𝑒𝑛 𝑝𝑟𝑖𝑠𝑒
𝑒 𝑛 𝑝 𝑟 𝑖 𝑠 𝑒
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Hace frío. Eso es lo primero que nota.
Siente el aire rozar contra su piel y como cada poro se tensa erizando los vellos de su brazo.
Puede, incluso, escuchar la forma en la que su propio vello se mueve, escucha sus latidos y agudiza también su nariz, solo para reconocer el lugar donde va a poner un pie.
Lleva solo una camisa ligera de un sólido color azul marino y un par de jeans negros. No debe llamar la atención, eso lo sabe. Una oleada más de aire choca contra su piel mientras cruza la calle, y entonces agradece la piel alfa que posee.
Cuenta cada paso manteniendo un porte tranquilo. Llega a su lugar de encuentro y acomoda solo un poco su flequillo, mira el reloj en su muñeca y sonríe. Esta justo a tiempo, listo para esperar.
Deja caer su peso contra el pilar más cercano dando la impresión de una apariencia despreocupada, incluso saca sus llaves jugando con ellas solo para parecer desinteresado, sin embargo sus sentidos no dejan de estar alerta. Hay demasiado flujo en la calle para la hora que es, esta oscuro y la gente parece disfrutar de los paseos lunares pero está bien, un lugar concurrido es mejor: esa es la razón por la que todo su negocio tiene sede en la parisina ciudad, es más sencillo esconderse donde nadie te ve.
«Justo en medio de todos» puede escuchar la voz de su padre sonar en su cabeza, dando una de las tantas lecciones para llevarlo hasta ese momento. Jules juega, paseando entre sus dedos el colgante de su cuello, una pieza de ajedrez: un alfil.
Una pieza menor.
Ignora la punzada en su pecho mientras escucha la voz de su padre como ecos en su cabeza. Esta bien, se repite, los lugares deben de ganarse, esa es la razón de estar ahí.
Demostrar su valor, jugar su partida en el tablero de su padre, uno donde Louis es el rey.
— ¿Trazando planos mentales? — escucha decir. El alfa pega un brinco, se sobresalta para enseguida escuchar una carcajada, una burla. Su perfecta fachada de serenidad tirada al carajo en un segundo, intenta mantenerse serio pero sus labios pronto se curvan en una sonrisa que tiene como destino seguir la risa de la chica. — Debes agudizar esas orejas, alfa. No me escuchaste llegar.
— Mis orejas están bien, muchas gracias. Tu eres una alfa excepcionalmente silenciosa, tus huellas son más ligeras que el viento Luc.
Entonces Jules mira al cuello de Luc, el segundo alfil blanco colgando también.
— De todas maneras, ¿dónde estabas? Es tarde.
— Bueno, es una noche especial, no podía llegar con las manos vacías —Ella mira el viejo reloj de la plaza frente a ellos; la torre comienza a sonar marcando el inicio de la medianoche. Tres campanas resuenan y entonces Luc sonríe alzando su falda, mostrando el liguero escondido y las dos armas de fuego que guarda en el. Ellas la toma, ofreciendo una de ellas. Jules la toma notando el calibre perfecto y lo ligera que se siente en su mano. A la medida. — Me parece que mi tiempo esta perfecto. — ella sonríe con el cinismo marcando en su lengua. — Feliz cumpleaños, hermano.
Jules abraza a su gemela, puede sentir sus piezas de ajedrez encajando una con la otra; su complemento. Son piezas menores, lo saben, pero acaban de cumplir diecisiete años y estan listos para dejar los juegos de niños y las rondas de practica.
— Vamos, tenemos un juego que empezar.
Sonríen, sintiendo la emoción y la adrenalina recorrer sus venas. Ellos han planeado esto por meses, cargan sus armas y se mueven como el reflejo que son del otro perfectamente coordinados.
Después de todo, su padre les enseño a jugar para ganar.
Dos días más tarde, todos los periódicos imprimen en primer plana el inesperado ataque al burdel más grande de la región. La infraestructura completamente dañada dejando inoperable al centro de explotación y prostitución capitalizada por al menos, un par de semanas. Su jefe de operaciones —un cabo que es líder de apariencia, el extremo más bajo pues es la cara del publico pero que bien sirve de mensajero a aquellos que pretenden llegar— inhabilitado, encontrado inconsciente con la forma de una daga y una rosa tallada al rojo vivo sobre su piel: la firma de la reine rougue.
Un idílico en prise, un impecable ataque a un objetivo sin defensa en riesgo de ser capturado. Ejecutado perfectamente, los gemelos Tomlinson esperan con ansias el contraataque, deleitándose con el residuo sonoro de los gritos que provocaron toda la noche.
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Harry camina en movimientos agraciados esquivando a las personas que recién comienzan la fiesta. Sus caderas siguen la música de jazz en el fondo pues es un día como cualquier otro. Adora las luces rojas que adornan el lugar mientras la gente se divierte, puede ver a algunos de sus compañeros de trabajo en sus trajes exuberantes y sonríe al ver parte de show entreteniendo a todos los clientes. Saluda y sonríe, pero nadie se detiene a hablar con el: saben que esa no es la zona de Harry, saben que el pertenece al sector especial del Señor Tomlinson.
Incluso si la mayoría de las personas en la zona baja del club no saben para que tipo de persona trabajan, saben que el alfa de ojos azules es alguien importante para la ciudad. Un burgués. Incluso si no lo ven mucho, todos saben que es un hombre imponente que no debe ser molestado. No cuando le deben todo.
Los artistas de su show burlesque son todos alfas, betas y omegas callejeros, refugiados y exiliados que pudieron dejar los tormentos pasados para conseguir algo mejor por su cuenta incentivados por las motivaciones del alfa. Los meseros, bailarines y bartenders, todas y todos estan allí por su cuenta: pueden irse en cualquier momento, sin embargo no tienen intenciones de hacerlo. Guardan demasiado respeto y gratitud, es solo gracias a Louis que han conseguido un hogar, la oportunidad de hacer arte y una nueva vida.
Tal vez por eso que todos abren camino hacia el omega de rizos. Todos saben que no deben tocarlo, después de todo es el bailarín favorito del alfa.
Harry llega al fondo del club, debe bajar unas glamurosas escaleras en una segunda habitación antes de llamar a la tercer puerta y decir su código de la zona roja. Es mejor cuando esta abajo.
Son menos personas, es un show más personalizado, más elaborado. Y la decoración es sencillamente de otro mundo. Con pisos que siguen patrones a blanco y negro en curvas, líneas y cuadros, creando así ilusiones de caer a cado paso. El tapiz es tan rojo como la sangre, piezas de ajedrez, enormes, decoran todo el lugar y los muebles parecen ser pertenecientes a una época de oro.
Mientras camina, sabe que el olor de omega fértil llega a las narinas de todos los invitados; voltean a verlo tan magnético que son incapaces de desviar la mirada, Harry sonríe con autosuficiencia, descubre su cuello sin marca en un gesto descarado que es parte de su show.
Puede ver a políticos, altos funcionarios y a gente que reconoce como socios de mafias vecinas. Oh, otros podrán ignorarlo, pero Harry no. El sabe perfectamente que clase de negocios tiene Tomlinson entre manos. Después de todo, Harry es su cortina de humo.
Todas estas personas, estas desagradables, poderosas y pútridas personas vienen a verlo a el. Harry ha aprendido a verlos a ellos también. Sabe que detrás de cada joya hay una muerte, que en cada trago existe un negocio, que los juegos de cartas se realizan con trueques de vida o muerte y que ese es el principal sitio de intercambio que el alfa tiene para sus comercios secundarios.
Harry se pasea solo para conocer al publico de la noche antes de llegar a su camerino. Esta rodeado de gente peligrosa, del tipo que con una mirada pueden destruir vidas enteras pero poco importa. Harry sabe el poder que posee, sabe que esta seguro ahí, gracias a el.
El omega mira hacia arriba, la gran silla de oro que destaca de entre el resto y observa al alfa que descansa en ella como si fuese un trono. Lo ve, relajado y con su porte dominante; lo ve con sus ojos azules que supervisan cada movimiento de cada persona. No sabe como lo hace, Harry supone que es de esas cosas de alfas puros o lo que sea-- pero puede verlo reflejado en sus iris, la manera en la que ve, escucha y siente todo a su alrededor. Como no necesita ni siquiera moverse para controlar el lugar. Verlo a los ojos es ver el mundo detrás de el.
Harry sonríe, por primera vez desde que llego al club, Harry sonríe para Louis. El rostro del señor Tomlinson es tan estoico como siempre pero Harry conoce sus ojos, y es todo lo que necesita para iniciar su noche.
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En realidad, entre más cerca observas más retorcido parece. El hecho de que la atracción sea un show burlesque, el genero teatral diseñado para burlarse de todo aquello que la alta sociedad comete mientras observa su propia sátira.
Es parte de esa misma ironía la que hace tan peculiar su trabajo; Louis es quien marca la agenda de que shows presentar. Harry y el resto de los bailarines sabe que son usados como parte de las muchas estrategias del alfa; ellos presentan el reflejo de los negocios de la noche. Se burlan en sus caras mientras Louis los mantiene comiendo en su propia palma. Es extraña, extravagante, la forma en la que las mentes criminales funcionan.
Harry algunas veces debe recordarse que, si es Louis quien dirige la reine rougue, es porque tiene una mente mucho más peligrosa que las personas que invita.
Dese hace una semanas ellos se han estado burlando de aquellos que producen y consumen violencia sexual. Han tenido shows sobre disfunciones sexuales y egos tan rotos que solo el dinero puede hacer el intento de compensar. Harry sabe que tiene que ver con lo que los periódicos han estado reportando, pero aun si es observador le faltan algunas piezas para comprender el juego entero.
El traje de esta noche es diferente. Se pega a su cuerpo luciendo cada curva en una suave tela negra con flores blancas, es transparente y deja ver cada uno de los tatuajes en su piel. También debe llevar una gran capa circular en tonos tintos pero la dejara para antes de salir al escenario. Le gusta como se ve esta noche, Louis siempre le da los trajes que le hacen sentir como el omega más bonito de toda la existencia.
Es su trabajo complementar el atuendo con su maquillaje, y el disfruta del proceso que implica. Le gusta como el tono rojo llega a sus labios gruesos, y la manera en la que la brocha reparte brillos sobre su piel resaltando sus facciones. Lleva la barba recortada y esta noche tiene permitido usar tantos accesorios como quiera. Usa aretes en toda su oreja y llena sus manos de anillos. Ver su reflejo es placentero y puede sentir un gran cumulo de mariposas en la boca de su estomago de solo pensar en lo cerca que esta de salir a entretener.
El aplica la ultima capa de polvo traslucido y ordena sus rizos para que no salgan de lugar.
— Recuerden chicas, salimos en cinco — el informa. Sus bailarinas de apoyo dan los últimos toques también; generalmente no tendría que hacerlo recordarles sobre sus tiempos, pero estan un poco tensas y nerviosas por salir de nuevo esta noche.
— ¿Cómo estas tan tranquilo? — su amiga Cara pregunta, ella tiene el segunda acto. Harry sonríe al verla.
— ¿Como... hablas de nervios escénicos?
— ¡No! Tu sabes de que hablo, Harry. ¿Cómo puedes estar bien con eso?
— Cara, linda, no te entiendo, ¿puedes ser un poco más especifica?
— ¡Un hombre murió anoche! El lo mato, por ti. Esos son cinco solo en este mes. Y tu bailaste sobre su sangre.
— Bueno, Cara, si lo dices así sueno como una persona horrible, pero sabes lo que dicen sobre el teatro: el show debe continuar — Harry acomoda un rizo rebelde.
Incluso si su conversación es tan siniestra, de alguna manera, Harry parece tener un tono de voz sincero. No habla con Caro desde el descaro o la mofa, no hay segundas intenciones en su discurso. Y su rostro permanece tan tranquilo que parece que hablan del haber derramado un poco de café en lugar de la sangre de alguien.
— ¡Le corto la cabeza, con las manos! Y tu estas aquí usando los anillos que el te da, como si no me diera cuenta de las cajas rojas que aparecen en tu tocador con su firma. Eso es un cortejo jodidamente retorcido ¡y tu lo dejas! Harry el es un hombre peligroso, ¡es un alfa repugnan-!
— Las reglas son sencillas, si ese hombre no deseaba morir entonces no debió tocarme. — el rostro de Harry cambia apenas por un segundo, pero la oscuridad en sus ojos desparece tan pronto como llega y Cara no esta segura de leer bien la expresión en el rostro del omega. — Además no es un cortejo, el señor Tomlinson es por lo menos, cordial conmigo.
— El apenas te toco la pierna y su cabeza... su cabeza- ¡estas son personas, Harry!
— ¿Y tu crees que son buenas, Cara? Tal vez es conveniente que recuerdes donde estas trabajando Cara y que has llegado a la zona roja por tu propia voluntad. Estos no son ciudadanos ejemplares y libres de pecado. Louis Tomlinson podrá ser un hombre peligroso pero te aseguro, es la persona más decente que esta en esa habitación. Tal vez quieras decirle a Lauren que tome tu lugar esta noche, te ves un poco alterada. — Entonces Niall, otro alfa del equipo de Tomlinson y que trabaja como chico del backstage informa que el escenario esta montado y es momento de comenzar.
Harry sonríe de nuevo, acaricia con cariño el rostro de su amiga — Tengo agua fría en el cajón, te ayudara a calmarte.
Entonces se coloca su rueda roja y sale siguiendo las ordenes de Niall.
Esta es siempre su parte favorita.
La manera en la que los reflectores lo iluminan entre las luces rojas, como puede escuchar la anticipación de su acto. Los nervios ebullen en las puntas de sus dedos, pero esta bien. No seas tímido, eres un buen bailarín Harry. Debe recordarse. Pero tan pronto como la música inicia, la melodía se lleva sus miedos también.
El baila, sabe que su cuerpo es observado en ojos atentos de cada invitado. Sabe que adoran verlo porque es sencillamente magnético; el se pasea entre las mesas solo para tentar a ser tocado. Su rostro, su cuerpo, su baile y su atuendo, todo es parte de un enorme lienzo. Ellos estan contando una historia aquí, una que se escribe a cada paso que da, a cada nota que suena.
Puede ser el tablero de Louis pero esta es su jugada.
Y puede que Cara tenga algo de razón en sus preocupaciones pues contra toda lógica, Harry se encuentra deseando a Louis cada noche. Añorando el momento donde sea su turno de moverse para tal vez provocarlo un poco, tentarlo y así demostrar que el único que tiene el derecho a tocarlo es el alfa castaño.
Es irracional, lo sabe.
Pero su cuerpo danza y entonces es más sencillo escuchar a sus instintos, aun en medio de todo el bullicio. Juega con los corazones de todos pero el solo esta interesado en el único que no puede obtener. Danza, lo hace más cerca y es como todo su cuerpo simplemente rogando por estar un poco más cerca.
Como una fuerza mayor que existe entre ellos, algo más grande y más viejo que una sola vida. Así que lo hace, se acerca y baila para el. Es un reto, ambos lo saben. Harry deja soltar sus feromonas, y sonríe en el momento que un rictus atraviesa en el temple del alfa.
Y es en ese fragmento de debilidad con la música sonando fuerte que Harry encuentra la voluntad para subirse a la silla de oro, justo encima del regazo del señor Tomlinson. Sus piernas embonan y el baila sobre el. Louis no lo toca, no aun pero puede ver la diversión en su rostro, Harry puede sentir como todo se tensa debajo de el, el movimiento de cada musculo y como respira erráticamente, desesperado por tocar, por morder y besar.
Harry quiere hacerlo también.
Pero ninguno lo hace.
No pueden, no importa cuanto lo deseen. Harry sabe que la canción esta cerca de terminar, puede sentirlo. Hay un peso que agobia su pecho conforme la melodía se vuelve más lenta, pues esto, esos segundos entre canciones es todo lo que tienen, todo lo que alguna vez tendrá. Es el único fragmento de tiempo donde pueden existir, en medio de un acto.
Harry se frota un poco más cerca en un movimiento que pretende pasar por parte de su baile y puede sentir sus olores mezclándose. El omega dentro de el ronronea, anhelando un poco más. Estan cerca, y es entonces que el alfa se permite pasar su nariz por el cuello desnudo dejando un beso solitario sobre el mentón del omega.
Y eso es, todo lo que necesita para sentir su corazón despegar.
Harry sabe que Louis es un hombre peligroso, es solo que no entiende porque se siente tan seguro entre sus brazos. No sabe que es lo que lo hace sentir tan correcto.
De la misma forma que, escondidos detrás del traje rojo, no saben, no notan como hay un grupo de personas infiltradas, viendo a la pieza perfecta para efectuar su propio en prise: un omega al cual atacar.
Como que me tarde mucho en empezar esto, pero espero que les guste y cumpla expectativas. ¡Gracias por leer! <3
Es bastante diferente, lo se. ¿Opiniones en general?
...y feliz semana de cumpleaños @Caprice13_Adagio
un poquito tarde, pero hecho con mucho amor.
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