𓈜 ✰ֹ ⸒ chapter V
Chan se dio cuenta de las palabras que había dicho; se había dejado controlar por su celoso lobo y le había dicho cosas hirientes al omega. En aquel momento se maldijo por tener un lobo tan celoso; pero luego pensó si en serio había sido su lobo quien estaba celoso, o él.
El alfa azabache reaccionó en cuanto vió cómo Felix se metía al castillo, y lo primero que hizo fue seguirlo. Pudo ver cómo el rubio se dirigía a su habitación, Chan sabía que el omega se iba a encerrar.
— ¡Felix, espera! — grita el alfa.
Cuando Felix voltea y ve a Chan, solo corre más rápido; no tenía ganas de hablar con ese alfa en esos momentos.
Cuando el rubio volteó, Chan pudo notar como lágrimas caían por las mejillas del omega. Se sentía como un gran tonto, había hecho llorar a Felix y ahora estaba mas que arrepentido.
— ¡Felix, por favor! — grita Chan.
El azabache logra correr antes de que Felix se encierre, y cuando el rubio abre la puerta, Chan agarra su mano. Felix solo suspiró sin querer voltear hacía el alfa.
— Felix, lo siento... — dice casi en un susurro.
— No quiero hablar por ahora, Chan — dice Felix mientras trata de soltarse del agarre del alfa.
— Lo dije sin pensar, mi lobo se molestó y me dejé guiar por el — explica el azabache con notorio arrepentimiento en su voz.
— ¿Por qué tu lobo se molestaría? — Felix por fin decide confrontar la mirada del alfa y lo mira fijamente.
— No lo sé, el... yo... me molesté al verte con EunHyuk — confiesa el alfa.
— Él solo me prestó la espada y ya... — susurró Felix.
— Mi lobo se molestó al notar cómo te miraba, él tenía un brillo extraño en sus ojos y eso me hizo enojar — dice frustrado.
— Estabas... celoso — dice sorprendido el Rubio.
— Yo... Puede que si — dice con nerviosismo el alfa.
Felix solo sonríe con un leve sonrojo en su rostro, y aquello no pasó desapercibido por el alfa quien también sonrió al ver así al rubio. El omega solo entró rápidamente a su habitación y se encerró, dejando a Chan un poco mas tranquilo.
Chan se dirigió a su habitación, donde simplemente se puso a pensar el por qué de sus celos. Si bien él había dicho que solo quería ser amigo de aquel omega, aun si estaban forzados a casarse. Se puso a pensar en cómo su lobo siempre se ponía feliz cuando el omega estaba cerca, en cómo le gruñó a su propio hermano cuando se acercó al rubio y en cómo al estar alejado de él solo pensaba en el omega.
— No puede ser... — susurró para sí mismo el alfa.
Chan recordó cuando era cachorro, como su madre le contaba historias de parejas destinadas. El alfa relacionó aquello con su sentimiento hacia Felix; cuando su madre le contaba el cómo sienten los alfas al encontrar a su destinado, pues Chan sabia que estaba sintiendo eso mismo.
Y allí Chan comprendió que estaba siendo comprometido con quien es su pareja destinada.
Pasaron unas horas en las que Felix decidió regresar nuevamente al jardín, pues recordó haber dejado el libro que antes estaba leyendo sobre la banca en la que estaba sentado antes de que EunHyuk le prestara la espada.
Mientras caminaba empezó a recordar un poco su vida en Seúl y su amistad con Hyunjin. Todo empezó un día en el que Minho acababa de golpearlo; salía del comedor cuando se topó a cierto pelirrojo que caminaba por allí, como si estuviera perdido; fue cuando el pelirrojo se sorprendió al ver lo maltratado que estaba su príncipe y preguntó qué había pasado, pero Felix simplemente dijo que no pasaba nada. Aquel día Hyunjin le explicó a Felix que era el hijo del capitán de la guardia, y que estaba en el castillo porque su padre le había dicho que a sus 17 años ya debía empezar a entrenar para ser el próximo capitán. Desde allí habían empezado una amistad, y cuando el omega un día le contó del maltrato de Minho, Hyunjin le propuso aprender a defenderse; así fue como Felix aprendió a usar la espada.
Mientras Felix iba por el jardín, volteó a ver su brazo, el cual tenía algunos hematomas a causa de su hermano. Por culpa del maltrato de su hermano menor, Felix le empezó a temer a los alfas; pero gracias a Hyunjin, había vuelto a confiar en ellos. Era algo ilógico pensar que un amigo te ayuda mas que tu propia familia.
Felix pensó que Chan también podía ser un gran amigo, a pesar de estar comprometidos. Podían estar casados pero tratarse como amigos; aquella idea la agradaba a Felix, pero extrañamente, no le agradaba a su lobo; por lo que simplemente decidió ignorarlo.
El rubio omega logra ver aquella banca donde había dejado su libro; pero extrañamente, EunHyuk se encuentra allí, hojeando algunas páginas del libro.
— ¿EunHyuk? — la voz del omega se escuchó.
— Oh, su majestad; lo siento tanto por lo de la mañana — dice el alfa inclinándose.
— Yo soy quien se debe disculpar, la actitud de Chan me confundió demasiado — dice el omega mordiendo su labio inferior.
— El príncipe Chan es... ¿Su pareja? — cuestiona el alfa mientras agacha la cabeza.
Felix se sorprendió de la pregunta, pensaba que ya todos sabían de su compromiso con el alfa, pero al parecer estaba equivocado.
— Estamos comprometidos — susurra Felix mientras empieza a jugar con sus manos.
— ¿Entonces si son pareja? — pregunta nuevamente el alfa.
— Nuestros padres nos comprometieron; pero igual me llevo bien con Chan, digamos que establecimos una amistad — dice el rubio mientras se encoge de hombros
— ¿Entonces no... se aman?
— No, solo es una amistad — dice seguro de sí mismo el rubio.
EunHyuk le tiende el libro que tiene entre sus manos al omega y este lo agarra y se retira, no sin antes despedirse de aquel simpático alfa. Pero por otro lado, este alfa tenía pensamientos totalmente diferentes a los del omega; EunHyuk solo pensaba que podría enamorar a ese omega y hacerlo suyo.
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