era sumamente inteligente, lo que encontraba aún más atractivo.
—¿No te entregaron un horario? ¿O no sabes en qué curso vas tú? Yo por ejemplo soy del tercero APT —Haerin la observó con el ceño fruncido, confundida—. Oh, sí. Aquí los cursos tienen nombre y número —ambas rieron. Asap tenía una manera muy distinta de funcionar al resto de colegios.
—La verdad no tengo ni la menor idea. No me dieron un horario, solo me llegó un email con flores y un osito deseándome suerte en mi primer día —otra vez, carcajearon. Todo estaba fluyendo a la perfección para sorpresa de Jennie, y es que, con lo tímida que es frente a gente nueva pensó que estaría más incómoda.
Pero, ¿cómo incomodarte teniendo a la chica más dulce frente a tus ojos?
Jennie comenzaba a admirar la personalidad de Park Roseanne.
—Ven, entonces, te llevaré con el rector —la menor agradeció con una sonrisa y siguió el camino que Rosé tomaba.
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—Kim Jennie, tercero OA, edificio cuatro, segundo piso a mano derecha —dijo el señor, entregándole una hoja de papel—. Aquí tienes tu horario y una disculpa la falta de información —Jennie lo recibió con una sonrisa, diciendo que daba lo mismo—. Por suerte te encontraste con Roseanne —miró a la neozelandésa brevemente—. Ten cuidado porque esta niñita es bastante... traviesa —la mencionada rió nerviosa, rogando que a Jennie no le asustara el comentario de ese viejo tonto.
¡Todos en Asap eran traviesos! Eran todos niños ricos, por favor.
Salieron de ahí y Haerin soltó una risita, como la misma que escuchó la primera vez que se vieron, cuando Gengar llevó a su dueña hacia la muchachita más bonita del universo, y su futura novia -según ella-.
—¿Así que debo tener cuidado de ti, Roseanne Park? —dijo, con una sonrisa juguetona. Roseanne comenzó a negar rápidamente.
—¡Por supuesto que no! Ese señor solo quería dejarme mal porque no le agrado —entrecerró los ojos, mirando en dirección a la oficina de director.
—Está bien —se acomodó un mechón tras su oreja y las manos de la extranjera picaron por tocarla—. Gracias por ayudarme y lamento haberte quitado tiempo, espero no te castiguen.
—¡No te preocupes! Les dije una pequeñita mentira blanca para poder salir... —rió, recordando la cara de horror de su maestra al oírla decir que su cuerpo no daba más y debía ir al baño en ese mismo instante o se haría de eso ahí mismo—. ¿Quieres que te lleve a tu sala? Queda al lado de la mía —ofreció y su mente comenzó a pensar en que se sentiría hermoso ir a dejarla todos los días, tomadas de las manos y despidiéndose de un tímido beso en los labios antes de dirigirse a su propio salón.
Ok, puede que deba ir al psiquiatra algún día.
—¿No te estoy molestando mucho?
—No, por supuesto que no, Jen.
Jen, Haerin pensó que le gustaba como sonaba ese sobrenombre saliendo de los bonitos labios de Rosé.
—Entonces sí, por favor.
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𖹭
después de tres años por fin actualizo esto JSKAJAKAJ
ayer estábamos en el lugar siente de chaennie (hoy estamos en doce)
no le tome captura ☹️💔
los amo mucho chikos, capaz en un rato actualizo (soy mujer, tampoco me crean mucho eh)
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