Capítulo dos
-Namjoon hyung, basta, ya no es tan gracioso
-habló con su ceño fruncido.
-Es-es que, mi hermana te... -Y no terminó
de hablar porque no paraba de reír, y es que
Taehyung amaba ver a su hyung divirtiéndose
y era aun mejor si era por su gracia, pero esta
vez no había sido algún chiste o algo que haya
hecho. Si no que, cuando llegó a la casa del
mayor con la actitud de ganador burbujeante
en su pecho; todo parecía ir bien hasta que
le habló a Ryuhyo, la hermana mayor de
Namjoon, y esta lo mando directico a la
mierda antes de irse y cerrar la puerta tras
ella. Logrando bajonear su estado de ánimo y
dejando que un puchero se adueñase de sus
labios.
-No fue el mejor momento.
Namjoon se secó una lágrima, y tomó una
respiración fuerte, buscando el aire que
se había escaseado entre toneladas de
risas-. No, no lo fue -murmuró, golpeando
suavemente su hombro con el del menor-.
Es que venías tan confiado y ... iBam! -gritó,
haciendo un gesto con sus manos-. Debo
comprarle gomitas a mi hermana.
-Ya, vale. Mucha risa por hoy.
El mayor sonrió, antes de dejar que su cabeza
descansase en el hombro de Tae, mechones
de cabello castaño cayeron sobre sus ojos y
frente. Pero eso no le importó, se sentía
cansado, quería dormir y la brisa fresca que
daba contra su rostro le daba paz. El pequeño
asiento en el portón de su casa siempre había
estado ahí para todos sus encuentros. Podían
hablar por horas ahí sentados y no se sentirían
incómodos nunca, además las macetas
colgadas al techo y junto a las ventanas
daban un toque agradable a su hogar. Cerró
sus párpados y se dejó descansar.
Solo hasta que escuchó los clicks de una
cámara en un celular desconocido. Abrió sus
ojos encontrandose con la bonita sonrisa de
su mejor amigo. ¿Por qué debía de ser tan
lindo?
-¡Tae!
El menor le miró desafiante-. ¿Qué, qué? Me
lo debes Kim Namjoon, no hay forma de que-
¡Namjoon, devuélvemelo! -se interrumpió,
gritando al mayor cuando lo vio correr hacia la
seguridad de su casa; con su celular en mano.
Se levantó y corrió tras él solo para conseguir
un portazo en la cara, miró por los vidrios a los
costados de la puerta. Namjoon tecleaba en
el celular; suspiró, negando con la cabeza,
volvió a la banca y se sentó, esperando que el
mayor volviera.
No pasaron más de un par de minutos para
que eso sucediera.
-¿Y qué tal, vaquero? -preguntó burlón,
sabiendo la respuesta gracias a la carita
triste y el puchero pronunciado que creaban
sus carnosos labios-. ¿Cómo estuvo la
excursión?
Namjoon le pateó suavemente en la
pierna-. Cállate, Tae.
-¿En serio creías que pondría el mismo pin
de mi celular?
-Podrías.
-Pues... ¿Cómo ves que no pasó?
-Lo veo muy mal. Igual no lo intente
demasiado, mi cerebro esta exhausto.
Taehyung rió y tomó el celular de la mano del
mayor, acariciando con ternura esta antes de
soltarla y relajarse en la banca. Namjoon se
acomodó de nuevo, su cabeza descansando
en el hombro contrario. Se quedaron así,
soltando suspiros que hacían reír al otro.
-Nam...
El mayor abrió sus ojos, mirando su
perfil-. ¿Sí?
-Te quiero mucho, Joonie -dijo, devolviendo
la mirada, de forma más intensa, más él.
Taehyung sonrió, al notar el sonrojo en las
mejillas del mayor, y al levantar la mano y
ponerla sobre una de ellas, sentir la cálida
piel bajo la palma de ella. Namjoon no solía
ponerse demasiado nervioso y tampoco se
avergonzaba tan fácil, o por lo menos no si
se trataba de otra persona que no fuese
Taehyung, el que llevaba el titulo de mejor
amigo, el que quería algo más con el mayor,
siendo ese el secreto a gritos, que todos
conocían. Y se dio cuenta que ese era su
momento, era su oportunidad de hacer lo que
tantas veces había deseado, y como toda
película cliché, acercó sus labios a los del
mayor, apretando los propios contra los
contrarios, sintiendo la calidez y suavidad
de estos con ese mínimo toque. Movió
sus labios y para su sorpresa, su hyung
correspondió a su beso. ¡Y es que lo estaba
pasando ahí se sentía como un sueño! ¡Su
sueño!
Mordió suavemente el labio inferior.
Se arrepintió segundos después.
Namjoon le empujó, golpeando su pierna con
el puño. Enojado con él, o consigo mismo; se
dio la vuelta y entró a su casa, sin ningún
adiós ni un último beso de despedida, ni
siquiera el abrazo usual. Suspiró.
-Lo jodí -murmuró para si mismo; hasta que
volvió a recordar lo bien que encajaban sus
finos labios con los regordetes y suaves de
Namjoon y se dijo que no importaría que el
mayor le diera unos veinte golpes más al
robarle unos cuantos besos, porque sabia
que disfrutaría mucho estos... ¿Los golpes?
pasajeros son.
Realmente le gustaba su mejor amigo. Mucho.
Sonrió, pasó sus manos detrás de la cabeza,
entrando en un pequeño estado de relajación
que como dije, fue pequeño, puesto que
pisadas sobre el césped del ante jardín lo
alertaron, abriendo sus ojos y levantándose.
Bufo-. ¡Chanyeol hyung, Ryuhyo noona no esta! -gritó hacia el mayor.
Este rió-. Sabes bien que no vengo por ella.
-Ahora no es mom... -Su mirada se encontró
inesperadamente con otro par de ojos negros,
mirándole desorbitados, sorprendidos-. ¿Qué
haces aquí, Seokjin hyung?
-Tae, aun estas aquí -murmuró, su tono no
pudo controlarse, tanto el mencionado como
el más alto escucharon-. Mmmm, ya es
algo tarde para que andes por aquí, ¿no?
Taehyung arqueo una ceja-. No creo que
Joonie tenga ganas de salir ahora, hablo en
serio.
-Si, habla en serio -La voz de Namjoon llamó
la atención de sus tres pretendientes-. No
estoy de humor y estoy bastante cansado,
Jin hyung, dejaremos la salida para otro día,
disculpa por no avisarte con anticipación.
En cuanto a ti, Chanyeol hyung, no habíamos
quedado en nada así que... -habló decidido, indicándole con tan solo su tono que debía
marchar nuevamente hasta su casa, seguido a
eso, toma la mano de Taehyung y obligándolo
a bajar del portón, se quedó en el último
escalón mientras le hablaba-. Tu debes ir
a casa, Tae. ¿Vienes por mi, mañana?
El menor sonrió, afirmando a su vez.
-Por supuesto, Joonie -dijo, antes de
atrapar los labios del mayor entre los
propios, besando suavemente los belfos
contrarios antes de separarse y guiñarle un
ojo. Acomodó su mochila en el hombro y se
despidió de los dos intrusos. Sonriendo
orgulloso por la cara sorprendida de
ellos-. Hasta luego, hyungs.
Namjoon los miró, antes de sonreírles
incómodo y hacer una leve reverencia-. Nos
vemos mañana, descansen -despidió, antes
de entrar de nuevo a la seguridad de su hogar.
Entre tanto, ambos decidieron callar, pues no
podían hacer más que eso, se dieron la vuelta
reverenciandose el uno al otro, cogiendo
distintas direcciones.
-¿Estas bien, cariño? -preguntó su madre,
al verlo desde el sillón.
Namjoon se tocó los labios, hormigueaban,
cálidos, húmedos. Le gustaba esa sensación.
«No debe gustarte, Joon, no debe»
-Tonto, tonto, tonto.
Murmuró, golpeando su cabeza con la palma
de su mano.
muchas gracias a todos, por volver,
aun con los cambios :(💜
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