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𓏲🌼 18

"Sueña un poco, sueña conmigo. Conviérteme en algo dulce. Prende la radio mientras bailas una canción de pop. A la mierda, te amo."
(Fuck It I Love You, Lana Del Rey)

🌼

Después del primer anudamiento no hubo vuelta atrás para la pareja. Había pasado media semana en la que se habían dedicado a atender las necesidades del alfa en la cama, la sala o la ducha. Prácticamente toda la casa era una zona de guerra en la que batían sus cuerpos y descargaban pasión o amor, dependiendo de cuáles fueran sus estados de ánimo.

Dos días antes de lo previsto, Christopher ya empezaba a sentir que no necesitaba a Minho a su lado todo el tiempo como los dos primeros días en los que estuvo tan receloso que no lo dejó siquiera salir de la habitación y lo atendió ahí mismo. De cualquier manera, habían tenido mucho tiempo libre para encontrar posiciones que no pusieran en riesgo a su bebé.

Los muslos del omega estaban completamente marcados con chupetones y moridas, al igual que sus brazos y su cuello. Se veía en el espejo y parecía que una légion de arañas lo había atacado, pero de todas maneras él portaba orgulloso los tonos violetas de su piel.

Hyunjin, Felix y Changbin estuvieron turnándose para llamar tres veces al día durante, precisamente, tres días. Casualmente, siempre que entraba la llamada Christopher estaba enterrado en Minho, muy egoísta como para tan siquiera querer contestar, o bien estaban dormidos.

—Creo que van a matarnos si seguimos sin responder.—Advirtió un día en la mañana el omega mientras tomaba su té.

—¡Já! Eso sería bueno. Van a matarme a mí.—Aclaró sacudiendo la cabeza.

—Felix podría intervenir por tí para hacerlos entrar en razón...

—Sí, solo no le cuentes todas las veces que me has tenido dentro y deberíamos estar bien con su ayuda.

—¡Christopher!—Se avergonzó Minho dejando caer su cabeza entre sus brazos. El alfa rió y sirvió la merienda sobre la isla en la que tomaban sus comidas.

—Tengo que ir más al rato por víveres. Puedes quedarte a descansar y si necesitas algo agrégalo a la lista.—Le ordenó señalando detrás de él hacia el refrigerador que tenía la lista pegada a la puerta. Minho puchereó y frunció el ceño.

—Pero yo quiero ir contigo.—Reprochó con las mejillas llenas de comida.—Ya me aburrí de estar metido en casa todo el tiempo además.

—Pues más vale que te acostumbres porque cuando estés en cuarentena vas a estar aquí mucho tiempo.—Le advirtió Christopher pasándole una servilleta.

—¿Cuarentena? ¿De qué cuarentena hablas?

—Después del parto, obvio.—Le respondió casi incrédulo de que no lo supiera.—Cuando los omegas dan a luz tienen que estar en reposo unos cuarenta días, veinte al menos, para que puedan recuperarse del parto. También sirve para que reforcen el lazo con el bebé y puedan acostumbrarse los dos el uno al otro. ¿Cómo es que tienes a nuestro hijo dentro y no lo sabías?

—No sé. Yo simplemente pensaba pujar para que saliera. Hasta hace unos dos meses era un gusano y ahora es mi gusanito.—Le recordó acariciando su estómago.—¿Y tú cómo sabes eso siquiera?

—...

—¿Christopher?—Insisitió interesado.

—Compré un libro que explica todo sobre la paternidad, quiero creer que estoy preparado para ustedes dos.

—¿¡Qué!? ¿Tú–? ¡Pff! ¡Eres un abuelito!—Se rió de él verdaderamente enternecido. Christopher rodó los ojos pues era la reacción que había esperado del omega para ser honestos. Minho se acercó hasta su lugar para abrazarlo mientras lagrimeaba de la risa, a lo que el alfa lo aceptó sobre sus piernas y como venganza empezó a cosquillearlo.—¿Y todos los omegas pasan por eso de la cuarentena? ¿Qué hay de sus empleos por ejemplo?

—Te dan ese tiempo después del parto.—Le respondió Christopher acariciando su espalda de arriba a abajo.

—Pero yo no puedo dejar de trabajar, me gusta.

—Más le vale a Jisung darte ese tiempo si no quiere otra caja registradora rota.—Bromeó tomando de su café. Minho volvió a estallar en otra carcajada culpable.

—Va a aventarte agua hirviendo.—Advirtió seguro de que, tal vez con unas copas encimas, ambos estúpidos alfas terminarían realmente cumpliendo aquellas amenazas.

—Oye, hablando de agua hirviendo, no puedo creer que soportes tomar tus duchas tan tibias. Podría ser agua congelada y no te darías cuenta.

—¡Ay! Eres un exagerado. El agua para mi ducha tiene que ser tibio para nuestra circulación de sangre.—Le aclaró sobando su pancita.—Recomiendan que sea fría pero no quiero agarrar una neumonia y morir.

—¿En serio? No sabía que era para eso.

—Uhm, supongo que además estoy acostumbrado. La primera vez que nos bañamos juntos...—Marcó una pausa recordando involuntariamente, con las mejillas furiosamente rojas de las memorias.—Esa vez sentí que ardía en el infierno, Chris.

—Sí, bueno, no creo que haya sido únicamente por el agua considerando todo lo que hicimos.—Concordó besándole la oreja tiernamente.

Su tierna sesión de besos matutinos próxima a empezar se vio entonces interrumpida por un llamado a la puerta que los obligó a separarse.

—¿Quién es?—Preguntó Christopher antes de abrir la puerta.

—¿Quién más va a ser, estúpido? Si no nos abres la puerta y nos enseñas a Minho en un minuto vamos a entrar así nos lleve todo el día.—Advirtió Changbin del otro lado. Los colores de Christopher bajaron tanto que la palidez de su rostro pudo pasar desapercibida con la de un muerto.

Minho al percatarse de quiénes eran sus inesperados visitantes corrió escaleras arriba para vestirse y ponerse unos pantalones que cubrieran las marcas de su cuerpo. Chilló cuando su suéter favorito de color amarillo mostaza ya no pasó más abajo de su estómago, así que jaló la primer chamarra que Christopher tuviera arrumbada en el closet y bajó las escaleras donde su pobre alfa se encontraba siendo cuestionado por sus tres amigos.

—¡La casa entera huele a sexo!—Señaló Hyunjin cubriendo su nariz.

—¿¡Qué le hiciste a mi niño, Bang!?—Se alarmó Changbin medio desfalleciendo, medio rabioso.

—No puedes ser tan inconsciente, Christopher. Acababan de pelear y haberlo traído aquí para pasar tu celo cuando estaba emocionalmente inestable no suena a algo que un adulto responsable haría.—Lo retó Felix con sus manos en la cadera.

—Oigan, pero–

—¡Además eres un bruto! Dios, estoy seguro que ni siquiera puede caminar. ¿Lo tienes en silla de ruedas, verdad?—Desaprobó Hyunjin.

—Chicos, chicos, ya basta. Estoy bien.—Intercedió Minho bajando las escaleras. El trío volteo a verlo y pronto seis ojos estaban sobre de él, seis manos toqueteando todo su cuerpo para comprobar que no tuviera alguna anomalía, y sobre todo verificando la muy posible existencia de una marca.—¿Ven? Todo está bien. Chris no me obligó a nada.

—Sigues vivo y completo.—Se repitió Felix aliviado.

—Solo completo porque vivo ya no vas a estar. Ustedes par de brutos, son tal para cuál.—Negó Hyunjin.—No te voy a decir nada más porque tienes un tumor de unos ocho meses dentro, leí que los embarazados son sensibles. No quisiera hacerte llorar.

—Yo no puedo creer que hayan solucionado todo esto con unos días en el paraíso.—Dijo Changbin sotprendido. Minho se rió inocentemente.

—Oigan, sí hablamos. Sé que no piensan mucho acerca de nosotros funcionando, pero lo hacemos y muy bien. ¿Verdad, Chris?

Los omegas voltearon hacia el sillón desde donde los observaba Christopher con una inevitable mueca de ligero fastidio. Ahora que habían pasado juntos el primer celo, a pesar de la disminución de éste, para el alfa seguía resultando un problema que el espacio personal de su omega resultara invadido.

—Lo hacemos, sí.

—¡Ash! Quita esa cara de estreñido Bang.—Pidió Changbin.—No te lo vamos a quitar tonto posesivo.

—¡Además, tú lo tuviste una semana entera para tí! Déjanos tenerlo tantito.—Reprochó Felix sentando a Minho en las escaleras junto con él.—¿No ves que está más gordito y abrazable ahora?—Chilló emocionado envolviéndolo en un abrazo.—Además hueles muy dulce, Honnie. Aléjate de mí o mi baby fever va a empeorar.

—Puaj, huele a Christopher.—Dijo Hyunjin inicialmente cuando se acercó a comprobar el dulce aroma de Minho.—¡Oh, espera! ¡Hueles mucho a galletitas!—Compuso cuando encontró el segundo olor.—Aw. Yo también quiero oler a galletitas.

—Hay que embarazarnos todos.—Propuso Changbin.

—Sí, sí. Hagamos un club.—Lo secundó Felix.

Christopher tragó saliva incómodo en su lugar. A veces, la mayoría del tiempo de hecho, no podía distinguir si lo que sus amigos parloteaban era real o simplemente tontas bromas. Pensó en sus amigos alfas, y quiso que estuvieran ahí también para escuchar las barbaridades que soltaban sus parejas junto con él. Seungmin estaría ya en el suelo seguramente.

—Habíamos venido para asegurarnos de que todo estuviera bien.—Empezó Hyunjin.—Hace unos tres días que sabemos lo que estaba pasando porque Jeongin y Seungmin vinieron para intentar buscar a Christopher. Jeno y Jisung estuvieron buscándote.—Se dirigió esta vez a Minho.—Pero resulta que la casa entera apestaba a Christopher en celo y los gemidos dejaron más estúpidos de lo normal a Seungmin y Jeongin. Obviamente intentamos contactarlos por teléfono para saber si necesitaban algo, pero es la última vez que gasto tanta energía en ustedes, ni siquiera contestaron y mientras creaban a su décimo hijo yo ya estaba con el décimo grano en mi piel por el estrés.

—Lo sentimos mucho.—Se disculpó divertido Minho.—No volverá a pasar. Lo prometo.

—Más les vale. Pero en fin, los dos están sanos y salvos, el bebé lo sigues teniendo adentro junto con unos nuevos diez apróximadamente, y nosotros tenemos hambre.—Concluyó.—Íbamos a desayunar en un restaurante ¿Vienen?

—¡Ay, sí! Así nos ponen al corriente de lo que pasó desde que se fueron.—Aprobó Changbin.

La idea de salir de casa y pasar tiempo con sus amigos emocionó bastante a Minho, sus ojos brillaron de pensar que finalmente podría romper la rutina. No es que no le gustara, al contrario, él había adorado el tiempo juntos que se dedicaron el uno al otro. Pero el omega era alguien social que se aburría rápido si era atrapado en una misma burbuja.

—¿Podemos, Chris?—Le preguntó emocionado.

El instinto de Christopher no quería exponer a su omega embarazado a un lugar lleno de público, mucho menos cuando el parto estaba muy próximo y la marca aún no había sido concretada. Nunca se sabía lo que podía ocurrir, y una marca para un embarazado era como un cinturón de seguridad que le cedería un poco más de protección en caso de un accidente. Pero ver los ojos emocionados de Minho y sus mejillas rebosantes y alegres derretían y moldeaban su corazón y voluntad.

—Claro que sí. Yo iré mientras a comprar las cosas que nos hacen falta y cuando terminen pasaré por tí.—Concedió parándose de su asiento. Los omegas celebraron victoriosos y el trío dinámico se despidió después de que el menor hubiera corrido a cambiarse, alegando que esperarían en el carro.

Christopher llamó a Felix para pedirle que lo mantuviera al tanto de cualquier cosa o malestar que tuviera Minho, y a Changbin y Hyunjin les pidió que por favor cuidaran de él. Parecía una madre preocupada, e incluso se mofaron de él, pero asintieron asegurándole que iban a cuidarlo.

Minho bajó unos cinco minutos después vistiendo unos pantalones de paternidad azules y un gran suéter color crema de lana. Incluso, le pareció notar, que había aplicado un poco de rubor y brillo para salir. Christopher se acercó para darle dinero, a lo que el menor se negó.

—Ya tengo.—Le dijo plantando un pico en sus labios.

—No importa, tómalo por si quieren llevarte de compras.—Le insistió. Minho aceptó para no llevarle la contraria y le agradeció la cortesía.—¿Por qué vas tan bonito? Haces que quiera encerrarte aquí.

—Basta, Chris.—Sonrió tímido.—Voy a pedirle a Felix su celular para mandarte mensajes ¿Sí? Y te llamo cuando salgamos.

—Vamos a comprarte un celular en la noche. No me gusta no estar comunicado contigo directamente.—Susurró lo último mientras le acariciaba el cuello.

—Oye ¿Por qué estás tan preocupado? Tranquilo, no me va a pasar nada.

—Lo siento, es que... tengo un mal presentimiento y no tenerte cerca lo empeora. Pero tú ve tranquilo, te espero en la tarde.

—Claro que sí, Chris. Soy tuyo en la noche.—Le guiñó el ojo antes de ser interrumpidos por el claxon del carro estacionado afuera.—Te amo.—Se despidió con un beso.

—También te amo.—Le dijo acariciando su rostro antes de dejarlo ir.

Ahora solo tenía que esperar hasta que el tiempo se adelantara mágicamente para estar tranquilo de nuevo.

──── 🌼 ────

—¿¡Dices que lloró!?—Gritó Changbin sin poder contenerse, llamando la atención de todos a su alrededor.

La gente del restaurante voltearon a mirarlos enojados, pero al final la atención se disipó.

—No sé cómo procesar esto.—Dijo Hyunjin.—Si lloró por tí, él entonces... o sea, no es que lo hubiera dudado antes, pero en serio está enamorado ¿Huh? El estúpido orgullo de alfa es casi inquebrantable, imagínate el suyo que es puro.

—Eso suena muy bien, Minhonnie. Estamos muy felices de que hayan podido aclarar sus diferencias.—Lo felicitó Felix sosteniendo su mano sobre la mesa.—La historia de... de ese tonto omega la sabemos casi todos. Supongo que tú te llevaste todo a lujo de detalle, pero a lo que voy es que entre ustedes ya no hay más secretos y eso en serio es la base de una relación duradera. Me ha funcionado con Innie todos estos años.

—Oh, claro. Eso también nos ha mantenido a Seungmin y a mí. Después del sexo claro.—Bromeó haciéndolos carcajear.—Pero es de mucha ayuda que se tengan esa confianza porque son el pilar del otro.

—Uhm, pues yo no sabría qué decirte. Mis alfas comparten la misma neurona y sí me han guardado cosas.—Reprochó Hyunjin recargado en una mano y haciendo un puchero mientras movía su café.—Pero lo que sí puedo decirte es que me alegra que haya sido tan responsable. Estaba aterrorizado cuando supe que estaban pasando el celo, normalmente son agresivos los celos de los alfas. Créeme, tengo dos.—Rodó los ojos.—Uy, además nuestro Minhonnie salió rayado. Te ganaste a una pareja, un novio, un padre para tu hijo, un potencial esposo y un sugar daddy. Dime tu secreto por favor.

Toda la mesa rió ante el último comentario.

—Pues déjate estafar por alguien en Internet...—Le siguió la corriente. Volvieron a reír ante las ocurrencias que soltaban.

Continuaron cotilleando mientras la cafeína endulzaba sus bocas y los alentaba a soltar nuevos temas de conversación. Minho se encontraba sentado frente a Hyunjin, quien estaba de espaldas al fondo del restaurante, Changbin y Felix a los costados. Por la puerta vio entrar a una omega que le pareció conocida, pero cuando entrecerró sus ojos para comprobar si en realidad era ella, se dijo a sí mismo que no podía ser tan estúpida para seguir ahí. Vio como la muchacha tomó asiento unas cuatro mesas atrás de Hyunjin, y entonces cuando la vio siendo atendida por el mesero mientras ella le regalaba aquella inconfundible sonrisa, casi se atragantó con su limonada mineral.

—¡Minho!—Se alarmaron los demás en su mesa.

—¿Qué pasó, Honnie?—Preguntó Changbin.

El menor tragó saliva no muy seguro de sí era prudente decirlo o no, sobre todo teniendo en cuenta el historial de Hyunjin y su impulsiva y explosiva personalidad. Pensó que podría desviar la información, pero era muy tarde pues había divagado y Hyunjin ya estaba rastreando por todo el restaurante a alguien que pudiera ser la causa del extraño comportamiento de Minho. Éste pensó en Jisung y en lo fácil que fue engatusado, a pesar de que tuvo un poco de culpa, había traído consecuencias para su relación con Jeno y Hyunjin. A Minho más que nadie le constaba lo mucho que Jisung se esforzaba por ser un buen alfa.

—Es Karina.—Dijo sin tapujos.—Ella está atrás de nosotros, acaba de entrar y está a cuatro mesas.

Changbin, Felix y Hyunjin se miraron curiosos y sorprendidos, el último también cambió su estado de ánimo a uno de molestia a tal grado que sus orejas se pintaron coloradas. Voltearon discretamente uno por uno hasta localizarla.

—Maldita. Comiendo aquí con el dinero que ganó por aprovecharse de ustedes.—Masculló Changbin.

—Hey, Jinnie... ¿No planeas hacer nada, verdad? Por favor dime que no.—Imploró Felix.

—Lo mejor sería que nos fuéramos. No nos amarguemos por su presencia.—Recomendó Minho.

—¡Uh, Uh! Claro que no.—Se negó Changbin con firmeza.—Hyunjin, cariño, tienes mi apoyo si quieres revolcarla aquí mismo.

—Dios santo...—Se frustró Felix pasando las manos por su rostro, como si supiera lo qué estaba a punto de pasar.—¿Por qué son ustedes los mayores?

—Eh, chicos...—Les llamó Minho también asustado.—Mejor vayamos de compras ¿Sí? Acompañenme a comprar ropa de bebé.

—¡Ropa de bebé! ¡Sí, vamos! No hay tiempo que perder.—Minho y Felix estaban hablándole a la pared básicamente. Hyunjin y Changbin tenían la mirada bien puesta sobre la omega, quien hasta ahora seguía ignorante a cualquier persona a su alrededor.

—Vamos Hyunjin, haz algo antes de que yo mismo me le aviente.—Insistió Changbin.

—Hey ¿Por qué tanta agresividad? No, nosotros ya no estamos en preparatoria como para actuar de esa manera.—Le respondió el mayor.

—¡Oh, gracias a Dios!—Celebró su hermano aliviado.

—Ahora hay que hacerlo con clase, Kim.—Le guiñó un ojo mientras alzaba su mano para llamar al mesero. Changbin sonrió complacido.

—¡Ahh, ya veo! Vas a aplicar la Hooters.

—Voy a aplicar la Hooters.

—No la Hooters, por favor.—Se dijo a sí mismo Felix.—Este restaurante en serio me gustaba. Supongo que es mi última vez aquí.

—¿Qué es la Hooters? ¿De qué hablan?—Cuestionó Minho perdido. Mientras el mesero tomaba la orden de Hyunjin, Felix se inclinó para explicarle.

—Hace unos, que sé yo, tres años, fuimos a Hooters para celebrar una cosa de un partido de fútbol del equipo de Jeongin y Jeno, creo que Jisung y Seungmin tuvieron que pagar esa vez. Ay, la cuestión aquí es que un omega estuvo ligando con Seungmin todo el tiempo, incluso cuando Changbin se sentó en su regazo harto de ver como el chico no dejaba de coquetearle. Él fue al baño y pasó a lado de Seungmin para dejarle caer una nota con su número de teléfono, y Changbin casi deja de funcionar ahí mismo.—Tuvo que parar para reír.—Voy a irme al infierno por reírme de esto pero, Minho mandó a llamar un mesero para que llevara una bebida a ese chico haciéndole creer que había sido Seungmin. Todos estábamos seguros que la cosa iba a parar ahí y ya.

—Pero obviamente no. Me molesta tanto cuando creen que por no tener marca pueden meterse con el alfa o el omega de alguien. ¡Agh!—Interrumpió Changbin que había prestado atención al relato de su propia historia.

—Entonces fue hasta él, y cuando menos nos dimos cuenta el chico ya estaba bañado de cerveza.

—¡Changbin!—Se alteró Minho al ver como éste únicamente reía junto con Hyunjin.

—No nos han dejado volver a entrar a ese lugar. El chico era el hijo del gerente y entonces cada que queremos alitas tenemos que pedirle a tu amorcito que las recoja por nosotros, o si no toca viaje de una hora y media hasta el Hooters más cercano.—Terminó de relatar Hyunjin casi muerto de la risa.

—Díganme que no planean hacer eso...

—¡Ya le llevaron la orden! Muy bien, agachen la cabeza. Sobre todo tú, Minho, para que no te reconozca. No se rían o voy a romperles los nudillos.—Los tres volvieron a hablar con normalidad, Minho demasiado atento pero acatando la orden del mayor.

El rubio se paró de su asiento y fue hacia ella, quién extrañada había recibido el costoso cóctel.

—Así que fuiste tú el chico lindo que mandó esto.—Dijo ella alzando la copa cuando lo vio acercarse.

—Así es. Espero que te guste.—Le dijo sonriente. Ella asintió y él empezó a actuar.—¿Puedo sentarme?

—Puedes hacerlo, pero no conseguirás nada. Agradezco el lindo detalle, y reconozco que eres muy guapo, pero yo no estoy metida en eso de las relaciones omega con omega. No creo que funcionemos, cariño.—Le advirtió ella tomando de la copa.

—Oh, vaya. Eres bonita y astuta, eso me gusta. Se ve que no te metes con cualquiera.

—Claro que no, todos los alfas tienen que estar a mí nivel o de lo contrario ni siquiera voltearía a verlos.—Dijo ella como si fuera algo obvio. Hyunjin por debajo de la mesa quiso patearla en esas perfectas rodillas.

—Y dime, Karina...

—¿Cómo sabes mi nombre?

—¿Jisung estuvo a tu altura, o lo hiciste por ganarte esos mugrosos pesos del padre de Christopher?

La omega abrió la boca sorprendida, pero rápidamente retomó la compostura.

—No sé de que me estás hablando.

—¿Oh, no?—Preguntó con falsa tristeza.—Parece que estás un poco seca, déjame refrescarte la memoria.—Tomó la copa entre sus manos y con fuerza echó el líquido sobre ella.

—¡Ah! ¿¡Qué demonios te pasa!?—Gritó horrorizada levantándose de su asiento. Todos los comensales tenían los ojos puestos en ellos.

—¡No vuelvas a meterte con mi alfa porque vas a conocerme! ¿Creíste que no me enteraría? Si el karma no te llegó ya, yo voy a hacer su trabajo.—Finalizó su rabieta tomando el plato de ensalada que la chica estaba comiendo y lo tiró sobre ella.

—¡Maldito infeliz! ¡Por eso Jisung me buscó a mí, debe estar cansado de salir con un maldito psicópata!

—Presiento que esto no es parte del Hooters.—Dijo Minho preocupado viendo las claras intenciones de Hyunjin.

—No lo es.—Changbin se paró rápido y corrió para prevenir el primer golpe.—¡No, Hyunjin! ¡No la escuches, vámonos!

En un instante el gerente ya estaba sobre de ellos llamando a los guardias de seguridad que no dudaron ni un minuto en escoltarlos fuera del local.

Hyunjin estaba histérico, parecía realmente afectado mientras gruñía a la omega que chillaba frustrada y humillada en medio de todos los curiosos.

—Vamos a pedirles que no vuelvan a este lugar porque de lo contrario serán rechazados. Evitemos la pena.—Les advirtió el gerente a los cuatro antes de cerrar la puerta en sus narices.

—Que genial, otra lista negra. Ya es la cuarta.—Comentó Felix negando con la cabeza.

—L-lo siento. Es que... es que yo...—Era la primera vez que Minho veía a Hyunjin llorar de esa manera. Parecía realmente afectado.

—Aww, Hyun. ¿En serio te afectó lo que esa víbora te dijo?

—¿C-creen que soy tan malo en realidad?—Sorbió y respiró pesado con el rostro mojado.—¿Y si Jisung me deja que voy a hacer? Yo lo amo porque es mi alfa.—Pronunció triste.—¿¡Y si Jeno también me deja!? N-nadie va a querer a un omega de mi edad que no ha tenido hijos y que no sabe comportarse ni atender los deberes del hogar.—Dijo realmente inseguro.

—Pero si ellos te adoran, Jinnie. Jisung y Jeno son fieles devotos tuyos, no hay otro ser humano en la tierra por el que darían su vida que no seas tú.

—¿Y si ya se cansaron? No soy un buen omega. Yo ni siquiera sé cocinar porque lo hace Jisung. Tampoco sé lavar la ropa porque la mezclo y la arruino, entonces lo hace Jeno. No soy bueno con los niños, ese es Jeno, y Jisung es muy torpe para cuidarlos pero su instinto a veces hace que cuide bien de su hermano. Pero yo no quiero darles un hijo hasta terminar mi doctorado y haber conocido P-paris.—Volvió a romper en llanto.

—Eso no tiene nada que ver con ser un buen omega, Hyunjin. No digas estupideces, ese no eres tú.—Mencionó Felix.—Yo sé hacer todo eso que tú no, y aún así Jeongin nunca en la vida me ha pedido que lo haga por él. Él me ama por quién soy y yo a él, además ustedes son destinados tonto. Los tres.

—Y si te dejan no vas a estar solo cabeza de Téflon. Puedes vivir conmigo y con Seungmin, a él le gusta dormir en el suelo cuando tiene calor. No habrá problema.—Hyunjin sonrió aún con las lágrimas en los ojos.

—Pero no es lo mismo.

—Claro que sí. Pero mira, si no te gusta esa idea, volvamos a ser omegas rebeldes que están en una relación escandalosa como cuando eramos adolescentes. ¿Cómo suena ese plan?

—A un muy buen plan.—Le concedió el mayor.

Minho estaba enternecido y sorprendido de haber descubierto una parte sensible de Hyunjin, se alegraba de que pudiera haberse abierto con él. Al parecer Junnie también quería contribuir para animar a su tío mayor, así que pateo en su estómago levemente.

—Hey, Hyunjin. Toca esto.—Le pidió sosteniendo su mano contra su vientre.

—¡No puede ser!—Se emocionó otra vez, lagrimeando de la emoción.—Se está moviendo.

—¡Yo también quiero!—Chillaron Changbin y Felix ansiosos de también sentir las pataditas del bebé.

—Perdón por haber agregado otro restaurante a nuestra lista.

—Meh, de todas maneras su café no es el mejor.






♡۫۫ ۫!

Errores en nombres o alguna incongruencia con ellos  porfavor me avisan.

Llegamos a los 2k, gracias por leer ¡♡!

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