Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

xviii. reencounter

Después de unos días, la chica de rastas hizo un gran bolso donde empacó todas las cosas necesarias para sobrevivir un tiempo en las calles desoladas de ese país, iba a ir en busca de Chishiya, Ann y Ryu.

Kuina le había dejado como única tarea a Arisu el cuidar de Usagi, después del juego de Kyuma, Arisu solo podía entender una cosa, incluso si completaban todos los juegos, ¿cuáles eran las posibilidades de salir de ahí?

Los recuerdos compartidos con Karube y Chota se instalaban en la cabeza de Arisu en forma de película, los malos chistes, los tragos, y los momentos donde le pedían a Arisu que siguiera con su vida no lo dejaban en paz, ¿por qué ellos? ¿Tenían que morir?

El chico volvía a almacenar ese sentimiento de vacío en el pecho, el mismo que lo acompañó durante día y noche después del juego de corazones.

— ¿Vamos a cazar? Si seguimos así, tendremos que comer plantas —la chica sacudió un ramo de hojas frente al rostro de Arisu —si quieres comer carne, tienes que ayudarme.

Ambos habían seguido a un conejo hasta un parque abandonado, para ser un animal inofensivo, era bastante escurridizo, ya habían perdido la cuenta de la cantidad de veces que Arisu se había lanzado a atraparlo y siempre se le escurría de las manos.

—Olvidalo, me rindo ya —Arisu se quejó desde el suelo.

—Hoy no vamos a cenar nada.

—Muero de hambre.

Una sensación cálida nació de ambos, risas endulzaron el momento y por unos instantes, el mundo parecía haberse detenido solo para ellos, para que fueran felices. ¿Desde hace cuanto no se reían?

Ruidos fuertes oscurecieron la situación, el sol parecía haber dejado de brillar, todo era gris. Detrás de unos cuantos arbustos nacidos de la vejez del lugar, se ocultaba los restos de un holocausto.

Habían varias tiendas de acampar y casas rodantes, los cuerpos estaban tendidos sobre el suelo, manchas de sangre formaban parte de las ropas de las víctimas, no había que ser muy listos para saber que el Rey de Espadas había hecho de las suyas.

Más adelante, sentado en el suelo, quedaba alguien con vida, pero no se sabía por cuanto el dolor lo tendría agonizando. Arisu y Usagi se acercaron hasta esa persona.

— ¿Estás bien? —Arisu se dobló al suelo para poder escuchar bien a ese hombre.

—Grabación... —habló entre dientes el desconocido, sus ojos se apagaron y su alma fue tomada por la muerte.

Usagi se dejó guiar por la curiosidad y entró en la casa rodante, dentro de ella habían manchas de sangre, fotos y un rollo de película recién hecho. Un viejo proyector era cargado por una mesa de madera, Arisu tomó la pequeña manija que este tenía para ponerlo en marcha.

En una tela blanca se concibieron distintas imágenes de las calles de Tokio, todas estaban igual de solas y tenebrosas que siempre, poco después de unos segundos, apareció el reciente hombre que habían encontrado en su lecho de muerte.

—Soy Kaito Kameyama, en este mundo sin dispositivos electrónicos voy a usar esta cinta para descubrir la realidad de este mundo. Grabaré lo más que pueda.

En uno de los clips del vídeo aparecía Ann, Usagi y Arisu compartieron una mirada de preocupación, el vídeo siguió corriendo a medida que Arisu le daba cuerda al proyector.

—Disculpa, ¿qué está sucediendo?

—Hay más peces, y más vegetación, mientras más me alejo de la ciudad, más densas son las plantas,es extraño.

— ¿No es por la falta de civilización?

—Esa es una de las razones, pero las plantas crecen a una velocidad increíble. Hay una diferencia con el tiempo de nuestro mundo, las cosas se pudren más rápido y el tiempo corre distinto.

Ann se alejó del hombre cruzando el pequeño arroyo que se veía en la toma hecha por la vieja cámara.

—Espera, ¿a dónde vas?

—Intentaré salir de Tokio, quiero saber que es este mundo.

La grabación se cortó, luego de eso aparecían pequeñas escenas de una comunidad fuera de Setagaya, eran la misma donde esos dos estaban ahora. Kaito se bajó del camión que había usado para transportarse y avanzó entre las personas de esa agrupación.

Un hombre de lentes guió a Kaito para llevarlo con una chica que parecía tener recuerdos extraños sobre ese mundo, el lente de la cámara enfocó a una chica cubierta por una manta.

—Am, ¿fuegos artificiales? —preguntó ella —dígame, ¿usted también quiere saber sobre eso?

—Sí.

—Hm, creo que nadie se acuerda de eso.

—¿Qué?

—Cuando era niña, me abrieron el cráneo, fue durante una operación de mi cerebro, tal vez por eso soy la única que recuerda lo que pasó ese día.

»Cuando los fuegos artificiales se elevaron, yo los vi, estaban en el cielo brillando, pero no eran fuegos artificiales, eran...

La historia fue detenida por unos tiros, una de las balas atravesó la cabeza de la joven, la desesperación empalmó el ambiente, todos comenzaron a correr de forma desordenada buscando donde podían esconderse.

—Está grabación es la única prueba que hay de mi vida, haré lo que sea para guardarla.

El rollo de película se terminó, Usagi se abrazó a sí misma para reconfortarse, las imágenes que había visto recientemente no iban a ser fáciles de olvidar. La casa rodante donde estaban comenzó a temblar con fuerza.

—Algo viene.

Arisu abrió una de las ventanas, el dirigible con la carta del Rey de Espadas estaba de nuevo por la zona, los dos cubrieron sus cabezas de las balas perdidas que atravesaban las paredes del vehículo.

Usagi abrió la puerta del copiloto y ambos salieron por ahí, la chica le pidió a Arisu que corriera mientras ella le seguía el paso. Juntos se habían adentrado al bosque, Usagi tropezó quedándose atrás pero Arisu se escondió detrás de árbol, no podía dejarla atrás.

— ¡Oye! —Arisu llamó la atención del Rey de Espadas comenzando una nueva persecución.

El pelinegro se movía entre los árboles huyendo de la muerte, sus pies lo traicionaron haciéndolo caer por una pequeña bajada, cuando estuvieron a punto de disparar, una especie de ángel le salvó el pellejo.

Él corrió asustado del lugar, un fuerte golpe en el rostro lo hizo caer al suelo desmayado. Cuando las estrellas decoraron el cielo Arisu despertó al lado de una cálida fogata.

— ¿Usagi? —miró a los alrededores en busca de algo más que maleza y hojas secas, una figura en medio de la oscuridad se acercó haciendo crujir el suelo con su pisada — ¿Quién es?

La luz del fuego reveló una figura femenina, en su pierna derecha había una prótesis, de su pecho colgaba un arco con flechas.

— ¿Eres una ciudadana?

— ¿Qué? —la chica tomó una pequeña navaja y empezó a afilarla.

—Supongo que no —Arisu limpió el rastro de sangre que tenía bajo la nar — ¿por qué me atacaste?

—Hubieras muerto si hubieras seguido —respondió con simpleza la fémina —le dije que te dejara porque estorbabas demasiado, pero él dijo que te trajeramos con nosotros.

— ¿Quién? —la respuesta de la chica fue mover su cabeza en dirección a las sombras, ahí había alguien más con ellos.

—Dale las gracias, Arisu.

— ¿Cómo es que sabes mi nombre?

—Pues así te llamó él. Ah y ten cuidado, está de malas porque arruinaste nuestro plan, eres una desgracia —lo último lo soltó con veneno la pelinegra.

Arisu se alejó del fuego acercándose hacia quien parecía ser un completo extraño, pero mientras más cerca estaba, se daba cuenta de que no era un desconocido cualquiera.

—Aguni.

—Hola, novato

—Sigues vivo.

—Por desgracia.

Cada día Ryu y él se parecen más.

—Vi a Niragi —Arisu se quedó de pie en su lugar temiendo invadir el espacio personal del hombre.

— ¿Él también sobrevivió? —Aguni tomó su arma del suelo para limpiarla — ¿Qué hay de los demás? ¿Ryu está bien?

—Nos separamos de él, al igual que con Chishiya y Ann, pero Kuina fue a buscarlos —una sensación amarga se instaló en su paladar —Tatta ha muerto, y ahora iré en busca de Usagi.

—Entiendo.

— ¿Tu a donde iras?

—A matar al rey de espadas, podrías ayudarnos.

Después de una larga conversación donde Aguni había dejado con sus propias palabras la envidia que le tenía a Arisu por aún tener ganas de vivir con o sin motivo alguno, Arisu fue a dormir junto a la fogata donde estaba Heiya.

—Así no eres tú.

Esa voz. Pensó Aguni.

—Takeru.

—Dime algo, ¿por qué estás con ellos? —la figura del sombrerero se dobló a la altura de su ex mejor amigo — ¿Por qué haces todo esto? ¿Para encontrar a Ryu? Acaso, ¿quieres redimirte por todas esas muertes? O ¿Simplemente no puedes aceptar que el niño no es normal?

—No lo voy a matar, Takeru. Será mejor que guardes tus palabras.

—No mereces ni siquiera morir como un héroe peleando contra el rey de espadas, ¡Me traicionaste Aguni!

— ¡Es mi hijo, Takeru! ¡No voy a matarlo!

—Si morir es eso que tanto anhelas, mejor deberías matarte ahora, ¿no crees? Quizás así Ryu esté seguro con alguien más, si tanto te importa, dejaras de buscarlo.

—De acuerdo, vete de aquí.

La imagen del sombrerero se esfumó en el aire, Aguni volvió a su estado de antes, los ojos bien abiertos y el alma en culpa por sus actos del pasado.

En la mañana, Usagi fue en busca de comida en las casas periféricas al bosque. Rebuscado en una vieja alacena no encontraba nada, todos los envases estaban vacíos.

—Buscamos ahí pero no hay nada —dijo Kimi apareciendo detrás de Usagi acompañada por el niño, la chica tomó de la mesa un pequeño pañuelo —aquí tengo un poco —Kimi le pasó las galletas que había recolectado.

Usagi tomó la comida entre sus manos como si fuera lo más preciado del mundo —Gracias —sus ojos viajaron al niño — ¿Es tu hijo?

—Lo vi solo en un campo de juego.

— ¿Dónde están tus padres? —la pregunta de Usagi hizo que el niño corriera hacia la sala de estar.

—Tal vez murieron, no le queda mucho tiempo a su visa y no podía dejarlo solo —Kimi se dirigió a Usagi —sobrevivimos el último juego gracias a un chico desconocido, ha sido de las pocas veces que lo escuche decir algo.

— ¿Y qué dijo?

—Lo llamó Ryry, era muy simpático la verdad —Kimi sonrió un poco recordando lo buena persona que fue Ryu con ellos dos —pienso qué, sus padres quieren que sobreviva, quizás su deseo es que regrese allá, posiblemente quieren que encuentre la felicidad.

Esa noche, Usagi decidió entrar al siguiente juego llevándose al niño con ella, los recuerdos de su padre con ella la acompañaron durante el proceso, era de las pocas cosas que la mantenían fuerte.

—No iré —el niño se quedó quieto antes de entrar a la arena de juego.

— ¿Quieres morir? —el niño negó con la cabeza —bien, entonces, ganemos juntos.

— ¿Qué pasa si ganamos?

—Quizás, podamos volver.

—Pero mis papás ya no están ahí.

Usagi se acercó al niño y se apoyó sobre sus rodillas para verlo a los ojos.

—Pero, ¿qué crees que tus padres querrían para ti? —preguntó con voz dulce.

—Que vean que regrese.

—Bien, vamos.

Usagi lideró el camino mientras que el niño apretaba sus bolsillos siguiéndola aún temeroso, pero se sentía seguro con ella, igual que con Ryu, ambos le daban la misma sensación de comodidad.

Al llegar con los demás jugadores, un chico con una apariencia similar a la de Arisu se aproximó al niño dándole una sonrisa.

—Que lindo, ¿cuantos años tienes?

—Diez.

—Perfecto —el chico se volvió hacia Usagi —es un juego de espadas, no ganaremos con él, si lo estropea todo, no me culpes —el desconocido se alejó de ambos.

—No mientras yo esté en su equipo.

Esa voz, Usagi se dio la vuelta con rapidez.

— ¿Ryu?

—Pensé que estarías más emocionada de verme —Ryu se encogió de hombros con una sonrisa —que decepción.
















author's note.

yo sé que todos estábamos esperando este reencuentro, no se hagan, se que extrañaron a este par.

ryu y usagi con los niños >>> de mis cosas favoritas en esta tierra la verdad.

yo se que extrañan al ryu que se quejaba de tener que hacer actividad física, pero no se preocupen, en el siguiente capítulo tendremos mucho de eso, créanme.

hoy fue un día muy regular para mí, aún así espero que el de ustedes haya ido mucho mejor.

sus comentarios me alegran el día, gracias por las 21k de lecturas y los 4k de votos, les debo tanto, gracias por tanto perdón por tan poco.

descansen bien, los adoro <3

xoxo, alex.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro