Omega rebelde (part. 2)
❝ El único propósito de un omega es dar cachorros y servir a su alfa. Eso es lo que le habían enseñado a Chan, pero no es lo que quería para él ❞
Pareja:
Woochan
smut, fluff, omegaverse.
Pedido por: Wolf_Dark322
Pido discreción respecto al tema de Woojin, soy cub y por lo tanto no aceptaré malos comentarios, aquí se trata con respeto para recibir respeto, así que comentario negativo u ofensivo será eliminado :).
...
Lo dicho por el omega menor había causado que el ambiente se tensara demás, Soyeon miraba incrédula el como su hijo se aferraba al alfa, quien la veía con advertencia.
Wooyoung colocó su mano en el hombro de la omega, poniéndola tras de sí e intentando acercarse a su hijo con cautela.
—Woojin cariño, tranquilo. Soyeon es la madre de Chan, no hay peligro ¿si?
Con un bufido, el alfa termina soltando con suavidad al pelirrosa, quien es abrazado rápidamente por su madre, que no pudo calmarse hasta tener a su cachorro en brazos.
—Chan, Dios, estaba tan asustada cuando Felix vino a notificarnos lo sucedido. Menos mal no pasó a mayores —el omega menor enterró su rostro en el cuello de la mujer, calmándose un poco con su aroma a flores y té.
—A-Alfa —murmuró quedito seguido de un sollozo, la omega dirigió su vista hacia su esposo y los otros dos hombres, buscando una respuesta en sus miradas.
—Puedo buscar algunos supresores para que los tome y- —fue interrumpido ante el fuerte quejido del pelirrosa, a quien le había desagradado lo que decía Wooyoung.
—Quiero a alfa —murmuró sin dejar de sollozar, sacándole algunos gruñidos de desesperación al alfa pelinegro por escuchar a su omega aclamarle.
La omega mayor soltó un suspiro de frustración, dirigiendo sus manos hacia el rostro del pelirrosa acunando este— Channie, cielo. Necesito que me mires —murmuró bajo y en tono suave, observando el brillo azul combinado con el tono café en los ojos de su hijo— Quiero saber qué es lo que quieres, estás en celo y abrumado, pónganse de acuerdo en lo que quieren ¿si? no quiero que tomes una mala decisión, cariño —continuó la omega, a sabiendas que tanto Chan como su omega le estaban escuchando.
Observó como el menor fruncía levemente el ceño, su mirada perdiéndose un poco en señal de estar discutiendo con su omega. Después de unos pocos minutos el pelirrosa suspiró, mirando de reojo al alfa que no le quitaba la mirada de encima, para después dirigir su vista hacia su madre nuevamente.
—Mamá, él... es nuestro destinado, podemos sentirlo —murmuró bajo, soltando un quejido ante el pinchazo que sintió en su abdomen bajo— Queremos esto —murmuró con vergüenza bañada en sus palabras, siempre había dejado en claro que no quería a ningún alfa, y aunque no lo conocía casi nada, el pelinegro le había dado otra perspectiva. Lo quería.
Soyeon asintió con una pequeña sonrisa, aunque estaba preocupada por su cachorro, nada podía hacer ante el destino. Su hijo había encontrado a su luna y estaba feliz por eso. Soltó con suavidad al menor, dirigiéndose con rostro neutral hasta el alfa pelinegro, quien la observaba aun con algo de recelo. La rubia posó una de sus manos en el hombro del menor, mirándolo con suavidad.
—Woojin, por favor, cuida de mi hijo —murmuró con suavidad, sorprendiendo al alfa, quien asintió agradecido del permiso de la madre de su omega.
La omega rubia sonrió en su dirección, separándose un poco y soltando su hombro, haciendo un movimiento hacia su alfa para que se acercara, Baekhyun llegó a su lado, tomando la mano de su omega para dejar un beso en esta y sonreírle, borrando su sonrisa rápidamente al dirigirse hacia el pelinegro.
—Muchacho, cuida bien de mi cachorro, es uno de mis más grandes tesoros —habló sin quitar su expresión, llevando una de sus manos al hombro del alfa menor apretándolo con un poco de fuerza— Le llegas a hacer daño y juro que te romperé todos los huesos -gruñó bajo, dándole una mirada de advertencia para después separarse.
Wooyoung se acercó momentos después, acunando el rostro de su hijo y regalándole una sonrisa— Cariño, sé cuidadoso, no quiero ser abuelo tan pronto —murmuró con advertencia, sacándole una risa avergonzada.
Después de que Wooyoung se separara de su hijo, los mayores les dieron algo de espacio. El pelinegro se acercó al omega, pasando sus manos por la cintura de este, gruñendo con satisfacción al escuchar el jadeo gustoso del pelirrosa. Ocultó su rostro en el cuello del menor, inhalando profundamente su olor a manzanas con caramelo, sintiendo su lobo rasgar su interior con desesperación.
—¿Estás seguro de esto, Chan? —preguntó bajo, cerciorándose de que estuviera seguro de su decisión.
—Lo estoy —respondió jadeante Chan, quien se sentía abrumado por el aroma del mayor.
Gruñendo de nuevo el pelinegro levanta al omega por los muslos, sintiendo a este abrazar su cadera con sus piernas y pasar sus brazos por su cuello. Asegurándose de tener bien sujeto al menor, emprendió camino por el pasillo directo hasta las escaleras que los llevaría hacia su habitación.
Soyeon se abrazó a su alfa en busca de confort, sintiendo a este soltar algo de su aroma para calmarla. La rubia sintió la mano de Wooyoung posarse en su hombro, dándole apoyo, pues el castaño la comprendía.
—Tranquila, estarán bien —habló San, sin quitar su mirada del pasillo.
...
El camino hasta la habitación fue una pequeña tortura para el pelinegro, el aroma del omega lo estaba mareando, mientras que este no había dejado de morder su cuello en todo el trayecto, más encima su lobo insistiendo en tomar al pelirosa en pleno pasillo porque no aguantaba más.
Cuando divisó la puerta de su morada, agilizó el paso, abriendo ésta como pudo al tener al menor en brazos, cerrándola con ayuda de su pierna al estar ya dentro del cuarto. Soltando un suspiro, recargó al omega contra la madera, sacándole un jadeo bajo.
Observó con atención el rostro sonrojado del pelirosa, sus ojos estaban mayormente azules con pequeños toques castaños, dejando en evidencia que ambas partes estaban juntas, con algunas pequeñas lagrimitas a causa del dolor del celo, sus labios estaban más rojos de lo normal gracias a las pequeñas mordidas que el omega les daba. Simplemente era precioso.
Los ojitos del pelirosa lo observaban con algo de necesidad e inquietud, alterando de apoco su autocontrol.
—¿Vas a besarme o debo hacerlo yo? —gruñó quedito el omega, sintiéndose desfallecer al momento en que el pelinegro estampó sus labios, comenzando un ósculo algo desordenado y húmedo.
Soltó un gemido separándose del beso, el pelinegro había apretujado con fiereza su trasero con ambas manos, causando que una sensación placentera le recorriera. El calor en su interior incrementó con la acción del alfa, causando que segregara más lubricante natural, y eso pareció encantar al pelinegro.
El alfa dejó una suave mordida en su belfo inferior, sacándole un jadeo bajo, para después empezar un recorrido de besos húmedos hasta su cuello, en donde se detuvo para succionar la piel dejando una marca rojiza que seguramente tomaría color en algunas horas.
El pelinegro siguió con su trabajo de marcar el cuello de su omega, sintiendo el aliento caliente que soltaba el menor chocar en su oído acompañado de un mar de jadeos y gemidos que lo único que hacían era aumentar la presión en sus pantalones.
Queriendo tocar aun más la piel del pelirosa, con una de sus manos lo despojó con algo de torpeza del saco blanco que cargaba, dejándolo solamente con la pulcra camisa que fue desabotonando con agilidad, lanzándola lejos junto al saco. Observó con adoración el blanquecino torso del menor, añorando con ferocidad marcarlo por completo, cosa de la que no se privó.
Mordió y chupó con fervor distintas zonas de su torso, entreteniéndose un rato en sus botoncitos erectos que resaltaban con orgullo ganándose varios jadeos ahogados del omega.
Se entretuvo con ellos unos minutos más hasta que, en busca de una posición más cómoda, dirigió al omega por fin hasta su cama dejándolo reposar en ella mientras que se erguía nuevamente para despojarse de su propia camisa que, a ese punto, le estorbaba completamente.
El pelirosa se encontró embelesado con la vista que el alfa le regalaba, observando el firme pecho y músculos marcados que tenía. A causa de ello, una contracción en su entrada le arrancó un gemido que hizo que el pelinegro le dirigiera la mirada de nuevo, conectando sus ojos de nueva cuenta.
—A-Alfa~ —pronunció entre mezclado con un gemido, enderezándose levemente para atraer de nuevo al alfa por el cuello, iniciando otro beso húmedo y salvaje.
Las manos del mayor envolvieron su cintura, mandándole un escalofrío a su columna ante el contacto que casi quemaba su piel. De un momento a otro, tomó impulso e intercambió sus posiciones, quedando a horcajadas del pelinegro.
El susodicho cortó el beso con suavidad observándolo con una ceja arqueada, y regalándole una sonrisa inocente dio un movimiento de cadera que sacó un gemido a ambos. El alfa reafirmó sus manos en su cadera y como si lo hubiesen pactado antes empezó a dirigir el movimiento de sus caderas, soltando sus cálidos alientos en los labios adversos.
El vaivén había empezado suave y lento, arrancándoles jadeos y suspiros bajos. Poco a poco el ritmo aumentó, incrementando la desesperación del omega por aliviarse, el pelinegro soltó una risita al ver a su omega en ese estado, recibiendo un gruñido de su parte.
—Estás muy desesperado, ¿no, cariño? —murmuró burlonamente el mayor, observando el rostro contrario fruncir aún más el ceño y ponerse más sonrojado de lo que estaba.
Dirigió de nuevo sus labios al blanquecino cuello del pelirosa, dejando suaves mordidas en la zona de su cuello que lo hicieron temblar encima suya. Sonrió con satisfacción, y de un momento a otro cambió de posiciones, dejando al omega debajo.
Prosiguió con un camino de besos desde su mandíbula hasta el vientre bajo del menor, escuchando algunas quejas entremezcladas con suspiros. Subió su mirada, encontrándose con los curiosos ojitos húmedos del omega y sonriendo desabotonó sus pantalones, bajando estos junto a los bóxers del chico, lanzándolos lejos.
Observó el miembro del omega erguirse orgullosamente húmedo, causando vergüenza en el susodicho terminando por tapar su rostro con ambas manos. El pelinegro sonrió enternecido, acercándose al rostro tapado del omega quitando ambas manos, los ojitos del pelirosa lo observaron abochornado.
El pelinegro le regaló una sonrisa, para después acercarse un poco más y dejar reiterados besos en las mejillas del menor, quien se vio sorprendido por ello, terminando por sonreír levemente. El alfa se acercó con lentitud al oído del pelirosa.
—No te avergüences, te ves precioso —susurró, tomando con su mano libre el miembro del omega pasando su pulgar por la hendidura, arrancando un alto gemido del pelirosa. Estaba sensible.
Dejó una mordida en el lóbulo de la oreja del omega, empezando un suave movimiento con su mano arrancando suaves gemidos de la boca del susodicho. Continuó así durante unos minutos hasta que descendió su rostro a la altura de la pelvis del menor.
Captando el cambio de postura del alfa, el pelirosa no pudo evitar abrir sus ojos y observarlo, poniéndose nervioso inmediatamente al encontrarlo tan cerca de su miembro.
—Wo-Woojin, ¿qué estás- —su oración se vio cortada por él mismo al dejar escapar un profundo jadeo. Sin previo aviso la húmeda cavidad del alfa engulló su intimidad, dejando su mente en blanco y sin poder articular una palabra sin verse interrumpido por los sonidos que salían de entre sus labios.
La lengua del alfa viajó desde la punta hasta la base, hasta volverla a engullir. Y sin aguantarse más, se dejó ir en la boca del pelinegro.
Cerró sus ojos agotado, sintiendo su respiración errática y el sudor deslizarse por su frente y los mechones de cabello pegados en esta. Sintió al mayor dejar un beso en su cadera antes de erguirse nuevamente.
—¿Mejor? —escuchó cerca de su rostro, abriendo de a poco sus ojos encontrando la linda sonrisa del alfa frente a su rostro. Dio un asentimiento, sintiéndose un poco más calmado, pero sin estar del todo satisfecho.
Levantó un poco sus manos, llevando estas hasta el cuello del alfa para acercarlo a su rostro y plantar un beso en sus labios, tomando un poco al susodicho por sorpresa. Segundos después el pelinegro siguió al suave ritmo que impuso sobre sus labios, despojándolos a ambos del caliente ambiente en el que se habían sumergido un rato atrás.
Un chasquido se escuchó al momento en que se separaron mínimamente, el alfa continuo dejando sutiles besos por su rostro hasta desviarse por su mandíbula y terminando en la unión de su cuello y hombro.
—Aquí estará mi marca, Chan —lo escuchó susurrar en su cuello. Su cuerpo se tensó cuando el pensamiento de ser marcado por el alfa lo abarcó, pero se calmó al escucharlo hablar nuevamente— Pero no será esta noche.
Sus miradas se cruzaron de nueva cuenta, observando el entendimiento en los ojos del pelinegro. Sonrió aliviado, llevando su mano a la mejilla del mayor acariciándola con suavidad.
—Gracias —susurró, agradecido por que el alfa lo entendiera.
El pelinegro volvió a besarlo, esta vez más intensamente, terminando por morder su labio inferior. De alguna manera, sintió el ambiente cálido desvanecerse para darle paso a la excitación de nuevo.
El alfa se apartó de encima de su cuerpo, inclinándose hacia la mesita de noche al lado de la cama matrimonial. Lo escuchó buscar algo, antes de verlo volver encima suya.
La mirada cargada de deseo que le dirigió el pelinegro lo hizo estremecerse, sintiéndose caliente en cuestión de segundos.
—¿Preparado para lo que sigue? —el alfa murmuró socarronamente, llevando a sus labios la envoltura azul del condón, rasgando esta con sus dientes. Un gemido salió de su garganta ante la vista.
—Oh Dios, dejate de rodeos y hazlo de una buena vez —gruñó exasperado para diversión del mayor, quien dejando el rodeo de lado, se colocó sin demora el condón, acomodándose mejor entre las piernas del omega.
Dirigió una de sus manos a la empapada entrada del pelirosa insertando dos de sus dedos en el interior, gruñó al sentir la húmeda cavidad apretarse alrededor de sus dedos. Conteniendose de empezar a embestir sin delicadeza la entrada del omega, empezó a mover con lentitud sus dedos escuchando los sonidos satisfactorios del pelirosa.
Después de unos minutos de haber insertado cuatro dedos en el interior del omega, lo sintió listo para recibirlo. Sacó sus dedos, escuchando las quejas del necesitado chico, y sin hacerlo esperar mucho se alineó en la húmeda entrada, entrando de una sola estocada al estar bastante lubricado.
Un sonoro gemido salió de la garganta del omega, sintiéndose completamente lleno de repente, agarrándose de los brazos del alfa con fuerza mientras respiraba intentando olvidar el poco dolor que sintió.
Escuchó la respiración agitada del pelinegro a un lado de él, viendo respirar hondo para contenerse y no embestir como desquiciado. Llevó su mano hasta su mejilla acunando esta y ganándose su atención.
—¿Duele mucho? ¿Estás bien? —preguntó preocupado de haber lastimado al omega, sintiéndose aliviado cuando lo vio negar.
—Muevete... Despacio —lo escuchó decir, desviando su mirada con las mejillas más que rojas.
Acatando la orden del pelirosa, salió un poco de su interior y volvió a arremeter viéndolo abrir la boca sin soltar ruido alguno. Repitió la acción varias veces hasta mantener un ritmo rápido pero sin llegar a ser rudo, viendo embelesado las facciones contraídas de placer del omega.
El menor se sentía en las nubes por las diversas cargas de excitación que recorrían su cuerpo, logrando solo gemir ante lo bien que el pelinegro le hacia sentir.
—Uhm, sí, sí a-ahí, ¡ah!~ —balbuceó escondiendo su rostro entre el cuello del pelinegro.
Sintiendo el calor acumularse en su abdomen bajo, se dejó ir en su propio vientre, manchando un poco al pelinegro que lo vio con satisfacción, mientras continuaba con sus movimientos en busca de su propia liberación.
Minutos después sintió al mayor venirse, llenando el látex en su interior con su esencia. Con cuidado de no lastimar al omega, se recostó en su pecho respirando pesado mientras intentaba calmarse.
Se mantuvieron unos cuantos minutos en silencio, hasta que el pelirosa se removió soltando un jadeo ante su propio movimiento. El mayor se separó un poco, observando el sonrojado rostro contrario, para después dejar un sutil beso en la perlada frente del omega.
—¿Listo para la segunda ronda, bonito? —susurró divertido al sentir como el contrario movía inconscientemente su cadera en busca de más contacto.
Reuniendo fuerzas, el menor empujó al pelinegro causando que cayera de espaldas y sin esperarse se ubicó en su regazo, alineándose nuevamente al momento en que sus labios tocaron a los del alfa sin dejarle protestar.
—Más que listo, alfa —murmuró divertido, recibiendo una sonrisa como respuesta.
...
—¡¿Me estás jodiendo?!
El pelirosa se encontraba en aquella cafetería a la que frecuentaba con regularidad, mientras intentaba aguantar la risa por la cara de incredulidad del alfa peliazul.
Había pasado una semana de aquella fiesta en la que, sin haberlo imaginado, había encontrado a su alfa. Y para su fortuna, el tipo era todo lo contrario a la mayoría de alfas idiotas con los que se había encontrado.
—Ya, Minho. Cierra la boca que te entrará alguna mosca o algo —bromeó el pelirosa, sacándole un bufido al menor.
—¿Dónde quedó el "Ningún estúpido alfa merece mi atención"? ¿Eh, Chan? Mira, que te dejo una noche ¡Y ya consigues un alfa! ¡¿Acaso estoy muerto y reencarné en un universo paralelo?! —Un golpe en su frente fue dejado por parte del pelirosa, quien lo miró molesto ante el escándalo que estaba formando.
Pero en parte le daba la razón, realmente nunca esperó encontrar un alfa que lo mereciera. Pero se alegraba de haber conocido al pelinegro.
—Pero no olvidemos que no soy el único aquí con algo nuevo. Woojin me dijo que lograste hablar con Lee Felix, dime ¿lograste no babear enfrente suya? —soltó una risa ante la mueca molesta del menor.
Podría ser que Chan nunca sería como esos omegas sumisos y tímidos que esperaban la sociedad, pero pudo encontrar a alguien que amaba esa personalidad rebelde que lo caracterizaba.
Al final, ser un "omega rebelde" le había traído buenas cosas. En especial un dulce alfa castaño que lo quería como era.
...
HOLAAAAAAAAA
después de un año aquí ando de vuelta ajuashgs /le pegan
disculpen esta fea demora, realmente no tuve un buen tiempo anteriormente pero por fin pude retomar esto, intenté hacer un smut decente así que espero y les guste aunque sea un poquito esta atrocidad que hice :( /cry
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