Mi cabeza se siente como si fuese a explotar y el cuerpo me duele.

El olor a analgésicos y el típico sonido del monitoreo de los latidos inunda mis sentidos, puedo sentir la aguja clavada en mi antebrazo, y cuando abro los ojos las luces del laboratorio me molestan.

Tallo mis ojos, sensibles a la iluminación, y mientras me enderezo haciendo una mueca los recuerdos de pelear contra un metahumano y caer inconciente en medio de la persecución me abruman.

No hay nadie más a mi alrededor, solo Caitlin.

- Hey Barry - aprieta mi mano con cariño.

- ¿qué, qué sucedió? - pregunto sintiendo una punzada en mi cabeza. La pelirroja frente a mi me mira con compasión - ¿donde estan todos?

- Yo no deje que se quedaran, empece a hacerte análisis y creo que supuse que esto es algo que te gustaría saber en privado - explica, poniendose de pie

- ¿Encontraste algo malo? - pregunto, preparandome mentalmente para un desequilibrio metabólico o en el peor de los casos algún problema en la fuerza de velocidad.

- Tu dime - sonríe de lado y gira la pantalla hacia mi.

No estaba preparado para las palabras que salieron de su boca

- ¿debería decir felicidades? Vas a ser padre, Barr.

No pude hacer mas que aferrarme a la camilla.