Especial 2: Minsung 2/2
Minho había tardado dos horas de reloj para decidir qué se pondría en su cita con Jisung. Al final acabó eligiendo unos jeans con grandes rotos en las rodillas, un gran jersey de lana gris y unas gafas de montura redonda. Llegó diez minutos tarde. Corrió desde su casa, hasta doblar la esquina del cine y detenerse en seco. Jisung ya estaba allí, esperándolo apoyado contra el muro de ladrillos. El Sol se reflejaba en su cabello castaño y arrancaba destellos de su piel canela. Vestía unos ajustados pantalones negros y una camisa blanca que le quedaba demasiado grande. Minho sonrió, era demasiado hermoso.
Caminó hacia él, intentando normalizar su respiración tras la carrera. Tenía miedo de que el omega estuviera enfadado por su retraso (el del tiempo), pero, cuando sus miradas se cruzaron, él sonrió, y fue la sonrisa más bonita del mundo.
—Siento llegar tarde.
—No importa, la película empezaba a y veinte. Aunque tendrás que compensarme por dejarme sin palomitas, no tenemos tiempo para comprar.
Minho asintió, realmente aliviado porque el omega no se hubiera enfadado con él, no quería cagarla en su primera cita. Su primera cita, que bien sonaba aquello. Esperaba que fuera también la primera de muchas.
Se dirigieron a comprar las entradas, les atendió un simpático beta que no dejó de sonreír a Jisung en ningún momento. Minho frunció el ceño.
—Aquí tienes tu cambio, lindo —Dijo el chico y le guiñó descaradamente un ojo.
Minho sintió su pecho vibrar en un suave gruñido. Él no era así, era una persona alegre y tranquila, los celos no iban con él, pero con Jisung... era diferente. Había salido con otros omegas antes, omegas verdaderamente hermosos, pero ninguno se acercaba mínimamente al de sonrisa acorazonada y manos finas.
Jisung rió suavemente, aquel gruñido no le había pasado desapercibido. Minho no dijo nada, pero él sabía que estaba celoso. Le pareció adorable. Cuando el cajero le dio las entradas, se giró y se puso de puntillas para dejar un casto beso sobre la mejilla del alfa.
—¿Vamos, cariño?
La cara de Minho no tuvo precio. Boqueó como un pez fuera del agua y abrió los ojos en desmesura. Si no hubiera sido porque Jisung le cogió la mano y tiró de él, se habría quedado clavado en el suelo, bloqueando la cola. Pero feliz, muy feliz. No le preguntó por qué lo había hecho, el cálido cosquilleo que le recorría la mejilla allí donde los suaves labios de Jisung se habían posado le impedía pensar con claridad. Lo único que tenía claro, era que quería que se repitiera.
Cuando entraron a la sala, los tráilers ya habían empezado. Se acomodaron en silencio y esperaron a que diera comienzo la película.
Jisung parecía verdaderamente un fan de la saga. Se reía cuando tenía que hacerlo y se emocionaba en las peleas. Cuando Optimus Prime estuvo a punto de morir, agarró el brazo de Minho y ya no volvió a soltarlo en toda la película. Minho no se enteró de nada. Solo podía contemplar embobado las reacciones del omega, con una imborrable sonrisa estúpida en la cara.
—¡Ha sido impresionante! ¿Has visto cuando ha cogido ese camión y lo ha lanzado? Y todo ha hecho ¡pum!
Jisung tendía a gesticular mucho cuando hablaba de algo que le gustaba. Saltaba emocionado al lado de Minho, que solo le miraba con ternura.
—¿Cuál ha sido tu parte favorita?
—Tú —Dijo con sinceridad.
Jisung se sonrojó y dejó de saltar. Comenzó a caminar a un lado de Minho, mirándose tímidamente los pies. El alfa sonrió, acababa de descubrir que le encantaba ver a Jisung avergonzado. En un arranque de valor, se atrevió a sostener la mano del omega. Ninguno dijo nada, los latidos de sus corazones hablaban por ellos.
—Oye, te invito a cenar —Dijo Minho, deteniéndose a la entrada del cine— Ya sabes, por las palomitas.
El verdadero motivo, era que no quería despedirse aún de él.
Jisung sonrió ampliamente.
—Solo si invitas tú —Bromeó.
Minho se rió y tiró de él.
—Vamos.
En ningún momento se soltaron las manos, ni siquiera cuando llegaron a la puerta de la hamburguesería.
—Quiero una hamburguesa vegetal sin cebolla, patatas fritas deluxe y Coca Cola para beber.
Hablaron dos voces al unísono cuando la camarera fue a tomarles nota. Jisung y Minho se miraron sorprendidos y la chica rió, cubriéndose la boca tímidamente.
—Sois adorables.
La pequeña omega se retiró y ellos se miraron avergonzados.
—¿Estás estudiando algo? —Preguntó Jisung, rompiendo el silencio.
Minho negó.
—Estoy trabajando de camarero, quiero ahorrar para alquilar un apartamento.
—¡Wow, me encantaría vivir solo! En mi casa empezó a haber sobrepoblación a partir del quinto niño.
Minho le miró sorprendido.
—¿Tienes cinco hermanos?
—En realidad somos siete, pero mi hermana mayor ya no vive con nosotros. Ocho si contamos a Kkami, es nuestro perrito. Vivimos todos juntos en una pequeña casa con nuestros padres, tengo que compartir habitación con los mellizos.
—¡Wow! Y yo que me estreso cuando mi madre entra sin llamar a mi habitación. Lo tuyo debe ser una locura.
—A veces es horrible, no existe la privacidad. Pero somos una familia muy unida, y se me haría raro despertarme sin que hayan dos niños traviesos rebotando en mi colchón.
Ambos sonrieron.
—¿Tú vives solo con tus padres?
—En realidad, solo con mi madre. Mis padres se divorciaron hace años. Tengo un hermano mayor, pero vive en Estados Unidos. Hace mucho que no lo veo.
Jisung frunció el ceño, intentando imaginarse vivir sin el jaleo de su numerosa familia, sin las peleas por el mando de la tele o por la última tostada. No pudo.
—Eso suena solitario.
Minho se encogió de hombros.
—Woojin suele pasar más tiempo en mi casa que en la suya, es como una mascota, me hace compañía.
Los dos rieron. Jisung miró a la persona que se sentaba frente a él, sintiendo un extraño calor abrirse paso en su pecho. Era malditamente guapo, y su risa era adorable. Su aroma era intenso, y le hacía sentir como en casa. Su lobo gruñó.
—Bueno, ahora me tienes a mí.
Y ninguno de los dos dijo nada más, porque la camarera regresó con la comida.
Minho pagó, como había prometido.
—Te acompaño a casa.
Volvió a unir sus manos mientras caminaban bajo la luz de las farolas, mientras charlaban de todo y de nada. Sentía que con Jisung podría perderse y no importaría, porque su lugar era junto a él. Cuando llegaron frente a la casa del omega, las luces aún estaban encendidas. Se podía escuchar el jaleo de una ruidosa familia desde el exterior.
—Bueno, supongo que... debería marcharme.
Dijo eso, pero sus manos aún sostenían las de Jisung, y sus ojos parecían haberse anclado en los finos labios del menor.
—Ajá... —Casi susurró.
Minho quería besarle, pero no estaba seguro de dar el primer paso. Por suerte, Jisung no tenía tantas dudas. Se sostuvo de los hombros del alfa para buscar soporte y se estiró, para rozar sus labios con los de Minho. Dos fuertes manos sostuvieron su cintura, y el beso se volvió más íntimo en cuestión de segundos. Ambos se sentían embriagados, como si sus bocas hubieran sido creadas para encajar a la perfección y toda su vida hubieran estado buscándose. Se habían encontrado, y ya nadie podría separarlas.
—¡Mamá, Jisung está besando a un chico en la puerta!
Nadie salvo, quizá, esa voz infantil que le sobresaltó.
—¡Hyunnie! ¡¿Qué te tengo dicho de espiar por la mirilla?! —Le respondió furiosa una mujer.
Jisung se rió, su familia no tenía remedio.
Miró a los ojos brillantes del alfa y sonrió. Puede ser que lo quisiera.
—¿Te apetece pasar?
Minho tragó saliva, sentía como si estuviera cometiendo la mayor locura del mundo. Finalmente, asintió.
Aquella noche, un alegre alfa pasaría una prueba de fuego. Una prueba que le permitiría ser aceptado en la familia Han y comenzar su vida junto a su omega.
...
demorarme en actualizar es mi pasión jdfbhf, btw este especial me gustó mucho 😔👊🏻
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