Aunque el avance no era tan grande, se le agradecía a Minji su compromiso con todo. Los videos pasaron a segundo plano después de observar el "Tiro del Tigre" de Kojiro Hyuga; Marcel había descubierto que ese tipo de tiros eran perfectos para Minji, le bastó observarlo en una sola ocasión para saberlo. Con eso como ejemplo, practicaron más la potencia, junto con jugadas que le ayudarían a librarse de algunos rivales.

Mientras entrenaban, el "defensa" en cuestión era Sooyoung, quien solo obtenía una mirada desaprobatoria cuando le quitaba el balón a su hermana, y en otras ocasiones una sonrisa burlona cuando Minji lograba superarlo. De vez en cuando, Marcel hacía de portera; en esos casos siempre terminaban con un 'mis manos están hormigueando'.

Por el lado de Seokmin, este le mandaba mensajes a Minji en ciertas ocasiones, ya sea preguntando cómo iban las cosas, a veces bromeando con la pelirrosa y también para avisar sobre llamadas que fácilmente él cubría.

—Keopi. 

Minji lo llamó; después de tener esa charla, ella comenzó a llamarle por ese apodo, cosa que era recibida con buen gusto por parte de Marcel.

—Lo estás haciendo bien, Huh-ssi —ella sonrió mientras se sentaba bajo el arco superior de la portería, manteniendo el balón aún en sus manos.

—Gracias.

Ambas se miraron. Con una buena comunicación y siendo más observadoras, habían logrado todo esto.

—Huh-ssi —Marcel hizo una pausa, mirando a Minji con una mezcla de seriedad y entusiasmo—. Estaba pensando, ¿qué te parece si vamos a enfrentarnos a tus compañeras de equipo de fútbol?

Minji parpadeó sorprendida por un momento, dudó un poco, por unos minutos lo pensó, pero entonces algunos recuerdos llegaron a su mente, así que sin pensarlo más asintió feliz.

— ¡Me parece una gran idea!

Mientras iban camino al plantel del equipo del cual Minji formaba parte, una amena conversación entre los tres comenzó.

Su llegada al plantel fue muy en secreto, no necesitaban mucho, pues Minji al ser jugadora tenía acceso permitido. El equipo estaba entrenando, y las cosas se acomodaron sin problemas. Minji corrió rápidamente al centro del campo y gritó:

—¡Ustedes contra mí!

Las jugadoras se detuvieron, sorprendidas por la interrupción. Sin dudarlo, Minji avanzó y, con una barrida precisa, le quitó el balón a Song Mina, la estrella del equipo. Marcel observaba con atención, notando cómo Minji aplicaba las técnicas que habían practicado. Había algo especial en la manera en que se desenvolvía, una chispa de confianza que no había estado allí antes.

"¡Soy una buena entrenadora!", pensó.

Minji, entusiasmada por su éxito, comenzó a alardear. Con una sonrisa triunfante, levantó los brazos y gritó:

— ¡¿Vieron eso?! ¡Soy imparable! —dijo cuando tiró a portería y el balón entró.

Mientras tanto, la entrenadora había llegado al campo y observaba toda la escena en silencio. Aunque parecía sorprendida, una pequeña pizca de enojo era palpable en ella. Marcel, al notar esto, se acercó lentamente junto a Sooyoung.

—Observe cómo el eslabón más débil derrota a todo un equipo —dijo Marcel—. Minji ha estado entrenando muy duro y solo quería demostrar lo que ha aprendido.

La entrenadora miró a Marcel por un momento. Observaba con desaprobación a las chicas, pero simplemente se dio media vuelta y se fue.

Por el lado de Minji, ella se encontraba feliz. Había logrado superar a todo un equipo entero.

Con esa misma felicidad, salieron los tres del campo. De algo Marcel estaba segura, y era que con más entrenamientos Minji en algún futuro sería imparable, y que estaban a un paso de lograr su objetivo.

"Por la mano de cualquier Huh, ser campeones de Asia volverá a ser para Corea", pensó.

El primer campeón en Asia había sido Corea del Sur; contando esa vez, solo dos veces habían logrado ese mérito, y hace algunos años habían quedado como subcampeones.

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Después del enfrentamiento, mientras regresaban al campo donde entrenaban normalmente, Minji, Marcel y Sooyoung iban conversando animadamente sobre lo sucedido.

Y cuando iban llegando a la cancha, solo notaron a dos chicas y un chico se encontraban ahí, sentados en la cancha.

Una de ellas alzó la vista, en ese momento Marcel las reconoció.

— ¡Mar! —una chica de cabello azul oscuro hizo alzó su mano, Takako y Shōri se encontraban ahí.

—Hola —Marcel saludo a todos algo nerviosa.

Cuando todos se acercaron el ambiente no podía sentirse más que incómodo. Hasta que Minji y Sooyoung empezaron a interactuar con los demás.

La pelirrosa se emocionó muchísimo al identificar a la rubia. Shōri Akimoto, su mayor inspiración. Y con Takako fue lo mismo, Minji se sentía en un sueño. 

Por el lado de Sooyoung, no logró emocionarse ni un poco por el de gorra.

—¿Están listos para ver a Minji en acción? —preguntó Marcel, interrumpiendo suavemente su charla.

Minji, al escuchar eso, se sorprendió. ¿Cuándo habían quedado en hacer eso? Observó a Marcel, quien solo le dedicó una sonrisa como pidiéndole disculpas, luego a Sooyoung que asentía felizmente.

—Definitivamente. Estoy ansiosa por verla jugar —soltó Shōri—. Te enfrentarás a mí, y Tak estará en la portería.

Genzo pareció murmurar algo, solo basto una leve palmada por parte de Takako para que este se detuviera.

—¡Vamos entonces! Minji siempre da lo mejor de sí. Te va a encantar verla jugar —contestó Marcel animada.

Minji se quedó en blanco, observando la salida del campo. Podría escapar, pero mientras lo pensaba, Genzo casi le tapó el camino. Ese japonés había leído su mente.

—No te preocupes, Noona —dijo Sooyoung con una sonrisa—. Solo es una práctica amistosa.

Minji suspiró y asintió, resignada pero un poco más tranquila. Ya sabía que no tenía escapatoria.

— Está bien, está bien —dijo Minji, con una sonrisa forzada—. Hagámoslo.

Minji pisó el pasto del campo. Una vez allí, Shōri y Takako se prepararon para el juego, con Takako en la portería.  Marcel, Genzo y Sooyoung se colocaron en los laterales, observando con interés.

El juego comenzó con energía y entusiasmo. Minji, a pesar de su nerviosismo inicial, rápidamente encontró su ritmo. En cada movimiento, mostraba su habilidad y pasión por el deporte. Marcel no pudo evitar sentirse impresionada y orgullosa por la destreza de Minji, quien se movía con una gracia y precisión sorprendentes.

Sin embargo, Shōri, con su energía imparable y experiencia, pronto comenzó a superar a Minji en varias jugadas. En repetidas ocasiones, Shōri lograba robarle el balón a Minji, usando su velocidad y técnica superior. A pesar de sus esfuerzos, Minji se encontraba luchando para mantener el ritmo.

— ¡Vamos, Noona! —gritó Sooyoung desde la línea lateral, animando a su hermana.

Minji sonrió, sintiéndose cada vez más decidida.

Aun así, cada vez que Minji lograba avanzar y llegar cerca de la portería, Takako demostraba por qué era una portera formidable. Con reflejos rápidos y una gran habilidad, Takako atrapaba los tiros de Minji con aparente facilidad, frustrando sus intentos de anotar.

—Muy bien, Minji —dijo Takako, devolviéndole el balón—. Sigue intentándolo.

La pelirosa jadeando ligeramente, no se dio por vencida. Sabía que todavía tenía mucho que mejorar, pero cada error era una oportunidad para aprender y crecer. La competencia amistosa con Shōri y Takako la empujaba a esforzarse más, a ser más rápida y precisa.

El juego continuó con y aunque Minji no pudo superar a Shōri o Takako en esta ocasión, su determinación y esfuerzo no pasaron desapercibidos.

Finalmente, decidieron dar por terminada la práctica.

Minji, aunque cansada y un poco frustrada por no haber podido anotar, sabía que este era solo un paso más en su camino hacia la mejora.

Marcel sonrió, aliviada de ver a Minji feliz.

—Sabía que lo harías genial —respondió Marcel—. Eres increíble en el campo. En unos años más lograrás cosas increíbles, Huh-ssi.

—Tengo otras opiniones —intervino Genzo.

— A nadie le importa, egocéntrico —Takako lo interrumpió—. Si bien Minji no es la mejor, confío en su entrenamiento y los futuros planes de Mar. Ella sabe lo que hace.

Marcel le sonrió agradeciendo las palabras de su amiga.

—Tak tiene razón, solo es cuestión de practica, no pidas mucho, Genzo —esta vez Shōri habló.

En ese momento Genzo asintió y no dijo ni una palabra más.

Tuvieron toda una tarde para seguir hablando, dándose consejos mutuamente. Ese mismo día ellos volvieron a Japón, con una promesa por parte de Shōri y Takako de volver el día de su magnífico espectáculo.

* ‧₊˚*♡ * *" ♡. ♡

Marcel regresó a casa feliz después de un día maravilloso. A pesar de que era muy tarde, sabía que sus padres podrían molestarse al verla llegar tan tarde. Al entrar, esperaba encontrar todo el apartamento a oscuras, pero no fue así. Sus padres estaban en la sala, sentados junto a Seokmin en un sillón más pequeño. Seokmin lucía confundido y le lanzó una mirada a Marcel, indicando que no sabía nada de esa reunión.

— Con qué futbol, eh, Marcel —le dijo su padre.

En ese momento, Marcel comenzó a sentirse ansiosa. ¿La habían descubierto? ¿Pero cómo?

Espero sus comentarios...👀

Ahora espero paciente a mis tres fans.