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Uno

"Hey, Bakugo"

Todoroki se acercó a un paso acelerado hacía el mencionado, quien venía saliendo apenas del salón de clases después de estar hablando con su grupo de amigos sobre el proyecto de la próxima semana.

El de cabellos cenizos simplemente se quedó quieto en su lugar al visualizar al alfa ir hacia su dirección, esperando a que estuviera a su lado.

"Helado de fresa"

Shoto frunció el ceño al escuchar el apodo que el chico le había dado recientemente al comenzar su relación.

Bueno, al menos ya no le decía bastardo mitad-mitad, era un avance. Hasta se quería convencer de que era un apodo cariñoso, a su manera.

"Te dije que no era necesario que me esperaras, puedo ir a casa solo" Volvió a hablar el Omega cuando tuvo a su novio a un lado.

"Pero yo quiero acompañarte" Dijo con su típica cara seria.

Katsuki rodó los ojos y empezó a caminar sin avisarle, aunque no le preocupaba, sabía que ese Alfa apestoso lo seguiría como un perrito siguiendo a su dueño.

No se equivocó, pues a los segundos ya lo tenía a su lado caminando a la par. Lo que no espero y que lo tomó por sorpresa fue que en un movimiento rápido le quitara la mochila de su hombro para después acomodarla en su pecho mientras que cargaba con la suya en su espalda.

"¿Qué mierda haces?"

"Llevar tu mochila, dah" El rubio soltó un pequeño gruñido ante el tono de burla que uso el más alto por unos centímetros.

"Puedo llevarla yo mismo, no soy débil, puedo cargar mi propia mochila" Lo miró con su ya normal cara enojada.

"Lo sé" Suspiró. "Pero mi lobo no dejaba de insistir en que lo hiciera. Déjalo ser por hoy"

Intento volver a protestar, pero se detuvo al sentir la mano del contrario tocar su espalda baja, empujándolo suavemente para tomar otra vez camino a la salida de la escuela. Ese simple toque hizo que se estremeciera de pies a cabeza y mágicamente olvidara sus ganas de seguir peleando.

Era una reacción normal. Más si se trataba del toque del chico que te gusta.

Si le llegaran a preguntar a alguno de los dos de como habían terminado juntos, ninguno sabría responder ya que realmente no lo sabían. Todoroki era una persona despistada en todos los sentidos, pero cuando se trataba sobre el amor y los sentimientos, bueno, lo era mucho más. Así que tardo un poco en darse cuenta de que no era normal estar en las nubes la mayor parte del tiempo por estar pensando en su compañero de clases, ni lo era estar siempre buscándolo cuando tenía la oportunidad o tratar de llamar su atención con cualquier cosa que se le ocurriera en ese momento. Tuvo que hablarlo con su hermana mayor para que esta le abriera los ojos.

En el caso de Bakugo, todo empezó con un simple sentimiento de curiosidad hacia el alfa, su aspecto era muy llamativo para sus ojos. No todos los días encontrabas en la cuidad a un chico con el cabello de dos colores, y como si no fuera suficiente eso, tenía heterocromía y una gran cicatriz en uno de esos extravagantes ojos. Fuera de eso, no estaba interesado en el muchacho, menos si mantenía una amistad con Deku, su mejor amigo de cuando era un crio. El cambio paso cuando en uno de esos tantos trabajos en equipo que dejaban sus maestros le toco trabajar con Todoroki, comenzaron a hablar y frecuentarse en los recesos para la comida inconscientemente.

Se burlaba de lo cliché que había resultado todo, su historia romántica parecía a esas series adolescentes extranjeras que les encantaban ver a sus padres en la televisión de la sala todas las tardes a la misma hora.

También le hizo gracia en como Todoroki poco a poco fue mostrando sus intenciones de cortejo. Empezaron siendo regalos pequeños, como esos dulces picantes que le gustaban mucho y que el heterocromático criticaba por ser tan picantes. Aun así, se los regalaba y los comía cuando el de cabellos cenizos se lo decía solo para hacer la maldad. Quería que el omega fuera feliz, así que no se negaba cuando le pedía esto, terminaba muy afectado por el picor, pero al menos valía la pena ver al chico reír. A Katsuki le gustaba esa atención por parte del alfa, aunque nunca lo admitiera en voz alta ante su gran orgullo.

La etapa del cortejo duro por alrededor de tres meses y cuando Shoto decidió dar el siguiente paso de iniciar una relación, Bakugo lo rechazo sin duda.

Aunque solo fuera una mentira. Había entrado en pánico ante la pregunta, no podían culparlo. Hasta casi se ahogaba con su almuerzo ante la repentina confesión.

El rechazo no duró mucho tiempo, pues un día como cualquier otro en la preparatoria, el rubio en el receso salió al baño a hacer sus necesidades y fue de pura casualidad encontrarse a lejos al de cabello de dos colores al voltear a la ventana. La vista daba al patio trasero de la escuela, por lo que se le hizo extraño que Todoroki estuviera ahí y no detrás de él como todos los días, aunque haya sido rechazado una semana atrás. Luego vio que junto al chico había una chica que no conocía, pero parecía ser de un año mayor que ellos. Se le estaba confesando.

Admite que no recuerda mucho de lo que paso al darse cuenta de la situación, Todoroki le conto que llego de la nada caminando pesadamente, mientras parecía sacar chispas de sus ojos rojos e iba soltando gruñidos cuando se acercaba a ellos.

Aléjate de mi novio, bastarda. Dijo mientras se le tiraba encima a la pobre chica quien parecía ser otra omega.

Ese día, Katsuki salió con algunos pequeños rasguños en la cara y brazos, pero salió de esa batalla con una victoria.

Y claro, un nuevo novio también.

Eso había pasado un poco más de un mes. Un mes y dos semanas para ser exactos. No es como si el omega contara todos los días, claro que no.

El rubio cenizo no solía ser para nada inseguro, se hacía respetar ante todos siendo un omega, incluso habían algunos alfas que llegaban a temblar ante su presencia, a simple vista no se veía muy amistoso por siempre llevar cara de estar enojado con la vida y eso le importaba una mierda.

Pero de alguna u otra forma, había algo que le había estado carcomiendo la cabeza toda la semana, poniéndolo ansioso.

Todoroki y él no se habían besado aún.

Nunca le había tomado importancia a eso, estaba realmente distraído con la atención que le estaba dando el alfa bicolor que nunca lo notó ni se le paso por la cabeza. El día que acompaño a su madre al supermercado a hacer las compras de la semana ya que tenía que supervisar que se comprara el cereal que le gustaba, pudo ver como una pareja de unos años más grandes que él se abrazaban con afecto. Decidió no prestarles atención y pasarlos de largo, pero justo cuando paso a un lado de ellos pensaron que sería buen momento para comerse la boca. Al principio quedo asqueado al ver a esos desconocidos compartir saliva en plena vía pública. Llego a su cabeza que él no era así con su novio, no le gustaba mostrar mucho afecto, menos en público.

Fue ahí cuando su cerebro hizo un corto circuito al percatarse de que Todoroki nunca lo había besado.

¿Por qué? ¿No sé supone que los alfas son los que dan ese primer paso? ¿Por qué Todoroki no lo besaba todavía? ¿Tendría que hacer él el primer paso? Dudaba mucho que el medio albino lo hiciera, el único contacto "intimo" que había tenido con el alfa desde que habían iniciado su relación fue cuando este puso sus manos en su cintura. Ni siquiera había sido con otras intenciones, lo hizo para quitarlo del camino y no terminara siendo golpeado por un balón de futbol en una de las muchas canchas que tenia la escuela.

El dueño de la pelota se disculpó ya que no era su intención, pero aun así no se salvó de los gritos del omega que vio su corta vida pasar delante de sus ojos, si no hubiera estado Todoroki a su lado para detenerlo se hubiera tirado encima para darle una paliza.

¿Acaso ya no le gustaba a Todoroki?

Inconscientemente frunció el ceño y lo descarto rápidamente. Ese idiota había estado jediéndolo con el cortejo por meses hasta que le dijo que sí. Bueno, no fue un sí como tal, pero ustedes entienden.

¿Entonces qué?

"Bakugo"

La voz del más alto lo hizo salir de sus líos mentales, dándose cuenta apenas que ya estaba frente su casa. Estaba tan concentrado en sus pensamientos que ni sintió la larga caminata de todos los días.

"¿Estás bien? Estuviste distraído por un buen rato"

Shoto sintió como su alma salía del cuerpo ante la intensa mirada que le estaba dando el de cabello puntiagudo, sus instintos nunca fallaban y esta vez le decía que su novio estaba enojado con él y no tenía idea del por qué.

"Oye" Katsuki se acercó a él sin despegar los ojos rojos de los suyos.

"¿Sí?" Preguntó un poco nervioso ante el repentino acercamiento.

¿No tenía pensado golpearlo o sí?

Bakugo obviamente notó su nerviosismo, por lo que se alejó soltando un pequeño gruñido y estiró su mano en señal de que le regresara su mochila de una vez por todas. Solo quería entrar a su casa ante la decepción.

Tal vez, solo tal vez, tuvo una pequeña esperanza de que el alfa tuviera los huevos suficientes para atreverse a hacer algún movimiento.

En cuanto obtuvo su mochila, ni siquiera espero a una despedida por parte de Todoroki y caminó a la entrada de la casa. Estaba enojado.

"¡Espera!" Se detuvo al escuchar de nuevo la voz de su pareja y lo miro desinteresadamente.

"¿Qué?"

"Salgamos mañana" Eso si llamó su atención. "Touya me dio un par de boletos para una película en el cine ya que no podrá ir"

"¿Su novia volvió a romper con él?"

"Sí" Soltó, completamente acostumbrado.

Era la tercera vez en dos meses que terminaban, un récord.

"No hemos tenido aun una cita oficial y bueno... Sí, eso" Todoroki bajó el tono de voz.

Katsuki quería golpear a su lobo por sentirse emocionado ante el plan mencionado por el chico que le gusta, podía jurar que hasta sentía como movía la cola de un lado a otro tal como un perro.

Rápidamente se dio la vuelta para que no viera la pequeña sonrisa que se le había formado. "Como sea, no me importa"

El bicolor sonrió aliviado al conocer suficiente a Katsuki para saber que eso era un sí.

"Bien, pasaré por ti antes de la una de la tarde"

Volvió a voltear cuando sintió al alfa alejarse, tomando rumbo a la calle, no entró a su casa hasta que su novio desapareciera de su campo de visión.

Sabía que tenía un largo camino que recorrer, no sabía por qué el maldito se esforzaba en acompañarlo hasta su casa cada día, incluso antes de empezar a salir. La casa del heterocromático estaba mucho mas lejos de que la preparatoria donde estudiaban, por lo que tenia que caminar un largo tramo después de dejarlo en casa.

Era un bonito detalle, pero nuevamente, no iba a admitirlo en voz alta.

Suspiró y cerró la puerta de la entrada de una forma brusca, haciendo que sonara por todo el lugar. Mientras hacia la labor de quitarse los zapatos de calle, su madre apareció en su rango de visión sacándole un pequeño susto al no haberla visto venir antes.

"Me dijiste que no era tu novio la vez pasada que te lo pregunté, pero nunca te creí, digo, no es normal que un alfa bastante guapo venga a acompañarte hasta la puerta de tu casa todos los días. Además, escuché que mañana tendrán una cita, que buenos gustos tienes, pequeña bestia" Dijo su mamá con una sonrisa burlona.

"¡Cállate, bruja!"

Se puso sus pantuflas lo más rápido que pudo para huir de su madre y corrió a encerrarse a su habitación sintiendo un poco caliente su cara ante la vergüenza.

Maldita vieja chismosa.

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