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Ben's POV.

Nunca creí estar en este momento a nada de hablar con mis padres y con mis suegros de algo sumamente y demasiado importante.

¿Recuerdan año nuevo?

¿Todo lo que pasó entre Mal y yo?

Bueno pues... se nos olvidó usar protección y pues...

—Estoy embarazada.— anunció Mal, con una pizca de duda en su voz.

Nos encontramos justamente en el hospital, mi novia fue internada debido a un desmayo que le dio en plena clase. Además de la anemia que le diagnosticaron, Mal va a cumplir dos meses de embarazo.

Si hablamos de las reacciones, digamos que mi mamá fue la única en tomarse bien las cosas.

—¿Ustedes en qué estaban pensando?— cuestionó Maléfica, se podría decir que bastante enojada— ¿Van a traer a una criatura al mundo sin siquiera haber acabado la universidad?

—¿Alguien dijo que por tener un bebé en mi vientre voy a dejar de lado mi carrera?— contraatacó Mal.

Por mi parte estaba esperando por hablar.

—No van a ser padres, no aún.

—Padre, te prohíbo que tomes una decisión que nos compete a Mal y a mí.— desafíe, porque era bastante incoherente que el decidiera sobre algo que no le compete— Además, la decisión final la toma ella.

Mal apretó mi mano, volteé a verla y entendí lo que en ese momento estaba pensando.

—Mi bebé va a nacer.

—Igna, ¿en serio?— cuestionó ahora su padre— Este bastardo ni siquiera se protegió y ahora debes cargar con una responsabilidad demasiado grande...

—No.— le interrumpió ella, al señalarlo con su dedo acosador— La responsabilidad de habernos cuidado era de ambos esa noche, no solo de él o mía. Como tal, no fuimos ni somos irresponsables, seguimos planificando como prometimos, pero, recuerda que los métodos anticonceptivos también fallan. Mi bebé nace, y punto.

—¡No estás preparada para ser madre!

—Ay mamá, desde que tenía catorce años prometí no llegar a ser como tú si llegaba a tener hijos. Así que, me siento más que lista para llevar a cabo una maternidad responsable.

Uy.

Eso no me lo esperé.

—En estas circunstancias, también opino lo mismo que Mal.— dije— No planeamos ser como ustedes, pues eso no es una obligación. También decido llevar una paternidad responsable, y si eso ha de costar dejar mi futura coronación, la dejaré sin problema.

Y como dice Evie: ¡Boom, bitch!

Creo que eso nos costó un poco, por cada lado. A excepción de mi mamá, como había dicho, fue una de las que prometió hacerse cargo de ayudarnos, pero más que todo a Moors, por ser la que iba a pasar por un proceso tan largo y quizá doloroso en algunos aspectos.

Una que pegó el grito en el cielo fue Evie. Le comentamos un mes después de que nos enteramos. Mal se encargó de armar una cajita sorpresa con una camisa de bebé, la cual tenía una frase estampada, algunas imágenes de la ecografía.

—Espero con ansias ser el o la modelo de tu marca infantil, con amor, bebé Beal.— leyó, cuidadosamente. Dobló la camiseta sin mostrar ni una pizca de sorpresa— Con amor, bebé... ¡No! ¡¿Me están haciendo una maldita broma?!

Mal y yo comenzamos a reírnos.

—¡¿Soy tía?!

—¡Sí!— exclamó Mal, emocionada — ¡Estoy esperando bebé!

Después de Evie, siguió la mamá de ella. Ya que para Mal es una persona bastante especial.

—Mira, si tus padres no los apoyan en esto, cuentan conmigo para lo que necesiten.— habria dicho Regina— Me alegra que hayan decidido asumir está etapa de su vida con responsabilidad.

Después, fueron nuestros demás amigos. Los cuales, nos dieron su rotundo apoyo.

Los meses fueron pasando, cada ecografía mostraba el avance de nuestro bebé. Como estaba creciendo sano, como iba avanzando todo bien.

Después, lo hicimos anuncio real. Por medio de una rueda de prensa se anunció la espera del nuevo heredero de la corona Auradiana. Fuimos tema de conversación en muchas revistas, periódicos, canales de televisión, videos de tiktok, etc.

Nuestros compañeros de semestre nos sorprendieron con un baby shower sorpresa, lo cual nos pareció un gesto muy lindo de su parte.

Y bueno, digamos que todo transcurrió bien hasta ahí. Porque de que empezaron a suceder problemas, empezaron a suceder.

Una mañana como todas, fuimos a estudiar normal. Ese día era el hermoso día de parciales, ya que nos encontrábamos casi en finales del semestre. En el segundo parcial, empecé a notar a Moors bastante rara, pero ella se negó a que algo pasaba.

No fue hasta que se desmayó cuando entró a su último parcial, lastimosamente en ese no estaríamos juntos.

Del desmayo, se empezó a presentar un sangrado. Lo cual me alarmó mientras iba en la ambulancia con ella.

Después de esperar casi una hora en la sala del hospital, ver como mi suegro casi me arma una escena. Salió el doctor.

—Familiares de Mal Underworld.

—Soy su novio.— me dije al hombre.

—Ya está estable.

Celebré con todas mis fuerzas, ya por fin podía respirar tranquilo.

—Sin embargo, hubo un aborto espontáneo.

El doctor me explicaba que pasó, pero mi cabeza estaba hecha un caos y la culpa me inundaba. Quería llorar de la impotencia. Quizá si le hubiera insistido que saliéramos de la universidad en ese momento que le dije, nada de esto hubiera pasado, y mi bebé estaría vivo aún.

—¿Puedo verla?— fue lo único que pregunté.

El doctor asintió y me guio hasta la habitación de ella. Mis manos temblaban al tomar la perilla en mi mano.

Cuando abrí la puerta, vi como tenis sus manos sobre su rostro, oí esos sollozos que describían el sufrimiento que ella estaba sintiendo. No tenía el valor suficiente para decirle que debíamos continuar con nuestras vidas, porque no era así.

—Moors...

Ella alzó su mirada, sus hermosos orbes verdes estaban inundados de lágrimas.

—Beast...

Me acerqué a ella, y la abracé. De inmediato sentí como mi camisa se empapaba de sus lágrimas.

—Perdimos a uno...— sollozó ella— Perdimos a uno de nuestros bebés.

Y fue ahí, dónde entendí las palabras que no entendí del doctor debido al shock.

Iba a ser padre de mellizos, exactamente no sabríamos si eran dos niños, o dos niñas, o un niño y una niña.

—Debí hacerte caso, Ben...

—Shh, sé que en estos momentos es algo duro, pero lo vamos a superar. Te lo prometo.

—Fue mi culpa...

—No, amor. No lo fue, créeme que ahora tenemos un bello ángel en el cielo, ¿okay?





👶🏼





Llevar ese duelo, no fue fácil. Desde ahí ambos vivíamos con miedo de que ocurriera algo más fuerte. Fue entonces, cuando notamos porque Mal se viniera a vivir al castillo, porque anteriormente ella estaba en su casa, a pesar de que sus padre no habían apoyado del todo el embarazo.

Seguimos los cuidados médicos, las dietas, y demás. Todo para que ella y el bebé estuvieran bien.

En ese trajín de ya irnos preparando para el parto, comencé a meditar una idea que se me había cruzado ya muchas veces. No obstante, debía planearla bien.

Y cuando menos lo esperamos, Mal rompió fuente mientras hacíamos una maratón de películas, un viernes en la noche.

Recuerdo haber estado molestando y consintiéndola. Pues, no se había sentido tan bien de ánimos esos últimos días.

—¿Quién es la reina de mi corazón? ¿Quién?— le habría hecho cosquillas, mientras le hablaba en un tono juguetón.

—Ben, para.— me pidió entre risas— Creo que me hice pis de la risa.

Y escuchamos como si una bombita se hubiera reventado.

—¿Qué sonó?— cuestioné, mientras miraba hacia todo lado.

—Eh, Beast...

—Moors...

—Creo que no me hice pis...

—¿Te regaste la bebida?

Fue entonces cuando ella colocó su mano sobre su panza e hizo una mueca de dolor.

—¡Ya viene el bebé!

Ganas de desmayarme no me quedaron. La tomé en mis brazos y salí corriendo directamente a la sala principal, obviamente gritando como loco que el bebé ya venía.

Sí, era un niño.

Nuestros padres se encontraban conversando, digamos que entre los cuatro, y gracias a mi madre y a la madre de Evie, aceptaron el hecho de que ya no éramos unos adolescentes sino adultos que estaban a punto de ser padres.

—¡Ya viene!— exclamamos los dos al mismo tiempo.

Nos quedaron mirando raro.

—¡Ya viene Mayne!— se quejó Mal, agarró su pancita con fuerza. Creo que otra contracción de aproximaba.

Ahí fue cuando nuestros padres se alarmaron, mi padre y Hades fueron a buscar la pañalera, mientras que mi suegra y mi mamá nos ayudaban a calmarnos un poco. Mal como pudo tomó su teléfono y le marcó a Evie.

—Evie, o vienes al castillo o vas al hospital, ¡ya rompí fuente!

Ya no era una contracción de un minuto, ya pasó a ser de más tiempo. Íbamos en el auto, y mientras manejaba solo escuchaba un:

—¡Beast, maneja más rápido, maldita sea!

De parte de Mal.

No entiendo cómo es el manejo del trabajo de parto, ni cuántas horas dura como tal, solo sé que ayer ella quería comer hamburguesas.

Llegamos al hospital, entre Hades y yo la entramos. Para mí fue sorpresa ver a Evie en la sala de espera, junto a una cámara Instax.

—¡Deja las estupideces, Evelyn!— le gritó Mal, al sentir el flash sobre su cara.

—Ahora entiendo porqué mi mamá decía que nos ponemos dramáticas a la hora del parto.— murmuró ella— Es para el álbum de Mayneeee.

Cuando ya los del hospital notaron, nos entregaron a una silla de ruedas y entramos a observación.

Moors estaba un poquito más calmada.

—A ver, tonta, respira...— le indicó Evie— Uno— inhaló y exhaló, Mal hizo lo mismo— Dos... y tres...

—¡Ahí viene otra!— exclamó Mal, la pagana fue muy mano derecha, me enterró las uñas— ¡Dios, ya no aguanto!

Entraron una doctora, y una enfermera. Comenzaron a hacer una especie de monitoreo al bebé.

—Te faltan tres centímetros de dilatación para decir que ya empezamos en labor de parto.— comentó la doctora Addison— Te pondremos la epidural, para que te pueda ayudar un poco más.

—Hagan lo que tengan que hacer, esto me está doliendo mucho.— Mal se quejó de nuevo— A la próxima vez tenemos que cuidarnos al cien Ben, esto es horrible.

Estaba pasmado, no sabía ni qué decirle. Creo que a esto le llaman el miedo de padre primerizo.

Y el labor de parto siguió.

Mal gritaba cada vez que sentía una contracción, me llegó a morder en una ocasión, Evie se burló, yo entré en pánico. Hasta que ya fue, Mayne nació.

No me esperé todo lo que vi, y menos desmayarme al ver cuando salió el bebé. No entiendo como por ese orificio tan pequeño haya salido un bebé muy grande.

Afortunadamente nuestro príncipe nació sano, es hermoso. Sus ojos son los de su mamá, son verdes claros, le gusta dormir o estar en el pecho de Mal.

—Definitivamente es Mal.— mencionó Evie, mientras cargaba a Mayne— ¡Tiene unos ojos hermosos!— chilló con en susurró.

—Dame a mi hijo, más bien.

—¡Hey, yo que soy el papá, no lo he cargado casi!

Cargar a mi hijo, ha sido el sentimiento más puro. Ver sus bostezos, sus ojitos, su manitos. Sé que era un nuevo comienzo en nuestras vidas, un comienzo para bien.





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lo publico antes de irme al trabajo <3.

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